21 de abril de 2014

PAÍSES ALIADOS DE EEUU PODRÍAN ESTAR PREPARÁNDOSE PARA UNA GUERRA

RT

El Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo anualmente publica estudios sobre el gasto militar en diferentes países. Según el informe de este año, EEUU y sus aliados siguen realizando el mayor gasto militar del mundo.

De acuerdo con el informe sobre el desarme presentado esta semana por la Comisión de la ONU, la situación no ha cambiado considerablemente en las últimas décadas. A pesar de los anunciados recortes de Defensa, Washington todavía ocupa el primer lugar en la lista de los países que más dinero gastan en ese campo.

EEUU, la OTAN y los aliados estadounidenses fuera de la Alianza representan más del 64% de todo el gasto militar mundial, indica el analista político Caleb Maupin, activista del Centro Internacional de Acción y el Partido Mundial de Obreros.

Recuperando influencia en Oriente Medio
El informe señaló que los regímenes aliados de EEUU en Oriente Medio están aumentando rápidamente su gasto militar, adquiriendo cada vez más armas modernas de alta tecnología. Maupin indica que se trata de Estados que no pueden llamarse ‘democráticos’: Arabia Saudita, Catar, Omán y Bahrein son monarquías absolutas donde ni siquiera hay elecciones ni libertad de expresión. “En esos países las personas son azotadas, lapidadas y decapitadas de forma rutinaria”, dice el experto.

Los medios estadounidenses constantemente demonizan a Irán y Siria, mientras que los delitos de los aliados de EEUU en Oriente Medio, que “no hacen ni la más mínima pretensión de ser democráticos”, se ignoran.

EEUU apuntala a estos Estados autocráticos con miles de millones de dólares de ayuda financiera, al tiempo que las corporaciones petroleras de Wall Street obtienen billones de dólares en ganancias mediante el control de sus recursos naturales.

Maupin subraya que, cuando la población de estos Estados se levanta para exigir derechos democráticos y económicos, los regímenes utilizan sus reservas de armas de producción estadounidense contra los manifestantes, y como resultado mantienen su poder “con la ayuda del terror y la violencia”. Su cooperación con la Casa Blanca “muestra la total hipocresía de cualquier retórica sobre los derechos humanos” de las autoridades de Washington, opina el analista.

Pero lo más preocupante, considera Maupin, es que estos “títeres” de EEUU en Oriente Medio entran gradualmente en el ‘negocio’ mundial de la guerra. Arabia Saudita tiene ahora el cuarto mayor gasto militar del mundo. Riad está acumulando misiles modernos, tanques y otro armamento de alta tecnología de “destrucción y muerte”.

Omán, Catar y los Emiratos Árabes Unidos también están incrementando sus gastos militares. El activista agrega que estos países financian actualmente el entrenamiento y armamento de los grupos mercenarios en Siria, sumida en una guerra que diariamente se cobra las vidas de ciudadanos sirios.

El analista Maupin cree que el aumento de los gastos militares en Oriente Medio apunta hacia posibles preparativos para un conflicto más amplio en la región. La agitación en Túnez y Egipto en 2011 que condujo al derrocamiento del títere de EEUU Hosni Mubarak, así como el fracaso de la política de Washigton en Siria, “apuntan una debilidad real de la influencia de EEUU” en Oriente Medio. “A medida que los Estados autocráticos del Golfo aumentan su poder militar se hace más patente el intento desesperado de EEUU por recuperar la influencia perdida”, dice el experto.

Rodeando Asia-Pacífico
Maupin destaca que el aumento de la actividad militar de EEUU en la región de Asia-Pacífico se produce en el mismo momento en el que sus países aliados en la región también incrementan rápidamente su gasto militar.

Filipinas, por ejemplo, que ya alberga varias bases militares de EEUU en su territorio, ha aumentado su gasto militar en un 17%. Gran parte de la actividad militar en Filipinas tiene como objetivo destruir al Nuevo Ejército Popular, un grupo comunista muy popular entre la población que ha estado librando una “guerra popular” en contra del Estado autocrático apoyado por EEUU, afirma Maupin.

Corea del Sur, a su vez, es el octavo importador de armas del mundo. Seúl está acumulando misiles, aviones militares y otras armas avanzadas. En el territorio del país también se encuentran bases militares estadounidenses. Por su parte, Australia ha aumentado sus importaciones de armas en un 83%.
China y Corea del Norte, dos Estados asiáticos que han desafiado abiertamente a Washington, ahora están rodeados por las fuerzas militares de EEUU y sus aliados. “No obstante, la creciente influencia económica de China en todo el mundo, especialmente en América Latina y África, es una amenaza para el poder económico de Wall Street”, dice el analista político. En cuanto al campo militar, en respuesta a la creciente presencia militar hostil en sus fronteras, Pekín también ha aumentado sus gastos en Defensa.

