Por
Marat
El
criminal Leopoldo López está ya en libertad. Lo de menos es que
este hecho se haya producido por orden del Tribunal Supremo
venezolano o por orden del Presidente Nicolás Maduro. Salvo la
mayoría parlamentaria de la oposición fascista, la práctica
totalidad de los órganos del país habían sido elegidos en su día
por parte de la mayoría política bolivariana que se había
sustentado en la voluntad transformadora de las clases populares.
El
proceso hace mucho que se torció. Importa poco ponerle fechas y
hechos concretos. Lejos de construirse auténticos órganos de
democracia socialista, se recurrió a la demagogia. Las Comunas, como
manifestación de dicho poder nunca fueron otra cosa que declaración
de intenciones.
En
las empresas, desde PDVSA (la petrolera estatal) hasta las
controladas por el ejército, pasando por el Sistema Bolivariano de
Comunicación e Información (SiBCI), adscrito al Ministerio del
Poder Popular para la Comunicación y la Información, Minci, o por
otras empresas públicas, no se instauró una democracia de base y
control de los trabajadores sino una que se instaló una
boliburguesía procedente, muchas veces, de sectores absolutamente
opuestos a los intereses de las clases populares y que, a la vez que
unían sus destinos a la burocracia del sistema político,
conspiraban contra el propio proceso bolivariano. En su lugar, mucha
manifestación de ardor político y mucha exaltación y culto a la
personalidad del líder: algo muy distinto de lo que es la
emancipación de los explotados y oprimidos que requieren
participación, poder en la base y sentido crítico hacia las
desviaciones de los procesos. Amén fue la consigna de entonces.
Frente
a la ausencia de construcción de poder popular, de control obrero de
la producción, de socialización de las empresas a manos de los
trabajadores, de fiscalización por los sectores populares de las
instituciones de la mal llamada revolución, lo que se impuso
durante los años de los altos precios del petróleo fue la
financiación de los servicios públicos y las rentas.
El
comandante Chávez, cuando aún había confianza en el modelo
bolivariano, fue liberado del golpe de Estado no tanto por sus
oficiales y soldados como por los desheredados de los cerros que
creían en lo que él representaba. Éste, que nunca fue un marxista
ni un revolucionario sino un populista con voluntad socialdemócrata
auténtica (no de eso que la pobreza intelectual llama
socialdemocracia) intentó acabar con el poder económico de una
oligarquía fascista y próxima estratégicamente a los intereses
del imperialismo norteamericano. Pero el susto paralizó el intento
transformador.
Aún se sostuvo cierta ficción de voluntad transformadora por la movilización social que el carisma del comandante facilitaba a su alrededor pero el proceso, que ya no era proceso, porque nunca tuvo un proyecto decidido hacia el socialismo y la toma, que no ocupación del poder del Estado burgués para destruirlo y crear uno de los sectores populares, estaba ya entonces en vía muerta. El propio PSUV no era sino una amalgama de intereses contrapuestos entre el populismo, el nacionalismo y cierta retórica socialista, incapaz de orientar a la sociedad venezolana.
Cuando
llegaron las horas difíciles, descendieron los ingresos del Estado
y de la economía, no solo por un sabotaje, la falta de conciencia
entre las clases subalternas, educadas no en la socialización del
poder sino en la subvención de los servicios, llevó a sectores
importantes de los trabajadores y del pueblo venezolanos a extrañarse
de unas instituciones que ya no representaban en nada al proyecto
original en el que confiaron y por el que pelearon. Cuando no tienes
pan has de de dar, al menos, la confianza en que aquello por lo que
pides sacrificio a otros les pertenece porque es suyo.
La temprana muerte de Chávez dio paso al más mediocre, pusilánime y
pobre intelectualmente de sus posibles sucesores: Nicolás Maduro, un pésimo imitador de las formas y la retórica
de Chávez.
