Entrevista al economista Martin Hellwig, director del
Instituto Max Planck de Bonn
Rafael Poch. La Vanguardia
Martin Helwig (Düsseldorf, 1949) es uno de los
economistas alemanes más conocidos internacionalmente. Profesor en Stanford,
Princeton, Harvard y Basilea, fue presidente de la comisión alemana de
monopolios. Actualmente dirige el Instituto Max Planck de Bonn.
En su último libro Bankers´ New Clothes, Hellwig
escribe que el “actual sistema bancario es tan peligroso y frágil como el que
nos llevó a la crisis”. No ha habido un análisis serio de lo sucedido y una
repetición del año 2008 es probable, dice.
¿Cuáles son los factores de riesgo que tenemos hoy? ¿En
qué ha cambiado la situación con respecto al 2008?
Hay que diferenciar entre los problemas no resueltos de la
crisis que dura desde 2007 y los peligros de un nuevo ciclo de expansión y
quiebra. Lo segundo no se espera a corto plazo, porque los bancos aún están
ocupados con la crisis anterior. Pero si se abriera una nueva fase de
crecimiento excesivo, se puede temer que acabe una vez más con daños serios
para la economía. Debido al alto grado de interconexión que existe, hay un gran
peligro de contagio. Esto es debido a la inmensa importancia de los mercados de
derivados por un lado, y por el otro a la venta in extremis de estos valores.
La caída de sus precios de acuerdo al sistema de contabilidad por el valor
razonable, lleva a pérdidas para todos los bancos que tienen estos papeles o
similares. Como los bancos tienen pocas reservas de capital propio para
absorber las perdidas, esto conduce a nuevas ventas por emergencia. Como
ocurrió en 2007/2008, así se llega una nueva espiral descendente en el sistema
financiero… Pero antes de todo esto está la preocupación por el hecho de que
todavía no hemos resuelto la crisis actual. Muchos bancos todavía son débiles.
No estoy convencido que se haya revelado ya todos las pérdidas sufridas por
papeles tóxicos de EE.UU., créditos inmobiliarios problemáticos en varios
países europeos, bonos de Estado problemáticos y créditos navieros. Dar largas
a los problemas en la esperanza que desparezcan por si solos, en una estrategia
peligrosa, como lo demuestra la experiencia japonesa. Puede llevar al
estancamiento durante muchos años.
En España el público considera que la salud de la banca
alemana, a diferencia de la española, es sólida, ¿es verdad? ¿Cuáles son los
principales problemas de la banca alemana y en qué se diferencian de los
problemas españoles?
Por lo que he oído y leído, en España la crisis se concentra
en las Cajas y en un ciclo de expansión y quiebra en el mercado inmobiliario.
En Alemania no hubo nada parecido en el sector inmobiliario. Los problemas
alemanes tienen mucho que ver con que hay demasiada capacidad en el sector
bancario, pocas salidas del mercado, y con que algunos bancos y grupos
bancarios han intentado salir adelante con estrategias arriesgadas. El mercado
al por menor, el ahorro personal y los créditos para las empresas pequeñas,
está dominado por las cajas públicas y cooperativas que son bastante rentables
y seguras. Los Landesbanken, los bancos de los estados federales, también
públicos y muy activos en los grandes negocios, los créditos para grandes
empresas y la financiación de grandes proyectos, nunca han sido rentables desde
su fundación alrededor de 1970. Siempre han jugado en bolsa, tal como hicieron
ahora en vísperas de la crisis, con papeles tóxicos. También los grandes bancos
trabajan desde 1995 mas o menos con márgenes reducidos por culpa de la fuerte
competencia. Por esto el Dresdner Bank jugó con papeles tóxicos y el Hypo Real
Estate buscó refinanciarse a corto plazo con créditos arriesgados del mercado de
dinero. Mientras hay demasiada capacidad en el mercado, los bancos tienen que
jugar para poder sobrevivir, pero los Landesbanken son bancos políticos y no
deberían estar sujetos a las leyes del mercado. Créditos navieros: un problema de 100.000 millones en Alemania
¿Qué pasa con los créditos navieros de los bancos
alemanes (Schiffkredite)? ¿Quién está afectado y cómo?
