1 de abril de 2013

EL PAPEL DE WALL STREET EN LA CRISIS DE CHIPRE

Rob Urie.CounterPunch
Los recientes acontecimientos en Chipre, la confiscación de los depósitos bancarios que afectarán a los rescates de los grandes bancos privados y la implementación de controles de capital para limitar la velocidad a la que los depósitos bancarios restantes se pueden mover fuera del país, sugieren que la crisis bancaria global está todavía muy presente en la corriente mainstream que presiona a Occidente. La canciller alemana, Ángela Merkel, estableció como marcos respecto a Chipre los problemas que se derivan de una combinación de laxitud fiscal para la que la austeridad económica es la cura y del descontrol de los bancos chipriotas para el que la resolución “interna” es el remedio. Deja al margen el papel que los bancos centrales occidentales, los bancos alemanes, y más ampliamente Wall Street, han desempeñado en la catástrofe económica mundial que continúa desarrollándose.

La causa inmediata de la crisis, la chispa que encendió el fuego, fue que dos de los mayores bancos privados de Chipre fueron encontrados insolventes y con necesidad de "resolución", dándose la circunstancia de que habían recibido depósitos de dentro y fuera del país que excedían la capacidad de éste para resolverlos internamente. La causa de las insolvencias alcanzan a los préstamos que no podían ser devueltos y a los activos de inversión que habían disminuido en valor. La mayoría de las grandes firmas de Wall Street estaban en posiciones similares en el año 2008 cuando, debido a la capacidad de Estados Unidos para producir los fondos para el 'rescate' ilimitado a través de la 'imprenta' digital de la Reserva Federal, simplemente se les entregaron los fondos que necesitaban para volver a la apariencia de solvencia. Pero debido a Chipre pertenece a la Unión Monetaria Europea, no tiene esta opción de 'imprimir' al estilo americano, lo que llevó a la catatonía a sus bancos.

En una serie de movimientos que indican que el BCE (Banco Central Europeo) se ve a sí mismo como libre de culpa de los problemas en Chipre, se convirtieron los préstamos necesarios para el gobierno chipriota en resolución “interna” de los bancos, es decir, los fondos que los bancos necesitaban para sus 'rescates' tenían que encontrarse en algún lugar y en algún lugar que estaba en las cuentas de los depositantes. El BCE tomo por asalto una parte de las cuentas de los depositantes y aseguró que el resto de ellos tomarán su dinero de la otra parte cuando puedan, por lo que el gobierno chipriota ha establecido controles de capital para manejar la cantidad de fondos que permite salir del país. Los resultados son probablemente una profunda depresión económica que se desarrollará en Chipre y la eventual anulación del proyecto de ampliación de la Unión Europea.

Se ha dejado fuera de esta historia cuál es el papel que los EE.UU. y la Unión Europea han desempeñado como defensores principales del capitalismo financiero neoliberal, el papel de Wall Street, incluyendo grandes bancos alemanes, en la producción de los bienes basura en los que el sistema bancario mundial se sigue ahogando, y las prácticas actuales de extracción económica y la depredación personificada en los acontecimientos que tienen lugar en Chipre. Las teorías económicas del neoliberalismo estaban detrás de la ausencia de controles de capital que habría limitado el tamaño de los depósitos externos en bancos chipriotas a niveles manejables. Los bonos basura estadounidenses respaldados por hipotecas y otros productos financieros “estructurados "creados por Wall Street han encontrado su camino en las carteras de inversión de casi todos los bancos en Europa. Y los esfuerzos de forzar cada vez más las políticas neoliberales sobre los ciudadanos del mundo continúan sin cesar bajo los EE.UU., encabezados por el Acuerdo de Asociación Transpacífico.

