22 de febrero de 2011

ENTREVISTA A JAMES PETRAS. MEDIO ORIENTE: REBELIÓN EN LA GRANJA


James Petras - La Haine   

Comentarios para CX36 Radio Centenario del sociólogo norteamericano, James Petras desde su huerto en Binghamton, Nueva York Estados Unidos. Lunes 21 de febrero de 2011. www.radio36.com.uy

Chury: Justamente en la presentación del espacio internacional yo estaba hablando de lo complicadas que aparecen las cosas por allá por Yemen, por Libia, por Marruecos, por Somalía después de lo Egipto que ya comentaste el otro día así que quería plantearte estos temas pero también los que tengas en elaboración.
Petras: Hay que analizar en profundidad más allá de las manifestaciones, lo que está atrás de eso. Primero, debemos entender que el proceso marcha de una forma desigual. Por ejemplo ahora en Egipto y en Túnez, que ya alcanzan a derrocar a los dictadores en la primera fase, están entrando en la segunda fase donde están exigiendo una limpieza total del Estado y los aparatos, y realizar algunos pasos hacia la democracia, no simplemente reemplazar a un gobierno autocrático con otro. En Túnez hoy hay una gran manifestación exigiendo la renuncia del gobierno de transición. Mientras en Yemen, Libia, Jordania, Argelia, Irán, Bahréin, Marruecos, están en la primer fase para transformar gobiernos monárquicos, absolutistas y represores y creo que entre los próximos gobiernos a ser afectados parece que están Libia, Bahréin y Yemen, que están a punto de caer.
Ahora, ¿qué hay detrás de todas estas manifestaciones?: En primera instancia debemos brevemente analizar las economías.
Las economías están concentradas en uno o dos sectores que generan los ingresos de gobiernos, que son el petróleo, el turismo y sectores con poco impacto sobre el empleo, principalmente no dan mucho empleo para la gran masa de jóvenes educados, universitarios y secundarios. Segundo una gran presencia de capital extranjero que desplaza a cualquier burguesía que podría fomentar pequeñas y medianas industrias porque como son países que dependen de las exportaciones, la burguesía está ausente como factor. Son las empresas del Estado controlado por una oligarquía y el capital extranjero. Es más, importan mano de obra externa de India, de Pakistán y otros países y también eso es un bloqueo para la utilización de mano de obra local.
Y tercero, utilizan soldados extranjeros, mercenarios de Pakistán y otros países africanos que no tienen ninguna relación con el pueblo.
Más allá, para proteger este sistema económico parasitario, compran muchas armas, miles de millones de dólares. En vez de invertir y diversificar la economía, estas oligarquías prefieren importar armas, montar ejércitos y policía para proteger esta economía no diversificada.
Ahora, a partir de esa economía tenemos una clase dominante cerrada, que no es realmente una clase sino que son clanes, rentistas, personas que viven de la renta y no tienen ninguna función económica que pudiéramos decir productiva. Es una burguesía lumpen que gana su dinero a partir del control del tesoro y a partir de eso utilizan los grandes ingresos concentrados para el gran consumo de lujos con docenas de casas, yates, putas y también en cuentas en el exterior. Hay miles de millones en bancos en paraísos fiscales que como decimos, es capital muerto que no afecta ninguna posibilidad para que se cree ninguna clase media. Lo que existen, que son pequeñas empresas, están totalmente bloqueadas por las importaciones que dependen de la política estatal. Y la clase media de empleados públicos está impactada por la inflación y los altos costos de mercancías que vienen del exterior.
El factor más dinámico en todo eso son los jóvenes desocupados y sub-ocupados que suman más del 60 % de la población. Es una población demográficamente muy joven, sin empleo y que enfrenta las alternativas de: o emigración, buscar salir a Europa, o rebelarse. Y frente al panorama que hemos descrito la mayoría por muchos años buscó salir; ahora esta salida es cada vez más difícil por las políticas inmigratorias de Europa y Estados Unidos. Entonces han optado por la rebelión. En todo caso muchos quieren quedarse en su país y ellos forman la fuerza motriz de toda esta movilización porque no ven ningún futuro en esta economía oligárquica, exportadora de materias primas.
Entonces tenemos esta mezcla de economía, estructura de clases y también frente a eso la falta de una salida política. Como esta oligarquía es muy reducida depende del ejército, las fuerzas represivas y como monarquías absolutistas, anacrónicas, no permiten ninguna expresión para modificar o cambiar este sistema. Simplemente son diferentes versiones de gobiernos autocráticos con una dinastía de familias que van desde el monarca o el dictador a sus hijos y los otros parientes alrededor de estos gobiernos.
Depende mucho de sectores muy atrasados, tribus, para controlar a los sectores modernos. Pero actualmente la gran mayoría de las tribus y los sectores religiosos se juntan en las protestas. Eso pone en cuestión los regímenes porque la oligarquía depende de estos sectores tradicionales para controlar y reprimir a los sectores modernos de desocupados, la clase media y los trabajadores. Y ahora como están perdiendo este eslabón, parece que todo está en cuestión.
Quiero enfatizar otra vez que muchos de los militares que utilizan estos regímenes, de los países petroleros, son mercenarios extranjeros, principalmente pakistaníes y africanos también, que los utilizan como una fuerza mercenaria.
Este proceso no puede terminar sin cambios porque las causas son estructurales. Pueden reprimir un día y otro día pero como condiciones de largo plazo, de gran alcance, perjudicando a tantos sectores, lo único que buscan estos dictadores es abrir un diálogo para conseguir frenar las movilizaciones en la calle. Pero estos diálogos no pueden ir muy lejos por las condiciones económicas que hemos comentado.

