30 de marzo de 2013

¿QUIÉN ES TONI NEGRI?


Corría el año 2005, dos antes de que detonase la gran crisis capitalista que hoy arroja a la miseria y a la desesperación a millones de trabajadores en los países centrales del sistema, seis antes de que apareciese de modo organizadamente “espontáneo” el fenómeno de ingeniería social del 15-M y fuera, en poco tiempo, poniendo sus huevos en forma de franquicias indignadas por medio mundo.

Toni Negri, con motivo del Foro Social Mundial, visitaba el Chile en el que los Chicago Boys del neoliberalismo de Milton Friedman habían hecho sus experimentos económicos durante la sangrienta dictadura pinochetista.  Un autor desconocido, pero no por ello, menos interesante en el desenmascaramiento de este profeta de los “indignados” que cacarean, como loros de pico desatado y descerebrada cabeza, en místico arrobamiento cada uno de sus vacíos y tramposos conceptos, al igual que los del esotérico Žižek, y que hacen el caldo gordo al capital que los maneja como títeres con cabeza de serrín; este autor, como antes decía, explicaba bien la biografía político-ideológico del apóstol de la contrarrevolución, Toni Negri.

Quién quiera entender que entienda y quien no, que siga agitando sus pacifistas manitas en las performances del movimiento-viaje a ninguna parte.

Les dejo, sin más con el texto:

¿QUIÉN ES TONI NEGRI Y PORQUÉ VISITÓ CHILE?

Un apagafuegos de la lucha de clases

Texto distribuido antes, durante y después del Foro Social Mundial

En un día especial para la izquierda burguesa, uno de los ideólogos más prestigiosos de los últimos tiempos, un precursor de "nuevas" ideas, de nuevos conceptos, visitó por fin Chile, ese gran "laboratorio" del capitalismo mundial.

Título original: ¿QUIÉN ES TONI NEGRI Y POR QUÉ ESTÁ AQUÍ?
En torno a los inventores de nuevos valores gira el mundo, gira de modo invisible. Sin embargo, en torno a los comediantes giran y se retuercen el pueblo y la fama; y así marcha el mundo” - Nietszche.

Desde joven Toni Negri soñó con ser dirigente intelectual de la clase trabajadora. La historia le dio su oportunidad: poco después de titularse como filósofo, la lucha de clases experimentó un notable ascenso en todo el mundo. En esa época (los años 60) los proletarios confiaban bastante en su propia capacidad de lucha, así que les tenía sin cuidado que un intelectualillo pretencioso se metiera en las fábricas a decirles lo que tenían que hacer. Esa actitud despreocupada de los obreros le permitió a Toni conocer la realidad de los centros industriales de Italia, donde los trabajadores acostumbraban hacer huelgas salvajes, quemar los autos de sus jefes, apalear a los soplones y cosas así. De esos combates, Toni sacó una conclusión banal, pero que anunció como su gran descubrimiento teórico: en los lugares de trabajo está el epicentro de las luchas contra el régimen salarial y la ganancia capitalista. Naturalmente, los explotados siempre han sabido esto; pero a Toni le gustaba retorcer las palabras para ganar notoriedad pública. Así, supo servirse del movimiento Autonomía Obrera (una corriente semi-anarquista, amorfa y heterogénea), para hacerse notar como un "intelectual comprometido".

A mediados de los 70 la lucha de clases en Italia alcanzó altísimas temperaturas, produciendo diversos agrupamientos combativos del proletariado. Grupos como Insurrección, la sección italiana de la Internacional Situacionista y las Brigadas Rojas, trataron de estimular la lucha mediante clarificaciones teóricas y acciones de propaganda armada. Toni llevaba algunos años moviendo los hilos del grupo Poder Obrero, pero era casi desconocido en los ambientes más extremistas del proletariado italiano. Para solucionar ese problema se hizo fotografiar y entrevistar por cuanto periodista se le cruzara por delante, hasta que su nombre empezó a sonar en la prensa. El resultado de esa fama fue bien grotesco: cuando a fines de los 70 las fuerzas represivas se abalanzaron sobre el movimiento para aniquilarlo, escogieron al pobre Toni como chivo expiatorio para darle una lección al proletariado. En una atmósfera de paranoia, delaciones, arrepentimientos y montajes, Toni Negri fue acusado de ser el ideólogo de las Brigadas Rojas y del secuestro y asesinato del líder democratacristiano Aldo Moro (atentado que las Brigadas Rojas perpetraron cuando ya estaban infiltradas y bajo el control de la policía secreta). En realidad nadie en las Brigadas Rojas conocía a Negri, y el asesinato de Moro había sido organizado por los partidos gobernantes para contener la crisis. Pero Toni el Astuto supo aprovechar la oportunidad que se le ofrecía: organizó una campaña de apoyo centrada en él mismo (cuando en Italia había miles de luchadores sociales en prisión); y se defendió a medias, dando a entender que no era un terrorista pero que tampoco era del todo inocente. Entonces se hizo famoso.

Toni pasó cuatro años a la sombra. En 1983 sus seguidores aprovecharon un resquicio legal para sacarlo de la cárcel: lo llevaron a las elecciones parlamentarias como candidato del Partido Radical, salió elegido diputado y el fuero parlamentario le permitió salir en libertad sin más trámite. Luego se exilió en Francia, donde se vinculó con la elite intelectual posmoderna. En ese ambiente escribió su primer superventas: Marx más allá de Marx, donde afirmó que El Capital, la conocida obra de Marx, había llevado al proletariado a la derrota. Esa estupidez le valió un gran reconocimiento por parte de la izquierda, que calificó su libro como “uno de los documentos más cruciales del marxismo europeo” (por esa misma época la izquierda describía a Foucault como el pensador más crítico del mundo, por haber dicho que el capitalismo jamás podrá ser abolido). En realidad a la burguesía progresista de Europa le importaba poco la calidad teórica de Negri, pero vio en él a un charlatán que podría serle de gran utilidad en su guerra ideológica contra los proletarios. Y eso fue lo que pasó. Veamos: cuando Negri entró por primera vez en contacto con las luchas proletarias, éstas tenían un nivel de combatividad tan alto, que sólo cabía decir: “Marx tenía razón: en la fábrica está la lucha contra el trabajo asalariado y la propiedad”.

Toni sólo estaba repitiendo lo que todos los teóricos marxistas siempre habían sabido: que los combates de la clase obrera en los lugares de trabajo eran y debían ser el eje de la lucha social. ¿Qué pasó entonces? La reacción lanzó una violenta campaña de terrorismo encubierto, infiltró soplones y provocadores en los medios insurgentes, metió drogas en los barrios pobres y organizó una oleada de despidos en las fábricas más conflictivas. Entonces quedó claro que el “obrerismo” de los marxistas italianos como Tronti y Panzieri -enfoque que Negri repetía como un loro- era insuficiente para explicar el carácter de la lucha y su derrota. Algunos intentaron desentenderse del fracaso aprobando el “compromiso histórico” entre estalinistas y demócratacristianos. Otros siguieron viviendo y luchando oscuramente entre los explotados, pues comprendieron que las explicaciones tendrían que surgir del propio movimiento obrero, obligado a asimilar el desastre para retomar la ofensiva. ¿Qué hizo Negri, además de aprovechar la derrota para convertirse en una celebridad? Guardó silencio.

