Título original de la noticia: Sube el partido racista UKIP
Marcelo Justo. Página12
La formación británica antieuropeísta y homófoba lanzó una campaña de cara a las elecciones europeas con un mensaje apocalíptico: “26 millones de europeos buscan trabajo, ¿qué puestos cree que están buscando?”.
En el Reino Unido la banana que le arrojaron al lateral del Barcelona Dani Alves en el partido entre el Villarreal y el Barcelona el domingo la habría tirado uno de los candidatos del partido que lidera las encuestas para las elecciones europeas del 22 de mayo. El antieruopeísta, homófobo y racista UKIP tiene hoy una intención de voto del 31 por ciento, tres puntos más que el laborismo y doce más que los conservadores. William Henwood, candidato a concejal del norte de Londres del partido, produjo la última joya del UKIP al decir que si el cómico negro británico Lenny Henry “quiere llenar este país de negros, debería mejor irse a vivir a un país de negros”, en referencia a que el actor se había quejado de la escasa representación que las minorías tienen en la industria televisiva británica.
El UKIP parece regodearse en estos exabruptos tanto a nivel individual como en la política oficial partidaria. La semana pasada el partido lanzó una campaña de cara a las elecciones con un mensaje apocalíptico: “26 millones de europeos buscan trabajo, ¿qué puestos cree que están buscando?”. Como para que no quedaran dudas de la respuesta, un dedo gigantesco apuntaba al destinatario del mensaje: el electorado británico. Unos días antes habían salido a la luz los tweets de uno de sus miembros, Andre Lampitt, que no se andaba con vueltas respecto del “enemigo” responsable de los males que aquejan a los británicos. “Los musulmanes son animales; su fe es asquerosa y el profeta es un pedófilo”, decía Lampitt.
Estos exabruptos provocaron condenas de los políticos de los principales partidos y una catarata de hashtags en Twitter, pero no modificaron en nada la intención de voto de los británicos. Una encuesta dada a conocer este domingo por The Sunday Times les daba un cómodo 31 por ciento a los UKIP, seguidos por la oposición laborista con un 28 por ciento y en tercer lugar, el principal partido de la coalición gubernamental, los conservadores, con un 19, mientras que sus aliados en el gobierno, los liberal demócratas, languidecían en un cuarto lugar con un 9 por ciento.
En una entrevista con The Guardian, el líder del UKIP, Nigel Farage, indicó que, en cuatro semanas, su partido “produciría la máxima revolución de la historia política británica” y justificó la línea partidaria en temas de inmigración. El año pasado UKIP publicó un panfleto advirtiendo que el 1º de enero, cuando Bulgaria y Rumania se convirtieran en miembros plenos de la Unión Europea, “se abrirían las puertas a 29 millones de búlgaros y rumanos”. Dado que la población total de ambos países es en realidad de 27 millones y que hoy sigue caminando gente por las calles de Sofía y Bucarest, The Guardian le preguntó si se arrepentía de ese mensaje. “Para nada. Por dos razones. Primero porque no sabemos aún las cifras reales. Segundo porque ha habido 28.000 arrestos de rumanos en los últimos cinco años. No queremos que esta gente venga a vivir al Reino Unido”, señaló Farage.
El mensaje desdeña toda apelación a la lógica y la solidez factual, presuntas características de los británicos, pero tiene un éxito fenomenal. El UKIP sacó 2,3 por ciento en las elecciones nacionales de 2005, 16,5 en las europeas de 2009 y 22 en las municipales del año pasado. Si se confirma la tendencia actual, sería la primera vez en más de un siglo que el ganador de una elección británica no sería conservador o laborista.
Un profesor de política de la Universidad de Nottingham, en el norte de Inglaterra, Matthew Goodwin, sugiere que la diferencia puede ser mayor aún y tendrá profundas consecuencias en la política británica. “En las encuestas estamos viendo el mismo fenómeno que en las elecciones de 2009 en las que el UKIP tuvo un gran crecimiento en las últimas semanas. Una lección de estos últimos años es que condenar y ridiculizar al UKIP no ha servido de nada. Si terminan segundos en estas elecciones, el primer ministro David Cameron terminará muy mal parado. Si termina primero será un golpe para toda la clase política, incluyendo a los laboristas”, señaló Goodwin.
NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG:
Las tentaciones de los vapuleados por la crisis capitalista de castigar a los partidos sistémicos (conservadores/liberales, por un lado y social-liberales, mal llamados socialdemócratas, por el otro) votando a organizaciones fascistas pueden terminar por abrir el huevo de la serpiente y brindar la oportunidad de que, de nuevo, Europa marque el paso de la oca en el camino hacia nuevos horrores. El voto hacia candidaturas a la izquierda de los social-liberales, que no escondan que la pelea es hoy, como siempre entre capital y trabajo y entre izquierdas -reales- y derechas, sería en cambio, una actitud consecuente, de clase y antifascista. Los llamamientos a la abstención son, por el contrario, una forma poco sutil de colaboración consciente o inconsciente con las nuevas amenazas del monstruo.
Una vez leí en un artículo, acerca de la cuestión del voto, que los que criticaban la abstención activa (o consciente) deberían especificar siempre qué partido creen que se debería apoyar y por qué. De lo contrario, los llamamientos a participar en las elecciones burguesas carecen de sentido. Hay que votar, bien, pero a quién y por qué? A IU, que está dispuesto a gobernar en coalición con el PSOE a cualquier precio (como está demostrando en Andalucía)? A la nueva marca mediática "Podemos"? A los trotskistas de IA? A los "verdes" de Equo? O quizá al PCPE, tan "puros" ellos que todavía siguen anclados a un ciclo revolucionario ya derrotado?