Hace un año el Bundesbank informó que los bancos alemanes
habían concedido créditos navieros por valor de 98.000 millones de euros. El
más afectado era el HSH Nordbank, con 26.000 millones. En segundo lugar viene
el Commerzbank con 19.000 millones. También el NordLB y KfW Ipex se metieron
fuerte. Según el diario Handelsblatt el Lloyds Bank vendió créditos navales con
un descuento del 50%. Las reservas correspondientes a estos créditos para
navíos deben estar claramente por debajo del 10%. Esto quiere decir que si el
Lloyds Bank era realista, los bancos alemanes pueden esperar un golpe fuerte.
Dicen que la crisis de las navieras acabará en 2014. No lo creo porque la
sobrecapacidad en el transporte de contenedores no ha dejado de aumentar en los
últimos años. Hasta 2008 se habían encargado cada vez más barcos y esos pedidos
no se podían cancelar. Esos barcos están saliendo ahora de los astilleros. Para
2013 se espera un crecimiento de la capacidad del 10%, pero el comercio
marítimo solo crecerá un 5%. Las navieras solo podrán hacer nuevos beneficios
cuando su sobrecapacidad se haya reducido y no veo que eso vaya a suceder antes
de finales de 2014.
El Frankfurter Allgemeine Zeitung observó hace unos años
que la situación de la banca alemana era, “el secreto mejor guardado”. En la
última campaña electoral la palabra “bancos” apenas se ha pronunciado. ¿Cómo se
explica eso?
No es tan secreta, pero los medios de comunicación no se han
interesado mucho por el asunto. ¿Exceso de capacidades? ¡Qué cosa más
abstracta! Es más fácil indignarse por protocolos chapuceros en el
asesoramiento de inversiones. Además, habría que hablar de los Landesbanken, y
esto no encaja bien con la historia que todos los males vienen del Señor
Ackermann y del Deutsche Bank. En la opinión pública alemana domina la historia
que “los bancos” y sus apuestas son la causa de todos los males. Se olvida con
frecuencia que los mayores jugadores del casino estaban en los bancos públicos.
Eso se barrió debajo de la alfombra. En la política hay una gran coalición de
silencio sobre este tema. Los intereses de los Länder son muy importantes para
los dos grandes partidos y sus presidentes son muy poderosos. Que en 2008 el
gobierno federal ayudara sin tomar el control de esos bancos, se debe al hecho
que la Señora Merkel no quería conflictos con “sus” Presidentes en un año
electoral. Y también al hecho que el Señor Steinbrück (SPD) como ex ministro federal
de Finanzas y ex Presidente de Renania del Norte-Westfalia fue corresponsable
de las pérdidas del West LB. Por eso únicamente los verdes y Die Linke hablan
de bancos.
Solo el Reino Unido dedicó más dinero que Alemania a rescatar bancos
Solo el Reino Unido dedicó más dinero que Alemania a rescatar bancos
Solo el Reino Unido ha gastado más dinero que Alemania en
rescatar a sus bancos (646.000 millones -25,1% del PIB- de los que utilizó
259.000 millones –equivalente al 10,1% del PIB, un poco más que España y el
doble que Francia-) ¿Cuánto de todo ese dinero ha sido pagado por el
contribuyente alemán, y cuanto (y durante cuánto tiempo) deberá pagar el
contribuyente en el futuro? En la prensa se leen cifras y estimaciones muy
dispares…
En todos estos números hay que diferenciar entre las
garantías, las aportaciones de capital y las pérdidas para el contribuyente.
Para Alemania hay que contabilizar las perdidas siguientes: West LB 18.000
millones de euros (según el ministro de finanzas Walter Borjans), Hypo Real
Estate por lo menos 12.000 millones, Bayern LB 8.000 millones de pérdidas
(10.000 millones de aportación de capital), LBBW por lo menos 4.000 millones de
pérdidas (10.000 mil millones de aportación de capital), HSH Norbank 4.000
millones de pérdidas (3.000 millones de aportación de capital), Commerzbank de
3.000 a 6.000 millones de pérdidas (18.200 millones de aportación de capital).