Pero limitar la culpa a Wall Street, incluyendo el Deutsche Bank de Alemania, en la creación y venta de activos basura subestima el papel más amplio que el sistema del capitalismo financiero ha jugado en la rodadura de las catástrofes económicas de la “periferia” de la Unión Europea. Los flujos de capital sin trabas han sido una fuente de perturbación económica desde hace varias décadas, pero ellos no son sino aspectos del problema más amplio: el sistema del capitalismo financiero global en sí mismo. Tanto el exceso de crédito bancario creado (privado) como la falta de coordinación de la inversión capitalista hacen del capitalismo financiero una máquina del fin del mundo en la que no hacen falta ni siquiera corruptos y / o incompetentes banqueros  detrás de las catástrofes que crea.

La visión económica de la a corriente dominante (capitalista) de la inversión internacional es que el comercio basado en las marcas de un país hace que otro país compre sus productos. La diferencia entre el dinero recibido y los costos de producción-"ahorro" puede mantenerse en su forma original o cambiar por otra moneda. Si el “exceso de ahorro” se queda en un país, por ejemplo, cuando China vendió más bienes a los EE.UU. que lo que compró en la década de 2000, se invirtió en capital buscando un retorno, y esto se supone que ha conducido al crecimiento económico con una inflación baja, la "gran moderación" en la tradición de los economistas. Si este excedente es lo suficientemente grande, dice la teoría, podría incluso llegar a impulsar a una burbuja de crédito, lo que es la versión de la explicación que da la corriente económica principal de la burbuja inmobiliaria en los EE.UU. Pero queda fuera de esta formulación el crédito bancario y la asignación de la inversión en lo que economista Hyman Minsky llamó el capitalismo "administrador de dinero".

Los bancos crean crédito para financiar la inversión relacionada con los desequilibrios comerciales. Varios tipos de banca, banca de inversión y gestión de activos, en particular, existen para facilitar la inversión del crédito bancario creado a nivel mundial. E incluso los banqueros racionales que hacen préstamos prudentes se enfrentan a una "coordinación" de problemas ya que no saben quién más está financiando préstamos similares y qué cantidad de dinero puede invertirse eficazmente en un negocio o región. Añádase a esto el sistema en el que los banqueros obtienen pagos por hacer préstamos que sólo pueden reembolsarse ​​a partir de los valores de activos eternamente ascendentes o que nunca se destinaron a ser reembolsados, las prácticas tras el fiasco de los títulos de propiedad en el Oeste en la década de 2000, y de repente las crisis económico- financieras precipitadas en los últimos 30 años adquieren mucho más sentido.

A través de los bancos y directamente a la "sombra” del sistema bancario el crédito privado ha crecido de manera exponencial en las últimas décadas y ha dado la vuelta al mundo a una velocidad cada vez mayor. La visión de los "excesos de ahorro" de la inversión mundial oculta el papel de Wall Street en la creación y distribución de crédito. Por ejemplo, el Deutsche Bank, el banco alemán más grande, fue uno de los principales creadores y distribuidores de productos financieros basura de Wall Street en la década de 2000. Así es como los bancos crean dinero tanto a través de la financiación de crédito como de los productos financieros que se compran con el dinero así creado, literalmente, una licencia para imprimir dinero. Y tanto la creación del crédito como la producción y distribución de productos financieros basura remuneran a los banqueros extremadamente bien mientras casualmente aumenta el riesgo de una catástrofe económica a través del apalancamiento de flujo de efectivo que ahora se distribuye a nivel mundial.

Más fundamentalmente, reimplantando controles de capitales, la escuela de los "excesos de ahorro" busca soluciones para la gestión de los flujos de capital, y la re-regulación de los bancos y los banqueros, dirigidos a la solución neo-liberal, ambos miran más allá del problema de coordinación fundamental para el capitalismo. El fundamento básico del capitalismo es que los individuos y las empresas capitalistas que actúan de forma independiente en sus propios intereses producen juntos los mejores resultados posibles. La eliminación de los controles de capitales precedió a la serie de debacles económicas vinculadas a las finanzas mundiales y también lo hizo la desregulación de los bancos. Sin embargo, la re-implementación de controles de capital y re-regulación de los bancos, iban a producirse (La ley Dodd - Frank es ineficaz), son la evidencia de que los individuos y las empresas que actúan de hecho por su propio interés, no producen buenos resultados en común. ¿Por qué entonces mantener el "capitalismo" del "capitalismo administrado" cuando sus premisas más fundamentales están en contradicción con el hecho de que el bienestar social sufre si las consideraciones hacia el mismo que están detrás de la "gestión" del capitalismo no son empujados a un primer plano?

