7 de abril de 2011

MIREN ETXEZARRETA: "LA BANCA PIDE ELEVAR LA JUBILACIÓN A LOS 70 CUANDO ELLOS JUBILAN A LOS 52"



Miren Etxezarreta | Prensa

Catedrática de Economía de la Universidad de Barcelona

M. CASTRO
Miren Etxezarreta, catedrática emérita de Economía de la Universidad de Barcelona, pertenece a un grupo europeo de economistas críticos. Recientemente ha visitado Gijón para impartir una charla sobre el futuro de las pensiones, organizada por la Plataforma Contra la Crisis, la Cultural Gijonesa y CSI.

-¿Cree inevitable el recorte de pensiones?

-El sistema de pensiones está cuajado de mentiras, medias verdades y argumentos falaces. ¿Por qué el presupuesto de la Seguridad Social tiene que estar en equilibrio? Yo puedo aceptar que el presupuesto de la Seguridad Social tenga que estar en equilibrio cuando el del Ejército o el de la Casa Real o el de la Justicia o el de la Educación estén en equilibrio. Es una trampa metodológica decir que tiene que estar en equilibrio. En las sociedades hay dos formas de cubrir las necesidades; la privada y la pública y no son alternativas, son conjuntas. Y en la pública está el mantenimiento de los pasivos. Hasta 1995 la Seguridad Social no era un institución independiente. Países como Dinamarca o Canadá tienen hoy modelos distintos. La discusión es a dónde van los gastos colectivos en una sociedad. Si quieren que hagan un referéndum sobre qué es mejor, completar las pensiones o tener un ejército, a ver qué pasa.

-Dicen que van a faltar cotizantes para sostener el sistema.

-¿Por qué las pensiones se tienen que pagar sólo mediante las cotizaciones de los asalariados? No hay ninguna razón. Otra vez son razones históricas y de conveniencia política. Si en este país se paga todo gasto colectivo con los impuestos, ¿por qué no las pensiones?

-¿Y el envejecimiento?

-El crecimiento de la esperanza de vida en los próximos 50 años es menor que el incremento que en los últimos 50. El problema de las pensiones no es de mano de obra, es de riqueza del país y de distribución de la renta. Y España es cada vez más rico, así que no nos vengan con historias. En este momento, España es el doble de rica, con crisis y todo, que en el año 1977. ¿Dónde está el dinero? Las rentas del trabajo ya pagan muchos más impuestos que el capital. Lo grave es que en este momento lo que va al trabajo es el 46% y lo que va al capital el 54%. ¿Dónde está este 54%? ¿Es que el capital no tiene ninguna obligación social?

-¿Y las prejubilaciones?

-Los que se aprovechan de las prejubilaciones son las empresas. Hay un dato muy curioso: Las cajas de ahorros y los bancos en todo el debate que ha habido de las pensiones están diciendo que la gente se tiene que jubilar a los 70. ¿A qué edad están jubilando los bancos y las cajas a su gente? A los 52. Las empresas se aprovechan de las prejubilaciones para facilitar los ERE y los cierres. Muy poca gente se prejubila voluntariamente; se prejubilan porque les dan incentivos, porque las empresas no quieren a gente mayor. ¿Cuánta gente de más de 50 años está trabajando? Más de la mitad de los jubilados en los últimos años eran parados. Eso quiere decir que la Seguridad Social está pagando con su presupuesto a un montón de gente para facilitar el cierre de empresas o la expulsión del mercado de trabajo. Eso es injusto. Si la edad de jubilación va a llegar a los 67 años, los sindicatos tendrían que haber exigido que por lo menos las empresas se comprometan a tener a los trabajadores hasta esa edad. Pero como no los quieren, lo que habría que hacer es rebajar la edad de jubilación para repartir el trabajo. El aumento de la edad de jubilación no es para que la gente trabaje hasta los 67, sino para hacerle un descuento mayor en sus pensiones a los trabajadores que se jubilan antes, obligándoles a hacer planes de pensiones privados, que es un gran negocio. Los fondos de pensiones son el mayor inversor del mundo; eso explica todo.

-Ningún partido con posibilidades de gobierno parece que vaya a asumir su planteamiento.

-Los gobiernos pueden ser incitados a actuar en una dirección o en otra. En la transición el IRPF para las rentas más altas llegó a ser del 65%, se bajó al 56% y ahora está en el 43%. ¿Por qué? Tenemos seis puntos por debajo de la presión fiscal de la media europea y nos quedan más para llegar a la presión de Suecia, Noruega y Dinamarca.

-¿Prevé más recortes?

-La gente está equivocada si cree que como ya nos han deteriorado las pensiones públicas, el presupuesto y la reforma laboral, estarán contentos y ya bastan: El siguiente embate es la negociación laboral colectiva y a continuación otro, que ya está en marcha, que es la sanidad.

-¿Cree que el productividad es la solución para salir de la crisis?

