Disculpen si mi discurso tiene algo de
errático y desorganizado en relación con la lucha de los
trabajadores de Amazon España. No siempre consigo ser organizado en
mi exposición.
La nueva economía, la que se sostiene
a partir de la multilocalización, la oferta digital de servicios, la
desregularización de los derechos laborales o la imposición de una
nueva regulación de los mismos al margen de las legislaciones de los
países, la basada en las necesidades de subsistencia del nuevo
proletariado tanto en los países centrales del capitalismo como en
sus periferias, ha dado lugar a una reconfiguración de la clase
trabajadora en la que una parte creciente de ésta sufre una feroz
pérdida de capacidad y reconocimiento de negociación contractual. Ser hoy sindicalista en tales
condiciones supone jugarse el sostenimiento vital.
No soy de los que toma a sus lectores
por incapaces de obtener su propia información o de crear sus
propios criterios. Sé que son inteligentes y que agradecen que les
ahorre una larga exposición sobre las razones que han conducido a
esta huelga. Por ese motivo sé que al facilitarles una serie de
enlaces, no tendré que extenderme en la razón de la misma:
- Así me infiltré en Amazon y Uber y sufrí su pesadilla laboral: "Te tratan como escoria" (y de paso, ¿porqué no hacer un poco de anticomunismo, ahora que es el capital el que nos golpea?)
Soy muy consciente
de que el terrorismo patronal nunca es la principal razón de una
huelga. El sindicalismo es, por naturaleza, reformista, tiene una
base salarial clara y solo los radical-izquierdistas de ideología
pequeñoburguesa son incapaces de entender sus limitaciones
inmediatas.
Las razones de la
huelga han tenido más que ver con cuestiones laborales clásicas
ligadas a la reivindicación de un convenio colectivo que Amazon se ha
negado a negociar (aumento salarial raquítico, cobertura por baja
laboral absolutamente insuficiente, discriminación laboral a través
de la reducción de categorías, que golpearían sobre las inferiores
y que crearían situaciones de rebaja categorial sobre los nuevos
contratados en el almacenaje, abaratamiento de horas extra, que
sindicalmente no debieran ser admitidas) que con la situación de cautiverio laboral del colectivo.
En realidad, como
dijo en su día Marx, “el obrero tiene más necesidad de respeto
que de pan”
Lo malo para los
trabajadores es que, en cuanto haya alguien inteligente que, desde las instituciones se dirija
a ellos con aparente intención de tomarles en consideración y de tratarles con respeto, les volverán a vender, como en tantas
ocasiones ha sucedido. Es una ley casi científica dentro de esta democracia de granujas.
Lo mejor, lo
extraordinario, es que se han atrevido frente a Goliat, a pesar de
los palos de la policía de Marlaska y del gobierno
Sánchez, de las detenciones de sindicalistas y de las traiciones de medios que muchos consideran amigos como Público
Tampoco debe ignorarse entre los éxitos de la huelga de los trabajadores de Amazon la
enorme solidaridad que ha despertado entre los trabajadores más
conscientes, algunos en lucha como los eventuales de Correos o
incluso entre segmentos desligados y ajenos al movimiento obrero. Su
voluntad de lucha les ha convertido en un referente del momento,
desgraciadamente siempre pasajero en tiempos de inmediatez y amnesia.
Hay un hecho cuya
importancia es transcendental: el carácter internacional de esta
huelga de Amazon, diferente a la del 21 y 22 de Marzo. Esta vez los
trabajadores de San Fernando de Henares no están solos. Los
trabajadores de Alemania e Italia les acompañan.
En un tiempo de
nacionalismos y cierres sobre lo local, se ha producido en tres
países importantes de la UE el primer ensayo hacia una idea que ha
de prosperar. La Eurohuelga.
Si el capital es
mundial y nos aplasta con todo su poderío global ante cada lucha
local, ¿no es el momento de afrontarlo en la misma medida, asumiendo
que la dictadura del capital a través de las grandes corporaciones mundiales rquieren respuestas internacionales?
Quizá lo del internacionalismo proletario tenga algún sentido
frente a las viejas mentiras del reformismo de siempre,
que ahora ni siquiera llega a serlo.
No estaría de más
recordar aquello de que “gobierne quien gobierne, los derechos
se defienden”, si tomamos en consideración que el martes 17 de Julio han
sido golpeados y detenidos varios trabajadores por la policía del Ministro del Interior Marlaska y el Presidente del Gobiern, Pedro
Sánchez, al que sostienen los partidos progres (de izquierda)
Podemos e IU, con el beneplácito de las burguesías catalana y
vasca, que mucho pillarán en el camino hacia lo suyo.
Y si algo no
debemos olvidar, tras toda esta reflexión, es que frente a los
trabajadores con contrato indefinido que han parado la distribución de
Amazon, la empresa ha utilizado a los eventuales y a los de ETT que
ha lanzado frente a sus compañeros.
Limitarse a insultarles bajo el término de esquiroles no es inteligente. Son compañeros de trabajo que el
capital intenta enfrentar contra nosotros. Trabajadores que carecen
de la oportunidad de tener un soporte laboral y sindical suficiente
como para jugársela ante una huelga y que padecen unas condiciones laborales aún más leoninas que los trabajadores con contrato indefinido
La lucha concreta y
específica se gana desde la unidad de la clase. La de
largo plazo nos necesita a toda la clase, sin exclusiones ni
enfrenamientos entre nosotros.