Dicho de otro modo, ¿qué mejor sistema podría concebirse para saquear y saquear el mundo que aquel en el que los banqueros llegan a crear crédito, así como los productos financieros que representen derechos sobre los activos "reales" que se puede comprar con ellos? En la actualidad los fondos de cobertura en los EE.UU. están comprando casas a granel a centavos de dólar por vía privada (banco), a partir del crédito que fue utilizado para inflar los precios de la vivienda en un boom alimentado que fue a la quiebra. Los "dueños" de las casas todavía deben decenas de miles de millones a los bancos a pesar de que las han perdido en ejecución hipotecaria y habrá apalancamiento en la adquisición de viviendas a granel (con crédito bancario) para cobrar a los inversores en hedge funds, vendiéndose el valor residual a la sombra de los bancos que han creado "flujo de caja" y que dependen de bajos costes de financiación y de la expansión continua del crédito en los valores residuales de las casas. Y esta misma dinámica se ha estado jugando con el "estado" a través de la Europa periférica a medida que las economías se estrellaron con los bancos (con la ayuda de los bancos centrales y de actores estatales como Ángela Merkel y Barack Obama), comprándose los activos en centavos de dólar a cambio de flujos de efectivo cautivo (servicios públicos de agua y sistemas energéticos).

Pero para ser claros, este sistema también es exactamente destrucción al azar, no una conspiración brillante. A medida que la consolidación de la riqueza en torno a capital financiero se manifiesta, existen maneras claras para pequeños grupos de iniciados conectados de beneficiarse del saqueo económico y el pillaje. Pero el problema de coordinación (comprendido por los economistas capitalistas desde mucho tiempo antes de que apareciese el neoliberalismo) es fundamental tanto para la producción capitalista como, como resultado de la falta de información en lugar del saqueo planificado, para el azar dentro del propio sistema.

Las crisis monetaria asiática de la segundo mitad de 1990 es el resultado de múltiples "gestores dinero" independientes decidiendo al mismo tiempo "invertir" en economías con una capacidad limitada para darles un uso rentable de la producción capitalista. El asunto de la "coordinación" es que si estos gestores de fondos hubiesen conocido la cantidad de dinero que tenían la intención de invertir colectivamente en relación con la cantidad que podría ser absorbido podrían, en teoría, haber tomado la decisión de poner el dinero que no debían poner a “buen uso” en otros lugares, pero ellos no lo sabían. El resultado fue un exceso de inversión, con el dinero invertido en muchos proyectos que no tenían ninguna función útil en la «economía». Una vez que se entiende que el exceso de inversión ha dado lugar a (provocado) una mala inversión, el dinero restante se retira rápidamente dejando cadáveres humeantes donde operan, aunque menos "ricos" en términos occidentales, las economías indígenas que habían existido previamente.

En Europa y en los EE.UU. gran parte de la creciente deuda “soberana” tras las convocatorias de austeridad fiscal se deriva de los gobiernos que cambian pasivos en los balances de los bancos públicos. Tres mil millones de euros de la “deuda pública de Chipre supuestamente provenían de su contribución al rescate del BCE de Grecia”, que de hecho fue para pagar a los bancos y fondos europeos occidentales la cobertura para" inversiones "que habían hecho en bonos del gobierno griego. Los EE.UU. han sido más exitosos que Europa en ocultar los costos de rescate del sistema bancario que finalmente terminan en el balance público a través de programas del New Deal residuales que son buenos escondites para guardar los activos bancarios falsos. Y "estabilizadores automáticos", como el seguro de desempleo federal de Obama, que es en gran medida parte del plan de estímulo republicano, están detrás de la creciente deuda pública que se citan por parte de los partidarios de la austeridad USA como razones para recortar los programas de seguridad social.