Como
gobernante demostró su plena
incapacidad, como personaje se convirtió en un
ser risible al que solo los aduladores profesionales que tenían
algo que ganar y poco espacio al que retroceder podían seguir
manteniendo.
Dividió
al poder bolivariano, enfrentando instituciones del Estado. Permitió
que dentro del ejército, que había sido depurado en su día por
Chávez, crecieran los sectores reaccionarios, dejó que se
dilapidara el capital político chavista por su inacción y su
pusilanimidad, se negó a dar un golpe de fuerza, a ilegalizar a los
partidos de la MUD y a ejercer una represión revolucionaria decidida
y completa contra los sectores fascistas de los poderes económicos,
mediáticos e ideológicos, apoyándose en una posición de clase
contra clase, ejercida no por la policía del Estado sino por los
trabajadores venezolanos. En definitiva, se fue aislando de las
corrientes a la izquierda del PSUV y del Estado, como el PCV (sobre
el que llegó a planear la sombra de la ilegalización) y otros y se
encerró en unas amenazas de matón de barrio sin valor para
llevarlas a cabo y en una creciente incapacidad de dirección
política, toma de decisiones y sentido de la oportunidad y de la
necesidad de actuar.
Los sectores populares desgajados de la propuesta bolivariana no lo hicieron porque apoyasen las protestas de los criminales de la ultraderecha venezolana a sueldo de la vieja oligarquía (no podían hacerlo, sabedores de cómo esta les despreciaba) sino que simplemente dejaron el vacío en las calles de la fuerza social en que se asentaba el gobierno, mostrando de ese modo su debilidad.
La
revolución que nunca existió y el proceso interrumpido a los pocos
años de empezar a andar han muerto con la liberación del criminal más simbólico de toda la ultraderecha venezolana, Leopoldo López, bajo la protección del Papa y de un tipejo infame como Zapatero . A partir de ahora veremos a la
burocracia y a la dirigencia bolivariana intentar un pacto contra
natura y de última hora, al estilo del que hizo el corrupto Ortega
en Nicaragua, con los sectores más reaccionarios de la vieja
oligarquía nicaragüense.
Toda
revolución tiene su Thermidor cuando no se afirma sobre sí misma,
sobre su base social y su proyecto político. Cuando no es
revolución, ni siquiera es Thermidor, es simplemente farsa lo que le
sucede. El problema es que, aunque sea solo ópera bufa lo que venga
tras ella, los sectores populares que estuvieron comprometidos en la
lucha por la transformación de Venezuela no pueden pactar. Sobre
ellos caerá la represión pero eso a los Maduros y Cabellos les
importará muy poco.
Algunos
celebramos en este año la revolución de Octubre. La diferencia
entre los bolcheviques y los bolivarianos actuales no está
simplemente en la comparación imposible entre Lenin y Maduro, ni en
la diferencia entre sus tallas intelectuales y políticas, sino en
algo fundamental: la voluntad revolucionaria frente al menchevismo de
la opereta venezolana, la construcción de un poder popular en en que
asentarse frente al negarlo y esperar fidelidad acrítica y la falta
de decisión para tomar el poder , en lugar de limitarse a ocuparlo.
Estoy de acuerdo con este análisis. Hugo Chávez no era Fidel Castro, ni su 'Revolución Bolivariana' la Revolución Cubana, pero significó (por algo lo asesinaron) en Venezuela y en América Latina un esperanzador horizonte de cambio frente a la dura política imperialista. Lo que aún no logro explicarme es cómo pudo Maduro 'acceder' al poder ni por qué Chávez lo designa como sucesor de su proyecto.
ResponderEliminarEn las circunstancias actuales que atraviesa Venezuela, cualquier paso atrás, por mínimo que sea, supone precipitar una futura derrota total. Si el gobierno venezolano piensa que puede ganar algo (¿tiempo?) aplicando políticas apaciguadoras hacia la rancia derecha imperialista que representa el criminal Leopoldo López, se equivoca por completo. Esa política será interpretada por propios como una desmoralizante debilidad, y por ajenos como un alentador triunfo. Como bien dijo el CHE, al imperialismo ni tantito así. O como en el mismo sentido dijo Durruti, al fascismo no se le discute, se le destruye.
