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11 de julio de 2018

NEOLENGUA: LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL DE LA MENTIRA POR PROGRES Y LIBERALES

Tú, obrera nuestra, de la Westinghouse,
pareces empoderada porque
te usamos para parecerlo en la empresa.
Sigue trabajando, que es lo tuyo, empoderada

Por Marat
1.-APROXIMACIÓN AL CONCEPTO NEOLENGUA
La “neolengua” es un sistema de dominación cultural e ideológico a través de una perversión del lenguaje que emplea distintos artificios:
  • En unos casos se trata de resignificar valores y conceptos (manipulación)
  • En otros, de crear nuevas categorías y conceptos para distraer la atención de cuestiones esenciales.
Un elemento común en el neolenguaje es su carácter arcano, su condición de jerga para iniciados. mediante la cuál se anula el campo de juego de la reflexión y el razonamiento, con el objetivo de romper con cualquier linea de conexión ideológica y cultural con lo anterior.

Cuando este lenguaje está iniciando su implantación, actúa como medio de reconocimiento e identificación de sus promotores iniciales.

En una segunda fase, los medios de comunicación. y las redes sociales en la actualidad, inician su expansión hegemónica.

La neolengua es, ante todo, una cuestión de poder y de creación de una amnesia a través de los medios de desinformación y manipulación sobre aquellas cuestiones a las que interese eclipsar en un momento concreto . Pero hay un objetivo que se mantiene inalterable, el de esconder, camuflar, desdibujar, enterrar bajo miles de toneladas de mentira neolingüistica el origen y la naturaleza auténticos del poder: las relaciones sociales de producción y la existencia de una sociedad dividida en dos clases irreconciliables entre sí, la trabajadora, que hace de la producción un hecho social y la burguesa, que hace del beneficio un hecho privado.

Para la expansión de la neolengua, en la sociedad de la desinformación y la anestesia del pensamiento, se acude a dar protagonismo, como productores de neolengua, a una legión de “activistas” (el término militantes es descartado por ellos mismos) de sus propios intereses, “influencers” y “youtubers” que parecen carecer casi siempre de pasado, aparecidos de forma aparentemente espontánea, con perfiles casi clónicos y promocionados luego por los medios digitales progres con mayor o menor fortuna y con reemplazamientos en sus protagonismos, en función de los mensajes, corrientes de opinión posmodernas y movimientos sociales que en cada momento les interese promocionar. Dos medios de intoxicación clásicos serían, en este sentido, El Diario y Público.

2.-NEOLENGUA Y POSICIÓN DE CLASE
La primera vez que reparé en que estaba ante una auténtica neolengua fue con el PSOE de Zapatero y las “soluciones habitacionales” de su ministra de la Vivienda, María Antonia Trujillo. Hablaba esta señora de infraviviendas de 25 metros cuadrados como alternativa a la dificultad de acceso de los jóvenes a un piso. La expresión era más aséptica y presentable que el de tabuco, huronera, cuchitril, chamizo, chiscón o cubículo. Mucho mejor solución habitacional, al menos para esta señora, fue su chalet de 300 metros cuadrados y 500 de parcela en una de las zonas residenciales más “nobles” de Cáceres en 2005.

El concepto se ha remasterizado y ahora, con Podemos y sus mariachis se llama “alternativa habitacional” o “residencial”, sea en la versión de Manuela Carmena o de la dirección de Podemos.

En el caso de Pablo Iglesias e Irene Montero la alternativa habitacional o residencial que se han dado a sí mismos ha seguido la senda de la exministra del PSOE María Antonia Trujillo. No insistiré en ello, ya que en su día traté el asunto en un artículo anterior.

Merece la pena detenerse en la “alternativa habitacional” de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.

En febrero de 2018 la señora Colau hizo una propuesta de viviendas prefabricadas en los barrios periféricos y del extrarradio obreros de la capital que no se diferenciaban mucho de los antiguos contenedores de chapa construidos en barrios de Vallecas de finales de los 70 y principios de los 80 del pasado siglo. Eso sí, en el caso de la propuesta de viviendas prefabricadas de Colau, los materiales pobres tienen un mejor aspecto estético. Un estilo Leroy Merlyn que hace creer en calidades de los materiales muy distintas a las reales. De la PAH al Ayuntamiento.



