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30 de abril de 2019

SI USTED...


Por Marat

Si usted es lo bastante optimista para creer que en los llamados años de la recuperación tras la crisis económica la situación de la clase trabajadora ha mejorado ostensiblemente en, salario, condiciones de trabajo, contratos, pensiones, calidad de los servicios sociales recibidos (estado de la sanidad y la educación públicas, coberturas de desempleo o de dependencia,...) no dude en pasar de este artículo que ahora se inicia porque quizá sea, en su opinión, puro fatalismo.

Si usted cree que la única disyuntiva posible es la de recuperar algo de fuelle (medidas de retoque cosmético) en la situación de la clase trabajadora antes de que vengan los nuevos recortes de la siguiente fase de la crisis capitalista mundial que ya casi nadie niega y sobre la que la única discusión está en qué fecha se le pone a su inicio oficial, no merece la pena que pierda su tiempo leyendo este texto.

Si usted cree que, si se quiere, se puede desde un gobierno progresista que no cuestiona el orden capitalista sino que aplica unas pocas cataplasmas a sus efectos sociales más bárbaros sobre los sectores más débiles de la sociedad y desde unos aliados que nacieron como tigres de papel y que hoy son mansos corderitos, no siga leyendo. Su tiempo es precioso.

Si usted es de los que cree que aún existe eso que hace ya años, parecen siglos, los reformistas llamaban “autonomía de la política”, para entendernos que hay espacio para hacer política desde las instituciones sin que el capital marel fuera de juego o dicte, de entrada, lo que puede y no hacer,se no siga leyendo. Seguramente creerá que es una exageración la frase de Marx que decía aquello de "El gobierno del Estado moderno no es más que el consejo de administración de los intereses de la burguesía". Pregúntele a Zapatero, el que introdujo el artículo 135 en la Constitución o al Presidente de Grecia, Tsipras, si Marx se equivocaba en tal afirmación. En cualquier caso, si usted cree en la autonomía de la política abandone toda esperanza de que lo que aquí se escribe pueda interesarte.

Sí, por el contrario, es usted de los que piensan que eso que llaman democracia, que llena la boca de progres, liberales, reaccionarios y ultraderechistas, es la gran mentira que sirve de coartada a la justificación política de la explotación, la sobreexplotación laboral, la pobreza de amplios sectores de la población y la rapiña contra sus conquistas sociales logradas en el pasado, que no concedidas, ni garantizadas por constituciones o leyes algunas, seguramente usted y yo podamos tener mucho de lo que hablar y un camino para avanzar.

Si es usted de los que cree que los votos no son barricadas, porque jamás se conquistó nada con tan magreo esfuerzo, y que éstas solo las construye la organización de clase, la solidaridad ejercida en con el más próximo, la lucha y el aprendizaje colectivo que nos instruya sobre la dominación social, sus bases y cómo enfrentarla, seguramente debamos hablar y plantearnos qué hacer en este presente que vivimos.

Si usted cree que las auténticas redes sociales no son las que están en Internet sino en el mundo real de los centros de trabajo, de los barrios, de los institutos y universidades, de todos aquellos lugares a los que pertenecemos por hechos objetivos o por elección y que es ahí donde hay que construir la fuerza, y no dedicándose a perder el tiempo mirándose el ombligo, sin duda tenemos que encontrar un modo de coincidir y conocernos.

Si cree usted que repetir un millón de veces algo que no funciona, pero redime de pensar, es un error y que los depositarios de las esencias convierten las ideologías en irreconocibles porque no tienen nada que ver con su fuente originaria, es usted de los míos. Un librepensador, condición indispensable para llegar a ser un revolucionario, y no un burgués, como algunos fanáticos intentan que creamos. Seguro que nos vamos a llevar bien.

Llegados a este punto, porque tras los cuatro primeros párrafos ya estamos en cierta comunidad de intereses e ideas, si cree que compartimos cuestiones suficientes, espero que no todas, le propongo que se plantee organizarse, no cibernéticamente, que engorda y es improductivo, y le sugiero que no lo haga donde hay demasiada caspa ni en esos lugares en los que o no se sabe a qué clase social pertenecen los adscritos, suelen ser “ de clase media”, una clase que no sabe lo que es sino lo que teme ser, ni en uno que funciona con un lenguaje de catecismo y en cuyo interior huele a cerrado y a naftalina, aunque parezca que ese "aroma" coloca.

Yo estoy organizado. Si no me conoce, puede preguntarme dónde.