A velocidad de vértigo continúa encajándose la formación
política Podemos en el Régimen postfranquista que
tanto criticara su secretario general durante sus primeras intervenciones
televisivas. Poco o nada parece quedar ya, en efecto, de las propuestas
reformistas con las que Podemos trataba de ganarse a un
electorado desencantado de los partidos tradicionales en las últimas elecciones
al Parlamento Europeo.
Hasta las vísperas de los pasados comicios autonómicos
y locales, sin embargo, los líderes de la formación mediática aún vendían su
producto como el "mejor instrumento" para "terminar
con el bipartidismo" y desalojar de las instituciones que ellos
pretenden ocupar tanto al Partido Popular como al PSOE.
Los resultados de las últimas encuestas, no obstante, han
terminado por sacar a la luz pública cuál puede ser la función que desempeñe el
nuevo partido morado, como una pieza fundamental en el tablero político español
para apuntalar el denostado bipartidismo.
Hace solo unos días, en su programa Fort
Apache, Pablo Iglesias reconocía abiertamente que el papel
de Podemos no pasará de ejercer influencia en el PSOE. "O
gira la familia socialista - afirmó sin ambages Iglesias - o
nosotros nos podemos retirar, porque hay determinadas opciones que no podríamos
tomar porque no contaríamos con el apoyo de las opiniones públicas".
En el mismo sentido, este miércoles 12 de agosto, el
secretario político dePodemos, Iñigo Errejón, aseguraba que “es
posible que haya entendimientos entre su partido y PSOE para un posible pacto
tras las elecciones generales, si los socialistas optan por el cambio
político”.
Para tratar de justificar un planteamiento situado a años
luz del que sostenían hace apenas unos meses, Errejón utilizó
la misma trampa discursiva que en años pasados servía a Izquierda Unida para
defender sus pactos con el partido socioliberal: la supuesta posibilidad,
recurrentemente negada por los hechos, de que el partido liderado hoy por Pedro
Sánchez deje de defender los intereses de la clase capitalista
española, pasándose al bando de las clases populares.
Así, Errejón apuntó que dentro de Podemos “no
saben con qué PSOE habrá que hablar para favorecer este posible pacto
y que no habría nada que hablar con el PSOE del gobierno cuya
última decisión fue indultar a un banquero”.
La necesaria apostilla, sin embargo, no impidió que Errejón reconociera
que “necesariamente habrá acuerdos en un parlamento más plural”, y no
descartó que “estos pactos lleguen al Gobierno”.
Dejando entrever la amplitud que tales acuerdos
post-electorales podrían llegar a tener, el secretario político de
Podemos destacó también “que antes de hablar entre partidos
hay que ver el reparto de confianza de los ciudadanos”.
Como se recordará, ya el pasado 13 de mayo, el propio Pablo
Iglesias admitía, en una entrevista concedida a RNE, que
estaría dispuesto a pactar a pactar incluso con el PP tras el
24M. "Podemos hablará con todos los representantes de la voluntad
popular" -aseguraba entonces Iglesias.
En cualquier caso, el último giro de Podemos hacia el partido de los GAL llega tras el barómetro del CIS que refleja una caída en intención de voto para la organización de Pablo Iglesias y que un pacto entre la formación morada y los "socialistas" es la alianza preferida por la mayoría de los encuestados (21,1%).
NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG: Los vídeos llegan a través de CanarIas Semanal. Disfrutemos de Pablito,de su ridículo y de su sinvergonzonería: Mucho peor que Tsipras. Llamativamente sin que haya llegado al gobierno. Al menos Tsipras nos hizo pasar por el engaño del gobierno socialdemócrata y su supuesta voluntad resistente. Ya hemos visto lo que da de sí.
Errejón ha exibido profusamente estos días su amor por el PSOE. Ha convertido su juego de tontos en el encuentro ideológico con el partido de su musa, llamada Zapatero. Es lo que hay. Es lo que son los podemitas.
¿Qué hacer con todos estos "ilusionados<" de "izquierdas" y enorme poderío revolucionario que tantas lecciones nos daban, no a sus derrotados y entregados IUpodemitas, sino a los comunistas? Quizá debamos recoger cuerpos maltrechos y empezar a enseñar que la lucha no era eso de pillar cacho en las instituciones. Tiene todo esto su tiempo de pensamiento, debate y tambén trabajo.
Y ahora veamos unos vídeos por gentileza de Canarias Semanal.
Pablo Iglesias dispuesto a pactar con el PP como "representante de la voluntad popular" from La primera a la izquierda on Vimeo.
Podemos se retrata mediocremente vencido pero:
ResponderEliminarY si Podemos apoyase la independencia de Catalunya? Y si fuesen suficientemente valientes? Los argumentos imposibilistas de la independencia de Catalunya se podrían esgrimir, y aún con más fuerza si nos vamos hasta Grecia, contra la imposibilidad de hacer otra economía en el marco de la UE. Podemos defendió durante algún tiempo el proceso constituyente. Ese proceso significa de alguna forma romper la baraja. Es precisamente, con todas las contradicciones que conlleva una candidatura de ERC con Convergencia, la intención de romper la baraja por el flanco más débil (España es subsidiaria de la UE mucho más que Catalunya de España), lo que puede abrir este proceso constituyente. Podemos puede seguir esperando a convencer que los socioliberales hagan una política que abandonaron en los 80 (siendo muy generosos con la fecha) y que desde la UE todo cambie mágicamente. Que sería tanto como pedirle a un tren que discurra fuera de los carriles. Pocos se pueden aventurar con solvencia y prever las consecuencias de una declaración de independencia pero muchos menos pueden negar que esa situación abriría una posibilidad de cambio con mayores oportunidades que los de abajo podrían aprovechar.
Podemos es una farsa, de modo que fiar a ellos cualquier política que vaya más allá del "quítate-tú-para ponerme-yo" es ingenuo.
ResponderEliminarLa independencia de Cataluña, cuya posibilidad no rechazo aunque fuera un absurdo y una pena, debería depender de un ejercicio democrático y riguroso; en su forma actual, CUP incluida, sólo conviene a la oligarquía catalana.
Si el nacionalismo español fuera inteligente, y parte lo es y sabe esto, confiaría en Podemos para desactivar parcialmente el independentismo "coyuntural" que descansa en una mera crítica del statu quo.