13 de diciembre de 2011

CARTA ABIERTA DE UN CIUDADANO ALEMÁN Y RESPUESTA DE UN CIUDADANO GRIEGO

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG:
Rechazo las tendencias chauvinistas nacionales que están configurándose en Europa ante una crisis capitalista cuya gestión por parte de quienes hoy conforman el dúo dinámico de la UE, Merkel y Sarkozy, provocará fuertes tensiones entre los pueblos y, lo más grave, entre los trabajadores de unos y otros países. Pero lo que este artículo refleja es lo que sucede cuando dentro del capitalismo se producen las contradicciones entre los intereses nacionales de quienes componen una zona geoeconómica en declive. Se va creando un clima europeo que recuerda a los años previos a la I G.M. Y las izquierdas, dimitidas de su identidad, haciendo el papel de un Hamlet con alzheimer

ESTE ES UN EXTRACTO DE LA CARTA, FIRMADA POR WALTER WUELLENWEBER, QUE APARECIÓ EN LA PUBLICACIÓN ALEMANA STERN

El Viejo Topo 287/ diciembre 2011

carta abierta de un ciudadano alemán
Queridos griegos
Después de que Alemania haya tenido que salvar a los Bancos, ahora debe salvar también a Grecia. Los griegos, que primero han hecho alquimias con el Euro, ahora en vez de hacer economías, hacen huelgas.



Queridos griegos: desde 1981 pertenecemos a la misma familia. Nosotros, los alemanes, hemos aportado más nadie al Fondo común, cerca de 200 mil millones de euros, mientras que Grecia ha recibido cerca de 100 mil millones, o sea, la mayor suma “per per” que ningún otro pueblo de la UE ha recibido.
Hasta ahora, jamás ningún pueblo había ayudado a otro voluntariamente hasta tal grado y durante tanto tiempo.
Sinceramente, sois los amigos más caros que tenemos. El caso es que no solo os engañáis a vosotros mismos, sino que también nos habéis engañado a nosotros. En esencia, nunca habéis demostrado ser merecedores de nuestro Euro.
Desde vuestra incorporación a la moneda única, nunca habéis logrado cumplir con los criterios de estabilidad.
Dentro de la UE sois el pueblo que gasta las mayores sumas en bienes de consumo. Como sois vosotros los que descubristeis la Democracia, debéis saber que se gobierna gracias a la voluntad del pueblo, en quien finalmente radica la responsabilidad. No digáis entonces, que solo los políticos son responsables del desastre. Nadie os obligó a evadir impuestos durante años, a oponeros a cada iniciativa política coherente tendente a reducir el gasto público y nadie os obligó a elegir los gobernantes que habéis tenido.
Los griegos sois quienes nos han mostrado el camino de la Democracia, de la Filosofía y los primeros conocimientos de una Economía Nacional. Pero ahora han seguido un camino equivocado. Y habéis llegado a su final.
Cordialmente,
Walter Wuellenweber




ESTA ES LA RESPUESTA, PUBLICADA EN LA PORTADA DEL PERIÓDICO ATENIENSE ATHENS PLUS
respuesta de un ciudadano griego

Querido Walter
Me llamo Georgios Psomás. Soy funcionario público y no “empleado público”, como despectivamente, como insulto, se refieren a nosotros mis compatriotas y tus compatriotas… Mi sueldo es de 1.000 euros. ¿Por mes, eh? No vayas a pensar que son por día, como te quieren hacer creer en tu país. Desde 1981, tienes razón, pertenecemos a la misma familia.
Solo que nosotros os hemos concedido en exclusiva un montón de privilegios, como ser los principales proveedores del pueblo griego de tecnología, armas, infraestructura (dos autopistas y dos grandes aeropuertos internacionales), telecomunicaciones, productos de consumo, vehículos, etc. Si me olvido de algo perdóname. Te señalo que dentro de la UE somos los mayores importadores de productos de consumo elaborados en las fábricas alemanas.
La verdad es que no hacemos responsables solo a nuestros políticos por el desastre de Grecia. Han contribuido mucho algunas grandes empresas alemanas, las que pagaron enormes sobornos a nuestros políticos para asegurarse los contratos, para vendernos de todo, incluso unos cuantos submarinos viejos que, puestos en el mar, han quedado tumbados de costado.
Sé que no te impresiona lo que escribo. Ten paciencia, espera, lee toda la carta y si no llego a convencerte, te autorizo a que me eches de la Eurozona, ese lugar de la VERDAD, de la PROSPERIDAD, de la JUSTICIA y de lo CORRECTO.

