7 de julio de 2012

EL MERCADO RETA AL BCE Y DISPARA DE NUEVO LA TENSIÓN SOBRE LA DEUDA

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG:
Se intuye el final de vida del euro y de la UE. Uno y otro tienen sus destinos unidos.

Se equivocan quienes, desde las izquierdas, saluden alborozados esta muerte anunciada. Coincidir con los objetivos del capitalismo globalizado descontrolado, que ha pulverizado el poder de actuación de los Estados y las estructuras supranacionales, no parece la posición política más correcta.

Lo que en su día se llamó la doctrina Sinatra (“my way”) para la liquidación de las economías y Estados del llamado “socialismo real” se reedita hoy para una de las megaestructuras más grandes del mundo: la UE.

Aquello iba más lejos que los intereses del Imperialismo como esto va más allá de los objetivos cortoplacistas de USA y el dólar, de los BRICS o de cualquier otra potencia emergente. En una economía mundializada en la que los Estados han dejado de ser reguladores del capital, el desembridamiento de éste, señala el inicio de la ley de la selva más cruenta. El capitalismo siempre fue eso pero ahora y, en el futuro próximo, de modo hasta el presente desconocido.

Si la UE no logró organizar y controlar los excesos sistémicos de su modelo económico, la desagregación de su conglomerado en la vuelta a la Europa de las naciones será la peor noticia que podamos imaginarnos los trabajadores.

Los Estados, infinitamente más débiles que agrupados, sufrirán a los 4 jinetes del Apocalipsis moderno:
1) Ultraproteccionismo de cada país, que traerá mayor debilitamiento de las economías nacionales y mayores sacrificios de sus clases trabajadoras, empantanadas en el patriotismo. Se incrementarán las tendencias hacia los Estados fallidos, que ya se han visto en décadas anteriores en países del Tercer Mundo e incluso en algunos emergentes. El liberalismo económico será su gran agresor.
2) Mayor aceleración de las tendencias xenófobas, racistas, antiinmgrantes y fascistas dentro de cada Estado.
3) Ataques a las monedas nacionales recuperadas de un modo infinitamente más virulento del que hemos conocido hasta ahora con el euro, con el consiguiente incremento del paro, las medidas salvajes anticrisis (hay muchas más de las que podamos imaginarnos)
4) La vuelta de la guerra a Europa, anunciada con la fraticida desmembración de la antigua Yugoslavia, como salida a la crisis sistémica; del mismo modo que el fracasado keynesianismo implantado tras el crack del 29 de pasado siglo dejó paso a la II Guerra Mundial.

Personalmente soy muy pesimista respecto al escenario que se abre en la Vieja Europa. Alguno quizá sienta la tentación del contra peor mejor por aquello de creer que acerca a la maduración de las condiciones objetivas para la explosión de las contradicciones de clase. Yo no pienso de ese modo.

Si las circunstancias hubieran sido otras para las fuerzas revolucionarias o simplemente progresistas hubiera sido posible plantear aquel escenario tan mencionado en un pasado ya añejo de una Europa de los trabajadores y no de los mercaderes. Pero los dados parecen ya echados.

La apisonadora capitalista es posible porque las izquierdas están desarmadas. Las mayoritarias y sus candidatos “anticapitalistas” y pseudorevolucionarios, que sueñan con heredar su espacio, no están por dar un salto hacia el proceso insurreccional. La rabia y la ira sociales de las clases populares y de los trabajadores sólo demandan la populista guillotina contra los políticos, no contra los capitalistas, los que de verdad deciden sobre nuestras vidas. Ese es el camino hacia la demagogia y el fascismo. Las izquierdas revolucionarias aún están en la incubadora y está por ver si ésta puede sacarlas adelante a tiempo. El tiempo se nos agota a los trabajadores. Mientras nosotros caminamos con muletas, el capital lo hace a velocidad sideral. Esa es nuestra tragedia.

Fernando Martínez. Cinco Días.