Aunque sería más exacto decir que, además de quedarse callado para no tener que hablar de su vergonzosa conducta, llamó a los proletarios a callarse también, afirmando que “la memoria proletaria es sólo la memoria de la alienación pasada: la transición comunista es la ausencia de memoria”. En el preciso instante en que escribió eso, Negri se convirtió en un colaborador de la policía. Pero no se quedó ahí. Al mismo tiempo que llamaba a los explotados a olvidar su propia lucha, Toni el Memorioso aprovechaba la tranquilidad de la prisión para estudiar la historia del pensamiento político moderno. No intentó ningún balance de la desesperada lucha que se libraba en las calles y fábricas, ninguna explicación de la derrota, ninguna propuesta para reconstruir el movimiento obrero. Pero ¿qué más se podía esperar? Toni Negri no es un militante revolucionario ni un estratega de la lucha comunista; es un pensador a sueldo, un metafísico y un oportunista: un títere. Por eso no aportó ningún análisis concreto sobre el desarrollo de la lucha de clases, ni sobre una estrategia de combate internacional de los explotados: en lugar de eso Negri se pasó la década del 80 especulando sobre “poder constituyente”, “multitud”, y “subjetividad radical”; tratando de combinar teoría revolucionaria con teoría contrarrevolucionaria, comunismo con posmodernismo, fuego con agua... ¿Cómo se le pudo ocurrir a nuestro Profesor esa estúpida amalgama?

Cuando la lucha proletaria iba en ascenso, Negri describió el capitalismo como una dominación política sobre el proceso de producción en el lugar de trabajo, y las ocupaciones y huelgas como combates directos contra el régimen salarial y la propiedad (todo eso era marxismo para escolares). Más tarde Toni se dio cuenta de que el dominio capitalista se extendía más allá del lugar de trabajo, sobre todos los aspectos de la vida cotidiana, cosa que los situacionistas habían comprendido antes y mejor que él. Entonces vino la derrota, y Negri, que no había hecho ninguna contribución real al movimiento, decidió que los culpables del fracaso eran los propios obreros, quienes al luchar por salarios más altos y por el control de la producción se habrían hecho “cómplices de la estafa capitalista”. Marx nunca idealizó a los asalariados; sólo dijo que eran la principal fuerza revolucionaria porque al estar ubicados en la base de la producción capitalista, podían hacerla saltar en pedazos si convertían su lucha económica en una lucha política para tomarse el poder. Ese fue el salto que los trabajadores no dieron en Italia y el resto del mundo en la crisis de los 70, y esa debilidad es lo que había que explicar para superarla en los próximos combates.

Pero eso era demasiado para el Profesor Negri. Su solución fue mucho más simple: despreció a los proletarios asalariados que antes amaba (los llamó “obreros masa”) y se enamoraró de los proletarios no asalariados: estudiantes, desempleados, precarios (los “obreros sociales”), descritos ahora como el “nuevo sujeto autónomo”, la fuerza motriz de la revolución, la “multitud”. El problema de su “teoría” es que no da ninguna orientación sobre cómo organizar la lucha de ese proletariado difuso, ni contra qué dirigirla, ni con qué fin preciso. Mientras la lucha de los trabajadores amenaza directamente la base productiva del capital, la lucha de la “multitud” se reduce a elegir entre diversos estilos de vida dentro de la sociedad actual, disolviéndose en una multiplicidad de resistencias superficiales, estéticas y simbólicas, sin finalidad ni estrategia común, y por lo tanto inofensivas para el orden capitalista. Estas “resistencias autónomas” teorizadas por Negri equivalen a la “microfísica del poder” de Foucault, pero en lenguaje marxista.

La admiración de la burguesía hacia ambos personajes no es ninguna coincidencia: Foucault criticó al marxismo diciendo que la lucha de clases era un asunto del pasado y que sólo hay microrrelaciones de poder, localizadas y dispersas, que sólo pueden ser contestadas con microprácticas de resistencia local, etc. Negri por su lado afirmó que el propio Marx había definido la lucha de clases como un asunto de pequeñas resistencias dispersas, descentralizadas y locales, y que las grandes ideas sobre la lucha de clases no habían sido más que un malentendido. Más allá de lo imbéciles que sean esas afirmaciones, lo cierto es que a mediados de los 80 los millonarios de todo el mundo necesitaban escuchar cosas así: suaves, pequeñas y tranquilizadoras, porque todavía temblaban de miedo a causa de los últimos enfrentamientos de clase. Por eso no dudaron en financiar los libros, revistas, cátedras y viajes que quisiera hacer el distinguido Profesor Negri, con tal de que siguiera produciendo su chatarra ideológica. Tal coincidencia de intereses entre el filósofo y los inversionistas le fue dando forma al autonomismo de Negri: una vulgar mezcla de retórica marxista, palabrería posmoderna y misticismo barato.

En otras palabras: la fraseología radical de Negri esconde su servilismo a los intereses del capital. Ya a principios de los 80 su afinidad con Foucault se daba en un momento en que éste defendía el uso de drogas como una forma de “resistencia al poder”, mientras todos los Estados fomentaban el consumo de narcóticos para liquidar al proletariado insurrecto. Más tarde, en su libro Imperio, Negri dijo que el aislamiento entre las diversas luchas y la ausencia de estructuras organizativas es la mayor fuerza de los trabajadores, cuando en realidad esas limitaciones los han llevado una y otra vez a las más sangrientas derrotas. Asimismo, al decir que la lucha de clases ha sido superada por una realidad “híbrida, plural, flexible, multicultural”, Negri insinúa que la sociedad ha ido más allá del capitalismo, que las clases en pugna se han fundido en una “multitud deseante” y que el enemigo está “en todas partes y en ninguna”, lo cual no significa nada. Cuando describe al “Imperio” y a la “multitud”, el Profesor Negri celebra las debilidades del proletariado y las fortalezas del capital, y ni siquiera en eso es original, porque sólo repite los viejos temas del liberalismo burgués: hace desaparecer a la clase trabajadora en una masa amorfa de sujetos singulares con intereses autónomos; reduce la lucha social a un agregado caótico de resistencias localizadas; niega la posibilidad de destruir violentamente las estructuras capitalistas; reemplaza toda consideración estratégica del enfrentamiento social con ideas metafísicas sobre la singularidad del individuo, la potencia infinita de la voluntad, la omnipresencia del poder, etc. Negri es un idealista demócrata.