La amenaza de una nueva guerra mundial
En un momento en que la economía mundial sigue sufriendo la crisis, la tendencia de incrementar el gasto militar es motivo de preocupación para muchos, indica Maupin.

Hoy en día, los conflictos parecen estar desarrollándose a un ritmo muy rápido en todo el mundo, y “aunque estos conflictos tienen lugar en diferentes regiones, todos ellos son episodios de la misma confrontación global”, cree el activista.

En Venezuela, el Gobierno democrático de Nicolás Maduro está luchando contra las fuerzas de oposición apoyadas por EEUU. En Siria, el Gobierno de Bashar Al Assad también está siendo atacado por extremistas violentos amparados por la Casa Blanca y sus títeres del Golfo.

En Ucrania, los fascistas respaldados por Washington tomaron el Gobierno y ahora en la región de Donetsk y otras partes del país los manifestantes están luchando contra Kiev esperando el apoyo de Rusia.

Como los aliados de EEUU de todo el mundo están acumulando armamento, parece que esta tendencia no va a desaparecer en un futuro próximo, opina el analista político, que agrega que “pueden estar preparándose para una guerra a escala mucho mayor para mantener el control del mundo, ya que su sistema económico se estanca, mientras que los países que buscan un desarrollo independiente siguen prosperando”.

20 de abril de 2014

ACTUALIDAD DEL MANIFIESTO COMUNISTA

Miguel Urbano Rodrigues. odiario.info

Marx y Engels consideraban extremamente peligrosas a las organizaciones reformistas y contra ellas lucharon siempre con tenacidad

Releí hace unos días el 'Manifiesto Comunista'. Han transcurrido 165 años desde que Marx y Engels divulgaran ese explosivo documento revolucionario.

El mundo actual es muy diferente de aquel que inspiró el 'Manifiesto'. En la época, la Revolución de 1848 lastraba por Europa. El «espectro» del comunismo alarmaba a las clases dominantes, del Atlántico a los Urales. Pero solamente en 1917, casi medio siglo tras la Comuna de París, una revolución victoriosa y un partido comunista crearon el primer Estado socialista en Rusia.

Más de siete décadas duró la primera experiencia socialista triunfante. Finalizó con la trágica desintegración de la Unión Soviética y el regreso del capitalismo a Rusia.

Hoy, en Europa, el poder es ejercido por las clases dominantes. Tal vez con una única excepción, burguesías arrogantes controlan los gobiernos. Los políticos que las representan son neoliberales, socialdemócratas domesticados, o nostálgicos del fascismo.

En este contexto histórico tan sombrío, fue con sorpresa que, al releer el 'Manifiesto Comunista', llegué a la conclusión que no perdió actualidad. Continua cargado de enseñanzas para comunistas y no comunistas. Siento que en Portugal, señaladamente, es actualísimo.

LA ESCUELA DE LA REVOLUCIÓN DE 1848
La Revolución de 1848 en Alemania, en aquel momento un conglomerado heterogéneo de reinos y principados casi feudales, fue una gran escuela de política para Marx y Engels.

Ambos sabían que la teoría sin la práctica no abre el camino para victorias revolucionarias. La Revolución de febrero en Francia provocará el pánico en la Europa de las monarquías cuando Lamartine proclamó la República en París.

Pero fue solamente cuando regresaron a Alemania que Marx y Engels repararon, en dos dramáticos años, en el marco de la revolución que abrasaba Europa, en las dificultades insuperables que en la época impedían la concreción en plazo previsible del proyecto comunista del que la 'Nueva Gazeta Renana' era el mensajero más prestigioso.

Engels afirmó en la vejez que el Manifiesto era «el producto más ampliamente divulgado, más internacional, de toda la literatura socialista, el programa común de muchos millones de obreros de todos los países, desde Siberia a California».

«Este pequeño librito -escribió Lenin- vale por tomos enteros: inspira y anima hasta hoy el proletariado organizado y combatiente del mundo civilizado». Según el gran revolucionario ruso, el 'Manifiesto' «expone, con una claridad y un vigor geniales, la nueva concepción del mundo, el materialismo consecuente, aplicado también al dominio de la vida social, la dialéctica como la doctrina más vasta y más profunda del desarrollo, la teoría de la lucha de clases y el papel revolucionario histórico universal del proletariado, creador de una sociedad nueva, la sociedad comunista».