Salud
De acuerdo con este análisis, veo con preocupación como el teatro de la derecha venezolana se deja correr sin consecuencias. Como chilena veo como el proceso en Venezuela corre por los mismos carriles del proceso chileno con Allende, en donde Allende prácticamente desarmo la incipiente y débil defensa de su gobierno y concesión tras concesión, llego a un callejón sin salida. Allende no era un cobarde ni un tonto, pero era un reformista que creyó en la posibilidad de negociar con la "civilizada oligarquía chilena"...aun vivimos las consecuencias del retroceso histórico que significo la dictadura militar y por cierto, aun estamos bajo el imperio neoliberal salvaje, consentido por los sucesivos gobiernos concertacionistas, o lo que es igual, los partidos zombies surgidos del pacto-traición, entre la dictadura y las cúpulas políticas del movimiento anti dictatorial. Como el CHE y como Durruti al fascismo no se le discute, se le destruye y esto no está ocurriendo en Venezuela, desgraciadamente.
ResponderEliminarEs una postura preocupante, liberar a este fascista es muy grave, es dar alas al viento a la contra venezolana, es una capitulación, es una rendición sin paliatívos, la burguesia venezolana es hoy muchísimo más fuerte que nunca, si cae el chavismo apaga y vamonos, porque entonces todos los populismos democráticos latinoamericanos caeran en barrena y todo se acabará.
ResponderEliminarTodo lo que dice el gobierno venezolano es falso,eso de que por humanidad de que está enfermo, arresto domiciliário, una pulsera de control, etc. cuentos de sierenas.
Maduro se ha bajado los pantalones ante un indivíduo que es un completo criminal, y demostrado, pero todo esto tiene una lección.
Ya de mano, el PSUV es un partido que no tiene nada de revolucionario, en vida de Hugo Chaves tanto su gobierno como el propio partido,al igual que ahora sigue compuesto de elementos troskistas , socialdemócratas y otros tantos contrarevolucionarios, y de aquí se desprende toda la historia política venezolana.
He dicho muchas veces que el Socialismo del Siglo XXI es un socialismo que no se atiende para nada del socialismo real, del científico, el de Carlos Marx, que es el único socialismo de verdad que existe, lo de demás es basura capitalista.
Cuando en Venezuela se sigue firmando convenios económicos con el imperialismo yanky, cuando en Venezuela el poder está en manos de los bolivarianos, pero cuando en Venezuela la economía está en manos de la burguesía, cuando la escasez de alimentos dentro de las grandes superficies controladas por esa burguesía, cuando los medicamentos no llegan a la población, etc.y todo permitido por el gobierno, que me digan,o nos digan que Socialismo es este, que revolución socialista es esta, no se entiende que un gobierno, supuestamente revolucionario actúa de estas maneras,si tienen el poder como es posible que la economía del país esté en manos del enemigo? de los capitalistas?, y las enseñanazas de Lenin y del resto de los bolchevíques? de como se tiene que hacer la revolución? aúnque en todos los países las circunstancias sean distintas, pero al fín y al cabo tiene que ser la Revolución.
La polítíca del Socialismo del Siglo XXI está llamada al fracáso, hace mucho tiempo que tenian que haber nacionalizado los sectores economicos controlados por la burguesía y no lo han hecho, hace mucho tiempo que tenian que haber formado unas milicias del pueblo y no lo han hecho, el haber formado a una juventud como en Cuba y no lo han hecho, etc.