Pero lo grave no es la apariencia externa de unas calidades que no son tales. Lo realmente grave es el carácter estanco y de ghetto en el que se aísla a sectores marginados y empobrecidos, como si fueran células tumorales, del entorno sano y social y económicamente más integrado. Por mucho que a sus “alternativas habitacionales” las haya rebautizado Ada Colau y su equipo de progres como “alojamientos de proximidad provisionales”, lo más probable es que se acaben convirtiendo en “soluciones habitacionales” para toda una vida, dado el bajísimo nivel de construcción de vivienda  protegida municipal que, tanto en Barcelona como en Madrid o en otras ciudades del cambio, se ha ejecutado sobre lo previsto y menos aún sobre lo prometido en campaña.

De este modo, el horizonte vital en el que se instala a quienes se les ofrecen “soluciones provisionales” es la frustración, lo que no parece quitarle el sueño a alguien que lleva viviendo como liberada desde los años 90, muchos para ser tan joven.

Tras este recorrido por el término “habitacional” es evidente porqué los progres recurren a términos como éste, acompañados de expresiones como “soluciones”, “alternativas”o su sustitución por expresiones como “alojamientos de proximidad provisional”. Es porque aún permanece en las mentes de casi todas las personas lo que es una vivienda o un piso y lo que nos ofrecen estos mercaderes de la mentira es una mierda. Puesto que eso encaja mal con su “relato” (les encanta esta palabra) del cambio, los progres necesitan maquillar la bazofia que representan realmente sus proyectos.

El mundo avanza y ya se nos pregunta a los españoles, para ir haciendo una cata del terreno, desde sitios como la web especuladora “Idealista” (bonito nombre) si aceptaríamos vivir en cápsulas de 7 metros cuadrados, como en Tokio o Hong-Kong. Al fin y al cabo, ya casi nadie tiene hijos y el vivir en pareja está en vías de superación. Ojo, hay nichos habitacionales de 2 metros cuadrados.

Un tiempo en el que se produjo una fabricación en masa de neolengua fue el del 15M. Se acuñaron términos como "wikidemocracia”, “democracia real” (que para ellos era demos y kratos, gobierno del pueblo. Tócate los windows. Habían descubierto el apio), “inclusividad” “transversalidad”, se reactualizaron expresiones como “bien común”, del economista vendecrecepelos para calvos Christian Felber, y se presentaron otras novedades como la “economía colaborativa”. Ahora quienes no querían saber lo que algunos denunciamos en su día, que tras esas bonitas denominaciones se escondía un capitalismo puro y duro, saben ya que, con una APP y muchas ganas de emprender, se montan negocios como Deliveroo, Cabify o Uber en los que trabajadores sobreexplotados, sin reconocimiento contractual, a los que se denomina asociados, trabajan muchas horas al día por unos salarios basura. Y a eso se le llama “economía colaborativa”.

El 15M fue pura y simplemente ingeniería social y política capitalista, con fuerte asentamiento en las Tecnologías de la Información y la Comunicación, revestida de bonitas palabras. A ello colaboraron como cómplices útiles necesarios las izquierdas en su papel de comparsas “utópicas” e ilusionadas. Era la época en la que periodistas como Javier Gallego Crudo hacía de altavoz del 15M desde su programa “Carne Cruda” en la SER y Rosa María Artal, hoy favorecida en el Consejo de Administración de RTVE por la secta podemita, hacía la ola a aquel movimiento de disidencia controlada.

La “inclusividad” y la “transversalidad” significaban por entonces exactamente lo mismo que hoy significan: el enmascaramiento de la división social en clases bajo las tiendas de campaña Quechua, pero arriba jodiendo y dando la dirección al movimiento el hijo del burgués.

En esa época descubrí que no existen las clases sociales ni las contradicciones entre ellas sino los “ciudadanos”. Vamos, que el trabajador de Villaverde era igual que Botín o que Amancio Ortega...esencialmente.

Tiempo más tarde llegaría una mutación del ciudadanismo, con la invención podemita de la categoría “la gente”. Por fin habíamos llegado a la “democracia real” porque gente ciudadana es Sánchez Galán, Presidente de Iberdrola, lo mismo que cualquier trabajador de Amazon, porque gente y ciudadano son ambos. Ahora Albert Rivera ha dejado claro que no ve trabajadores o empresarios, que ve españoles.