¿Por qué Negri es constantemente invitado a conferenciar en Foros Sociales “alternativos” y en universidades progresistas? Porque su palabrería confusa y vacía sirve al izquierdismo burgués en su lucha ideológica contra las masas. Así, por ejemplo, cuando en el 2002, en medio de una violenta crisis, el problema central del proletariado argentino era unificar su lucha en un sentido claramente anticapitalista, Negri dijo que “lo importante es discutir las formas de gestión colectivas, toda la atención está sobre las formas de gestión”. Consecuente con esta visión cretina, en su libro Imperio Negri afirma que el objetivo de los oprimidos no es resistir a los procesos de la mundialización mercantil, sino “reorganizarlos y redirigirlos hacia nuevos fines". Pero dichos procesos, que surgen del modo de producción capitalista, inevitablemente fortalecen a las clases dominantes y debilitan al proletariado, y es imposible “reorganizarlos” en torno a “nuevas formas de gestión”.

Negri, al reducir la lucha a un problema de “formas de gestión”, está afirmando que la lucha proletaria no debe superar el nivel económico ni plantearse la superación del capitalismo como objetivo político general. Ese énfasis en las formas inmediatas en desmedro del contenido histórico de la lucha es la negación absoluta de lo que han afirmado siempre los comunistas revolucionarios. Negri está llamando a los trabajadores a resignarse. Y para hacernos tragar su mierda reformista, quiere convencernos de que no estamos determinados por la esclavitud asalariada y la producción de mercancías, sino por la “producción de lenguajes y de subjetividad” en un mundo de “trabajo inmaterial”. ¿Esclavos asalariados? Nada de eso. Según el Profesor Negri, debemos reconocernos como una “multitud” que lucha no para destruir el actual modo de producción, sino para expresar su subjetividad y para autogestionar las relaciones capitalistas. Los piquetes, ocupaciones y asambleas están bien para él, siempre que no pasen de la autogestión de lo existente, siempre que no superen los límites del buen entendimiento democrático y civilizado, donde los capitalistas siempre ganan.

¡Pobre Toni, no puede soportar la visión de las terribles luchas que se avecinan! Para conjurar esa pesadilla, visitó a los piqueteros argentinos y pocas horas después a los políticos que ordenaron la brutal represión contra ellos, ¡y a todos los felicitó por su desempeño! ¡Negri, pobre desgraciado! Con su sonrisa helada llamó a los proletarios argentinos a luchar de forma pacífica al mismo tiempo que brindaba con los burócratas que recién habían ordenado disparar contra ellos. Así es Toni Negri, esa basura contratada para confundir y desarmar a los explotados: amigo de piqueteros, asambleístas, empresarios y policías. Por eso el New York Times, bastión mundial de la propaganda burguesa, describió su libro Imperio como “la próxima Gran Idea”; por eso el best-seller fue publicado por la universidad de Harvard, semillero de ideólogos liberales, y por eso la reaccionaria revista Time lo calificó como “el libro inteligente del momento”. Por eso cuando Negri fue a conferenciar a la fábrica ocupada Grissinópolis en Argentina, ningún obrero quiso escucharlo y tuvo que parlotear frente a un pusilánime auditorio de reporteros, académicos y activistas pagados. Por eso las muertes de violadores y asesinos con uniforme europeo en Irak le hacen llorar. Y por eso, porque es un apagafuegos de la lucha de clases, está hoy día en Chile.

En Chile los patrones de izquierda y de derecha temen que los explotados volvamos a levantarnos. Saben que cuando llegue nuestra hora haremos mucho más que gritar “que se vayan todos”. Por eso la izquierda burguesa trae a Negri para atontarnos con sus mentiras. Igual que en 1973, nos tienen miedo y quieren mantenernos sometidos. Hoy día usan contra nosotros la basura ideológica de Toni Negri, pero cuando eso ya no sirva van a usar balas de plomo... Por todo esto, hombres y mujeres del proletariado: ¡Basta de rumiar ideologías adormecedoras! ¡Hay que prepararse para combatir!.

29 de marzo de 2013

SOBRE LA CLASE “MEDIA”


Mikhail Khazin. Worldcrisis.ru

¿En general qué es la clase “media”? Se trata de una construcción, inventada en Occidente, con el objetivo de destruir el concepto de clases del marxismo. Desde el punto de vista del marxismo no tiene sentido – es una quimera, que existe gracias a los recursos financieros sobrantes, en la que entran tanto la cúpula de la clase obrera, como la pequeña y mediana burguesía, así como los que sirven a las clases altas. Desde el punto de vista del actual estado burgués con su modelo de capitalismo financiero, la clase “media” es el grupo humano con un comportamiento de consumo tipo, y no únicamente en cuanto a los bienes y servicios, sino también en cuanto a los servicios políticos. Hacia este grupo se orienta todo el sistema de publicidad total y educación, dirigido al máximo aumento del consumo y la prohibición de hecho de los valores más meditados. En consecuencia, precisamente este grupo proporciona la base para la estabilidad político-social del actual estado occidental. Señalemos también que su creación también fue posible en parte, gracias al desplazamiento de la industria masiva y “burda” a los países del “tercer mundo” y, la posterior redistribución de los beneficios a favor de los países desarrollados.

Al mismo tiempo hoy ha surgido un serio problema con esta misma clase “media”. Está relacionado con que la principal fuente de su subsistencia tiene poca relación con los ingresos reales, percibidos por este grupo de población. Más exactamente, cuando apareció el concepto de la clase “media” durante el período del máximo esplendor de la URSS en los años 60 -70, las fuentes para su formación eran la redistribución de los beneficios en el interior de toda la sociedad occidental (en los años 60 en los EE.UU. la tasa superior del impuesto sobre la renta superaba el 90%) y el saqueo de las colonias y los países del “tercer mundo”. Pero tras la crisis de los años 70 comenzaron los problemas – estos recursos ya no eran suficientes. A principios de los años 70 en Occidente incluso hubo una seria sensación de que la URSS estaba ganando la competición entre los dos sistemas. Entonces aparece la comprensión de que, en primer lugar, había que aumentar considerablemente el volumen de la clase “media” y, en segundo lugar, que la única manera de hacerlo consistía en proporcionar el crédito a los consumidores.

Esta segunda comprensión tenía que ver con el hecho de que en los años 70 los ingresos reales de los hogares habían bajado considerablemente. De hecho, si tenemos en cuenta la inflación real y no la oficial (que la estadística estatal siempre rebaja), veremos que estos por su capacidad adquisitiva no crecen desde los principios de los 80 y se corresponden aproximadamente a los ingresos de 1962-63. Está claro que, teniendo en cuenta el serio aumento de todo tipo de pagos obligatorios, como, por ejemplo, los seguros, que semejantes ingresos no pueden asegurar de ninguna manera una vida confortable en las condiciones actuales. Y todavía menos, aumentar considerablemente el número de personas que viven esta vida confortable.

