EL MAYOR JUICIO VINCULADO CON EL TEMA EN ALEMANIA
DESDE 1945
Beate Zschäpe, la cabecilla, y otros cuatro están
acusados en Alemania de complicidad en los peores actos de violencia neonazi
desde la Segunda Guerra Mundial, incluyendo el asesinato de ocho turcos, un
griego y una mujer policía.
Tony
Paterson.
Página/12
Desde Berlín
A los cuatro hombres y la mujer acusados en el
mayor juicio relacionado al nazismo desde 1945, les será difícil distanciarse
de la ideología racista detrás de la sarta de asesinatos de los que están
acusados: cuando aparezcan en la fuertemente custodiada sala del tribunal el
lunes, algunos tendrán el credo de la xenofobia grabada indeleblemente en su
piel.
“Die
Jew Die” son las palabras tatuadas en el estómago de Adré
Eminger. En su pierna, el alemán del Este de 33 años también tiene un tatuaje
con tres esvásticas negras. La cara del héroe de culto nazi Horst Wessel está
tatuada en su pecho, y la imagen de un soldado alemán de la Segunda Guerra
Mundial adorna su brazo. Con Beate Zschäpe, de 38 años, la cabecilla, Eminger y
los otros tres están acusados de complicidad en los peores actos de violencia
neonazi en Alemania desde la Segunda Guerra Mundial. Incluyen el asesinato de
ocho turcos, un griego y una mujer policía, y dos ataques con bombas que
causaron terribles heridas de las que muchas de las víctimas no se recuperarán.
“Su
motivo era inquietar a los ciudadanos de origen extranjero con la esperanza de
que comenzaran a irse de Alemania por temor a su propia seguridad”
es como Harald Range, el jefe fiscal del Estado encargado de recoger evidencia
en el caso, explica el trasfondo de los asesinatos. Las víctimas eran casi
todas inmigrantes dueños de negocios, a quienes se les disparó en la cara o a
un lado de la cabeza sin ninguna advertencia y a quemarropa. En un caso, un
comerciante turco fue seriamente herido cuando una bomba con clavos en una caja
de tortas explotó en su cara. Otra bomba con clavos fue tirada en una calle
llena
de gente del mercado de Colonia e hirió a docenas de personas.
El caso ha provocado escándalo e indignación en
Alemania, especialmente dentro de la comunidad de tres millones de inmigrantes
turcos, principalmente porque durante casi una década los asesinatos no fueron
resueltos. En lugar de inspeccionar la posibilidad de que los neonazis
estuvieran detrás de los ataques, la policía afirmaba que los responsables eran
los “islámicos” o la “mafia”. La ineficiencia de la policía y de los servicios
de inteligencia para resolver el caso instó al jefe de la comunidad turca en
Alemania a acusar a ambos por racismo institucionalizado.
El año pasado, el jefe de la inteligencia alemana
se vio obligado a renunciar en un tardío reconocimiento del escandaloso fracaso
de sus oficiales para rastrear a los autores durante tanto tiempo. Los asesinos
finalmente e involuntariamente fueron descubiertos hace 18 meses, más de una
década después de que lanzaran su campaña de asesinatos racistas. En noviembre
de 2011, la policía fue llamada para investigar un robo bancario en la ciudad
de Eisenach de Alemania occidental. Siguieron un rastro que los llevó a un
trailer incendiado. Adentro estaban los cuerpos quemados de Uwe Mundlos y Uwe
Boehnhardt, quienes junto con Zschäpe fundaron la organización terrorista
neonazi National Socialist Underground, o NSU, a mediados de los ’90.
El trío entró en la clandestinidad en 1998 para
escapar de las pesquisas. Advirtiendo que la policía los había ubicado, Mundlos
y Boehnhardt se quitaron la vida. Al conocer la noticia, Zschäpe incendió el
departamento que compartía con los dos hombres en la ciudad de Alemania oriental
de Zwickau y huyó. Cuatro días más tarde se entregó a la policía. Mientras, los
investigadores habían encontrado una pistola Ceska 83 utilizada para llevar a
cabo los asesinatos antiinmigrantes, en los restos incendiados del trailer. El
arma asesina no fue su único descubrimiento: también encontraron un macabro DVD
que mostraba a las víctimas de NSU bañadas en sangre. Un dibujo animado de la
Pantera Rosa recuenta los asesinatos en el video. La banda nunca había
reclamado la autoría de alguno de sus asesinatos. Zschäpe, que había sido
idealizada por el asesino serial masivo noruego Anders Behring Breivik, en el
único miembro sobreviviente de NSU.
De The
Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.