Es evidente que las deudas del sur de Europa son
impagables y que es inevitable algún tipo de quita. ¿Cómo afectaría eso a los
fondos de pensiones alemanes? ¿Cuál sería la fórmula socialmente más justa para
salir del atolladero?
No me gusta cuando se habla de “Europa del sur” y de
“deudas”, en general. Los países y sus respectivas crisis son muy diferentes.
En Grecia tenemos una clásica crisis de deuda del Estado; en España al
contrario se trata de una crisis de burbuja inmobiliaria que solo llega ser una
crisis de deuda del Estado cuando éste apoya a los bancos problemáticos. En
principio soy de la opinión que un recorte de deudas tiene que afectar en
primer lugar a los aportadores de fondos: los accionistas en los bancos, luego
los que tienen acciones privilegiadas y otros papeles de deuda, luego los
deudores sin seguro y los que tienen más de 100.000 euros en cuenta. En los
últimos años nos hemos alejado con demasiada frecuencia de este principio. Si
seguimos así puede llegar a ser muy caro, porque la deuda total superará
incluso a la capacidad de una unión fiscal europea. Veo el gran peligro de que
al final el recorte de deuda llegue dándole a la máquina de imprimir dinero y
de la inflación –y no hay nada socialmente más injusto que la inflación: afecta
sobre todo a los pequeños ahorradores que solo invierten en valores nominales.
Desde otoño de 2008, la idea que los deudores son responsables está mal vista
por temor a una crisis sistémica pero sin esa responsabilidad los estados y la
Unión Europea no podrán salir de la crisis. Se dice que muchos deudores no
pueden llevar esta carga. Y que muchos de ellos han sido engañados por los
bancos. Hace un año hubo sentencias en España sobre las acciones preferentes
que las Cajas habían vendido a pequeños ahorradores. Yo me pregunté en aquel
momento donde estaba la supervisión bancaria española cuando esos papeles se
lanzaron al mercado -y también, ¿dónde estaba la supervisión bancaria alemana
cuando los bancos se sustrajeron a las reglas sobre capital propio e
invirtieron miles de millones en papeles tóxicos de EE.UU? Si queremos proteger al deudor, la supervisión
bancaria tiene que ser estricta. Ni la política ni el gobierno deben tener la
posibilidad de frenar a la supervisión para poder utilizar a los bancos como
fuente de financiación.
Hay mucho miedo a cuestionarse el euro ¿Es eso razonable?
Hace poco en Roma un grupo de economistas, algunos de derecha como el Señor
Hans-Olaf Henkel, otros de izquierda, firmaron un manifiesto a favor de un
desmonte controlado del euro. En Alemania de eso hablan los euroescépticos de
Alternative für Deutchland y el señor Lafontaine, por ejemplo ¿Por qué debería
ser ese desmonte controlado más difícil de abordar que el propio proceso de
fundación de la moneda única hace diez años? ¿Puede inspirar algo el precedente
de Chipre?
A algunos de mis colegas les gusta decir que Grecia debería
“salir del euro”, pero imagínese que el gobierno griego lleva al parlamento una
propuesta de ley correspondiente. Al día siguiente – o antes aún por las
indiscreciones – habría una estampida hacia los bancos griegos. Todo el mundo
pediría euros en efectivo, en la esperanza que mantengan más su valor que los
euros en cuenta que por ley se transformarán en dracmas. Entonces o el Banco
Central Griego pondría los euros a disposición en el marco de la Emergency
Liquidity Assistance, o se cerrarían los bancos griegos. Si ocurriera lo
segundo, los pagos se pararían, y con ello se hundiría una gran parte de la
economía. Quizás habría que parar los aparatos en los hospitales porque alguien
no podría pagar el suministro de corriente… Apoyar a los bancos con el
Emergency Liquidity Assistance requeriría el visto bueno del Banco Central
Europeo. Pero las cantidades serían muy altas, y dudo que el Banco Central
Europeo lo hiciera ante una salida inminente de la unión monetaria. Los
expertos que usted cita no piensan lo suficiente en el desarrollo real de una
disolución de la unión monetaria, pero quizás podrían explicarnos un día cómo
regresar a los huevos en su estado original a partir de la tortilla.