Como resultado, a principios de los años 80 comenzó a realizarse el programa de “reaganomía”, cuyo principal significado no estaba tanto en la liberalización de la economía, como en la estimulación del consumo privado a costa del crédito. Este programa, como es natural, tenía sus contras, el principal consistía en que los créditos había que devolverlos. Hasta el principio de los años 80 era prácticamente imposible obtener el nuevo crédito si antes no se devolvía el anterior (salvo la excepción de los créditos hipotecarios, pero estos también se tenían en cuenta a la hora de valorar la solvencia del solicitante). Pero en semejantes condiciones era imposible estimular la demanda durante un tiempo prolongado: cuando la persona recibe el crédito a corto plazo, la demanda no crece, sino que cae, dado que además del “cuerpo” del crédito hay que devolver los intereses.

Como resultado, hubo que cambiar todo el sistema de crédito para los particulares, permitiéndose de manera encubierta su refinanciación, cuando el resto del crédito anterior se devolvía a costa del nuevo crédito y como garantía de pago servían diferentes avales, en primer lugar, los bienes inmuebles. Pero para que dentro del marco de semejante esquema la deuda no se acumulara con excesiva rapidez, había que rebajar continuamente el precio del crédito. Lo que efectivamente ocurría en la práctica: la tasa de descuento del Sistema de la Reserva Federal, el acreedor en última instancia en los EE.UU. y el mundo, que en 1980 era de 19%, a finales de 2008 había bajado prácticamente hasta cero.

Después de que la tasa fue rebajada hasta el cero, la deuda acumulada (para el otoño de 2008 en los Estados Unidos para el hogar medio ya suponía el 130%, cuando antes del comienzo de la “reaganomía” no superaba el 65%) se había convertido en un serio problema, del que nos informan los periódicos prácticamente a diario. Pero lo importante no es eso. Si ya no se puede conceder más créditos, si ahora hay que devolver las deudas ¿qué pasará con la clase “media”?

Recordemos que los ingresos reales de los hogares hoy corresponden a los comienzos de los años 60 (sin contar el peso de la deuda crecido considerablemente). Si los representantes de la clase “media” comienzan a rebajar su consumo, lo cual es prácticamente inevitable, sus ingresos ya de por sí bajos, también descenderán – porque bajarán los salarios y se cerrarán las empresas. Lo que, teóricamente, significa que la estructura de los ingresos tendrá que volver como mínimo a los años 50, pero por entonces no existía ni de lejos ninguna clase “media”. Y lo más importante – la gente estaba acostumbrada a vivir pobremente, aún era desconocida la propaganda del “consumismo”.

Y no se trata de centenares de miles y ni siquiera de millones, sino de decenas o incluso de centenares de millones de personas. Volver a traer la industria llevada al sudeste de Asia no podrá salvar a nadie (en referencia a las promesas de Obama – N. del T.) – podría crear algunos puestos de trabajo, pero no podrá aumentar los salarios – en el caso contrario tal cosa no sería rentable. Es decir, que esencialmente no cambiaría nada.

Así que no se puede hablar de conservar la clase “media” – para ello simplemente no hay recursos. Señalemos que en la Unión Europea la situación es aún peor, porque en general la población es más pobre. La cuestión de cómo los estados burgueses actuales piensan salir de la situación en la que se destruye su principal pilar social no es solamente seria, sino que además es extremadamente actual. Creo que esta cuestión ya se está discutiendo, aunque evidentemente, no en público y, a juzgar por las filtraciones, la solución se reduce al fortalecimiento del control estatal sobre el pueblo (“la plebe” por usar el lenguaje al uso de las clases dominantes). Lo malo es que tal fortalecimiento del control en absoluto puede cambiar el modelo económico – lo que significa que también hacen falta acciones constructivas. Y en esta dirección por el momento nadie hace nada, en primer lugar, debido a que los economicsistas (así llama Khazin a los economistas liberales, de economics con la que sustituyeron a la economía política – N. del T.) mantienen el monopolio sobre la ciencia económica.

Traducción directa del ruso de Arturo Marián Llanos  

28 de marzo de 2013

ALEMANIA ESCONDE LOS ESCÁNDALOS DE DEUTSCHE BANK POR PURO INTERÉS ECONÓMICO

El país necesita de su principal banco para engrasar las ruedas de su economía
Muchas empresas dependen de la financiación que les concede la entidad

elEconomista

La dependencia de Alemania de su principal banco, Deutsche Bank, para engrasar las ruedas de su economía ha llegado a tal punto que el país parece dispuesto a dejar en un segundo plano ciertos escándalos vinculados con la entidad para mantener las buenas relaciones. Al fin y al cabo, muchas empresas germanas dependen de la financiación de la entidad, recuerda Reuters.

Deutsche Bank es uno de los bancos investigados por los reguladores europeos y de Estados Unidos por su presunto papel en la manipulación de las tasas de interés de referencia. Además, la entidad coopera con las autoridades alemanas en una investigación independiente sobre fraude fiscal. El banco ya ha negado las acusaciones de que infravaloró derivados y malvendió valores respaldados por hipotecas.

Esta serie de acusaciones dañarían la reputación de cualquier banco, señala en un artículo Reuters. Pero el respaldo de los líderes empresariales y miembros clave del consejo de supervisión del banco parecen estar ayudando a los nuevos co-presidentes ejecutivos del banco, Anshu Jain y Juergen Fitschen, a poner los escándalos en un segundo plano paraesconderlos en cierta forma. Esta base de apoyo es crucial para Deutsche Bank, especialmente ante las próximas elecciones en Alemania.

En los próximos días se esperan nuevas informaciones sobre Deutsche Bank. El regulador alemán debe publicar un informe sobre la presunta participación del banco en la manipulación del Libor. En el informe, apunta Reuters, se pondrá a prueba el compromiso de Alemania para mantener fuerte a Deutsche Bank por el bien de su economía exportadora.

Ese compromiso es un tema común en las entrevistas que la citada agencia de noticias ha llevado a cabo con el personal de Deutsche, líderes empresariales, fuentes del regulador y directores bancarios. Varias fuentes familiarizadas con el informe del regulador han dicho que se centrará en los "fallos organizativos" en lugar de culpar a Jain o Fitschen, lo que hace menos probable que Berlín les exija que se marchen.

"El corazón industrial"
Una red de apoyo a Deutsche Bank ha surgido entre las empresas alemanas de primer orden y medianas, que han crecido muy dependientes de la financiación del banco más grande del país.
Burkhard Lohr, director financiero del Grupo K+S, proveedor de fertilizantes y sal, con actividades en Canadá, Chile y Brasil señala que la fortaleza del Deutsche Bank es vital. "Necesitamos bancos con una red global ya que nuestros mercados también son globales", explica.

Stefan Sturm, director financiero del grupo médico Fresenius SE, comparte la misma opinión. "Lo que es crucial es el capital financiero e intelectual. Particularmente en el caso de proyectos complejos que deben terminarse sin problemas y en un corto plazo de tiempo", añade.

