4 de marzo de 2013

EL NECESARIO PROCESO CONSTITUYENTE DEL QUE TODO EL MUNDO HABLA

Hoy parece que la Constitución española está más cuestionada que nunca, hasta el punto de que los mismos que hicieron campaña en su favor, ahora dicen querer "refundarla".

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG:

Suscribo cada una de las palabras de su autor. Lo que no suscribo es su ausencia de crítica a lo que el 25-S representa, precisamente como quinta columna que impida el avance de la lucha de clases, de la defensa de los intereses de la clase trabajadora y de la definición de un proyecto de construcción hacia el socialismo.

Tampoco comparto la ausencia de crítica al modo en que el partido del autor- Iniciativa Comunista- y otros autoproclamados comunistas engordaron la llamada indignación que ha dado lugar a subproductos sólo institucionalistas y rechazadores de tocar el tema central en esta crisis del capitalismo, que es el de la propiedad.

En todo caso, va siendo hora de ser valientes y denunciar como intento de timo del tocomocho este segundo proyecto de reforma o transición que impida la auténtica ruptura con el sistema. El sistema no es otro que el capitalismo y no esas vaguedades indiferenciadas que utilizan los pseudoprogres cuando emplean el término en sentido genérico.

Es necesario combatir de forma decidida el intento de los “constituyentes” de dejar a la clase trabajadora, la mayoría social, fuera de la batalla. La batalla tiene que unir cambio político, con cambio económico y social o será una trampa como la de 1978. De hecho, ya se están produciendo movimientos tácticos de pacto social silencioso entre nuevos constituyentes y poderes fácticos. Es la idea gatopardiana de cambiar un régimen de partidos por otro régimen de partidos para que, de lo sustancial, no cambie nada.

Sin más, les dejo con el artículo aludido.

EL NECESARIO PROCESO CONSTITUYENTE DEL QUE TODO EL MUNDO HABLA

F. Pianiski, militante de Iniciativa Comunista. La Haine
Desde
el punto de vista político, los años 70 debieron ser muy duros en el Estado español. Yo no me acuerdo de nada porque era muy pequeño, pero he visto la serie "Cuéntame" y además, los camaradas menos jóvenes me han contado mil y una batallas.
Eran tiempos de militancia clandestina y las organizaciones revolucionarias, a pesar de haber sufrido cuarenta años de dictadura, se encontraban en plena efervescencia tras la muerte del dictador en el año 75.

Supongo que nadie pondrá en duda el hecho de que, en aquellos tiempos, las organizaciones revolucionarias se encontraban, desde el punto de vista cuantitativo y cualitativo, en mejores condiciones que en las que se encuentran ahora. Y sin embargo, a pesar de esa cultura política entre las masas, a pesar de esa efervescencia revolucionaria, a pesar de la relativa fortaleza de las organizaciones obreras, en el año 78 consiguieron colarnos una Constitución, diseñada por y para los intereses de la misma burguesía franquista que cuarenta años atrás había conquistado el poder.

Hoy parece que la Constitución española está más cuestionada que nunca, hasta el punto de que los mismos que hicieron campaña en su favor, ahora dicen querer "refundarla".

Se nota, se siente, somos constituyentesIncluso desde Izquierda Unida se lo están tomando en serio. La coalición, que hasta hace cuatro días ha exaltado y defendido la Constitución española como si de la piedra filosofal se tratara, y cuyo Coordinador Federal aseguraba no hace mucho, que el planteamiento estratégico de IU es llegar al "socialismo o casi al socialismo" a través de la Carta Magna, ahora clama, junto a otros grupos parlamentarios, por el necesario proceso constituyente.
Más que proceso constituyente, lo que IU plantea es una reforma constitucional, coincidiendo en algunos puntos con la ultraderecha encarnada en UPyD, que también pretende "refundar el Estado" a golpe de proceso constituyente.

