19 de diciembre de 2012

¿QUÉ ESCONDE ALEMANIA BAJO LA ALFOMBRA DE SUS CAJAS DE AHORROS?


Esther García López. arndigital

La férrea negativa de la canciller alemana Angela Merkel a la creación de un supervisor bancario único en la zona euro si no se cumplían sus condiciones de que solo se controlaran las entidades con activos superiores a 30.000 millones de euros o las que tuvieran un tamaño superior al 20% del PIB, ha vuelto a poner bajo sospecha al sector financiero alemán. Los dirigentes europeos claudicaron ante las exigencias de Merkel y, de esta manera, solo una de las 426 cajas de ahorros alemanas podrán ser ‘vigiladas’ por el BCE. “El sistema financiero alemán tiene problemas muy gordos y los esconde. Es muy creíble que estas cajas tengan dificultades, de ahí la negativa de la canciller a que sean supervisadas. Prefieren que no se sepa que existen problemas, pero es como querer ocultar un elefante, imposible, y los mercados se dan cuenta de ello”, afirma Miguel Ángel Rodríguez, analista de XTB.


Desde que se inició la crisis, el Estado alemán es el tercero de la UE que más dinero ha prestado a sus entidades financieras, por detrás de Irlanda y Gran Bretaña. Ha destinado más de 252.000 millones de euros a un sistema financiero compuesto por bancos privados, bancos regionales (landesbanken), cuyo negocio principal es la banca mayorista, y por cajas de ahorros locales (sparkassen) que, a excepción de una, no superan los 30.000 millones en activos. 

Las sparkassen suman en conjunto cerca de un billón de euros pero, tras la insistencia de Merkel, escaparán al control del BCE. Estas entidades cuentan con un fondo común de garantía por el que si se produce algún problema en una caja, el resto responde por ella. 

El empeño de la canciller pone bajo sospecha la situación de las cajas regionales que componen la tercera parte del sistema financiero del país y, según calculan los analistas, podrían acumular cerca de 250.000 millones en activos tóxicos en sus balances. Consideran que si Alemania no quiere que el BCE ponga la lupa sobre ellas y prefiere que sigan supervisadas por las autoridades nacionales por algo será. 

Los analistas achacan la postura de Merkel a tres motivos. El primero político, ya que las cajas de ahorro alemanas están muy unidas a las autoridades locales y regionales y los socios de coalición de la canciller presionan políticamente para no tener que rendir cuentas ante el BCE. El segundo motivo tiene un componente electoral debido a que solo faltan diez meses para las elecciones en Alemania. Pero el motivo principal es que “el sistema bancario alemán esconde problemas, como se ha demostrado en los casos de Deutsche Bank y del Commerzbanck, que el Gobierno germano quiere ocultar y por eso se muestra tan opaco”. 

En el caso del Deutsche Bank, su capital habría caído hasta niveles peligrosos durante la crisis financiera y tres de sus empleados han acusado a la entidad de no contabilizar cerca de 9.230 millones de euros en pérdidas para evitar el rescate. La entidad también acaba de reconocer que sus resultados del cuarto trimestre del ejercicio incorporarán un “significativo impacto negativo” a raíz de la inclusión de una serie de elementos extraordinarios, incluyendo costes de reestructuración y depreciaciones de activos.

Otro caso significativo ha sido el de Commerzbank, el cuarto banco en tamaño de Alemania, que ha acudido al fondo de rescate bancario nacional y solicitó 16.000 millones para corregir los problemas que tenía con las hipotecas ‘subprime’.

La elevada exposición a la deuda soberana griega es otro de los problemas de las entidades financieras germanas, con cerca de 18.000 millones de euros, cifra que el Gobierno alemán se ha resistido a dar a conocer. “Tras la crisis los bonos en posesión de las entidades financieras griegas tuvieron que revaluarse a precio de mercado y cuando los bonos cayeron de precio estos bancos tuvieron grandes pérdidas que ahora tienen que afrontar”, asegura el analista de XTB.

Un primer paso renqueante
La unión bancaria europea ha dado un primer paso, pero un paso inseguro al impedir Alemania que el BCE supervise sus cajas de ahorro. Los analistas consideran que la unión bancaria ha nacido pero con “imposiciones de Alemania”. A juicio de Miguel Ángel Rodríguez, las autoridades alemanas no predican con el ejemplo. “Exigen a los demás países una disciplina muy rígida en cuanto a sus finanzas que ellos no están aplicando en su propia banca. Han metido a escondidas una inyección de capital para salvar sus bancos y cajas mientras piden transparencia a los demás”.

