10 de febrero de 2014

SE DESTAPÓ EL PASTEL: ESTADOS UNIDOS LIDERA LA «REVOLUCIÓN UCRANIANA»

Juanlu González. Diario Octubre

Era un secreto a voces, la cuestión ucraniana no es —solo— un problema interno, sino que está atizada, dirigida, organizada y apoyada por la Unión Europea, la OTAN y, sobre todo, por Estados Unidos. Esta palmaria afirmación no es una interpretación política nacida apriorísticamente de la mente de una persona de izquierdas, las evidencias se acumulan de tal manera que es imposible ocultar por más tiempo esta reedición de la guerra fría 2.0 en el corazón de la vieja Europa. Quien piense que se trata de un problema relacionado con la economía ucraniana es un absoluto iluso o se guía exclusivamente por sus filias y fobias más que por el análisis serio de la realidad.

Si tuviésemos medios de comunicación realmente independientes, la noticia de las conversaciones telefónicas interceptadas entre el embajador de EE.UU. en Ucrania, Geoffrey Pyatt y la subsecretaria de Estado de EE.UU. para Asuntos Europeos, Victoria Nuland, sería la portada de telediarios y periódicos. Pero con una prensa «libre» secuestrada por intereses comerciales y por la sumisión a un sistema político y económico concreto, prácticamente el tema se quedará en la anécdota del desprecio a Europa de la subsecretaria por ese «que se joda la UE» sin entrar mucho más en el fondo de la cuestión. ¿Y cuál es ese fondo? —se preguntarán algunos. Pues no es muy compilado de entrever, se trata de la injerencia en los asuntos de un país del tamaño de la copa de un roble ucraniano.

No estoy hablando de declaraciones de aliento a los manifestantes de Kiev. Tampoco de la protección implícita a los neonazis que incendian las calles de Ucrania, ni a la guardia pretoriana de yihadistas de Crimea recién llegados de servir a al Qaeda en Siria para hacerle el trabajo sucio a los violentos opositores de la derecha y la ultraderecha del país. No me refiero a la presencia de políticos europeos o estadounidenses en las manifestaciones ucranianas, ni si quiera a lasdeclaraciones del secretario general de la OTAN, Anders Rasmussen, sobre el conflicto. La idea del establecimiento de un régimen de sanciones económicas contra el gobierno del país por la brutalidad policial empleada por los manifestantes sí que ya suponía un salto cualitativo en la injerencia que cruzaba todas las líneas rojas. ¡Como si Estados Unidos no se empleara a fondo contra los manifestantes en su propio país! De haberse repetido hechos similares en suelo gringo, probablemente ya habría muchos manifestantes procesados por terrorismo e incluso un número considerable de muertos.

Oír al embajador en Kiev diseñar el futuro gobierno ucraniano con la subsecretaria de asuntos europeos es más de lo que podría esperarse: este tipo de cosas normalmente se sospechan pero nunca se refrendan tan claramente apoyadas por grabaciones que la hacen incuestionable. Las disculpas de Nuland por unas declaraciones «falsas» sí que son un insulto, pero a la inteligencia. La mano que mece la cuna de las revueltas violentas en Ucrania es la misma que o hace en Siria, en Libia, en Chechenia y en tantos otros lugares. Europa ha fallado, su maltrecha situación económica ha obligado a ponerse al frente de las barricadas de Kiev al mismísimo Obama y a darle a la manivela de la imprenta de billetes verdes para comprar dirigentes, pagar mercenarios y «convencer» a la población para que se arroje en manos de occidente y que sirva de cabeza de puente frente a las mismísimas fronteras rusas para ubicar escudos antimisiles, infraestructuras bélicas y privar a Rusia de uno de sus más fuertes aliados regionales. Al parecer, les da igual que la agitación que están produciendo conduzca a una guerra civil o a la desmembración del país. Ya lo hicieron con Yugoslavia y parece que están deseando repetir la historia con Ucrania.

9 de febrero de 2014

BOSNIA EN LLAMAS

Página 12

Una ola de protestas sociales, que incluyó el ataque e incendio de la sede de la presidencia, sacudió ayer Bosnia-Herzegovina, país balcánico que está afectado por una profunda crisis económica, y dejó un saldo de al menos 130 heridos desde el miércoles pasado.

Las manifestaciones comenzaron hace dos días en la norteña ciudad de Tuzla, contra el cierre de varias fábricas tras ser privatizadas. Pero las protestas se extendieron a 30 ciudades y llegaron hasta la capital, Sarajevo, en una oleada sin precedentes desde el final de la guerra de los Balcanes de 1991-1995.

Unos 6000 manifestantes atacaron la sede de la presidencia en la capital, primero con piedras, y después la prendieron fuego. La policía bosnia utilizó carros hidrantes para dispersar a los manifestantes que trataban de entrar en el edificio presidencial.
“Es todo nuestra culpa”, manifestó el jefe de turno de la terna presidencial bosnia, el croata-bosnio Zeljko Komsic, al responsabilizar a la clase política por lo sucedido y reconocer que las protestas se producen por los problemas acumulados desde hace años. El mandatario anunció que convocó a una reunión de emergencia de la terna presidencial, que comparte con un serbio y un musulmán, aunque no supo decir si sus dos homólogos iban a aceptar la cita.

