Por
Marat
Bueno,
pues ya estamos de vuelta.
Por
aquello de las amenazas de multa que supone el nuevo Reglamento
General de Protección de Datos (RGPD) bloquee la posibilidad de
visitas a mi blog para ponerme en orden con la “legalidad vigente”.
No era cosa de que a un pobre desgraciado y menesteroso le hundiesen
la economía hasta el punto de tener que recurrir a la mendicidad
para sobrevivir.
Como,
además de tener la suerte de disponer de un trabajo de mierda hasta
el 8 de Junio, soy un vago redomado fuera del curro y un cretino
mental para todo lo relacionado con la informática y la legislación
que le afecta, me metí en el berenjenal de intentar enterarme el
modo en el que debía aplicar la RPGD a mi blog.
Total,
un sindiós de dos pares de cojines en el que a cada paso y artículo
que leía me encontraba con el laberinto en el que me metían un
conglomerado de expertos que parecían hablar en primer lugar para
listos como ellos y en segundo para medios de mucha mayor envergadura
e importancia que mi pobre blog sin ánimo de lucro.
Al
cabo de perder el tiempo durante más de una semana buscando
soluciones que eran desde para bancos y eléctricas hasta para
vendedores de recauchutados online, se me ocurrió la idea de buscar
soluciones para blogger, el alojamiento de mi blog. Aún tardé dos
días porque tonto, lo que se dice tonto, no es uno pero fronterizo
seguro que sí.
Por
fin se me ocurrió consultar directamente en la ayuda que el propio blogger facilitaba. Uno es lento
pero se fija. Y he aquí que me entero de que desde 2017 al menos ya
tenía habilitada esa herramienta. Si es que soy gilipollas y con
balcones a la calle.
Bueno,
pues eso, que estamos de vuelta y que iremos escribiendo según la
neurona, grande, pesada y lenta, me lo permita.
No
obstante, dado que he vuelto al paro, dispondré de más tiempo para
que vayan entrando ideas que plasmar en el blog, aunque sea reptando
y a empujones.
Mientras
tanto, si ustedes conocen de algún curro, por humilde que sea, para un señor en edad provecta, háganmelo saber. Se acepta
casi todo, salvo lo que me rompa la columna, desde sujetavelas en
velatorios de muertos, hasta probador de amas (de forma casta y sin
segundas intenciones) o asistente de lanzador de cuchillos. El papel
de negro para escritores noveles tipo candidatos a la
medalla al mérito en el trabajo (Paquirrín) o a intelectuales con
posible proyección política futura (Belén Esteban) también me
sirve. “Primum
vivere deinde philosophari”