Chipre y el resto de la periferia europea afrontan la complicación de haber renunciado a sus propias monedas al pertenecer a la Unión Monetaria Europea. Esto probablemente significa que la Unión Europea, a trancas y barrancas y en diversos escenarios, finalmente se deshará. Pero el otro problema del capitalismo depredador y extractivo de finanzas globales continuará hasta que caiga. Los economistas ortodoxos eventualmente obtienen sus reformas graduales con las crisis en curso y sus nuevas erupciones. Pero de nuevo, ¿cuál es la justificación para "gestionar" un sistema económico cuya premisa fundamental es que funciona mejor cuando se deja sin gestionar?

El capitalismo financiero está fatalmente viciado en la teoría como en la práctica. Su producto final es lo que está ante nosotros: una plutocracia mundial que depende de la captura del Estado, el poder y el control de saquear y saquear lo que provocará, por necesidad, poblaciones cada vez más resistentes. La "moderación" de la posguerra citada por la corriente dominante de los economistas que trabajaron en la medida se logró mediante la limitación de la creación de la deuda privada. Sin embargo, el imperativo de la base del capitalismo financiero está hoy en la expansión infinita de la deuda (privada); ésta es la fuente de su poder político y económico. Aquellos que en los EE.UU. siguen en la división Demócrata / Republicana son ciegos a las mentiras del poder real. Los acontecimientos en Chipre han proporcionado una visión para quienes se preocupan de ver.

30 de marzo de 2013

¿QUIÉN ES TONI NEGRI?


Corría el año 2005, dos antes de que detonase la gran crisis capitalista que hoy arroja a la miseria y a la desesperación a millones de trabajadores en los países centrales del sistema, seis antes de que apareciese de modo organizadamente “espontáneo” el fenómeno de ingeniería social del 15-M y fuera, en poco tiempo, poniendo sus huevos en forma de franquicias indignadas por medio mundo.

Toni Negri, con motivo del Foro Social Mundial, visitaba el Chile en el que los Chicago Boys del neoliberalismo de Milton Friedman habían hecho sus experimentos económicos durante la sangrienta dictadura pinochetista.  Un autor desconocido, pero no por ello, menos interesante en el desenmascaramiento de este profeta de los “indignados” que cacarean, como loros de pico desatado y descerebrada cabeza, en místico arrobamiento cada uno de sus vacíos y tramposos conceptos, al igual que los del esotérico Žižek, y que hacen el caldo gordo al capital que los maneja como títeres con cabeza de serrín; este autor, como antes decía, explicaba bien la biografía político-ideológico del apóstol de la contrarrevolución, Toni Negri.

Quién quiera entender que entienda y quien no, que siga agitando sus pacifistas manitas en las performances del movimiento-viaje a ninguna parte.

Les dejo, sin más con el texto:

¿QUIÉN ES TONI NEGRI Y PORQUÉ VISITÓ CHILE?

Un apagafuegos de la lucha de clases

Texto distribuido antes, durante y después del Foro Social Mundial

En un día especial para la izquierda burguesa, uno de los ideólogos más prestigiosos de los últimos tiempos, un precursor de "nuevas" ideas, de nuevos conceptos, visitó por fin Chile, ese gran "laboratorio" del capitalismo mundial.

Título original: ¿QUIÉN ES TONI NEGRI Y POR QUÉ ESTÁ AQUÍ?
En torno a los inventores de nuevos valores gira el mundo, gira de modo invisible. Sin embargo, en torno a los comediantes giran y se retuercen el pueblo y la fama; y así marcha el mundo” - Nietszche.