Datos de Thomson Reuters muestran cómo el papel de Deutsche Bank como prestamista para las empresas alemanas ha aumentado desde la crisis financiera. En 2008, la entidad prestó 4.520 millones a las empresas alemanas, lo que supone una cuota de mercado del 7,23%. Cuatro años más tarde, Deutsche Bank es el segundo mayor proveedor de préstamos en Alemania detrás de Commerzbank, con un volumen de 10.820 millones de euros, o 15,9%.

La necesidad de un banco alemán global es aún más crucial para las empresas pequeñas y medianas, la columna vertebral de la economía. Éstas están altamente especializadas en exportar bienes en todo el mundo, pero no tienen la capacidad de mantener múltiples relaciones con los bancos para financiar sus exportaciones.

Anshu Jain está usando su nuevo papel para ampliar el apoyo a la "economía real" y en los círculos políticos. Desde que asumió el cargo, el pasado 1 de junio, el banquero nacido en la India se ha reunido con unos 50 mandatarios de Alemania y ha visitado Berlín alrededor de 10 veces para cumplir con políticos de alto rango.

Ganar cuota de mercado
Mientras tanto, altos funcionarios del Deutsche ven una gran oportunidad para ganar cuota de mercado. Fundamental para Jain y Fitschen, el presidente del consejo de supervisión de Deutsche Bank, Paul Achleitner, apoya su estrategia.

Exejecutivo de Goldman Sachs que ayudó a Deutsche Bank hacer una de sus mayores expansiones en banca de inversión en 1998, cuando se informó sobre un acuerdo para adquirir Bankers Trust, Achleitner es un firme creyente en un banco de inversión alemán fuerte.

"¿Queremos que Alemania sea el hogar de un importante banco de importancia global? No hay muchas empresas en el sector financiero capaces de competir con las firmas de EEUU", señala Achleitner.

Apaciguar a los dioses
Deutsche Bank tiene una relación a veces difícil con los políticos. La entidad enfureció alos legisladores el año pasado cuando se negó a enviar Jain a comparecer ante una audiencia parlamentaria sobre el escándalo Libor. El jefe de cumplimiento de normas, Stephan Leithner, fue en su lugar.

Deutsche también enfureció al ministro de Agricultura alemán y activistas contra la pobreza este año, cuando  decidió levantar una moratoria autoimpuesta en la negociación de instrumentos financieros derivados vinculados a las materias primas.

A finales del año, agentes de la Fiscalía de Francfort registraron las oficinas centrales de Deutsche Bank en el marco de una investigación por presunto fraude fiscal relacionado con la comercialización de certificados de emisiones de dióxido de carbono (CO2) que habría permitido evadir centenares de millones de euros.

La operación estaría dirigida contra 25 empleados de la entidad, sospechosos de colaborar en una red para facilitar la evasión fiscal a gran escala, el blanqueo de capitales y obstruir la acción de la Justicia. Entre los que están siendo investigados figuran el consejero delegado de Deutsche Bank, Jürgen Fitschen, y el director financiero de la entidad, Stefan Krause.

Pero incluso si Alemania pierde la paciencia con la nueva dirección del banco, muchos dentro del Deutsche Bank siguen convencidos de que será difícil sustituir a Jain yFitschen, concluye Reuters.

27 de marzo de 2013

IRAK DIEZ AÑOS DESPUÉS: EL FRACASO DE LA POLÍTICA NEOLIBERAL Y DEL ARDOR GUERRERO DE BUSH Y SUS ALIADOS

A Irak no ha llegado la democracia, ni el país ha renacido de sus ruinas, 
como predicaban quienes hace diez años propiciaron la invasión, sino que, 
por el contrario, se ha convertido en un cúmulo de ruinas y un paraíso 
de corrupción. ©Radio Nederland Wereldomroep

Mercedes Arancibia. Crónica Popular

El 20 de marzo de 2013, cuando se han cumplido exactamente diez años de la invasión de Irak por la coalición encabezada por los Estados Unidos de George W. Bush (de inolvidable memoria), y secundada por los palanganeros Tony Blair y J.M. Aznar más Durao Barroso que les prestó la cama en las Azores, en el diario La Presse (del Canadá independentista, es decir de Québec) me entero de una iniciativa que tiene miga: el blog político estadounidense Gawker ha propuesto a sus lectores escribir a quien fuera el 43 presidente del país, gran arquitecto de del conflicto, felicitándole por el aniversario de una guerra que no termina nunca desencadenada con el lema “Libertad para Irak” y que, lo mismo que la de Afganistán, enfrentaba a dos ejércitos de potencia desigual y propiciaba un considerable aumento en la actividad de los grupos terroristas de la zona. A estas alturas de la historia, las guerras de Irak y Afganistán son emblemáticas de lo que significa “modernidad” en materia de conflagración armada.

Los de Gawke publican la dirección del correo electrónico del menos tonto (supuestamente) de los hijos de Bush senior, para que sus lectores puedan dirigirle todos los improperios que se les ocurran por haber esgrimido la existencia de armas de destrucción masiva en Irak y la relación entre Saddam Hussein y los yihadistas de Al Qaeda para justificar la invasión del país. El tiempo ha puesto las cosas en su sitio, demostrando que ambas premisas eran absolutamente falsas. Los ciudadanos de esta parte del mundo ya lo sabíamos: no en vano fuimos millones quienes hace diez años salimos a las calles para manifestarnos en contra de una guerra en la que no se nos había perdido nada.

Lo que pasa es que el equipo del peor de los Bush se puso inmediatamente a la obra y, después de los primeros correos, que sin duda le pillaron por sorpresa, empezó a devolver los siguientes con el lema “dirección desconocida”. Aunque, se puede comprobar, el dominio ogwb.org corresponde al “centro presidencial de George W. Bush” –según Gawke- registrado en 2009 por Brian Cossiboom, vicepresidente de operaciones de la Fundación George W. Bush. Yo he hecho la comprobación y lo que aparece ahora es una página como un galimatías, en la que en una de las líneas puede leerse que el sitio “se ha trasladado” (probablemente inundado por emails y spams) (1).

Dejemos la broma a un lado y saltemos a la realidad. Se han cumplido diez años del comienzo de la guerra, han sido diez años de equivocaciones y horrores y nadie ha pedido perdón todavía. “No hay ninguna duda de que la invasión de Irak fue un desastre. No hay ninguna duda de que se hizo basándose en suposiciones erróneas y con una voluntad que tenía muy poco que ver con las justificaciones oficiales de la intervención”, puede leerse ahora en el digital AgoraVox, que reproduce un artículo publicado en Il fatto quotidiano, diario italiano en línea fundado en 2009 y dirigido por Antonio Padellaro (2).

