Movimiento
Político de Resistencia
Para
los nazis el saludo a Hitler “sieg heil” que adoptaron en
los años treinta es el símbolo de la muerte: “Ave César, los
que van a morir te saludan”, gritaban las legiones romanas ante
su emperador antes de ir a la batalla.
Un
trabajador alemán de los astilleros, August Landmesser, se afilió
en 1931 al partido nazi y siempre se mostró como un perro fiel,
hasta que dos años más tarde se enamoró de Irma Eckler, una joven
judía con la que trató de casarse en 1935.
Sus
colegas nazis le hicieron el favor de expulsarle del partido y cuando
trató de casarse en Hamburgo, no se lo permitieron. Ya estaban
vigentes las leyes que prohibían ese tipo de matrimonios.
En
octubre de 1935 la pareja tuvo su primera hija, Ingrid, y poco
después, el 13 de junio de 1936, Hitler visitó el astillero en el
que trabajaba August. Obligaron a los trabajadores a formar y al
final todos le hicieron el saludo de rigor, excepto August, como
muestra la foto.
La
pareja trató de huir de Alemania con su hija, pero fueron detenidos
en la frontera de Dinamarca. A August le acusaron de “deshonrar”
a Alemania y de “infamia racial” por su convivencia con Irma.
En
le juicio le absolvieron “por falta de pruebas”, pero al
mismo tiempo le obligaron a abandonar a su compañera. Se negó y en
1938 le condenaron a tres años de encierro en un campo de
concentración.
No
volverá a ver jamás a su compañera, que estaba embarazada. La
Gestapo la detuvo y la enviaron a otro campo de concentración, donde
dio a luz una segunda hija, Irene. En 1942 su rastro se pierde
definitivamente. Parece ser que fue asesinada en un “centro de
eutanasia” junto con otras 14.000 mujeres.
Tras
cumplir su castigo, August tuvo varios empleos hasta que en 1944 le
enrolaron a la fuerza en el ejército. Su rastro también se pierde
en el frente de los Balcanes.
Las
hijas fueron separadas y enviadas a sendos orfanatos, aunque lograron
sobrevivir a la guerra. La fotografía era anónima hasta que en 1991
una de las hijas, Irene, reconoció a su padre en ella cuando leía
un periódico. Reunió documentación sobre la historia de su familia
y algunos años después escribió con ellos un libro emotivo, que se
puede descargar de internet en alemán (1) y en inglés (2).
Hoy
la fotografía de August con los brazos cruzados se expone en el
centro de documentación “Topografía del Terror” ubicado en
Berlín, donde se encontraba la central de la Gestapo. Es una muestra
de independencia, de personalidad y de coraje: el de decir “no”
al fascismo.
Un ejemplo para los tiempos en que nos ha tocado sobrevivir
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