El BCE lanzó el mensaje el jueves de que no actuará como bombero de emergencia para rebajar la tensión permanente en que vive la deuda soberana europea. El mercado ha recogido el guante y, ante la inacción de Draghi, vuelve a tensar la cuerda y a dirigir a la zona euro de nuevo hacia el filo del abismo. La jornada del viernes fue de vértigo. Si las pérdidas se concentraron el jueves en mercados como el español o el italiano, los números rojos se extendieron el viernes a todo el parqué. El Ibex cerró la última sesión de la semana con una caída del 3,1% y acumula un retroceso del 6,66% en tres días. En la semana cae un 5,11%. Se pone así fin a una racha de cuatro semanas consecutivas al alza. El selectivo cerró en 6.738,9 puntos y regresa a niveles de finales de junio.

Entre rumores de una inminente rebaja de la calificación de la solvencia de España hasta bono basura por parte de Moody's, la prima de riesgo volvió a escalar hasta niveles peligrosos, al llegar a 562 puntos. La rentabilidad exigida al bono español a 10 años franqueó la barrera del 7%, que hace saltar las alarmas en la entidad central, pero luego se moderó, aunque no demasiado, pues se quedó en el 6,95%.

Pero el castigo no se quedó ahí. Los principales índices bursátiles de la zona euro sufrieron el viernes retrocesos claramente superiores al 1%. Así, el Dax de Fráncfort cayó un 1,92%; el Cac de París cayó un 1,88%; el Footsie Mib de Milán, un 2,53%, y el Euro Stoxx, un 2,15%.
En la deuda, la huida hacia la calidad o los valores refugio fue evidente. La rentabilidad exigida al bono alemán descendió hasta niveles del 1,32%. Desde el comienzo de la crisis, Alemania se está financiando a niveles irrisorios. Las tasas de interés negativas -es decir, no es el Tesoro alemán el que paga al bonista, sino al revés- son frecuentes en los plazos más cortos de la deuda germana. No sorprende, pues, que la canciller Angela Merkel disfrute de los niveles de popularidad más elevados desde 2009.

Pero no fue solo Alemania. También descendió el rendimiento exigido a los países de la zona euro considerados fuera de peligro, como es el caso de Francia, Bélgica, Holanda, Austria o Finlandia, cuyo Gobierno ha lanzado el órdago de que abandonará el euro si el proyecto de los eurobonos sale adelante.

Mientras tanto, los países en el alero vieron cómo la financiación se les volvía a complicar: los bonos portugueses a 10 años remuneraron en el secundario un 10,2%, después haber llegado a caer en los últimos días por debajo del 10%; Italia volvió a superar el 6% y se situó en el 6,03%; Irlanda, señalada por el propio presidente del BCE, Mario Draghi, como el alumno aplicado de Europa, alcanzó niveles del 6,3%.

Dilema para Draghi
El BCE se resiste a intervenir en los mercados. Draghi insistió en la rueda de prensa del jueves que la tarea del BCE es vigilar la estabilidad de los precios -establecida como un objetivo de inflación del 2%- y no rescatar a países en problemas. Ese es, precisamente, el desafío al que deben responder los Gobiernos. Este es un mensaje que el presidente del BCE repite desde que asumió el mando de la entidad en noviembre pasado. La autoridad central ha empleado 210.500 millones en el programa de compra de deuda pública, creado en mayo de 2010 para romper la presión del mercado sobre los países periféricos. Este programa lleva cuatro meses sin hacer ninguna compra y la intención del banco central es no volver a reactivarlo y dejar que sea el nuevo fondo de rescate europeo, el MEDE, el que asuma esa función. Sin embargo, cada vez hay más probabilidades de que el BCE tenga que acudir al rescate. El mercado le está poniendo a prueba.