-El aumento de productividad implica menos gente trabajando. De 2007 a 2009 España ha aumentado su productividad más que los países europeos porque hemos eliminado 5 millones de puestos de trabajo.

6 de abril de 2011

SOBRE EL PACTO DE COMPETITIVIDAD DE LA UNIÓN EUROPEA



L'Ecole émancipée. Entrevista con Michel Husson, integrante del Instituto de Estudios Económicos y Sociales francés

En la Unión Europea a 15, el número de parados ha pasado de 13 a 18,4 millones entre 2008 y 2010. ¿Va la austeridad generalizada a añadir crisis a la crisis?

Si, hay motivos para estar aterrado. Toda recesión hace retroceder la actividad económica, aumenta el paro y aumenta el déficit del Estado. Pero la reacción inicial estuvo, se puede decir, bastante adaptada: se inyectó liquidez para impedir que se hundiera el sistema financiero; se reforzaron los "estabilizadores sociales", todo lo que impide que las rentas se hundan demasiado; se preservó, en parte, el empleo reduciendo el tiempo de trabajo, particularmente con el recurso al “paro parcial”; y se hicieron planes de relanzamiento. El coctel es por supuesto diferente de un país a otro, pero estas medidas contribuyeron a amortiguar (un poco) el choque. Lo más llamativo fue las ayudas a los bancos: cierto, habría sido irresponsable dejarlos que se declararan en quiebra, pero era una buena ocasión para imponerles en caliente reglas como la prohibición de los beneficios derivados, de los paraísos fiscales, etc. La solución óptima habría sido nacionalizarlos a fin de poner todo en orden y de purgar los créditos tóxicos.

Los gobiernos tenían ya en la cabeza la idea de que habría que deshinchar los déficits presupuestarios llevando a cabo políticas de "reforma" reforzadas. Pero habían comprendido que más valía esperar a que la recuperación estuviera suficientemente instalada, so pena de matarla en el huevo. Fue entonces cuando comenzó la especulación contra las deudas soberanas de los países más fragilizados: Grecia, luego Irlanda y Portugal. Hay que comprender que esta especulación no ha sido posible más que porque no ha habido ninguna medida de control de los bancos, ni de asunción compartida de las deudas a escala europea. Son, por otra parte, los bancos centrales los que proporcionan las municiones, prestando a los bancos al 1% el dinero que será luego utilizado para aprovecharse de la subida de las tasas pagadas por los estados, y embolsarse la diferencia.

La reacción de los gobiernos ha sido "tranquilizar a los mercados", como dijo Fillon para justificar la reforma de las jubilaciones en Francia. Fue entonces cuando se produjo el gran giro hacia la austeridad con el anuncio de planes de una gran brutalidad. Su severidad difiere de un país a otro, pero se basan en dos principios comunes: prioridad a los recortes en los gastos y, si esto no basta, prioridad al aumento de los impuestos más injustos, como el IVA.

Es una política insensata, independientemente incluso del hecho de que vaya primero a golpear a las capas sociales más frágiles. Recortando en los gastos públicos, se provoca recesión que tiene por efecto reducir de nuevo los ingresos fiscales. Se llega a una posición peor que al comienzo. Y, como todos los países llevan a cabo esta política al mismo tiempo, hay un efecto multiplicador de esta “euroausteridad”. Una cosa es cierta: el resultado no puede ser otro que el mantenimiento del paro europeo al nivel récord que la crisis le ha hecho alcanzar.

Angela Merkel propone un "pacto de competitividad" a los países de la Unión. ¿Cuales son sus principios?

Lo primero que hay que subrayar es que ese pacto ha sido apoyado por Sarkozy, incluso si, extrañamente, no se habla en él de impuestos a las transacciones financieras… [comentario irónico a la demagógica propuesta que hizo recientemente Sarkozy en este sentido]. En realidad, se trata de un trato: yo participo en la financiación de las deudas (vía el Fondo europeo de estabilidad financiera) a cambio de una Europa competitiva. Entre las seis pistas propuestas, tres son a priori aceptables: reconocimiento mutuo de los diplomas, régimen de gestión de crisis para los bancos, y armonización de la fiscalidad de las empresas. Pero todo depende de las modalidades, por ejemplo de la tasa del impuesto sobre las sociedades.

El resto, es pura provocación. Suprimir la indexación de los salarios con los precios (lo que concierne a Bélgica, Luxemburgo, pero también, en la práctica, a España) equivale a abandonar toda garantía de un simple mantenimiento del poder de compra. En el caso francés, el SMIC [Salario mínimo interprofesional] está indexado con la inflación: ¿habrá que suprimir esta regla? Afirmar que los regímenes de jubilación deben ajustarse a la evolución demográfica, es una perogrullada si no se dice cómo. La respuesta es conocida, y la Comisión Europea ha puesto los puntos sobre las íes recomendando a los "Estados miembros que no lo han hecho aún subir la edad de jubilación" e impulsando "el desarrollo del ahorro privado complementario". En fin, el proyecto, apoyado por Sarkozy, de inscribir en la constitución de cada país una regla para limitar el déficit presupuestario sería una falta de respeto grave a la soberanía popular que el Parlamento se supone encarna cuando vota el presupuesto.

