14 de junio de 2016

LA VIGENCIA DE LA CRÍTICA LENINISTA ACERCA DE LA “VÍA PARLAMENTARIA” AL SOCIALISMO

es.kke.gr/es

Posiciones del KKE en la 10ª Conferencia Anual “V.I.Lenin y el mundo contemporáneo” que se celebró el 22 de abril 2016 en Leningrado

La historia entera del movimiento político obrero desde el siglo XIX hasta nuestra era tiene como campo fundamental de contradicción la manera según la cual se puede construir la sociedad sin clases.

En este trayectoria han aparecido dos opiniones básicas: la opinión oportunista de la posibilidad de la reforma del estado, de la “toma” del estado burgués y de su uso a favor del socialismo y la opinión revolucionaria que habla sobre la necesidad del “aplastamiento” del estado burgués. Lenin, en su época, puso la línea de división entre las dos opiniones así: “Marxista se llama él que extiende el reconocimiento de la lucha de clases hasta el reconocimiento de la dictadura del proletariado”[1].

El debate indicado arriba es la reflexión de la contraposición acerca del estado burgués y la democracia burguesa. Los oportunistas entienden el estado burgués – particularmente en la forma de la democracia burguesa parlamentaria – como un estado que condensa la correlación entre las varias clases sociales, esencialmente como un estado “que supera las clases”, un estado que expresa la voluntad de los miembros de la sociedad burguesa manifestada de manera democrática, independientemente de las clases sociales adonde ellos pertenecen. Partiendo de ésta concepción los oportunistas acercan a la democracia burguesa – la forma democrática del estado burgués – como si fuera algo positivo que se podría usar a favor del socialismo. De lo contrario, los marxistas se enteran del carácter de clase del estado burgués independientemente de la inmensa variedad que pueda tener en sus formas de apariencia en el transcurso del tiempo histórico. Entienden la democracia burguesa como una de las varias formas de la dictadura del capital y para ser más precisos, como la forma “más segura” de la defensa de la “omnipotencia de la riqueza” como escribía Lenin en Estado y Revolución.

La posición para el denominador común entre la democracia burguesa y el fascismo ha sido históricamente ratificada por medio del intercambio entre administraciones fascistas y parlamentarias a favor de la estabilización del poder burgués bajo condiciones turbulentas en los campos económicos y políticos de la sociedad. El ejemplo más típico es el estado alemán durante la época entre las dos guerras mundiales, no obstante, en nuestro propio país el paso de la democracia burguesa a la dictadura de Metaxas en 1936 sucedió con el apoyo casi unánime del parlamento burgués

La experiencia histórica ha demostrado - sin dejar cabida a dudas - que la entrega de los ministerios del estado burgués a las manos de los comunistas no ayuda a que ellos se usen a favor del socialismo. De lo contrario, funciona como un elemento de aceleración de la asimilación de los Partidos Comunistas en el sistema político burgués. Ejemplos históricos de esto se pueden ver a la participación o el apoyo de PP.CC. a gobiernos burgueses en España, Francia, Italia, Chile y además en nuestros tiempos en países de la América Latina, en Chipre, en Portugal etc. Otro ejemplo importante es la participación del KKE en el gobierno de “unidad nacional” en 1944 y el acuerdo de los ministros comunistas – ante el peligro de la disolución de este gobierno – con los recortes salariales y de la liberación de las despedidas. En todos estos ejemplos históricos, la participación de los comunistas o su apoyo a gobiernos burgueses nunca funcionó a favor del socialismo.

La defensa de la “vía parlamentaria” por el socialismo no se presenta siempre de manera explícita. Muchas veces se esconde detrás de la elaboración de varios Programas de Transición los cuales aceptan la posibilidad de participación en un gobierno en el terreno de la propiedad capitalista y del estado capitalista a favor de mejoras a la vida de los trabajadores y de la agudización de la voluntad revolucionaria de las masas populares. Este análisis niega esencialmente las leyes económicas del capitalismo (opinando que el PC podría administrar estas mismas leyes a favor del pueblo) y también el carácter de clase del estado burgués (porque presenta la “toma” del estado como medio para su derrumbe).

Las opiniones que indicamos arriba están en plena contradicción con el análisis teórico de Marx, Engels, Lenin acerca del estado. La manera según la cual Lenin explica la necesidad del “aplastamiento” del estado burgués en Estado y Revolución se ha vuelto ya en un ejemplo clásico. Este análisis de Lenin es resultado proveniente de la aprobación de la estrategia de la revolución socialista por el partido de los Bolcheviques con la ratificación de las Tesis de abril. Lenin aplicó las conclusiones de ésta obra no solo en las palabras sino en la práctica, rechazando con tenacidad los llamados fuertes – algunos desde dentro del Partido de los Bolcheviques - para la participación en el Gobierno Provisional (que en aquella época fue considerada como el gobierno más democrático de toda Europa) y haciendo un arreglo de todo el partido, orientando el partido al derrumbe del mismo.

Con el transcurso de los años este mismo análisis estratégico – ratificado por la victoriosa Revolución de Octubre – no aguanto en el paso de tiempo. El Movimiento Comunista Internacional (MCI) fue dominado por concepciones estratégicas anteriores que portaron de manera mecánica (en condiciones totalmente diferentes) la elaboración estratégica antigua de la “dictadura democrática del proletariado y del campesinado”. Las opiniones acerca de la posibilidad de una transición parlamentaria al socialismo se consolidaron con el paso del tiempo en una corriente distinta en las filas del MCI, la corriente del Eurocomunismo, dominando los partidos de estados capitalistas grandes (Francia, Italia, España) con consecuencias graves para el movimiento obrero. Posiciones esenciales de la corriente del Eurocomunismo se manifestaron en el análisis del MCI entero. Hoy día se ha acumulado experiencia histórica importante de los intentos de utilizar la participación en una gestión en el terreno de la propiedad capitalista a favor del socialismo.

En 2017 se cumplen 100 años de la escritura de la obra Estado y Revolución de Lenin. Este aniversario debe ser utilizada para recordar - como dice él en su obra - las “palabras olvidadas del marxismo” (y del leninismo complementamos nosotros) acerca del asunto del estado. Los PP.CC. deben luchar para el agrupamiento de fuerzas para la destrucción del estado burgués y para la construcción de la economía socialista-comunista y de las instituciones estatales correspondientes, tienen que rechazar la gestión de la economía capitalista y del estado burgués. Dicho en otras palabras, debemos transformar las conclusiones del Estado y Revolución en una guía para nuestra actividad de día a día.

[1] V. I. Lenin, Estado y Revolución, ed. Sinchroni Epochi, pp.43