ResponderEliminarResido en UK desde hace unos años, y creo que el creciente apoyo a partidos fascistas como el UKIP se debe a que aquí los partidos de izquierda "de verdad" son bastante marginales. El retorno del fascismo tiene mucho que ver con el fracaso de las izquierdas políticas y sindicales en toda Europa (creo que en eso estaremos de acuerdo). Existe hoy en día en España algún partido de izquierda con un discurso y una práctica realmente revolucionaria o, como mínimo, rupturista? Yo creo que no. Y creo que al fascismo no sólo se le combate en los parlamentos burgueses, sino también (y creo que principalmente) en los centros de trabajo y de estudio y en los barrios, donde la clase obrera puede realizar su lucha de forma mucho más libre e independiente.
Nunca he sido muy amigo de la abstención. Siempre que he podido he votado (excepto cuando las trabas burocráticas me han impedido votar desde el extranjero), y he votado a IU o a Compromís (lo confieso, he pecado), pero actualmente pienso que no me da la gana darle un cheque en blanco a nadie, y menos cuando no me dan muestras de que pueda confiar en ellos. Yo no le pienso decir a nadie que no vote, pero me gustaría que tampoco me acusaran a mí de favorecer a los partidos fascistas por negarme a participar en una farsa.
Saludos.
PD: Enhorabuena por tu blog, por cierto, llevo enganchado a él desde hace bastante tiempo.
Hola Arnau:
EliminarEn primer lugar, agradecerte tu fidelidad al blog. Espero continuar siendo merecedor de ella.
Dicho esto, paso a responder a tu comentario.
En relación con tu reflexión acerca de la necesidad de realizar propuestas concretas de a qué opciones votar frente a la abstención, activa a no para no caer en el vicio de la defensa del parlamentarismo burgués, te diré que ese planteamiento tiene sus excepciones, como todo en la vida.
En un momento de auge de los populismos y fascismos en Europa creo francamente criminal que ese voto se vaya a ellos o a una abstención (enorme) que favorecerá su ascenso porque vendrá fundamentalmente de las clases trabajadoras y porque hará más fácil que logren representación y crezcan en visibilidad opciones de la extrema derecha. Ello va a ocurrir de forma muy notable, si no lo impedimos, no sólo en UK sino en Francia, en Italia, en los Países Bajos, en Austria y en más de una decena de países de la UE.
Claro que hay opciones a la izquierda de la mal llamada socialdemocracia, porque socialdemocracia son hoy los exPCS (aunque mantengan sus siglas en algunos casos), que son cómplices de sus alianzas con los social-liberales. No sólo en Andalucía o en España. Pero también lo es que esas organizaciones son casi lo único que queda en pie para que el voto tenga alguna opción de no irse a los fascistas. Aquí afortunadamente no tenemos fascistas confesos con opción de alcanzar posibilidades de representación y eco social,...aún. Pero se alzan opciones populistas de derechas como la del juez Elpidio Silva (Movimiento Red), VOX (aún prefascista), de sectas impresentables como Recortes Cero (que esconden a la UCE, una organización extraña históricamente a la izquierda y que ha tenido concomitancias con UPyD o incluso a grupos falangistas en el pasado), el frikipartido burguesito y con un olor políticamente repulsivo como los del Partido X.
El problema de las contradicciones de IU entre la calle y el pacto con los que antes decía que eran la misma mierda que el PP, el PSOE, lo tendrá que resolver la propia IU o la historia se encargará de llevarles a una contradicción tal que les haga estallar, al primer traspiés electoral que den porque, no nos engañemos, IU es una socialdemocracia electorera. Pero también lo es que fenómenos como los Podencos- Izquierda Capitalista son una versión desclasada y populista de IU, de niñatos pequeñoburgueses del mundo académico sin referencias en las tradiciones de la clase trabajadora. En cuanto a Compromís-Equo, ¿qué decirte de quienes se fueron de IU por la derecha?
Del PCPE nada que decir, salvo que sus problemas no son de fin de ciclo político (no está escrito el sentido ni la forma que tendrán las futuras revoluciones, por mucho que cada una es distinta a las demás) sino de sectarismo y de incapacidad político-ideológica. En todo caso, son infinitamente más coherentes que los de Iniciativa Comunista que hace meses buscaban socios y lo publicaron para una candidatura contra la Europa del capital y, como no los encontraron, ahora reniegan de la farsa electoral.
Hay otras opciones de izquierda como Red Roja que también se presenta, con sus debilidades e insuficiencias propias.
Ninguna de las opciones me seduce un pelo pero, frente al auge populista, me pondré una pinza en la nariz y votaré IU, como he hecho, discontinuamente, en ocasiones anteriores. Yo soy de los que ha hecho uso de la abstención en otros momentos pero, a diferencia de ellos, éste es el de la consolidación de los proyectos fascistas y populistas a nivel paneuropeo y el de un ambiente que, en mi opinión, comparte algunos elementos que me recuerdan al previo a la I GM y otros al anterior a la II GM
Y sí, las izquierdas tienen mucha culpa de lo que está sucediendo pero no sólo por su complicidad sino por su incapacidad para dar una alternativa al capitalismo. Pero no hay mucho dónde elegir....de momento.
Claro que ya va siendo hora de ponerse a construir otra cosa.