Desde joven Toni Negri soñó con ser dirigente intelectual de la clase trabajadora. La historia le dio su oportunidad: poco después de titularse como filósofo, la lucha de clases experimentó un notable ascenso en todo el mundo. En esa época (los años 60) los proletarios confiaban bastante en su propia capacidad de lucha, así que les tenía sin cuidado que un intelectualillo pretencioso se metiera en las fábricas a decirles lo que tenían que hacer. Esa actitud despreocupada de los obreros le permitió a Toni conocer la realidad de los centros industriales de Italia, donde los trabajadores acostumbraban hacer huelgas salvajes, quemar los autos de sus jefes, apalear a los soplones y cosas así. De esos combates, Toni sacó una conclusión banal, pero que anunció como su gran descubrimiento teórico: en los lugares de trabajo está el epicentro de las luchas contra el régimen salarial y la ganancia capitalista. Naturalmente, los explotados siempre han sabido esto; pero a Toni le gustaba retorcer las palabras para ganar notoriedad pública. Así, supo servirse del movimiento Autonomía Obrera (una corriente semi-anarquista, amorfa y heterogénea), para hacerse notar como un "intelectual comprometido".

A mediados de los 70 la lucha de clases en Italia alcanzó altísimas temperaturas, produciendo diversos agrupamientos combativos del proletariado. Grupos como Insurrección, la sección italiana de la Internacional Situacionista y las Brigadas Rojas, trataron de estimular la lucha mediante clarificaciones teóricas y acciones de propaganda armada. Toni llevaba algunos años moviendo los hilos del grupo Poder Obrero, pero era casi desconocido en los ambientes más extremistas del proletariado italiano. Para solucionar ese problema se hizo fotografiar y entrevistar por cuanto periodista se le cruzara por delante, hasta que su nombre empezó a sonar en la prensa. El resultado de esa fama fue bien grotesco: cuando a fines de los 70 las fuerzas represivas se abalanzaron sobre el movimiento para aniquilarlo, escogieron al pobre Toni como chivo expiatorio para darle una lección al proletariado. En una atmósfera de paranoia, delaciones, arrepentimientos y montajes, Toni Negri fue acusado de ser el ideólogo de las Brigadas Rojas y del secuestro y asesinato del líder democratacristiano Aldo Moro (atentado que las Brigadas Rojas perpetraron cuando ya estaban infiltradas y bajo el control de la policía secreta). En realidad nadie en las Brigadas Rojas conocía a Negri, y el asesinato de Moro había sido organizado por los partidos gobernantes para contener la crisis. Pero Toni el Astuto supo aprovechar la oportunidad que se le ofrecía: organizó una campaña de apoyo centrada en él mismo (cuando en Italia había miles de luchadores sociales en prisión); y se defendió a medias, dando a entender que no era un terrorista pero que tampoco era del todo inocente. Entonces se hizo famoso.

Toni pasó cuatro años a la sombra. En 1983 sus seguidores aprovecharon un resquicio legal para sacarlo de la cárcel: lo llevaron a las elecciones parlamentarias como candidato del Partido Radical, salió elegido diputado y el fuero parlamentario le permitió salir en libertad sin más trámite. Luego se exilió en Francia, donde se vinculó con la elite intelectual posmoderna. En ese ambiente escribió su primer superventas: Marx más allá de Marx, donde afirmó que El Capital, la conocida obra de Marx, había llevado al proletariado a la derrota. Esa estupidez le valió un gran reconocimiento por parte de la izquierda, que calificó su libro como “uno de los documentos más cruciales del marxismo europeo” (por esa misma época la izquierda describía a Foucault como el pensador más crítico del mundo, por haber dicho que el capitalismo jamás podrá ser abolido). En realidad a la burguesía progresista de Europa le importaba poco la calidad teórica de Negri, pero vio en él a un charlatán que podría serle de gran utilidad en su guerra ideológica contra los proletarios. Y eso fue lo que pasó. Veamos: cuando Negri entró por primera vez en contacto con las luchas proletarias, éstas tenían un nivel de combatividad tan alto, que sólo cabía decir: “Marx tenía razón: en la fábrica está la lucha contra el trabajo asalariado y la propiedad”.