Estimado Walter:
Ha pasado más de medio siglo desde que la 2ª Guerra Mundial terminó, es decir, más de cincuenta años, desde la época en que Alemania debería haber saldado sus obligaciones económicas con Grecia.
Estas deudas, QUE SOLO ALEMANIA hasta ahora se resiste a saldar con Grecia (Bulgaria y Rumanía han cumplido en pagar las indemnizaciones estipuladas), consisten en :
1. Una deuda de 80 millones de marcos de la época por indemnizaciones, que quedó impagada desde la Primera Guerra Mundial
2. Deudas por diferencias de clearing, en el período de entreguerras, que ascienden hoy a 593.873.000 dólares USA.
3. Los préstamos obligados que contrajo el III Reich a nombre de Grecia durante la ocupación alemana, que ascendieron a 3.500 millones de dólares durante todo el período de ocupación.
4. Las reparaciones que debe Alemania a Grecia por las confiscaciones, persecuciones, ejecuciones y destrucciones de pueblos enteros, rutas, puentes, líneas ferroviarias, puertos, que produjo el III Reich, y que según lo dictaminado por los tribunales aliados, asciende a 7.100 millones de dólares, de los cuales Grecia no ha vio un billete aún.
5. Las inmensurables reparaciones de Alemania por la muerte de 1.125.960 griegos (38.960 ejecutados, 12.000 muertos como daño colateral, 70.000 muertos en combate, 105.000 muertos en los campos de concentración en Alemania, 600.000 muertos de hambre, etc. etc.)
6. La tremenda e inmensurable ofensa moral ocasionada al pueblo griego y a los ideales humanísticos de la cultura griega.
Sé, amigo Walter, que no te debe gustar nada lo que te escribo. Lo lamento. Pero más me molesta lo que Alemania quiere hacer conmigo y con mis compatriotas. Amigo Walter: en Grecia operan 130 empresas alemanas, entre las cuales se incluyen todos los colosos de la industria de tu país, que tienen ganancias anuales de 6,5 mil millones de euros. Muy pronto Walter, si la cosa sigue así, no podré comprar más productos alemanes, porque cada vez tengo menos dinero. Yo y mis compatriotas crecimos siempre con privaciones, pero resistiremos, no te preocupes. Podemos vivir sin BMW, sin Mercedes, sin Opel, sin Skoda. Dejaremos de comprar productos de Lidl, de Praktiker, de IKEA. Pero vosotros, Walter, ¿cómo os las arreglaréis con los desempleados que dejará esta situación, que quizás os obligue a disminuir vuestro standard de vida, vuestros lujosos automóviles, vuestras vacaciones en el exterior, vuestras excursiones sexuales a Tailandia?
Vosotros (alemanes, suecos, holandeses, y restantes “compatriotas” de la Eurozona) pretendéis que nos vayamos de Europa, de la Eurozona y no sé de dónde más. Creo firmemente que debemos hacerlo, para salvarnos de una Unión que no es más que una banda de especuladores financieros, un equipo en el cual jugamos si consumimos los productos que nos ofrecéis: préstamos, bienes industriales, bienes de consumo, obras faraónicas, etc.
Y finalmente Walter, debemos “arreglar” otro tema importante, ya que tú también eres deudor de Grecia: ¡¡¡EXIGIMOS QUE NOS DEVUELVAN LA CIVILIZACIÓN QUE NOS ROBARON!!! Queremos que vuelvan a Grecia las inmortales obras de nuestros antepasados, que tenéis en los museos de Berlín, de Munich, de París, de Roma y de Londres. ¡¡Y EXIJO QUE SEA AHORA!! Ya que si me muero de hambre, me quiero morir al lado de las obras de mis antepasados.
Cordialmente
Georgios Psomás

12 de diciembre de 2011

CRISIS MUNDIAL, ALGUNOS ESCENARIOS

Guillermo Almeyra. La Jornada


La crisis capitalista –cuyo curso se parece a los dientes de un serrucho– abarca todo el planeta y todos los grandes centros de la economía (Estados Unidos, Europa, Japón, China), pero no lo hace con la misma magnitud ni tiene simultaneidad, ya que, por ejemplo, China reduce su ritmo de crecimiento pero éste sigue siendo muy alto; Europa se precipita en la depresión y Estados Unidos, en cambio –como Japón–, está estancado y con grandes problemas, pero se sostiene fundamentalmente gracias al apoyo chino, que mantiene el valor de los bonos del tesoro estadounidenses que, si Pekín no los comprase, se derrumbarían.
Ahora está estallando la Europa “unida” que aparecía ante todos como un territorio de gobiernos e incluso de estados, pero que no era en realidad sino una unión –una banda– de banqueros, financieros y especuladores trabajando a espaldas de los pueblos del viejo continente e imponía e impone su política a las autoridades electas, muchas de las cuales están formadas por miembros de esa camarilla.


