Óscar
Ugarteche. Alainet
En América latina vivimos prendidos de la noticia
de la tasa de interés de Estados Unidos. La excepción es el Perú donde parece
que la noticia que reúne a la opinión pública en esta temporada son las
elecciones del próximo año. La razón por la que vivimos prendidos de esa
noticia es porque un alza a niveles más normales de la tasa de interés básica
americana va a encarecer nuestro costo de la deuda pero va a acentuar aún más
la baja en los precios de las materias primas que aumentaron de precio desde el
2003 y luego del 2008, cuando el techo de la tasa básica de interés fue
rebajada a 0.25%; lo que con una inflación de 2% aproximadamente da una tasa
efectiva de interés de -1.75% convirtiendo el ahorro en dólares en una gran
pérdida; pero la toma de préstamos de diversos plazos en un gran regalo.
Para los jóvenes que no habían visto una tasa de
interés negativa en dólares antes, esto ha pasado únicamente en los años post
crisis del petróleo de los 70 del siglo XX. Eso llevó a un endeudamiento alto
para el desarrollo de infraestructura y empresas públicas dado que estando el
dinero regalado, no había pierde, como ahora. Lo que siguió a la tasa negativa
de los años 70 fue el record histórico de la tasa de interés americano que
llegó a 18%, quebrando todo y a todos en el camino, incluida varias visiones
teóricas; países socialistas y economías desarrollistas; y empresas, americanas
y extranjeras.
Ahora, tras
casi siete años seguidos de tasas negativas, la más larga serie continuada de
la historia monetaria americana; y casi quince años en total, la más larga de
la historia económica (con intervalos positivos en los años del 2003 al 2007)
parecería que la economía americana va a intentar regresar a la normalidad. El
indicador clave es el empleo.
El empleo en Estados Unidos se mide de un modo
diferente al modo Europeo donde el que no tiene empleo está desempleado. En
Estados Unidos el que no tiene empleo merece un seguro de desempleo durante un
periodo corto. En Estados Unidos desempleado está quien ha estado buscando
trabajo las últimas cuatro semanas. Si
se deja de buscar empleo, la estadística del desempleado desaparece. La persona no está desempleada sino que no
trabaja, que no es lo mismo. Al dejar de buscar trabajo deja de percibir seguro
de desempleo. El seguro de desempleo cubre 26 semanas de un año que es lo que
se puede solicitar como máximo.
La proporción de la fuerza de trabajo empleada en
septiembre del 2008 era del 66% de la fuerza de trabajo, definidos como
aquellos en edad de trabajar, total de Estados Unidos; en diciembre del 2014 la
población empleada fue del 62.7% de la fuerza de trabajo. De este modo el
desempleo de agosto del 2008 se calcula sobre el 66% de la fuerza de trabajo
que estaba empleada y en diciembre del 2014 sobre 62.7%. Así, no es lo mismo
decir que la tasa de desempleo bajó entre el 2008 y el 2014 si hay que
agregarle 3.3% de población desempleada que dejó de buscar empleo porque no lo
encontró y se desanimó.
Cuando se lee que el desempleo en agosto 2014 fue de
6.1%, hay que agregarle 3.3% más para hacerlo comparable con la situación en
setiembre del 2008. Según el Bureau of Labor Statistics entonces, en agosto del
2014 el desempleo si se incluye ese 3.3% de contracción de la fuerza de
trabajo, suma 9.4% versus 6.1% en setiembre del 2008. Hay menos desempleo
total, incluido el de los que no buscan ya empleo por desesperanza, en el 2014
que en el 2008. Ajustado a agosto del 2015 esto cambia con 6 millones de
personas no contempladas como desempleadas que están buscando trabajo a la que
hay que sumar a los 8 millones de desempleados que buscan trabajo. Esto aumenta
en 80% el desempleo real en Estados Unidos y se asemeja más a lo que se ve en
las calles y en las protestas sociales.
Fuente Bureau of Labor
Statistics visto 17 September 2015.
Los datos del
recuadro son descendentes desde Agosto del 2014 pero son casi 80% más grandes
que los datos oficiales que solo contemplan a los de la categoría (a). El
fenómeno es que las personas pierden la esperanza y dejan de buscar trabajo
constantemente para poder ganarse la vida en el sector informal. El seguro de
desempleo cubre 26 semanas en un año y es una fracción del salario del
desempleado. Así se trasladan de la categoría de desempleados en la fuerza de
trabajo a la categoría de fuera de la fuerza de trabajo aunque responden en las
encuestas del Bureau of Labor Statistics que quieren trabajar. Esto mismo pasó
en las economías latinoamericanas de los años 80.
En el marco del 9.4% de la población
económicamente activa buscando empleo en agosto del 2008 es que se redujo el
techo de la tasa de interés básica a 0.5% primero y a 0.25% después. No hay las
condiciones de empleo para regresar las tasas a sus niveles normales
históricos, salvo que el nuevo normal del desempleo total sea el 8.5% de la
fuerza de trabajo. Lo que no se mide es cuánto de esta fuerza de trabajo está
siendo sustituida por migrantes ilegales que tienen un salario infinitamente
menor. Estas son buenas razones para no haber subido el techo de la tasa de
interés básica el 17 de septiembre, nueve trimestres después del primer anuncio
efectuado por Bernanke de que sería bueno subirlas pero “no ahora”, en junio
del 2013.
El reflejo de este alto nivel de desempleo total,
que no incluye a los migrantes informales, es la dinámica del consumo. El
crecimiento de la economía estadounidense históricamente ha sido arrastrada por
el consumo. El problema actual es que el crecimiento de esta variable es frágil
y volátil, con una tendencia decreciente desde 1980, como se puede apreciar en
el grafico debajo.
FUENTE: BEA |
Para que pueda la FED estar tranquila que la
crisis ya pasó, el consumo debería de regresar a tasas de crecimiento similares
a las de los años 90. Esa recuperación aún se ve muy endeble en el 2015.
El otro lado de esto es si la tasa de interés se puede mantener negativa en términos reales por más tiempo. La respuesta es que mientras las expectativas sean que va a subir, los efectos financieros son idénticos, como se ha visto en los precios de los commodities, los tipos de cambio, los índices de bolsa y las tasas de crecimiento del PIB de las economías emergentes. Estados Unidos sin hacer nada, tiene los precios de las materias primas y la energía abajo, el costo de capital en cero y un dólar fuerte. Algún día subirán la tasa de interés, de todas maneras. El lado positivo es que cuando lo hagan ya no nos va a importar en las economías emergentes porque el daño ya está hecho.
Esto no es excepción, sino regla:
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