Toni sólo estaba repitiendo lo que todos los teóricos marxistas siempre habían sabido: que los combates de la clase obrera en los lugares de trabajo eran y debían ser el eje de la lucha social. ¿Qué pasó entonces? La reacción lanzó una violenta campaña de terrorismo encubierto, infiltró soplones y provocadores en los medios insurgentes, metió drogas en los barrios pobres y organizó una oleada de despidos en las fábricas más conflictivas. Entonces quedó claro que el “obrerismo” de los marxistas italianos como Tronti y Panzieri -enfoque que Negri repetía como un loro- era insuficiente para explicar el carácter de la lucha y su derrota. Algunos intentaron desentenderse del fracaso aprobando el “compromiso histórico” entre estalinistas y demócratacristianos. Otros siguieron viviendo y luchando oscuramente entre los explotados, pues comprendieron que las explicaciones tendrían que surgir del propio movimiento obrero, obligado a asimilar el desastre para retomar la ofensiva. ¿Qué hizo Negri, además de aprovechar la derrota para convertirse en una celebridad? Guardó silencio.

Aunque sería más exacto decir que, además de quedarse callado para no tener que hablar de su vergonzosa conducta, llamó a los proletarios a callarse también, afirmando que “la memoria proletaria es sólo la memoria de la alienación pasada: la transición comunista es la ausencia de memoria”. En el preciso instante en que escribió eso, Negri se convirtió en un colaborador de la policía. Pero no se quedó ahí. Al mismo tiempo que llamaba a los explotados a olvidar su propia lucha, Toni el Memorioso aprovechaba la tranquilidad de la prisión para estudiar la historia del pensamiento político moderno. No intentó ningún balance de la desesperada lucha que se libraba en las calles y fábricas, ninguna explicación de la derrota, ninguna propuesta para reconstruir el movimiento obrero. Pero ¿qué más se podía esperar? Toni Negri no es un militante revolucionario ni un estratega de la lucha comunista; es un pensador a sueldo, un metafísico y un oportunista: un títere. Por eso no aportó ningún análisis concreto sobre el desarrollo de la lucha de clases, ni sobre una estrategia de combate internacional de los explotados: en lugar de eso Negri se pasó la década del 80 especulando sobre “poder constituyente”, “multitud”, y “subjetividad radical”; tratando de combinar teoría revolucionaria con teoría contrarrevolucionaria, comunismo con posmodernismo, fuego con agua... ¿Cómo se le pudo ocurrir a nuestro Profesor esa estúpida amalgama?

Cuando la lucha proletaria iba en ascenso, Negri describió el capitalismo como una dominación política sobre el proceso de producción en el lugar de trabajo, y las ocupaciones y huelgas como combates directos contra el régimen salarial y la propiedad (todo eso era marxismo para escolares). Más tarde Toni se dio cuenta de que el dominio capitalista se extendía más allá del lugar de trabajo, sobre todos los aspectos de la vida cotidiana, cosa que los situacionistas habían comprendido antes y mejor que él. Entonces vino la derrota, y Negri, que no había hecho ninguna contribución real al movimiento, decidió que los culpables del fracaso eran los propios obreros, quienes al luchar por salarios más altos y por el control de la producción se habrían hecho “cómplices de la estafa capitalista”. Marx nunca idealizó a los asalariados; sólo dijo que eran la principal fuerza revolucionaria porque al estar ubicados en la base de la producción capitalista, podían hacerla saltar en pedazos si convertían su lucha económica en una lucha política para tomarse el poder. Ese fue el salto que los trabajadores no dieron en Italia y el resto del mundo en la crisis de los 70, y esa debilidad es lo que había que explicar para superarla en los próximos combates.