Este proceso constituyente se ha venido reclamando con mayor intensidad en los últimos meses, desde que la Coordinadora del 25-S lo planteó como principal objetivo político. Ahora son decenas de grupos y plataformas ciudadanas de reciente creación, las que se suben a la ola del proceso constituyente por todo el Estado. No obstante, lejos de hacerme demasiadas ilusiones y después de analizar los diferentes "manifiestos constituyentes" publicados en internet, la hipotética creación de una nueva Constitución en el contexto actual se me presenta desalentadora.

En ninguno de estos manifiestos se menciona una sola vez la palabra capitalismo, la crítica al "sistema" no señala con claridad a la estructura económica del mismo, sino a las "taras" de la estructura política del Estado. Tampoco encontramos una sola referencia a la clase trabajadora. No se plantea abiertamente la lucha de clases, la defensa de los intereses de clase, la organización de los trabajadores o la conquista del socialismo. El sujeto llamado a desarrollar este proceso constituyente es el ciudadano, que se organiza en torno a lo que se ha definido, en algunas ocasiones como poder constituyente, en otras como mayoría social, poder popular, poder destituyente o incluso contrapoder.

Algunos plantean la opción de constituirse como partido político para la consecución de este objetivo, pero lo que de forma inmediata están planteando estos movimientos, no es otra cosa que la convocatoria de unas elecciones libres ad hoc y la ratificación del proceso por referéndum, es decir, lo que se pretende es que los ciudadanos presionen al Estado con la suficiente contundencia para que éste acceda, con la cabeza gacha, a poner en marcha un proceso constituyente con todas las de la Ley. Esto es lo que algunos “constituyentes” han descrito como la “única forma pacífica de hacer una revolución”.

Todos los manifiestos que he leído hasta ahora coinciden en ese carácter pacifista, argumentando que el proceso constituyente ha de realizarse sin ningún tipo de violencia o imposición por la fuerza, ya que este carácter pacífico es el que determina la legitimidad del proceso. ¿Qué significa todo esto? sencillamente, que los revolucionarios no tienen la hegemonía en ninguno de estos autoproclamados frentes constituyentes.

¿Cuál debe ser la postura de los revolucionarios?Ni los comunistas, ni las organizaciones de clase en general, podemos caer en esta ilusión antidialéctica. No podemos confiar en que el Estado burgués vaya a entregar el poder a las masas, ni tan siquiera que garantice la más mínima reforma democrática en sus estructuras sin la imposición por la fuerza de la clase trabajadora.

Desterrar de nuestro discurso los conceptos de clase, revolución o socialismo, significa debilitarnos ideológicamente frente a la burguesía, y en definitiva, abandonar las herramientas de análisis científico con las cuales se ha dotado el proletariado, haciéndolo avanzar en los últimos 130 años. Renunciar al uso de la fuerza significa renunciar a cualquier posibilidad de victoria e invitar al enemigo a que nos aplaste sin miramientos.

La lucha de clases sigue siendo el motor de la historia, y la clase trabajadora sigue siendo, en el contexto del capitalismo desarrollado, el principal sujeto revolucionario. Eso es lo que las organizaciones de clase deben tener claro. La principal tarea es organizar a la clase trabajadora, educarla y fortalecerla ideológicamente, y en ese sentido, estos discursos no hacen sino desarmarla y debilitarla más de lo que ya está. Sin una organización de clase fortalecida, sin la hegemonía de los revolucionarios en los frentes de masas ¿qué nueva Constitución favorable a nuestros intereses de clase vamos a conseguir? Ninguna.

Ya nos colaron una Constitución burguesa en 1978, en un contexto mucho más favorable para los revolucionarios desde el punto de vista de la organización y la lucha ideológica. No debemos caer nuevamente en esa trampa. Bajo los mínimos que plantean estos manifiestos, las posibilidades no apunta ni tan siquiera a una reforma constitucional que nos haga avanzar un sólo paso en la lucha de clases.