Chury: Casi todos estos países sino todos, son países satélites del imperio.
Petras: Sí, ese es el factor que debemos enfatizar. Cuando hablamos de economías de enclaves, debemos entender que esos enclaves son una forma de compartir poder entre el capital imperial y las familias. Hay una articulación entre las elites imperialistas y las clases dominantes parasitarias. Lo mismo con los militares, todos los regímenes en estas zonas compran más de 180 mil millones de dólares en armas cada año. Sólo Arabia Saudita ha firmado contratos por 70 mil millones de dólares de armas. Y ese es el gran negocio para el imperialismo en estas regiones y tiene la doble función de abrir bases militares en estos países, como tiene en Bahréin. El gran puerto de Bahréin es para las fuerzas navales de Estados Unidos en todo el golfo y lo mismo en Arabia Saudita que hay bases militares norteamericanas. Y tenemos que entender que la venta de armas es el único sector industrial importante que está creciendo un 7% el año pasado en Europa y Estados Unidos, frente al estancamiento de lo civil.
Finalmente debemos entender que el control imperial allá es tanto político como militar y económico. Una forma de imperialismo extraordinario porque no es simplemente tener una base militar o vender armas o tener un puerto naval sino también combinar eso con un control de sectores económicos importantes y mercados de ventas.
También el factor que debemos enfatizar es que estos gobiernos son colaboradores de Israel. Trabajan bajo las directrices norteamericanas de apoyar las agresiones de Israel que forma el país más influyente en la política interna de Estados Unidos. Y ahora esta política de Israel de apoyar dictadores, represores, pro norteamericanos, ha causado un enorme problemas para la Casa Blanca.
Porque por un lado los sionistas aquí presionan para que el gobierno siga apoyando a estos regímenes autocráticos mientras por otro lado los políticos profesionales dicen que mientras seguimos apoyando estos regímenes en caída para servir a Israel, estamos perdiendo todas las palancas para influir a los nuevos gobernantes que van surgiendo de los movimientos. Este es el dilema, o someterse a los sionistas y apoyar a los gobiernos represores o buscar la forma de insertarse y poner un recambio más compatible con la situación del imperio.

Chury: ¿Habrá veto del presidente Obama al presupuesto [de EE.UU.] cuando lo trate el senado?
Petras: El presupuesto está en una situación de total parálisis porque el gobierno está dividido. El Congreso controlado por los republicanos quiere profundizar los recortes en una forma muy brutal y muy extensiva afectando la seguridad social o pensiones y todos los reajustes que uno necesita frente a los altos precios. Obama no está en contra en principio, pero el ritmo de los cambios debe ser menos rápido y grande porque él tiene miedo de que si implementa la política de los republicanos en todo, va a perder un 50 % del electorado que lo votó. En ese caso, si no aprueban un nuevo financiamiento para la deuda y el funcionamiento cotidiano del gobierno, no tienen dinero para pagar a los millones de funcionarios. Y el gobierno terminará paralizado, cerrando su funcionamiento.
Eso va a crear una crisis mundial del sistema financiero y una corrida sobre el dólar porque sin más circulante, sin una aprobación del nuevo presupuesto y financiamiento, termina definitivamente de funcionar. Por eso las bolsas y los especuladores, inversionistas, están muy nerviosos porque hasta ahora el gobierno está dividido con la oposición entre los ultras y los conservadores moderados y Obama no encuentra una solución. Entonces vamos caminando hacia el abismo en este sentido.
Si el gobierno no consigue financiamiento, quiero repetir, el gobierno queda cerrado, no hay forma de continuar las funciones diarias.