Innovador, el 'Manifiesto' esbozó el marco del desarrollo del capitalismo e iluminó las contradicciones internas que conducirán a su final.

Marx y Engels eran conscientes de que era indispensable para la conquista del poder crear un partido capaz de asumir el papel de vanguardia de la clase obrera. Internacionalistas, sin embargo habían advertido que la lucha de la clase obrera tendría que desarrollarse en primer lugar en cada nación.

Ambos consideraban extremamente peligrosas a las organizaciones reformistas y contra ellas lucharon siempre con tenacidad.

Pensando en la Unión Europea y más específicamente en Portugal, impresiona verificar cómo esas preocupaciones y advertencias permanecen actuales y facilitan la comprensión de grandes desafíos del presente.

En Alemania, la ausencia de condiciones subjetivas favorables fue determinante para la alteración de la relación de fuerzas, abriendo camino a la represión dirigida por Prusia.

Los autores del 'Manifiesto' tropiezan con obstáculos invencibles en la tentativa de crear el partido revolucionario de nuevo tipo. Sería Lenin su creador en Rusia, muchas décadas después.

Asimismo en Colonia, sede del núcleo duro de la Liga de los Comunistas, los conflictos entre fracciones y personalidades fueron permanentes, incluyendo algunos dirigentes políticos que pretendían ser comunistas, pero actuaban como oportunistas.

Marx y Engels tuvieron que enfrentar problemas en la propia redacción de la 'Nueva Gazeta Renana'. Hasta en el debate sobre la legalidad o ilegalidad de la Liga de los Comunistas. La inmadurez del movimiento revolucionario alemán contribuyó decisivamente a la derrota de la revolución democrático burguesa. Pero la práctica de la lucha revolucionaria, como subrayó Marx, fue una excelente escuela para la educación política de los obreros.

La reflexión de Marx y Engels sobre los acontecimientos de 1848/49 es identificable en trabajos que escribieron sobre la complementaridad teoría-práctica.

La derrota del proletariado francés en junio del 48 fue el prólogo de la ola de represión que barrió a Europa. La revolución democrática burguesa fue aplastada en Austria, en Bohemia, en Italia, en Alemania, en Hungría (en Budapest con la ayuda militar de la autocracia rusa).

Pero, a pesar de derrotadas, esas Revoluciones confirmaron la opinión de los autores del 'Manifiesto' sobre el papel decisivo que la lucha de clases desempeña en el choque entre opresores y oprimidos.

En su obra 'La Lucha de Clases en Francia', Marx demuestra haber asimilado las lecciones del fiasco de la insurrección del proletariado francés en la insurrección de junio.

LECCIONES PARA PORTUGAL
Al releer el 'Manifiesto', concluyo que este hoy funciona como un manual para la lucha contra la tiranía que oprime al pueblo portugués. El actual gobierno consigue ser más nocivo por su proyecto y por su obra destructora que los peores de la monarquía absoluta. Tas una luminosa revolución progresista, trae de vuelta el pasado.

En el 'Manifiesto' hay párrafos, en la denuncia del desprecio por los trabajadores, de la sobreexplotación de la fuerza de trabajo y de la deshumanización y arrogancia del capital, que se ajustan como un guante a la estrategia devastadora del gobierno portugués. Este se diferencia de dictaduras tradicionales porque actúa bajo la fachada de una democracia formal. Pero la máscara institucional no engaña a las víctimas de una política criminal, ya ni siquiera a personalidades y estamentos sociales que lo apoyaran inicialmente.

Algunos discursos de Passos Coelho, con leves adaptaciones (porque su oratoria es tosca y simplona), traen a la memoria, por su fariseismo, los de Salazar, no obstante ser apenas un instrumento del capital. Crece cada día el repudio a la política del primer-ministro y su gente. El presidente de la República la apoya llamativamente, sin respetar la Constitución que juró cumplir. Los trabajadores la condenan diariamente en las calles, invaden ministerios, se manifiestan frente al Parlamento.

Hay un límite para que los enemigos del pueblo gobiernen contra éste. Marx y Engels recuerdan esa evidencia en su actualísimo -repito-, 'Manifiesto Comunista'. El derecho de rebelión contra la tiranía es inherente a la condición humana.

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG: Por si tienen ustedes interés en leer algo más que los 140 caracteres de un tuit: http://teketen.com/liburutegia/Manifiesto_comunista-Marx_Engles.pdf