Pero eso era demasiado para el Profesor Negri. Su solución fue mucho más simple: despreció a los proletarios asalariados que antes amaba (los llamó “obreros masa”) y se enamoraró de los proletarios no asalariados: estudiantes, desempleados, precarios (los “obreros sociales”), descritos ahora como el “nuevo sujeto autónomo”, la fuerza motriz de la revolución, la “multitud”. El problema de su “teoría” es que no da ninguna orientación sobre cómo organizar la lucha de ese proletariado difuso, ni contra qué dirigirla, ni con qué fin preciso. Mientras la lucha de los trabajadores amenaza directamente la base productiva del capital, la lucha de la “multitud” se reduce a elegir entre diversos estilos de vida dentro de la sociedad actual, disolviéndose en una multiplicidad de resistencias superficiales, estéticas y simbólicas, sin finalidad ni estrategia común, y por lo tanto inofensivas para el orden capitalista. Estas “resistencias autónomas” teorizadas por Negri equivalen a la “microfísica del poder” de Foucault, pero en lenguaje marxista.

La admiración de la burguesía hacia ambos personajes no es ninguna coincidencia: Foucault criticó al marxismo diciendo que la lucha de clases era un asunto del pasado y que sólo hay microrrelaciones de poder, localizadas y dispersas, que sólo pueden ser contestadas con microprácticas de resistencia local, etc. Negri por su lado afirmó que el propio Marx había definido la lucha de clases como un asunto de pequeñas resistencias dispersas, descentralizadas y locales, y que las grandes ideas sobre la lucha de clases no habían sido más que un malentendido. Más allá de lo imbéciles que sean esas afirmaciones, lo cierto es que a mediados de los 80 los millonarios de todo el mundo necesitaban escuchar cosas así: suaves, pequeñas y tranquilizadoras, porque todavía temblaban de miedo a causa de los últimos enfrentamientos de clase. Por eso no dudaron en financiar los libros, revistas, cátedras y viajes que quisiera hacer el distinguido Profesor Negri, con tal de que siguiera produciendo su chatarra ideológica. Tal coincidencia de intereses entre el filósofo y los inversionistas le fue dando forma al autonomismo de Negri: una vulgar mezcla de retórica marxista, palabrería posmoderna y misticismo barato.

En otras palabras: la fraseología radical de Negri esconde su servilismo a los intereses del capital. Ya a principios de los 80 su afinidad con Foucault se daba en un momento en que éste defendía el uso de drogas como una forma de “resistencia al poder”, mientras todos los Estados fomentaban el consumo de narcóticos para liquidar al proletariado insurrecto. Más tarde, en su libro Imperio, Negri dijo que el aislamiento entre las diversas luchas y la ausencia de estructuras organizativas es la mayor fuerza de los trabajadores, cuando en realidad esas limitaciones los han llevado una y otra vez a las más sangrientas derrotas. Asimismo, al decir que la lucha de clases ha sido superada por una realidad “híbrida, plural, flexible, multicultural”, Negri insinúa que la sociedad ha ido más allá del capitalismo, que las clases en pugna se han fundido en una “multitud deseante” y que el enemigo está “en todas partes y en ninguna”, lo cual no significa nada. Cuando describe al “Imperio” y a la “multitud”, el Profesor Negri celebra las debilidades del proletariado y las fortalezas del capital, y ni siquiera en eso es original, porque sólo repite los viejos temas del liberalismo burgués: hace desaparecer a la clase trabajadora en una masa amorfa de sujetos singulares con intereses autónomos; reduce la lucha social a un agregado caótico de resistencias localizadas; niega la posibilidad de destruir violentamente las estructuras capitalistas; reemplaza toda consideración estratégica del enfrentamiento social con ideas metafísicas sobre la singularidad del individuo, la potencia infinita de la voluntad, la omnipresencia del poder, etc. Negri es un idealista demócrata.