Si lo que haces para ocultar los antagonismos de clase es negar a las clases sociales y afirmar que todos somos ciudadanos -o españoles-, lo que te encuentras es un partido que afirma eso mismo y que además lo lleva en su propio nombre. Pero él es un “facha”. En cambio, tú, progre, con tu miserable discurso de izquierdas que lo ha convocado, eres un revolucionario del copón. La izquierda es la realmente existente, no lo que tu afirmas o quisieras que fuera, “compa”.

Merece la pena detenerse en el término pobreza. Para los progres ya no es un concepto global que tenga que ver con una estructura social, un sistema económico concreto y una realidad que se asiente en unas relaciones laborales, unos salarios o la ausencia de ellos (paro) o bien unas pensiones que den lugar a una situación de falta de capacidad adquisitiva suficiente para algo más que la supervivencia.

Por el contrario, hay tantas pobrezas como sustantivos puedan añadírsele
  • Pobreza infantil: “Mi padre es rico pero yo soy pobre” (“My father is rich but i am poor”)
  • Pobreza femenina: no he encontrado referencias en esta taxonomía de la pobreza sobre la masculina. Puede que tenga que ver con la llamada “discriminación positiva”. Ello a pesar de que un estudio llevado a cabo por investigadores del departamento de Psicología Social de la Universidad de Alcalá (UAH) y la Universidad Complutense de Madrid (UCM) en 2014 sobre las personas sin hogar de la Comunidad de Madrid indicase que aquellas son principalmente hombres (80%), . Por supuesto que hay muchos otros niveles de pobreza pero el “genero” de éste es significativo.
  • Pobreza energética: no me llega para pagar el gas, la luz o el agua pero me lo gasto todo en el bingo (modo ironía, que todo hay que aclararlo)
  • Pobreza habitacional: duermo en la Cuesta de San Vicente (Madrid) pero tengo un Maserati (continuamos en modo ironía).
  • Pobreza vegetal: como no tengo para comprar repollo, me veo obligado a mancillar mi cuerpo y mi espíritu veganos con cadáveres de chuletones de ternera.
  • Pobreza cultural: En Septiembre no podré pagar los libros escolares de mis hijos pero me estoy en Rusia viendo el mundial desde el primero al último partido, aunque haya caído “la roja”.
  • Pobreza laboral: aunque la enuncian, no caen en el pequeño detalle de que de lo laboral y sus salarios de miseria, de la ausencia de empleo o de la consecuencia de haber trabajado y cobrar una pensión exigua, se derivan todas las demás pobrezas que se inventan.
Hay muchas más categorías de pobreza establecidas por el progrerío pero mi cupo de estupideces sobre la pobreza ya está cubierto. La mentalidad monjil oenegera es la propia de quién quiere hablar de los distintos tipos de carencias económicas sin entrar en su causa, no ya en la que está en su raíz, el capitalismo, sino en la desigual distribución de la renta (algo socialdemócrata que hoy sería obscenamente radical para nuestros progres).

Distribuyen la pobreza como antes Zapatero y, antes que él, Balir en el Reino Unido, distribuía el pan entre los pobres: madres solteras, tercera edad, jóvenes con fracaso escolar, personas con familiares dependientes,...

De los progres, un ingenuo honesto con residuos de conciencia de clase podría esperar, no una revolución, sino al menos una política global para el conjunto de la clase trabajadora, que contemplase las necesidades particulares de cada colectivo pero que no trocease como un matarife hace con la res para venderla por piezas en el supermercado electoral del voto.

3.-EMPODERAMIENTO Y EMPRESA:
Y qué decir del termino “empoderamiento”, un comodín para el feminismo, los colectivos que fuesen en cada ocasión, la ciudadanía en general y ahora, para determinados sindicalismos tanto verticales y de la concertación como “alternativos” para la clase trabajadora, a la que usan como reclamo pero en cuya emancipación como clase, que no “empoderamiento”, creen tan poco.

En el movimiento de los “indignados” fue una expresión recurrente. Entre los progres Pachamama indigenistas una devoción, entre los latinos antiimperialistas (para los que el capitalismo es menos problemático que su derivada, el imperialismo), una palabra fetiche.

Y es que “em-PODER-amiento” es un término mágico. Por si mismo, suena como algo positivo, liberador, independientemente de que se refiera a persona, colectivo, animal o cosa.

Preocuparse por el origen del término parece importar entre 0 y nada, sobre todo en tiempos en los que la pereza intelectual y la importancia de un término se mide en su número de entradas en Google, convierte a sus empoderados usuarios en loros de repetición

El “empoderamiento” nació de la cultura del management, la técnica de la dirección y el control empresarial ¡Sorpresa!