16 de diciembre de 2012

EN DEFENSA DE LAS LIBERTADES DEMOCRÁTICAS

Cada vez que el capital ha necesitado incrementar sus tasas de beneficio a costa de los trabajadores –casi siempre en etapas de crisis del capitalismo o previas- ha tenido que recurrir a la represión porque sus nuevas leyes no son suficientes para lograr el silencio de las víctimas. El mal llamado orden público, cuando es la expresión de la fuerza, es la peor manifestación del desorden que crean los poseedores cuando los expropiados de clase protestan ante lo que representa un descenso en sus condiciones de vida, laborales, contractuales o, más directamente, su expulsión del mercado de trabajo.
No es ésta la primera vez que ello sucede. Ocurrió en el período de entreguerras en la vieja Europa del siglo pasado y vuelve, de nuevo, a repetirse en el escenario presente de paro, empobrecimiento, salarios de miseria y pérdida de derechos laborales y sociales que sufre hoy la clase trabajadora. En ambas ocasiones los trabajadores salieron a la calle. Es una ley casi física: el empobrecimiento de los explotados requiere represión porque estos se niegan a estar en silencio.

El capitalismo necesita la paz social para perpetuar impunemente los crímenes derivados de sus crisis. Los trabajadores no podemos permitirnos esa paz porque nos va nuestra supervivencia en ello. Las protestas, las movilizaciones y las huelgas son nuestras armas más necesarias.

El gobierno natural del capital, el del PP, y sus aliados partidarios de clase en otros territorios del Estado español (CiU), retuercen la legalidad democrática hasta hacer de ella un sarcasmo…  criminalizan el derecho de huelga, reprimen manifestaciones sindicales, impiden a los periodistas informar de la represión al ejercicio del derecho de manifestación en las movilizaciones, multan y encarcelan a dirigentes sindicales y a piquetes informativos, conculcan los derechos constitucionales de los detenidos, hieren a militantes de la izquierda y de los sindicatos al reprimir las manifestaciones e intentan culpar de ello a sectores de los manifestantes, introducen reventadores y provocadores a sueldo en aquellas, permiten que sus policías actúen sin  sus placas acreditativas en las cargas y detenciones, recurren a montajes policiales como en la época de la dictadura y, finalmente, permiten que dirigentes matones de determinados sindicatos policiales expresen públicamente y en repetidas ocasiones su voluntad represora.   

En otros ámbitos –la educación, las libertades individuales (retroceso en el derecho al aborto), las redadas contra inmigrantes sin papeles, la igualdad ante la ley (costas judiciales)- la derecha que representa los intereses del capital, lo hace también expresando su ideología clasista, nacional-católica y antidemocrática.

Frente a estos ataques directos contra las libertades políticas y sociales y contra las garantías jurídicas de cada vez más amplios sectores de nuestra sociedad y, en particular, de las víctimas de la crisis capitalista,  los trabajadores, se han escuchado voces críticas provenientes del mundo político, sindical, de colectivos afectados e incluso de periodistas y juristas.

Estas voces se tienen que elevar, para unirlas a los intereses comunes de toda la clase trabajadora, con el fin de formar un frente común contra las políticas diseñadas y aplicadas por los gerentes del capitalismo – la TROIKA y los Gobiernos que las aplican - hasta conseguir que las críticas que los sectores que en principio defienden sus intereses como grupo se unan a las movilizaciones que la clase trabajadora están llevando a cabo.

La reacción social de crítica contra los atentados a las libertades por parte de este gobierno, debe de ser tomada en  conciencia por parte de la clase trabajadora y sus organizaciones y elevarse para que esté a la altura de estas agresiones  que toman cada día más fuerza dentro de un contexto de regresión de libertades en los Estados capitalistas hacia formas crecientemente autoritarias que recuerdan la dinámica de otros tiempos en Europa.

En INICIATIVA DE CLASE creemos que es necesario levantar ya un amplio movimiento en defensa de las libertades políticas, de expresión, reunión y manifestación y de las garantías jurídicas que defienden a la persona; en definitiva, de las libertades democráticas.

Estas libertades, que inevitablemente deben ir unidas a las movilizaciones contra los recortes y ajustes y la defensa de los derechos laborales y sociales, afectan antes que a ningún otro colectivo a los derechos de la fracción más amplia de nuestra sociedad, los trabajadores. Pero si los derechos y libertades de estos sucumben, caerán fatalmente los de todos.

Por este motivo, el imprescindible movimiento en defensa de las libertades requiere de un actor principal; las organizaciones sindicales, políticas y sociales de la clase trabajadora, como vanguardia de esa custodia de los valores democráticos, pero apoyada por el más amplio espectro de colectivos sociales, profesionales y de todo tipo interesados en fortalecer las ideas de progreso, libertad, igualdad y justicia social.  

Blog de Iniciativa de Clase: http://iniciativadeclase.blogspot.com.es/