¿Por qué Negri es constantemente invitado a conferenciar en Foros Sociales “alternativos” y en universidades progresistas? Porque su palabrería confusa y vacía sirve al izquierdismo burgués en su lucha ideológica contra las masas. Así, por ejemplo, cuando en el 2002, en medio de una violenta crisis, el problema central del proletariado argentino era unificar su lucha en un sentido claramente anticapitalista, Negri dijo que “lo importante es discutir las formas de gestión colectivas, toda la atención está sobre las formas de gestión”. Consecuente con esta visión cretina, en su libro Imperio Negri afirma que el objetivo de los oprimidos no es resistir a los procesos de la mundialización mercantil, sino “reorganizarlos y redirigirlos hacia nuevos fines". Pero dichos procesos, que surgen del modo de producción capitalista, inevitablemente fortalecen a las clases dominantes y debilitan al proletariado, y es imposible “reorganizarlos” en torno a “nuevas formas de gestión”.

Negri, al reducir la lucha a un problema de “formas de gestión”, está afirmando que la lucha proletaria no debe superar el nivel económico ni plantearse la superación del capitalismo como objetivo político general. Ese énfasis en las formas inmediatas en desmedro del contenido histórico de la lucha es la negación absoluta de lo que han afirmado siempre los comunistas revolucionarios. Negri está llamando a los trabajadores a resignarse. Y para hacernos tragar su mierda reformista, quiere convencernos de que no estamos determinados por la esclavitud asalariada y la producción de mercancías, sino por la “producción de lenguajes y de subjetividad” en un mundo de “trabajo inmaterial”. ¿Esclavos asalariados? Nada de eso. Según el Profesor Negri, debemos reconocernos como una “multitud” que lucha no para destruir el actual modo de producción, sino para expresar su subjetividad y para autogestionar las relaciones capitalistas. Los piquetes, ocupaciones y asambleas están bien para él, siempre que no pasen de la autogestión de lo existente, siempre que no superen los límites del buen entendimiento democrático y civilizado, donde los capitalistas siempre ganan.

¡Pobre Toni, no puede soportar la visión de las terribles luchas que se avecinan! Para conjurar esa pesadilla, visitó a los piqueteros argentinos y pocas horas después a los políticos que ordenaron la brutal represión contra ellos, ¡y a todos los felicitó por su desempeño! ¡Negri, pobre desgraciado! Con su sonrisa helada llamó a los proletarios argentinos a luchar de forma pacífica al mismo tiempo que brindaba con los burócratas que recién habían ordenado disparar contra ellos. Así es Toni Negri, esa basura contratada para confundir y desarmar a los explotados: amigo de piqueteros, asambleístas, empresarios y policías. Por eso el New York Times, bastión mundial de la propaganda burguesa, describió su libro Imperio como “la próxima Gran Idea”; por eso el best-seller fue publicado por la universidad de Harvard, semillero de ideólogos liberales, y por eso la reaccionaria revista Time lo calificó como “el libro inteligente del momento”. Por eso cuando Negri fue a conferenciar a la fábrica ocupada Grissinópolis en Argentina, ningún obrero quiso escucharlo y tuvo que parlotear frente a un pusilánime auditorio de reporteros, académicos y activistas pagados. Por eso las muertes de violadores y asesinos con uniforme europeo en Irak le hacen llorar. Y por eso, porque es un apagafuegos de la lucha de clases, está hoy día en Chile.

En Chile los patrones de izquierda y de derecha temen que los explotados volvamos a levantarnos. Saben que cuando llegue nuestra hora haremos mucho más que gritar “que se vayan todos”. Por eso la izquierda burguesa trae a Negri para atontarnos con sus mentiras. Igual que en 1973, nos tienen miedo y quieren mantenernos sometidos. Hoy día usan contra nosotros la basura ideológica de Toni Negri, pero cuando eso ya no sirva van a usar balas de plomo... Por todo esto, hombres y mujeres del proletariado: ¡Basta de rumiar ideologías adormecedoras! ¡Hay que prepararse para combatir!.