Pero qué importará de dónde viene el concepto, si es positivo. Pues sí que importa porque de positivo no tiene nada, ni en su origen ni en su uso actual.

El objetivo del término “empoderamiento” fue el de integrar al trabajador en los objetivos de beneficio empresarial en base a la falacia de hacerle creer que sus opiniones y decisiones personales eran importantes para la dirección y que compartían un mismo horizonte. Si ustedes quieren saber algo más sobre lo que les estoy contando pueden consultarlo aquí, aquí y aquí. Hay mucho más sobre esta cuestión y sobre su origen ideológico, más allá del interesante blog cuyas referencias he señalado, pero eso ya queda en sus manos.

Una somera exposición del “empoderamiento” actual demuestra que no cuestiona la estructura social del poder capitalista ni la relación capital-trabajo.

Como empoderamiento se conoce el proceso por medio del cual se dota a un individuo, comunidad o grupo social de un conjunto de herramientas para aumentar su fortaleza, mejorar sus capacidades y acrecentar su potencial, todo esto con el objetivo de que pueda mejorar su situación social, política, económica, psicológica o espiritual (…)

Empoderar, pues, significa desarrollar en una persona la confianza y la seguridad en sí misma, en sus capacidades, en su potencial y en la importancia de sus acciones y decisiones para afectar su vida positivamente (…)

La finalidad última del empoderamiento social es que dicho colectivo sea capaz por sí mismo, trabajando y organizándose, de mejorar sus condiciones de vida”

Es evidente que lo que el empoderamiento pretende no es la transformación del orden económico y social sino la integración del individuo y los colectivos en la aceptación de dicho orden, con las reformas necesarias para lograrlo pero que no alteren su naturaleza

¿Debemos sorprendernos entonces de que haya multitud de fundaciones globalistas del imperialismo norteamericano como la USAID, la Open Society Foundations de George Soros, la Fundación Melina y Bill Gates, Ashoka, Avina, Tides (patrocinadores de “las mareas” en España), etc., etc. que promuevan el empoderamiento de “mujeres”, “líderes comunitarios” y “jóvenes”?

4.-FEMINSIMO CANIBAL
Hay otra ámbito al que cabe referirse dentro del neolenguaje creado por progres y liberales declarados, ya que los progres son liberales vergontantes, que es el feminista. Voy por los protectores de cabeza y bucal, el suspensorio y la coquilla porque me adentro en territorio peligroso y pudiera no salir indemne de la aventura.

El feminismo actual, que antaño fue un gran aliado de la emancipación de la clase trabajadora porque la gran mayoría de las mujeres pertenecían por activa (trabajadoras ocupadas) o por “pasiva” (integración en la clase desde la familia) y porque comprendían bien que la primera y principal opresión es la explotación que sufría esta clase social, ha pasado a ser uno de sus grandes enemigos. Tranquil@s, no se me amontonen ni empiecen a encender las antorchas y a sacar las horcas, que me explicaré. Luego ya, si eso...

Si Alexandra Kollontai, Rosa Luxemburg y Clara Zetkin, entre otras revolucionarias marxistas, enfatizaron sus diferencias con el feminismo burgués y la emancipación de las mujeres trabajadoras dentro de la lucha de la clase a la que pertenecían, así como la defensa frente a opresiones que como mujeres sufrían, pronto aparecería una categoría destinada a romper el eje de la clase para unificar la lucha de las mujeres más allá de la de clases primero, al margen de la de clases después y finalmente hoy, aunque no siempre de un modo explícito, contra la lucha de clases, o mejor dicho contra la lucha de clases desde el lado de la trabajadora. Me refiero al concepto de “género”. Si la “clase” era para las mujeres marxistas el elemento unificador de su lucha, con sus particularidades propias, para las feministas “postmarxistas”, “marxistas” vergonzantes, no marxistas y abiertamente antimarxistas lo sería el “género”.

A partir de la idea de que “el género es una construcción social” o, en palabras de Simone de Beauvoir, “no se nace mujer, se llega a serlo", se estaba deslizando sutilmente la dualidad mujer-hombre que, con el tiempo sustituiría, en forma de guerra de sexos, a la lucha de clases.