Balance de muertes sin contabilizar 11.500 víctimas iraquíes
Aunque los soldados estadounidense se retiraron oficialmente de Irak en diciembre de 2011 las víctimas, directas y colaterales, han continuado acumulándose durante los últimos meses y aunque pretender establecer un censo definitivo resulta muy arriesgado algunos organismos lo intentan, como la publicación digital británica Iraq Body Count que, precisando que probablemente se trate de una cantidad inferior a la real, cifra entre 112.000 y 122.000 el número de civiles que han perdido al vida en el conflicto, o sus consecuencias, según publica estos días el semanario Le Nouvel Observateur en un artículo firmado por Boris Proulx. Los famosos «documentos de Wikileaks» revelaron en 2010 que la muerte de alrededor de 11.500 víctimas iraquíes de la guerra nunca se ha hecho pública y, por tanto, no figura en ninguna contabilidad, ni oficial ni oficiosa.

Siempre según Iraq Body Count, a los muertos civiles hay que sumar 39.000 combatientes de distintos orígenes (4.488 estadounidenses, 179 británicos y 140 de los países aliados, entre los que se encuentra España). Y según Proulx, “esta guerra pasará a la historia como un fiasco militar de Estados Unidos en el siglo XXI, igual que lo fue Vietnam en el siglo XX”.

Otras fuentes facilitan otras cifras. Según el estudio publicado a mediados de marzo de 2013 por el Watson Institute for International Studies, de la Universidad Brown, los muertos podrían haber sido hasta cuatro veces más de los contabilizados oficialmente: si se incluye a policías, insurgentes, periodistas y trabajadores de organizaciones humanitarias la agencia Reuters estima que la cifra de muertos podría situarse entre 176.000 y 189.000. Además, un millón de iraquíes han resultado heridos, en mayor o menor grado, durante el conflicto y cuatro millones (de los 33 que pueblan el país) han tenido que abandonar sus hogares para escapar a la violencia; la mitad han permanecido en el interior de Irak y la otra mitad han huido hacia el extranjero, principalmente a Siria, de donde no pueden volver y donde ahora padecen las consecuencias de otra guerra.

Siempre según el mismo estudio, la guerra ha costado 700.000 millones de dólares (540.000 millones de euros) a estados Unidos, a los que hay que sumar 490.000 millones de dólares en indemnizaciones a pagar a los ex combatientes; y se supone que, en las próximas cuatro décadas habrá que seguir haciendo frente a gastos como consecuencia de la guerra hasta un total de 6 billones de dólares (más de 4 billones y medio de euros).

Un áspero perfume de petróleo
En el balance que de los diez años de guerra hace el diario comunista francés L’Humanité denuncia directamente el papel determinante que el conflicto ha tenido en la desestabilización de toda la zona de Oriente Medio, “que desprende un áspero perfume de petróleo”, y donde todos los estados se encuentran hoy “divididos entre fuerzas centrípetas”. La estrategia militar les ha conducido a un aislamiento mayor que el que padecían: “Irak todavía no ha encontrado su unidad. En Irán, con el pretexto del asunto nuclear, las grandes potencias están propiciando una atomización del poder, sin pensar en las consecuencias. En cuanto a Siria, hoy se encuentra en tal estado –sean quienes sean los responsables- que resulta difícil imaginar cómo podrá volver a encontrar un día su unidad. La situación en Oriente Medio, ¿sería la misma si la región no rebosara petróleo y gas? ¿No es razonable preguntarse si el futuro de esas reservas energéticas, y el de los países donde se encuentran, es la explicación de las posturas y actitudes adoptadas por Estados Unidos y la Unión Europea?”.

Diez años después de la invasión estadounidense, Irak sigue buscando su rumbo ante la inestabilidad política y la persistencia de la violencia. Lo que en principio se presentó como un enorme fracaso de los servicios de Inteligencia estadounidenses, que proporcionaron argumentos falsos a las administración Bush para llevar a cabo la invasión, fue en realidad el fracaso de todo el sistema USA, centrado en el de instituciones como el ejército de tierra, la marina y la aviación, que debieron frenar aquella barbaridad basada en pruebas inconsistentes como las que atribuían a Saddam Hussein la posesión de armas de destrucción masiva, e incluso la capacidad de poder utilizarlas con fines devastadores contra países occidentales, tan alejados como Estados Unidos o el reino Unido. “En primera fila (del fracaso) -escriben en Il fatto quotidiano- se encuentran los personajes trágicos de Bush, Cheney, Rumsfeld y todo aquel circo neoconservador al que hay que añadir, y al mismo nivel, a Blair, Aznar y Berlusconi, que le prestaron su apoyo, y a toda una panoplia de jefes de estado que se sumaron de distintas formas. Ocupan también un lugar destacado los medios de comunicación que se dedicaron a divulgar aquella propaganda increíble y que, a la larga, se extendieron un auténtico terrorismo psicológico entre las opiniones públicas occidentales”.

De más está decir que tras la invasión y la ocupación militar de Irak las supuestamente letales “armas de destrucción masiva” jamás aparecieron, por la sencilla razón de que nunca existieron- se puede leer en LibreRed, una publicación que reproduce informaciones de diversas fuentes-: “Fueron una mentira, el pretexto para ejecutar la operación militar contra Hussein, que tiempo después (a finales de 2006) fue detenido y ejecutado".

Un legado desastroso
El legado tras diez años de invasión imperialista en nombre de la democracia es desastroso. Falta de servicios básicos, destrucción de infraestructuras, actos de violencia diaria y una tasa de desempleo superior al 50 por ciento. A esto hay que sumarle la sistemática violación de los derechos humanos, con la tortura de presos como práctica corriente en las cárceles custodiadas por el ejército estadounidense…las torturas se generalizaron en los centros de detención en Irak, como se demostró tras el escándalo de la prisión de Abu Ghraib, junto a Bagdad, y el descubrimiento de las cárceles secretas de la CIA, conocidas como “agujeros negros”.
Entre 112.000 y 122.000 el número de civiles que han perdido la vida en el 
conflicto, o sus consecuencias, más 39.000 combatientes de distintos 
Una investigación del diario económico Financial Times acaba de concluir que “Washington se ha gastado al menos 138.000 millones de dólares en contratos a grandes empresas implicadas en seguridad privada, logística y reconstrucción en Irak. Y que la compañía que más se ha beneficiado de ese maná de fondos públicos ha sido KBR, ex subsidiaria de la corporación Halliburton que dirigiera Dick Cheney antes de convertirse en vicepresidente de Bush y en el mayor promotor de la invasión ilegal que devastó el país. KBR se ha embolsado hasta ahora no menos de 39.500 millones de dólares, con lo que encabeza el ranking de multinacionales enriquecidas en la contienda; las dos que le siguen (las kuwaitíes Agility y Kuwait Petroleum Corp.) han sacado 7.400 y 6.300 millones de dólares, respectivamente. A continuaciónsiguen grandes compañías estadounidenses especializadas en la privatización de las Fuerzas Armadas, como Dyncorp, que se ha llevado 4.100 millones por entrenar a la nueva Policía iraquí, o Triple Canopy (1.800 millones), una de las mayores empresas militares privadas, integrada por ex comandos especiales de la Delta Force”.