No es el momento de alianzas tácticas con la socialdemocracia. No bajo estas condiciones de debilidad absoluta. Es el momento, aquí y ahora, de la unidad y la consolidación de un proyecto revolucionario, que apunte directamente a la construcción del socialismo en nuestros pueblos y enfrente a los verdaderos enemigos de clase. Un proyecto que parta de la acción conjunta y cotidiana, con trabajo concreto, con unidad verdadera más allá de resoluciones en el papel.

3 de marzo de 2013

¿FONDOS BUITRE Y PRENSA CANALLA O FONDOS CANALLAS Y PRENSA BUITRE?

Paul Singer
La reciente audiencia en Nueva York en el juicio de los fondos buitres versus Argentina y su presentación a través de los medios de la corporación mediática del Grupo Clarín y otros es un claro caso de que el orden de los factores no altera el producto.

Nueva Tribuna

El 27 de febrero tuvo lugar la audiencia previa a la resolución de la Cámara de Apelaciones de Nueva York que debe decidir cómo se ha de pagar a los fondos NML de Paul Singer (ojo al parche: el mismo que, según el Financial Times, está comprando deuda hipotecaria en España) y Aurelious los bonos de deuda argentina que compraron a precio de saldo y que se negaron a entrar en las dos restructuraciones que hizo el país (2005 y 2010).

Estos fondos reclaman para sí un trato de privilegio, exigiendo que se les pague la totalidad y en una sola vez, cuando el 93% de los bonistas aceptó un quita de casi el 70% del valor y un pago diferido en el tiempo, que se viene cumpliendo rigurosamente.

El juez de primera instancia Thomas Griesa primero y la misma Cámara de Apelaciones de Nueva York después ya sentenciaron a favor de los fondos buitres que, al negarse a entrar en el canje, se sienten profundamente discriminados porque no cobraron nada. Lo que está en juego ahora es qué y cómo se les debe pagar: todo y ya, como quieren los buitres o con la apertura de un nuevo canje, en las mismas condiciones que el resto, como defiende el gobierno argentino. De ser este último el caso, la apertura debería ser aprobada por el parlamento.

En la audiencia reciente la posición del gobierno argentino fue apoyada por representantes de los bonistas que entraron en el canje y por el Banco de Nueva York que intermedia en los pagos de los vencimientos. La posición de los fondos buitres no tuvo más apoyo que el de sí mismos.

El jurado está compuesto por tres miembros: la jueza que lo preside, Reena Raggi, asumió claramente un papel pro fondos buitres; la otra camarista, Roosmary Pooler, se mostró más sensible a los argumentos de los abogados de Argentina; el tercero, el juez Barrington Parker, mantuvo una posición más neutral aunque se especula que, por sus antecedentes, podría ser más proclive a la posición argentina, de la mayoría de los bonistas, del Banco de Nueva York y del actual gobierno de Estados Unidos.

Tal como ya se planteó en el artículo “Los 'fondos buitre' quieren imponer sus reglas con la ayuda del juez Griesa”, lo que está en juego trasciende totalmente la situación específica de Argentina: de su resolución depende, en buena medida, el futuro de cualquier posibilidad de reestructuración de deuda por parte de los países que se encuentren frente a la penosa situación de tener que hacerlo.

De todas maneras –y tal como la jueza Pooler preguntó a la defensa de los fondos buitres sin obtener respuesta-, si la sentencia empujara a Argentina a una situación de default, los fondos buitres ganarían igualmente, ya que han contratado seguros millonarios para esta eventualidad. (Ver “Otros jugadores de la timba financiera”)

No hay fecha cierta para la sentencia aunque se especula que podría estar lista para principios de abril. No obstante, con su habitual sentido de Estado, los medios de comunicación opositores ya la adelantaron: será desfavorable para Argentina.