De ahí a aceptar manifestarse los 8 de Marzo bajo el lema del Día de la Mujer, y no de la Mujer Trabajadora, hablar de romper “el techo de cristal” para que las mujeres burguesas puedan tener su cuota de directivas y empresarias en la explotación del trabajo asalariado de mujeres y hombres, de “sororidad” entre mujeres, independientemente de la clase social de unas y otras; “sororidad” que acaba siendo sometimiento de la trabajadora a la burguesa, so pretexto de solidaridad de género, solo hay una serie de pasos que se han ido dando uno detrás de otro. El gobierno progre del PSOE, con apoyo podemita ha dado uno más: el de elevar a mujeres a puestos directivos en empresas capitalistas para que puedan explotar tan a su gusto a la clase trabajadora como cualquier hombre, que es así como los progres entienden la igualdad.

Ya hemos entrado en la dinámica de la sospecha sobre el hombre. Las redes sociales, las principales movilizaciones de los últimos tiempos se centran en el hombre como enemigo de la mujer. Lo más amable que se lee desde ciertos ámbitos del feminismo es la consideración de “señoros” hacia los que las de las antorchas consideran que lo son o de “machirulos” y de “comumachos” a los hombres comunistas que les reprochan su olvido de que hay explotación laboral de la mujer y el hombre más allá de la opresión. A las mujeres que piensan lo mismo las consideran unas manipuladas por sus camaradas hombres. La propuesta de que en el último 8M los “aliados” masculinos, los de “por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa”, fueran en un lugar diferenciado y alejado de los principales lugares del cortejo manifestante ya indicaban hasta qué punto ese sentimiento de “pecado original” debía estar presente entre ellos.

La gran trampa que en el presente nos han tendido a hombres y mujeres es que nos hagamos la guerra. Nos dividen, de entrada, al 50% y luego siguen dividiéndonos en miles de identidades fraccionadas. La especie humana tiene ante sí enormes desafíos, que son comunes a mujeres y hombres. De entre esos combates, la lucha contra desigualdad económica es para ambos, salvo para la oligarquía, la gran amenaza que conjurar.

5.-DEL FEMINISMO DEL GÉNERO A LAS PEORES MANIFESTACIONES DE LA CUARTA OLA FEMINISTA
El conflicto latente que ocultaba la idea de género es que, al centrarse de un modo tan acentuado en un concepto de feminismo y de mujer, había de encontrar en el hombre y lo masculino su oponente. Inevitablemente toda esa construcción se iba a acabar por deslizar la pretensión hacia nuevas fragmentaciones, dentro del propio feminismo. Ahí aparece ya la construcción personal del “yo” con proyección narcisista.

Todo ello hasta el punto se que el el supuesto“feminismo” guerrero más joven ha construido La idea de que “lo personal es político”. Existen personajes como “Barbijaputa”, colectivos como “El Coño Insumiso”, ejemplo de vulgaridad, Píkara Magazine o las múltiples jóvenes feministas para las que contarnos sus disfrutes de un polvo en redes sociales forma parte de la revolución femenina. Se desplaza la lucha de lo colectivo hacia lo íntimo al modo de “follar con empatía”, como reivindica la podemita Beatriz Jimeno (con su obsesión de la perspectiva de la sexualidad masculina como violación) y sobre lo que ironizaba no hace mucho, por su moralina, otra autora en la revista digital CTXT.

Estamos ya en la fase del feminismo “Sálvame de Luxe” y del “Hombres y Mujeres y Viceversa” (HVM). La comedia burguesa con sus cuernos e infidelidades era menos chabacana que toda esta exposición de picores en la entrepierna que el feminismo histórico no pidió cotillear.

Si en el pasado lo personal era el derecho a la privacidad, en los tiempos de la “ventana indiscreta” de las redes sociales la reivindicación del narcisismo conduce a mostrar las tetas en un avatar o presentarse como objeto sexual pero negando serlo y reivindicando el derecho a no ser tratada como tal o en ver en cualquier hombre a un violador potencial. Hay Manadas repugnantes y que avergüenzan a cualquier hombre con un mínimo sentido de humanidad. Pero el MeToo con antorchas y horcas llenas de ganas de abrirse paso hacia un éxito rápido profesional o político de las promotoras no es el camino. 