El nuevo Irak tiene un gobierno de mayoría chií que sigue apoyado en bases americanas, aunque oficialmente los soldados se han marchado, y tiene que enfrentarse diariamente a las acciones de los diferentes grupos sunitas, que hunden sus raíces en el país. A Irak no ha llegado la democracia, ni el país ha renacido de sus ruinas, como predicaban quienes hace diez años propiciaron la invasión, sino que por el contrario se ha convertido en un cúmulo de ruinas y un paraíso de corrupción. Han tenido unos maestros ejemplares, que han abusado de sus prisioneros y han despreciado a una población sacrificada en aras de una mentira, a la que diez años después nadie ha pedido todavía perdón. “No en vano, el periodista iraquí que lanzó su zapato a Bush se ha convertido en un héroe nacional y ni siquiera quienes odiaban a Saddam son ahora capaces de agradecer su intervención a los americanos. Nadie va a conseguir olvidar las traiciones, los duelos, los heridos, los inválidos y las humillaciones”.

Nadie ha pedido perdón a los iraquíes, ni tampoco a los militares y civiles de otros países enviados a morir en Irak. Tan solo el diario New York Times se excusó ante sus lectores, por haberles mentido. Y, mientras tanto, la violencia continúa. El décimo aniversario de la invasión ha estado precedido de una serie de atentados con bomba : «febrero ha sido algo menos letal que enero con ‘solamente’ 220 muertos y 571 heridos». En un reciente entrevista concedida a la televisión británica ITV, el ex primer ministro Tony Blair –en su línea de “mantenella y no enmendalla”- aseguró que si “se hubiera dejado a Saddam continuar en el poder, en Irak se habría producido una carnicería aun mayor que la que está en marcha en Siria”.

Notas
1. El texto completo puede leerse en francés en las páginas: http://gawker.com/5991411/wish-george-w-bush-a-happy-iraq-war-day-here-is-his-private-email-address, y http://www.slate.fr/lien/69653/mail-george-bush-anniversaire-guerre-irak-hacking-guccifer

2. La salida del periódico estuvo precedida de una campaña iniciada en el blog . voglioscendere.it del periodista Marco Travaglio. El nombre de la cabecera es un homenaje a la memoria de Enzo Biagi (1920-2007), uno de los grandes nombres del periodismo italiano, que dirigió el programa televisivo Il Fatto; el logotipo –un niño con un megáfono- está inspirado en el del diario La Voce, como homenaje a su fundador, Indro Montanelli (1909-2001), periodista, escritor y autor teatral. Para conservar su independencia, el periódico ha renunciado al fondo de financiación pública.

3. El canal cultural franco-alemán ARTE ha emitido estos días un hermoso documental titulado “Diez años, 100 miradas”, que puede verse en: http://irak.arte.tv/

26 de marzo de 2013

LA ABOMINABLE CARA OCULTA DE LOS «EJÉRCITOS HUMANITARIOS»


ACTUACIONES DEL EJÉRCITO ESPAÑOL

Al hilo de informaciones recientes, Gasteizkoak describe y analiza las actuaciones cometidas por el Ejercito español durante las «misiones humanitarias» para evidenciar que esconden un Iado oscuro, marcado por la violación de derechos humanos.

Estitxu Martínez de Guevara. Gara
Colectivo Gasteizkoak

En las últimas semanas hemos conocido dos graves hechos relacionados con los denominados «ejércitos humanitarios» que nos han recordado el libelo que hace diez años publicamos con el mismo título que encabeza este artículo. Por un lado está la difusión de un vídeo en el que se observa a cinco soldados españoles destinados en Irak en 2004 maltratando salvajemente a dos detenidos, uno de los cuales incluso llegan a suponer que pueda haber muerto a causa del ensañamiento a patadas al que es sometido. Por otro, de un sentido completamente distinto, la noticia de que el Ministerio de Defensa español ha remitido a los Institutos de Enseñanza Secundaria de Hegoalde (y suponemos que al resto del Estado español) dos publicaciones en forma de cómic: “Los pacificadores. Misión con la Fuerzas Armadas”', y “Las Fuerzas Armadas, en defensa de la paz y la seguridad”, este último basado en el “Libro de apoyo para docentes”  del sistema educativo español, del mismo nombre. El objetivo del «regalo» se declara en la presentación: «Confío en que disfrutéis de la lectura de este cómic y sirva para despertar el interés de nuestras Fuerzas Armadas entre los más jóvenes”. Pues bien, nosotras confiamos en que los párrafos siguientes sirvan para aportar algo de luz sobre esa abominable cara de los «ejércitos humanitarios», en este caso españoles.

Con respecto al vídeo, el Ministerio de Defensa rápidamente ha declarado que “los primeros” que lamentan y rechazan estas imágenes son “los propios militares, que llevan más de 20 años en misiones en el exterior”, haciendo «un trabajo impecable» y sin que «jamás» haya habido «una queja» sobre su comportamiento. Pero estas declaraciones no son sino una sarta de mentiras, pues no son, ni mucho menos, las primeras.

En 2003, cuando publicamos el libro, éramos conscientes de que los datos que aportábamos “no son sino una pequeña muestra de la situación real”, ya que `el poder y sus voceros' intentan ocultar estas realidades que tanto dañarían la campaña de imagen militar y ayudarían a cuestionar la existencia misma de los ejércitos, ya fueran regulares o `humanitarios'. A través de esas noticias vamos a poder forjarnos una visión de conjunto hasta ahora públicamente `no retratada', que muestra la cara más salvaje, más inhumana de los ejércitos llamados `humanitarios' y de sus diferentes `Misiones de Paz'».

Entre la recopilación eran varias las referencias a las tropas españolas o a sus mandos políticos y militares, dejando en evidencia las declaraciones de Defensa. Veamos algunas.

Una soldado de infantería denunció que “fue acosada sexualmente por un sargento mientras estuvo destinada en los Balcanes entre octubre de 1994 y abril de 1995” y que una compañera en Bosnia para ayudarla habló con el capitán y “lo único que consiguió es que el capitán le acosara a ella también”.

El primer avión español cargado con ayuda que llegó a Zaire en octubre de 1996, a pesar de ser pagado por la Agencia de Cooperación Española, aterrizó en Kinshasa a miles de kilómetros de terreno selvático de la zona afectada. Nada de su contenido llegó a los refugiados. Alguien decidió darle un fin más importante al vuelo: transportar a miembros de los GEO (Grupo Especial de Operaciones) para proteger la Embajada española.