Tuzla, donde comenzaron las protestas, es la tercera ciudad de Bosnia, con unos 150.000 habitantes y fue antes de la guerra un importante centro de la industria química y maderera. Pero las privatizaciones, que comenzaron en 1998, no impulsaron el desarrollo, sino que causaron la quiebra de numerosas empresas, dejando a decenas de miles de trabajadores sin empleo.

BOSNIA Y HERZEGOVINA: LA REVUELTA

Andrea Rossini. Osservatorio Balcani e Caucaso


La protesta comenzó el miércoles por los trabajadores en Tuzla se extendió a todo el país. Para disparar las oficinas de los gobiernos cantonales de Tuzla, Zenica y Sarajevo, donde fue atacada incluso la Presidencia

Una protesta de trabajadores que comenzó con una manifestación de varios cientos de personas el miércoles en Tuzla se ha extendido progresivamente a todos los principales centros del país, convirtiéndose en el mayor movimiento de protesta en Bosnia y Herzegovina desde el fin de la guerra. Miles de jóvenes y los desempleados han recogido la señal de Tuzla, que fue un importante centro industrial y de fabricación, para dirigir su ira contra edificios y centros institucionales y en contra de la policía. Las manifestaciones parecen estar creciendo en intensidad con cada hora que pasa, y son particularmente fuertes en la Federación de Bosnia y Herzegovina, una de las dos entidades en las que se divide el país por los Acuerdos de Paz de Dayton de 1995. Incluso en la República Srpska, la entidad de mayoría serbia, hubo manifestaciones de solidaridad con los manifestantes de la Federación.

Los manifestantes de hoy fueron capaces de tomar la delantera a la policía y quemaron antes de la sede del gobierno cantonal de Tuzla, un edificio de 16 plantas, después de violentos enfrentamientos en Skenderija durante el cual la policía disparó balas de goma y granadas de aturdimiento. La televisión bosnia informó también tiendas saqueadas, en Sarajevo, donde también fueron incendiados varios coches de policía y vehículos particulares. Las protestas en la capital de Bosnia son particularmente fuertes y, en el momento de escribir estas líneas, hay noticia de que incluso la sede de la Presidencia del país está en llamas.

Manifestaciones y protestas han tenido lugar también en Mostar, Kakanj, Brcko, Sanski Most, Prijedor, Banja Luka, Gracanica, Bihać, Zavidovići y en otros centros.

El primer ministro del cantón de Tuzla presentó hoy su dimisión como primer ministro de la Federación. Nermin Niksic, dijo después de una reunión de emergencia que "es distinto el caso de los trabajadores que se quedan sin derechos básicos, como el de pensiones y asistencia sanitaria, que el de los hooligans que usan esta situación para crear caos.” La presencia en las manifestaciones de grupos de ultras no es suficiente para explicar el tamaño y la ira de una protesta que involucra a diferentes segmentos de la sociedad, de maneras incluso contradictorias. En Tuzla, por ejemplo, varios manifestantes ayudarpn a los bomberos que trataban de apagar el fuego de la sede del gobierno cantonal, a diferencia de lo que ocurrió en Zenica. Incluso la sede del gobierno de la Zenica-Doboj fue quemada. Aquí, sin embargo, según ha informado la agencia de noticias Anadolija, los medios de los bomberos han sido bloqueadas por los manifestantes.

Los trabajadores de Tuzla, el miércoles, protestaron contra el cierre de cinco fábricas grandes, que se declararon en bancarrota después de ser privatizadas, y exigieron la intervención de las instituciones. Su caso, sin embargo, se convirtió rápidamente en la chispa que transmitió el malestar general de un país donde la tasa oficial de desempleo está cercana al 30%, pero el de los jóvenes se eleva al 60%. Un manifestante de Tuzla, citado por la prensa local, declaró que "las personas ya no tienen que comer, padecen hambre, los jóvenes no tienen trabajo, no hay seguro médico, los ciudadanos no tienen garantizados los derechos básicos. No puede ser peor".

Zdravko Grebo, profesor de la Universidad de Sarajevo y conocido activista de derechos humanos, dijo que espera que estos eventos sean el comienzo de una "primavera de Bosnia". De hecho es la idea de la primavera de Bosnia la que se difunde. Incluso Danis Tanovic, el famoso director bosnio que recibió un Oscar por la película "En tierra de nadie", publicó en Instagram un mensaje corto indicando la llegada de la primavera. Es demasiado pronto para decir si esta explosión de ira se puede atribuir a las cuestiones étnicas que han dominado la política de Bosnia y Herzegovina en los últimos 20 años, o si realmente estamos viendo un cambio. Otros movimientos que habían levantado las esperanzas de una evolución del debate político de Bosnia, sin las categorías impuestas por los nacionalistas en la guerra de los años 90, desaparecieron rápidamente de la vista del público. Este fue el caso de la llamada "bebolucija", protesta del año pasado directamente contra la clase política por su incapacidad para proteger los derechos de los recién nacidos, o de otros movimientos que aparecieron en la escena en los años anteriores, como el nacido tras el asesinato de Denis, un estudiante, que tuvo lugar en Sarajevo en 2008, o por la de Vedran, hincha del FK Sarajevo, que tuvo lugar en Široki Brijeg. En ese caso, sin embargo, fueron sobre todo los movimientos urbanos, con una fuerte implantación en Sarajevo. Ahora todo el país parece estar en rebelión, y la rabia es fuerte.