La heroína, en tiempos de “youtubers”, de “influencers” y de la búsqueda de la notoriedad no es la permanente proletaria, nueva por su capacidad de hacerse voz colectiva, como las Kellys o pronto a lograrlo como las trabajadoras domésticas, sino la joven con antecedentes de colegio de monja, familia católica y misa dominical que se sacó oportunamente una teta en la capilla de la Universidad Complutense y acabó, por su “valentía”, siendo la portavoz del Ayuntamiento de Madrid, previa petición de perdón al arzobispo de Madrid, y que se autodefine como “partisana”; un bonito modo de insultar la memoria de las mujeres que en la lucha antifascista del siglo pasado se jugaron la vida, perdiéndola en muchos casos.

En esa manifestación de la construcción del yo narcisista femenino, revestido de un aparente nosotras, tienen particular significado expresiones que, si ustedes tienen especial interés, pueden consultar. Por mi parte, no hago promociones del género contra género:
  • Androcentrismo
  • Comumacho
  • Discriminación indirecta
  • Heteronormatividad
  • Interseccionalidad
  • Invisibilización y visibilización
  • Islamofobia de género
  • Machirulo
  • Mansplaning
  • Manterruption
  • Micromachismos
  • Racializar
  • Sororidad
En cualquier caso, dentro de la cultura feminista admito que me pierdo en terminologías más complejas como la de “menstruación sostenible”. Ignoro si lo de sostenible se refiere a materiales de higiene íntima femenina reciclable o a sistemas de achique con válvulas de regulación. En cualquier caso, sobre la “menstruación sostenible” se organizan talleres (previo pago, por supuesto). El último ha sido el 2 de Julio pasado. Si se lo perdieron, lo siento por ustedes porque en este caso era en un barco velero muy “cuqui”.

Pero en el feminismo de la cuarta ola siempre habrá alguien que vaya un paso más allá. El último es el de la propuesta de renombrar las partes del cuerpo femenino, dado que fueron designadas por hombres.

Tengo la sospecha de que el movimiento feminista está alcanzado sus últimos “éxitos”, si así puede llamarse a los de los últimos tiempos, de que a partir de aquí todo se va a volver mucho más difícil para él, de que va a ir apareciendo un creciente rechazo hacia lo que significa ser feminista e incluso mujer. Creo que su propia desorientación, desde que abandonó la perspectiva de clase y se adentró en la de genero, le conducirá a una serie de derrotas consecutivas que pagaremos mujeres y hombres porque lo afectado será, una vez más, la idea de progreso social, humano, político y, por supuesto, económico, una vez que el propio movimiento feminista se adentró en sus zonas oscuras.

En más de una ocasión he sospechado que posiblemente haya una ultraderecha misógina, escondida bajo ciertos perfiles en redes sociales y hasta en páginas progres que pudiera estar jugando a hacer retroceder la emancipación de la mujer. Digo esto porque la combinación de perfiles más o menos anónimos con la grosería tan alejada de la realidad de la mujer trabajadora y de sus necesidades reales, me hace sospechar un fin: ridiculizar al movimiento feminista. Y creo que lo están logrando con creces con la ayuda del actual.

El sacrificio de tantas mujeres en defensa de su liberación a lo largo de tantos años está quedando en un ridículo injusto pero bien organizado por sus enemigos.

La pregunta que hago no es por quién, ni al servicio de quién sino por cuánto.

6.-EL ARCOIRIS CON TODOS SUS COLORES Y OTROS NUEVOS: LA FAMILIA CRECE
El movimiento LGTB (lesbianas, gais, transexuales y bisexuales) se ha ido convirtiendo en LGTB+, con la incorporación de nuevas orientaciones sexuales e identidades de género. Ha pasado ya por el añadido de “intersexuales” (I) y “queer” (Q). Lo último es el colectivo de los “pansexuales” o “poliamorosos” (P) y los “asexuales” (A). Tendríamos, de momento, un sumatorio LGTBIQPA. Pero en la práctica, la denominación consensuada dentro del movimiento parece ser la LGTBI. Los otros grupos están a la espera de “inclusividad” por adición.

Pronto el teclado QWERTY del ordenador se quedará corto. A este paso, y dado, que dentro del movimiento hay personas que consideran que pertenecen a varias identidades, podríamos llegar fácilmente a 6 docenas por individuo.

El “heteropatriarcado”, derivado de lo “heteronormativo” es una de las principales fobias del lesbianismo desde la crítica a lo hetero o a lo que llaman “cisgénero”, porque aunque supuestamente se refiere con este segundo término a hombres y mujeres heterosexuales, es con el hombre heterosexual su guerra, no con la mujer heterosexual.