Titular del diario Clarín, del 28/02/2013: “Deuda: señales negativas hacia la Argentina en la Corte de Nueva York”. Con la práctica acostumbrada de tomar la parte por el todo, la corresponsal escribe: “Los jueces hicieron todo tipo de preguntas. Pero el lenguaje que usaron fue significativo. Reena Raggi, por ejemplo, calificó a los fondos buitre como ‘víctimas del default’.” Lo que no dice en ningún lugar de la nota es que la otra jueza, Pooler, fue incisiva con ellos: eso no le pareció igualmente significativo.

Otro titular de Clarín: “’Está cerrada la posibilidad que los buitres cobren’, dijo Boudou”. Ay, las frases fuera de contexto y las verdades a medias: efectivamente, hoy por hoy, el canje está cerrado por una Ley del parlamento, llamada, precisamente, “Ley cerrojo”. Para que el Parlamento decida abrirla nuevamente se requiere que los que no entraron en el canje sean obligados, de alguna manera, a hacerlo. De lo contrario, carece de sentido una nueva apertura, que sería la tercera.

En la misma línea, el otro periódico consecuentemente opositor al gobierno, La Nación, el mismo día tituló: “Dura audiencia para el país en la justicia de EE.UU. por el default”; “El riesgo de default como telón de fondo”; “Fuerte caída de los bonos argentinos, tras la audiencia en EE.UU. por el default”. La lectura y el relato de los hechos, igualmente sesgados, terminan dando la impresión de una invocación para que el default, finalmente, se materialice y las profecías del periódico se vean cumplidas. O, por lo menos, ir sembrando un poquito de pánico entre sus lectores. Que las consecuencias de un fallo adverso puedan tener sobre el país y la población puedan ser terribles parecen ser lo de menos: sería lo que se merece un pueblo que vota tan mal a sus gobernantes.

Otra joyita de La Nación es el artículo titulado “Abogados creen que el fallo será rápido y adverso”. Adverso para Argentina, claro está, ni hace falta decirlo. Y citan como fuentes: “Algunos (sic) señalaron que la Argentina sufrió ‘una paliza’ en el tribunal; temen que pueda quedar abierta la puerta a embargos”; y “Un abogado (sic) que siguió la audiencia en una sala en la planta baja del edificio de la Corte, donde unas 120 personas -una convocatoria inédita- siguieron la exposición de los argumentos a través de una pantalla gigante, vaticinó un pronto desenlace”. Las negritas son mías.

Estos mensajes se multiplican machaconamente a través de los canales de televisión y las radios que controla la corporación mediática (además de sus múltiples repetidoras dentro y fuera del país) buscando instalar un sentimiento de catástrofe frente a algo que todavía no ocurrió y que mucho esperamos que no ocurra.

En contraste, el periódico Página12, el mismo día, presentó los siguientes titulares: “Pasó el último round y ahora resta el fallo”; “Estuvo dentro de lo previsto” (comentario del ministro de Economía argentino, Hernán Lorenzino); “Quiénes son y cómo operan los fondos buitres”. En las respectivas notas da cuenta de las distintas posiciones de los jueces, de lo que está en juego para el país y más allá, de las impresiones de las autoridades argentinas tras la audiencia, del comportamiento corrosivo de este tipo de fondos. La posición a favor del país y en contra de los fondos buitres es explícita. El resultado, en todo caso, es incierto.

Dar por sentado que el país ya perdió, además de falso, no deja de ser fuerte. Y la insistencia machacona resulta, literalmente, agotadora. Los que tenemos cierta edad debimos aprender, en tiempos de dictaduras, a escribir y leer entre líneas y a buscar información debajo de las piedras. Hoy nos toca el duro ejercicio de poner permanentemente en duda toda información que se presenta como producto de la “independencia periodística”, la “objetividad” y/o la “neutralidad”, de un profesionalismo que cada vez más brilla por su ausencia. Y, así y todo, muchas veces nos la cuelan