La única salvación, el Partido Comunista, veremos ahora el papel que va a jugar, pero hay que tener en cuenta que el PCV es un partido en parte revisionista, es un partido fuerte en sus filas, pero tiene que ser muy fuerte en concienciar al pueblo de la necesidad de la toma del poder obrero a través de la revolución violenta hácia la conquista de la toma del cielo por asalto y llevar a las masas obreras y campesinas e intelectuales a la victória del Socialismo real y no seguir con esa falsedad del socialismo del siglo XXI, que para lo que sirve es para ver escenarios como lo que estamos viviendo.
A seguir así Nicolas Maduro va a caer, y con el toda una ilusión perdida para todos los revolucionarios del mundo por hacer una política que no sirve para nada, si, solo sirve para que el enemigo, que núnca varió en nada en sus posiciones acaben tomando el poder a sangre y fuego en nombre de su criminal sistema, el Capitalismo.
y mientras aqui en españa, en esta sociedad zombi, idiotizada hasta la nausea , celebrando que a ese fascista se le haya soltado, lo ven como un triunfo de la democracia, lo oigo en el trabajo , en boca de curritos, familiares , amigos , todos ellos trabajadores de a pie , como se ha llegado a esto?, que clase de sociedad tan alienada de la realidad han creado ?. ya para si la hubieran conseguido los emperadores romanos, a veces me parece estar viviendo una pesadilla de la que no puedo escapar, da la impresion que una gran parte de las masas productoras han perdido la capacidad de razonar ante el poder de los medios.
ResponderEliminarMiedo da ver a donde nos han llevado y lo que estan consiguiendo.
Curioso que en España se celebre tanto que se mande a casa a un golpista, secuestrador de ministros, incitador de sucesos violentos con decenas de muertos y cientos de heridos. También, por cierto, corrupto allí por donde ha pasado.
ResponderEliminarDa una idea del poder de los medios de adoctrinamiento de la sociedad. Nadie sabe decirte qué ha hecho Maduro para ser el nuevo demonio, el nuevo Sadam Hussein, una vez que les enfrentas a realidades: los heridos en las manifestaciones lo son sobre todo a manos de los opositores, en la dictadura venezolana el parlamento está en manos de la oposición, fue el tribunal supremo venezolano quien quiso suspender el parlamento, y sólo porque este se había atribuido funciones que le prohibe la Constitución en otro ejercicio de golpismo. La pobreza en Venezuela ha caído, y la violencia que tanto preocupa viene de manos de los opositores. La violencia del estado son los miles de desaparecidos de Carlos Andrés Pérez y la represión brutal del ejército al pueblo, que contó con la oposición firme del Comandante Chávez cuando se negó a masacrar a quienes pedían pan en el Caracazo.
Ni uno solo de los que atacan a Maduro, al que no puedo defender como revolucionario porque no lo es, pero sí como antifascista, son capaces de explicar por qué prefieren a esa reata de criminales que al presidente electo de la República Bolivariana de Venezuela. La tele les ha dicho que es malo y eso basta. Como decía Malcolm X, los medios de masas pueden hacerte odiar al oprimido y amar al opresor. Lo que no decía es que para que manipulen con éxito hace falta que nos dejemos manipular y traguemos con sus mentiras sin el mínimo espíritu crítico.
He aquí el ejemplo de ese reformismo llorón, irritado porque la oligarquía no acepte la voluntad popular.
EliminarDefender a quienes han traicionado el proceso bolivariano, frenado por la propia dirigencia tras el frustrado golpe de Estado contra Chávez, e involucionado por su mediocre y estúpido sucesor Maduro es disculpar la traición de quienes reculan ante los fascistas.
Quienes hacen abstracción de que no hay transformación sin el poder de la base social que impulsa los proyectos y vigila las desviaciones pusilánimes de una dirigencia reformista no entenderán nunca que la lucha por transformar el mundo se sostiene desde la punta de los fusiles y que todo intento de golpe fascista debe ser reprimido apoyándose en la base social popular e impulsando la radicalización de un proceso, ya abortado, hacia el socialismo
"La única garantía posible de democracia es un fusil en el hombro de cada obrero" Lenin
ResponderEliminarVuestros análisis son idealistas porque parten de supuestos, no son nada más que voluntarismo.