En 1997, un periodista conversaba con uno de los legionarios que tomaron parte en la llamada «Operación Alba» en Albania. Los soldados no terminaban de entender el objetivo de su misión: proteger la distribución de alimentos en un país que, aunque pobre de solemnidad, no conoce el hambre. Pero al menos ellos tenían su propia satisfacción: “En principio hemos venido para tres meses, pero nuestro capitán nos ha dicho que con toda seguridad estaremos más tiempo, así que nos vamos a levantar una pasta...”. Y, efectivamente, así era, pues unos soldados cuyo sueldo en 1997, habitualmente, apenas superaba las 100.000 pesetas mensuales, se multiplicaba por cuatro mientras se prolongase la «misión humanitaria» en Albania, gracias a las dietas que el Ejército les abona por permanecer fuera del territorio español.

Durante el verano de 1999, José María Aznar, entonces presidente español, en visita relámpago de doce horas, apareció en julio en el campamento de Hamallaj, en territorio albanés bajo responsabilidad militar española. Pero la visita no fue más que una acelerada escena de teatro virtual. Después de trabajar una semana en la instalación de infraestructuras, los voluntarios se quedaron atónitos cuando les ordenaron deshacer lo hecho (“ahora podéis desmontar que el presidente ya se ha ido...”), bajo el pretexto de que esa no era su «ubicación definitiva».

En 2000 un brigada de farmacia español destinado en Kosovo apareció muerto, suicidado según las versión de Defensa. Pero un informe de tres forenses contratados por la familia, que no estaba de acuerdo con la versión, afirmaba que pudo ser asesinado por alguno de sus compañeros. Estos compañeros estarían presuntamente vinculados a una trama de robo y desvío de medicamentos al mercado negro.

A finales de 2000 la ONU se vio obligada a expulsar a seis policías -de nacionalidades española, británica y estadounidense- de la fuerza internacional en Bosnia-Herzegovina, por su supuesta vinculación a la extorsión de varios locales de prostitución en los que trabajaban menores de edad. Las mujeres y las niñas de 14 años procedían de Rumania, Moldavia, Ucrania y Rusia.

En 2002 el teniente Iván Moriano, tras haber sido denunciado en dos ocasiones por agresión sexual (una de ellas con violación) en dos destinos distintos, fue posteriormente destacado a la «misión humanitaria» en Bosnia.

En 2001, el informe “Instrumentalización de la Acción Humanitaria por parte del ejército español: el caso de Mozambique”, elaborado por Pilar Duch para Médicos Sin Fronteras sobre su experiencia con el Ejército español, entre otras muchas cosas relataba que en el hospital de campaña del Ejército español las estadísticas parecían ser su máxima preocupación. No admitían enfermos en estado terminal, que pensaban que pudieran morir en los próximos días. Un testigo presencial recuerda haber oído: “No recogemos a los que tienen posibilidades de morir, sino de salvarse”. Su aproximación a la población consistía en esperar a que ellos acudieran, y de aquí la pregunta a las doctoras de MSF, cuando acudían con los niños que sufrían malnutrición severa: “¿De dónde habéis sacado esto? A ver si dejáis de recoger cosas por el campo”.

Publicamos otro libro en 2003, pero el repugnante «hacer humanitario» de las tropas españolas, por mucho que sigan tratando de esconderlo, ha seguido estando presente.

Tal y como ha denunciado Al Mayali (y recogido Gervasio Sánchez y Amnistía Internacional, entre otros), en 2004 sufrió trato inhumano y degradante durante los tres días de interrogatorio a los que fue sometido por las tropas españolas en Irak, justo en la misma base de Diwaniyah de donde procede el video ahora publicado. A Mayali le pusieron una capucha, le ataron las manos a la espalda, le propinaron golpes en la cabeza, golpes con fusiles, le insultaron y le amenazaron de muerte... y tras los interrogatorios permaneció otros dos días en una habitación húmeda, sin dormir y recibiendo insultos cuando pedía ir al servicio. El máximo responsable de aquella base durante estos sucesos, el entonces general Fulgencio Coll, fue tras ello nombrado primero jefe de la Unidad Militar de Emergencias y, posteriormente, siendo ya teniente general, jefe del Estado Mayor del Ejército.

En 2006 un cabo español destinado en Mostar (Bosnia) fue acusado de abusos sexuales por una militar francesa. El español lo negó, pero gracias al testimonio de compañeros de la militar francesa, fue condenado en 2008 por la Audiencia Nacional a una multa de 1.620 euros que, según se publicó, al declararse insolvente los pagó el Estado (es decir, todas nosotras). Siguió en el Ejército sin mayores problemas.

En 2012 el Tribunal Supremo rebajó de nueve a cinco meses la sanción disciplinaria impuesta a un militar condenado en 2008 por violencia machista, al “considerar como atenuante una medalla de la OTAN”, justificándolo en “su acostumbrada o asidua participación en operaciones de mantenimiento de la paz en un escenario de la dificultad y peligrosidad de Afganistán, en el que resulta frecuente que los participantes tengan necesidad de acudir al empleo de la fuerza armada”.

Valgan como colofón explicatorio de todo este «humanitarismo armado» las declaraciones realizadas a una periodista en 2011 por un soldado español que ha participado en misiones en Líbano, Kosovo y Afganistán: “De misión de paz nada. Allí vas a matar y a que no te maten”. Los ojos azules de Ángel (nombre ficticio) se emocionan cuando habla de su trabajo: “Lo peor de Afganistán es tener tiempo para pensar, para echar de menos'. (...) La batalla ahoga los problemas: Lo único que piensas es en dónde está, para matarlo”. Una droga que engancha. “Vamos a por él”, se decía Ángel. “Olvidas tener miedo. Mientras estás allí disparando, lo único que tienes en la cabeza es: `A ver si pillo a ese cabrón, que mañana puede matar a un amigo”.

Los «ejércitos humanitarios» tienen una abominable cara oculta, ocultada por la connivencia y complicidad de la mayoría de medios, de sus compañeros y mandos, de los responsables de los ejércitos, de las instancias judiciales afectadas y de los dirigentes políticos que les mandan. Por mucho que se intenten ocultar hechos y vídeos y que se promuevan cómics y campañas de «lavado de imagen», la idiosincrasia militar para la que han sido instruidos seguirá brutalmente presente, porque como declaraba el 22-06-2006 a la BBC alguien tan poco sospechoso de antimilitarismo como el entonces director adjunto de la revista «Defensa», Gustavo Morales: “La guerra destapa lo peor que hay en muchos, porque fundamentalmente lo que se impulsa a hacer a una persona es a matar a otra. Entonces, si se la puede matar, ¿por qué no violarla? Las enormes descargas de adrenalina que genera el combate liberan, como lo hace el alcohol en ocasiones, desinhibición, lo que hace que no respetemos determinadas reglas (...) Esas violaciones son algo inherente al conflicto y contra ellas se pueden hacer pocas cosas, porque se podría elevar el nivel cultural de la tropa pero si se eleva demasiado lo mismo no combate”.

Más claro, agua.