Chury: Un hecho realmente grave Petras, ¿no? Sin duda alguna
Petras: Muy grave y no aparece en los grandes títulos todavía. Pero la fecha se está acercando. Simplemente unas 3 semanas hasta el 10 de Marzo que debe comenzar a funcionar el nuevo financiamiento y no aparece en el horizonte ninguna posibilidad de un arreglo. Y eso vamos a ver con más atención mientras la fecha se acerca.

Chury: Petras, muy buena la aclaración porque además seguramente muchísima gente en el mundo puede creer que lo que se está tratando es un tema doméstico, interno de los Estados Unidos, pero tú estás aclarando que la repercusión internacional es muy grande
Petras: Sí, va a afectar a todos los mercados en el mundo y podría provocar o detonar un crac en la economía mundial porque las olas van a extenderse más allá de Wall Street y Washington y el país. Van a extenderse a todas las economías vinculadas financieramente con los Estados Unidos y eso es muy grave. Debemos mantener la atención sobre lo que puede pasar. Al mismo tiempo tenemos aquí una rebelión muy significativa en el estado de Wisconsin donde ayer se movilizaron 100 mil obreros, empleados públicos, maestros, médicos y otros, en contra de un gobernante que quiere implementar la agenda de la derecha y quiere eliminar las negociaciones colectivas de los sindicatos, quiere recortar las pensiones, quiere eliminar el financiamiento de la salud por parte del estado.
En este sentido vemos otro conflicto que va más allá del Demócrata y Republicano. Por primera vez el pueblo organizado, los sindicatos locales, los empleados públicos, entran en una gran confrontación: la huelga y protesta más grande que hemos visto en más de 50 años aquí. Una huelga general del sector público contra este gobernador que trata de eliminar efectivamente a los sectores sindicales. Hablé con un sindicalista que me dijo que esta lucha es hasta la muerte porque si el gobernador consigue la aprobación de la ley, va a eliminar efectivamente el funcionamiento de los sindicatos. Más allá de los recortes está en juego el sindicalismo representativo. Entonces estamos en una situación donde la extrema derecha, controlando puestos importantes en el gobierno, ha provocado por primera vez un tipo de levantamiento popular que utiliza en algunos casos las consignas de Egipto: hablan de un levantamiento popular estilo El Cairo.

21 de febrero de 2011

HAMBRE, REVUELTAS Y MALAS PERSPECTIVAS PARA LAS COMUNIDADES MÁS VULNERABLES



Haití, Egipto, Indonesia, la India, Vietnam o Bolivia vivieron oleadas de disturbios durante el 2008 causados por el rápido aumento de los precios de alimentos básicos. El incremento de los precios de los cereales que estamos viviendo desde hace unos meses también está relacionado con las revueltas de septiembre a Mozambique o los recientes levantamientos populares contra las dictaduras de Argelia, Túnez y Egipto. La falta de acceso a los alimentos básicos puede dar alas al pueblo más oprimido para rebelarse contra las elites que permiten estas situaciones y que se lucran de ellas. No es de extrañar que las tensiones sociales crezcan viendo la evolución del Índice del Precio Mundial de los Alimentos de la FAO en los últimos meses. Este indicador, creado en 1990 registró en enero de 2011 el valor más alto de su historia, tanto a nivel real como nominal. Globalmente, a mediados de octubre de 2010 ya se habían superado los precios de la anterior crisis alimentaria.

A grandes rasgos, y siempre considerando medias mundiales, hoy la carne es un 75% más cara que en el año 2000, los productos lácteos un 130%, los cereales un 190% y el azúcar un 270%. En contraste, los salarios de las capas más empobrecidas de la población mundial han permanecido estancados durante toda la década. Las frías cifras tienen repercusiones dramáticas sobre la vida de las familias con menos recursos, que son las que destinan una proporción más alta de la renta disponible a la alimentación. Mientras en la Unión Europea se considera normal gastar entre el 12 y el 20% de la renta semanal en comida, hay sectores del proletariado industrial asiático que llegan a gastar el 70% de sus ingresos en alimentar a sus familias.