Al poco de estrenarse, Draghi ordenó la intervención inmediata para salvar a España e Italia del abismo. Sucedió el pasado 10 de noviembre. Entonces, la prima de riesgo española estaba en un nivel considerado intolerable, que ahora se vería como un alivio: 425 puntos. Desde el primer consejo de gobierno de Draghi, el 3 de noviembre, el spread soberano de España con Alemania ha crecido 200 puntos, más de un 50%. Entre medias, se ha inyectado un billón de euros a la banca europea, se han realizado operaciones conjuntas con otros bancos centrales para inundar de liquidez al sistema, se ha abierto la mano con los colaterales que el BCE acepta para dar financiación y los tipos de interés han viajado del 1,5% al 0,75%. Nada de esto ha servido para reactivar el interbancario ni para normalizar los mercados.

En medio de la fuerte presión, la UE sigue avanzando a su ritmo particular. Las condiciones de la ayuda financiera a España se cerrarán este lunes pero lo que cada vez queda más claro es que la ayuda directa a la banca tendrá que esperar a un largo proceso y llegará tarde para España. Será el Estado, a través del FROB, quien tenga que asumir el impacto de la capitalización, incrementando así la carga de la deuda pública para el país (ahora en el 72,1% del PIB), lo que tendrá repercusiones inevitables en la prima de riesgo.

6 de julio de 2012

CASTIGAR SIN MERIENDA A LOS PRESOS, SÍNTOMA DE VENGANZA DE CLASE

Por Marat
Una de esas noticias que me escarban el alma y me hacen sentir la rabia y el asco más profundos de vivir en una sociedad de clases, cada vez más dual, la leí el martes 3 después de escucharla en la radio (soy hombre de radio, como todos los que provenimos de la palabra y no de la simpleza del tuit). Se trata de la decisión de la Generalitat de Catalunya de retirar la merienda a los presos de las cárceles que están bajo su jurisdicción. http://www.publico.es/espana/439112/la-generalitat-retira-la-merienda-a-los-presos-para-ahorrar

Son muchas hoy las excusas racionales y económicas para desposeer a los menestrales y débiles del derecho a la propia subsistencia, sea mediante la negación del trabajo, de la sanidad gratuita o de un pensión digna, además de todo el resto de atropellos que hoy padecemos los hijos del esclavo Espartaco.

Desgraciadamente, tanto para la derecha como para la izquierda ,el preso común, el vulgar ratero, el choró o el asesino son entes casi inmateriales que no están en su agenda. Durante el franquismo, en los círculos progresistas, ser preso político tenía una cierta aureola de heroísmo sólo comparable al desprecio que sentía la mayor parte de esa misma progresía por el chorizo. “Últimas tardes con Teresa”, de mi adorado Juan Marsé, fue en mi temprana juventud una de esas revelaciones que puso palabras en lo que en mí eran sólo sentimientos de rabia difíciles de explicar contra esos pijoprogres de la “gauche divine” que despreciaba a aquellos que pertenecían a la clase a la que supuestamente pretendía redimir pero buscaba suplir su expresión en sus propios y calculados términos, prefiriendo ella tener el monopolio del mensaje “liberador”.

Mi desprecio contra aquellos “redentores” de sí mismos, cuya indignación hoy se agota en el deseo de volver a disfrutar del Estado del Bienestar previo a la crisis, cuando creían vivir en el mejor de los mundos posibles, continúa intacto, acrecentado si cabe por las experiencias directas que me ha brindado la vida, y les aseguro que son muchas.

Pero no quisiera ser injusto y olvidarme de esa “civilizada” burguesía catalana que a principios del siglo XX se sentía protegida por el criminal Martínez Anido que declaraba leyes de fugas, aplicaba el asesinato a manos de los pistoleros de la patronal y reprimía a sangre y fuego a los sindicalistas de la insurgente clase obrera del momento. Como tampoco quisiera dejar de lado esa etapa de oro de la burguesía catalana que reeditaba en el siglo XIX al Somatent para proteger las tierras, acudiendo al derecho del asesinato en nombre de la sacrosanta propiedad privada.