ResponderEliminarCamaradas, hay que dejar bien claro que ESTA NO ES UNA REVOLUCION COMUNISTA. No se puede juzgar algo que no es.
Esta es una revolución socialdemócrata, que no es poco, en un país con oligarquías consolidadas, acompañadas de toda la reacción mundial. Normalmente, cuando el sentimiento de clase todavía esta difuminado, los tiempos y las formas no los marcamos nosotros, hay que ir construyéndolos, a veces con el desarrollo de los acontecimientos, y en este sentido, lo que sí es deseable es que la confrontación de clases en esta nueva etapa pudiera propiciar un ascenso de las masas auspiciado por la constituyente, de manera que eleve su nivel ideológico político para acabar reforzando el papel protagonico de vanguardia del Partido Comunista. Esa sería la antesala de una posible verdadera revolución que criticamos, y no esta.
Por de pronto, VIVA LA CONSTITUYENTE.
Hoy la barricada esta en Venezuela, por tanto solidaridad internacionalista.
VIVA EL MARXISMO LENINISMO.
Avanza usted en su comentario usando las categorías (“idealistas”, “voluntarismo”) como si las conociese cuando en realidad no tiene ni idea de lo que está hablando. “¡¡¡Revolución socialdemócrata!!!” ¿De dónde saca tan extraño contrasentido? Jamás se vio tal cosa. Por definición, la socialdemocracia jamás fue revolucionaria, al menos desde el programa de Gotha, ¿sabe de qué le estoy hablando? Los socialdemócratas, lo que con un poco de esfuerzo quizá usted llegue a ser algún día, son gradualistas mientras la revolución es todo lo contrario. Ese planteamiento se nota en el etapismo por fases que usted expone. La confrontación de clases que propicie el ascenso de las masas pudo darse tras el fallido golpe de Estado contra Cháve, cuando bajaron de los cerros las masas a defenderle, cuando existía el más amplio apoyo popular el proyecto bolivariano, cuando al descabezar el golpe el fascismo era más débil. Entonces se paró. Hoy, Maduro y la dirigencia bolivariana no hacen más que retroceder desde hace años y permitir que los fascistas se adueñen de las calles y asesinen impunemente a militantes bolivarianos. El camino de la claudicación, la debilidad en la voluntad política y los retrocesos constantes conducen al abismo y en eso Maduro y los que le justifican, como usted, son grandes expertos.
EliminarFórmese políticamente, ya que no va a dejar de ser, con esfuerzo, un vulgar socialdemócrata y no diga más tonterías.
En cuanto a la Constituyente no es más que un brindis al sol que llega demasiado tarde y que tampoco es claro, como nunca lo fueron los pequeñoburgueses de la dirigencia bolivariana, en su proyecto porque no tienen otro que el de la permanencia en el gobierno, sin que haya ya un para qué.
Por cierto, cada vez leo a más vulgares socialdemócratas proclamarse marxistas-leninistas, en plan beato, sin tener ni puñetera idea ni de marxismo ni de leninismo.
A cualquiera de los "comentaristas" que critican la medida, me gustaría verlos en las calles de Caracas, a ver si las recetas que dicen vender les valen ante los terroristas opositores.
ResponderEliminarClaro, claro. Sin duda rendirse ante el jefe de los terroristas y mandarlo a casita es la mejor receta que vendéis los claudicantes. Decidle al traidor de vuestro jefe que le dé una medalla
EliminarApenas unos días después del ataque al Tribunal Supremo de Justicia perpetrado por un psicópata fascista, se pone en libertad a quien, sin duda, es su jefe. A Hitler también quisieron "apaciguarle", con resultados de sobra conocidos. Desgraciadamente, el tiempo mostrará lo equivocado y funesto de la "medida" (léase claudicación).
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