La Comisión Europea ha logrado, por su parte, poner en pie el "semestre europeo": los Estados miembros deben en adelante integrar sus recomendaciones antes de hacer aprobar su presupuesto, y esto comienza en 2011. Pero no es todo: tiene también su plan en seis puntos, que debería ser sometido al Parlamento Europeo para ser votado en junio. Los Estados verán cómo se les impone un calendario de reducción de su deuda pública y su no respeto será acompañado de sanciones automáticas del 0,2% del PIB (lo que supondría 4 millardos de euros en el caso francés).

Un nuevo procedimiento "sobre los desequilibrios excesivos" sería introducido: los Estados "que presenten desequilibrios macroeconómicos graves" deberían "someter un plan de medidas correctivas al Consejo, que fijará los plazos para su aplicación". Un Estado miembro de la zona euro que persistiría en no tomar esas medidas se expondría a sanciones: ¡multa anual del 0,1% de su PIB! Entre los desequilibrios graves, estará sin duda la falta de competitividad, pero no la tasa de paro.

¿Cuál es el objetivo del fondo de socorro europeo? ¿Salvar al euro?

El FEEF (Fondo Europeo de Estabilidad Financiera) había sido creado en mayo de 2010 para responder a la crisis griega. Disponía inmediatamente de 250 millardos de euros de los 440 anunciados, a los que se podrían añadir 250 millardos de euros provenientes del FMI. El 14 de febrero pasado, los ministros de Finanzas decidieron doblar la cantidad y pasar a 500 millardos.

El objetivo inmediato es evitar un escenario de catástrofe en el que la especulación se extendería, por ejemplo, a España, y llevaría a ciertos países a la suspensión de pagos, dicho de otra forma a no pagar ya la deuda. Pero hay que ver que se trata ante todo de salvar los bancos alemanes o franceses que se verían directamente afectados.

Este "apoyo" se acompaña, en la gran tradición de los planes de ajuste estructural tan queridos del FMI, de la imposición a los países afectados de una austeridad de una gran violencia, pero también de enormemente absurdos. No podrán, en efecto, reducir hasta ese punto sus gastos públicos sin entrar en una espiral recesiva que conduzca a aún más déficit. El caso de Irlanda es caricaturesco: el déficit representa el 32% del PIB y corresponde en lo esencial al rescate de los bancos. No hay evidentemente ninguna razón para que los ciudadanos irlandeses tengan que pagar una factura así, pero además es imposible.

De todas formas, todo esto no convence a los "mercados": las spread (primas de riesgo) no han bajado mucho. Grecia debe hoy tomar prestado al 10,7% (a 10 años) e Irlanda al 8,2% mientras que Alemania puede hacerlo al 2,5% y Francia al 3%. En realidad, nada cambia: a falta de financiar directamente las deudas, el fondo de apoyo recurrirá a los bancos que continuarán reclamando tasas de interés muy superiores. Además, el Consejo Europeo ha hecho un anuncio absurdo admitiendo que las deudas podrían ser reestructuradas en 2013. Ciertamente, tal reestructuración es necesaria, e incluso inevitable, pero habría que imponerla unilateralmente a las finanzas en vez de darles un nuevo motivo de especulación.

¿Cuál podría ser el impacto político a medio plazo si este pacto de estabilidad reforzado se impusiera en Europa?

No hay término medio. La factura de la crisis no va a evaporarse y lo que está en juego es saber quién va a pagarla: o bien son las finanzas y quienes se benefician de ella, o bien son los trabajadores. Una ofensiva tan brutal puede hundir a quienes son sus víctimas y conducir a un aumento de la desestructuración social, pero puede también desencadenar una explosión social. Todo esto es imprevisible, y el contexto es diferente de un país a otro.

Lo más grave es que desplazando a nivel europeo la gestión de la austeridad, se abre una avenida a una derecha nacionalista y Marine Le Pen lo ha comprendido, haciendo campaña por la salida del euro. Este callejón sin salida no adquiere una cierta credibilidad más que en razón del retraso tomado por el movimiento social en asumir un proyecto alternativo europeo. Colmar este retraso es una prioridad. En Francia, la austeridad es relativamente moderada en relación a otros países, porque se está a un poco más de un año de las elecciones presidenciales. Si se quiere ir más lejos que una alternancia resignada, es preciso que aparezca una oferta que plantee una política diferente.

Fuente: http://hussonet.free.fr/eecompet.pdf

Traducción: Alberto Nadal para VIENTO SUR.