De todo ese crimen moral y opresor es hija CiU, sus representantes políticos y las clases medias y burguesas a las que defienden, tan europeas, civilizadas y cínicas ellas, tan senys y partidarias del diálogo y la modernidad. Lo son tanto que no han dudado caer en el chocolate del loro en lo económico, pero que trasluce obscenamente su desprecio de clase hacia el desheredado de la fortuna, el caído, el delincuente y marginal, de ahorrarse la merienda bajo la coartada del ahorro en gasto público en tiempos de austeridad. Saben que tendrán de su lado al ignorante y reaccionario que culpa al trincón de su destino, que cree que habría que rebajar la edad penal del menor, que es partidaria de la pena de muerte, que culpa al político de corrupto pero calla o jalea a su corruptor, que disfruta injuriando al sindicalista pero reverencia con entusiasmo de servil lameculos al empresario.

Nadie entienda esto como una justificación de ataque al pueblo catalán, con cuya sociedad me identifico en muchos aspectos, que siempre me trató bien, que nunca me hizo sentir extranjero mediante la lengua y del que admiro su sentido tanto del cumplimiento como del goce de vivir.

Simplemente quería denunciar la ruindad de los pequeños de corazón y grandes en capital, la bajeza moral de quienes entienden la aplicación de la justicia, llamada sarcásticamente cárcel, como venganza, de quienes buscan el aplauso fácil de aquellos que pronto integrarán sus cohortes fascistas.

Quitar la merienda a quienes tan pocos motivos de gozo tienen en su cautiverio es tan sucio como robar a un niño el derecho al recreo en esas prisiones modernas, organizadoras del tiempo de sus vidas y entrenadoras del tiempo que les será robado a través del trabajo –si tienen la suerte de tenerlo- cuando sean adultos, que llamamos escuelas.

En una sociedad divida en clases hasta el delito se nombra de forma diferente según la parte de la estructura social en la que uno haya caído. Si se es pobre, trabajador, marginal o hijo del agobio, uno es simplemente un ladrón o un asesino. Si se está del lado del orden, el dinero, la propiedad privada y el poder económico, la mala acción se categoriza en términos casi incomprensibles: dolo, expolio, pignoración o distracción del bienes, cohecho y si ha hecho matar, porque hacerlo uno mismo sólo sucede en las reposiciones de “Colombo”, la travesura se envuelve en el genérico nombre de crimen, que lo mismo supone llamarle a Sofía de Grecia cornuda que invadir Irak y acabar cientos de miles de personas.

Leyes, Constituciones, aparatos jurídicos, gabinetes de abogados,...protegen el delito del capital y hacen del crimen y de la rapiña mera competencia del mercado, en tanto que las primeras y un abogado bisoño, de baja tarifa y menor competencia o comprable es el colaborador necesario para la condena del desgraciado. El cuarto círculo del infierno de Dante hace sitio, entre otros, a abogados y leguleyos en general.

Pocos conocen hoy el nombre de Concepción Arenal aquella pequeñoburguesa honesta y bienintencionada que, al inicio de la I República Española, fue nombrada inspectora de las prisiones de mujeres (Casas de Corrección de Mujeres) y que trató de hacer ser fiel, en la medida de sus posibilidades, aquella frase que la ha hecho tan célebre: “Odia el delito y compadece al delincuente”.

Unas clases poseedoras que ignoren que un grado mínimo de humanidad con aquellos a los que han desposeído mediante los mecanismos de una justicia que no es para todos, de unas relaciones de producción que explican la sumisión de supervivencia del explotado, que niegan el derecho a la educación y la sanidad públicas, a la protección del parado o del jubilado o que expresan la venganza de quitarle el “bocata” al delincuente que un día decidió disentir individualmente de su desorden mediante el delito sólo están sembrando. Siembran la semilla de la revolución social.

Y quien esto ignore, que también los delincuentes, o al menos los más humillados de entre ellos, son parte del “esfuerzo redentor” del que habla La Internacional, llámense como quieran, es enemigo a abatir.