Décadas de esfuerzos de los trabajadores se hacen humo, junto con los ahorros y buena parte de los salarios reales y con las esperanzas ilusorias en un futuro de progreso y abundancia. El Banco Central Europeo (BCE) presta dinero con el uno por ciento de interés para quien quiera invertir. Pero, ¿quién va a hacerlo en países donde el consumo general se reduce drásticamente, al igual que el gasto público, debido a los nuevos impuestos, la restricción de subsidios, los despidos, los cortes en educación, asistencia social, protección del territorio, las rebajas de los salarios reales? En realidad, el BCE le da dinero a los bancos, pero éstos de lo único que se preocupan es de tratar de recuperar el máximo del dinero prestado aunque, actuando de ese modo, desangren a los países y coloquen a los gobiernos en situación de extrema debilidad política ante las inevitables protestas populares. Brasil ofrece ayudar a la Unión Europea, pero esa ayuda, además de insuficiente si no hay un cambio en la gestión capitalista de la crisis, equivaldrá a quemar dinero para calmar a los dioses. En cuanto a China, que compró bonos españoles e italianos, no puede salvar al mismo tiempo a Estados Unidos y a la Unión Europea (UE), aunque su apoyo a ésta le pudiera servir en lo inmediato para ampliar su mercado si esa entidad la reconoce como economía de mercado. Tampoco es posible seguir como hasta ahora porque nadie cumplió con las normas elementales impuestas en Maastricht, de un déficit de 3 por ciento y un endeudamiento máximo del 60 por ciento del producto interno bruto (PIB). Quedan, pues, dos opciones fundamentales: correr hacia adelante para tratar de salir de la crisis o retroceder en pánico, pero lo más ordenadamente posible, para salvar lo salvable.

En una maratónica sesión, la UE eligió por ahora la primera, y elaborará un nuevo tratado en marzo que impondrá disciplina fiscal y sanciones al país que no cumpla con las reglas. El déficit estructural permitido se limitará a 0.5 por ciento del PIB, el Banco Central Europeo administrará un fondo de emergencia de 500 mil millones de euros, a los que se sumarán otros 150 mil millones del Fondo Monetario Internacional, y las sanciones se aplicarán, salvo en el caso en que dos tercios de los países miembros se opongan a ellas.

Tras la cesión parcial de la soberanía al crear el euro, se llega ahora al control de las economías y las políticas económicas y fiscales por una entidad burocrático-financiera internacional, lo cual acaba de hecho con las soberanías nacionales. Inglaterra se agarra de esto para no participar en el nuevo tratado, con el pretexto de no perder su independencia (en realidad, para dar rienda libre a los capitales especulativos y mantener su papel de torpedo estadounidense dirigido contra la Unión Europea). Ésta estará constituida ahora por 17 países, a los cuales se sumarían quienes quisiesen (los países bálticos, más Rumania y Polonia ya lo hicieron). El resultado es una Europa de primera y otra de segunda, con una semilla francoalemana y una pulpa con diversos grados de deterioro.

¿Qué presagia esta aventura? Presenciaremos el aumento de los nacionalismos de derecha y extrema derecha. También el crecimiento paralelo de la violencia de los enfrentamientos sociales ante la evidencia de que los gobiernos capitalistas están tratando de salvar a los bancos y al capital a costa de todo lo demás. Habrá igualmente crisis políticas en cada país (Sarkozy tiene los días contados, y en Italia y España resurgirá a medio plazo una izquierda anticapitalista) y aumentos de los localismos y regionalismos como expresión deformada de la defensa de la democracia eliminada centralmente y también de la defensa de los intereses de los sectores capitalistas medios y pequeños, productivos y locales, sacrificados al gran capital. La xenofobia estará igualmente al orden del día en buena parte de Europa, y Rusia se sentirá más débil y cercada, por lo que endurecerá la dictadura de Putin y su enfrentamiento geopolítico con Estados Unidos. Tendremos así algo parecido a una mezcla entre los explosivos años 30 y el comienzo de la guerra fría después de la Segunda Guerra Mundial, con la incógnita de cuál será el efecto real de la crisis europea sobre la economía y la estabilidad social en China.