El aumento del precio del petróleo, que no parece tener que remitir a corto ni a medio plazo, hace prever una ola inflacionaria en productos de primera necesidad resultado del aumento del coste de los transportes. Asimismo, un petróleo más caro hace más atractivas las inversiones en el cultivo de vegetales destinados a la elaboración de agrocombustibles. Esto sucede en un contexto de bajas reservas de cereales. El fenómeno climático conocido como "La Niña" golpeó duramente las plantaciones del hemisferio sur mermando las cosechas del Cono Sur americano, de Australia o de Indonesia, mientras en el hemisferio norte, los incendios de Rusia reducían la producción del mayor exportador de trigo del planeta. Todo ello reduce la producción y las reservas que se destinarán a la alimentación humana durante el 2011 haciendo prever un incremento de los precios. Y si alguien es conocedor de las dinámicas de los mercados globales son los especuladores financieros que, ante estas perspectivas, no dudan en invertir en los mercados de futuros, adquiriendo derechos sobre el que aún no se ha cultivado y generando una burbuja especulativa sobre productos totalmente imprescindibles para la supervivencia. En este sentido, la especulación exagera los incrementos de precios condenando al hambre a más de mil millones de personas.

Los datos del mes de enero reflejan, sobre todo, el encarecimiento del trigo y del maíz, básicos en la dieta de gran parte del planeta. El hecho de que el arroz asiático esté en pleno proceso de recolección ha contenido el precio de este cereal, pero el sudeste asiático y la India se observan las tendencias mundiales con preocupación, previendo que el arroz no escape a las tendencias alcistas mucho tiempo más. El impacto de la última crisis alimentaria en algunos grandes países de la zona llevó a millones de familias con pocos recursos a desprenderse de activos como ahorros, tierras o pequeñas propiedades, para hacer frente a la emergencia. Sin la oportunidad de recuperarse del embate de 2007, estas familias se verán abocadas a una situación crítica.

Mientras el hambre sea tratada como un problema de seguridad alimentaria continuará sujeta a las fluctuaciones de los mercados. No se aborda la gran paradoja de que la inmensa mayoría de los mil millones de personas que pasan hambre extrema en el mundo viven o provienen del entorno rural y de la actividad agrícola. Fruto de tres décadas de imposición de modelos productivos y comerciales orientados a la exportación y al beneficio de las grandes empresas, millones de familias de todo el mundo han perdido el acceso a su modo de vida tradicional. Las políticas de modernización agrícola que se han implementado de manera clónica en todo el planeta han privatizado las tierras comunales que permitían el sustento a millones de campesinos y campesinas, y han permitido prácticas de expulsión de población rural hacia los núcleos urbanos en busca de trabajos asalariados a la industria ya los servicios. Las tres décadas de imposición del libre mercado han consolidado un régimen de explotación internacional en el que las personas trabajadoras viven pendientes de las fluctuaciones de los precios de los productos básicos e intentan satisfacer sus necesidades vitales a través de salarios de miseria.

La única salida al empobrecimiento extremo y al hambre intolerable que afecta a más de mil millones de seres humanos pasa por la recuperación de la soberanía alimentaria que, en pocas palabras y asumiendo el riesgo de simplificar en exceso, consiste en garantizar que los pueblos puedan decidir sobre sus políticas de producción agrícolas y ganaderas, la recuperación de la dimensión local de los mercados y la exclusión de los alimentos de los mecanismos de especulación internacional. La idea de soberanía alimentaria no es ninguna construcción académica o teórica y no se materializa en un modelo económico de pizarra de facultad. Surge de las vivencias de las propias comunidades de campesinas y campesinos organizados en el movimiento social más numeroso del planeta. La Vía Campesina, que articula la cooperación de grupos de productores agrícolas desde Argentina hasta Sri Lanka representando a más de 300 millones de familias, parte de la evidencia que las políticas comerciales y alimentarias mundiales están en manos de las empresas transnacionales y responden a sus intereses, y reclaman para las comunidades la recuperación de la opción democrática de mantenerse al margen de los designios del capital.


* El autor es profesor de Sociología de la UPF. Miembro de SETEM Catalunya