Nada que oponer a los fantasmas y las fijaciones personales de cada un@ pero cuando se está condenando el llamado“heteropatriarcado” tengo la sensación de que hay quienes intentan sustituirlo por un “lesbomatriarcado”. Sería bueno que se explicite abiertamente para que todos sepamos cuáles son las posiciones que mantenemos sobre lo que algun@s definen como un determinado sistema de dominación de género y sexual y cuál es la propuesta concreta de liberación de género y sexual de quienes afirman vivir dominadas bajo el heteropatriarcado.

Y a partir de aquí en lo que ya no entraré es en la terminología al uso porque necesitaría unas jornadas de formación específica para las que no me siento suficientemente capacitado:
  • Androginia
  • Binarismo de género
  • Disforia de género
  • Género fluido
  • Heterocentrismo
  • Heterosexismo
  • Intersexualidad
  • Outing
  • Questioning
  • Reasignación de sexo
  • Queer
  • Terf
  • Transfobia
  • Transgénero
  • Transmisoginia
  • Victimización
Dentro de la categoría del absurdo, una de las aportaciones trans a la neolengua es la de ir un paso más allá que el feminismo de la “cuarta ola” en el “lenguaje inclusivo”.
Desde el feminismo tuvimos la neolengua origninaria, tan respetuosa del género, del Lehendakari Ibarretxe con aquello de “los vascos y las vascas”, tan del gusto de nuestros progres de IU de entonces. Luego llego la @. Después la terminación en “x” (por ejemplo “ciudadanx), puesto de largo por los agitamanitas del 15M, y por fin el femenino como inclusivo de ambos sexos, géneros y diferencias sexuales (ejemplo reciente la adopción del femenino en la coalición progre “Unidas Podemos Izquierda Unida Equo”...y de la Santísima Trinidad. Ahí va, que no es bastante inclusivo.

El entorno trans ha dado un paso adelante para no molestar a nadie e incluir inclusivamente la inclusividad inclusiva de un coro de identidades y géneros en un solo dios verdadero: la terminación en “e” como elemento que nos aúna transversalmente, como un espeto, a todos (los heteros, los gais, las lesbianas, los queer, los trans, los sexualmente reasignados y los cien mil hijos de San Luis). Ejemplos concretos “niñes”, “ministres”, “alumnes”, “chiques”,...¡Mis vaques!

Pero la neolengua LGTBIQ no puede ocultar ni su derechización, ni su mercantilización, ni el modo en el que este movimiento ha permitido y sido cómplice de su instrumentación, al favorecer, y convertirse en parte de un inmenso negocio. El ejemplo más claro lo tenemos en cómo cómo se organiza la esponsorización del Orgullo por parte de marcas capitalistas lo tenemos aquí). Algo a lo que se refirió en su día el desaparecido Shangay Lily cuando hablaba de gaypitalismo y de las mafias que estaban convirtiendo el movimiento en otra cosa. A Shangay le recuerdo haciendo sus mariconadas en cualquier cosa que a él le oliera a contenido de clase. Y eso para ser alguien que venía del zapaterismo hacía de él un ser maravillosamente solidario y tierno.

Al capitalismo le viene bien toda diversidad e igualdad que no toque a las relaciones sociales de producción, a la propia esencia del poder capitalista y al beneficio empresarial. De hecho, en muchos casos puede beneficiarlos. De ahí que muchos la promuevan. Si en el pasado, la gerencia empresarial promovió la cogestión como forma de pacto social y de clima laboral “satisfactorio” hoy lo hace con el feminismo y con el movimiento LGTB+. ¿Que ello mejora su integración laboral? Por eso también peleamos todos los solidarios. Pero me pregunto si esa es toda la reivindicación que la cuarta ola feminista y el movimiento LGTB+ plantean para sus “miembras” o “miembres” de clase trabajadora.

7.-VEGANOS, UNA SECTA REALMENTE PELIGROSA
En 1978 conocí a un sujeto que decía defender “los derechos humanos de los animales”. Era un pobre gilipollas. No es que me lo pareciera.

Independientemente de que nunca he creído en los derechos humanos porque se invocan como si fueran algo heredado e inamovibles y no partes de un proceso histórico de luchas, es evidente que entre la expresión “derechos humanos” y “animales” había, al menos, una pequeña contradicción.

Para asumir que existen derechos de los animales hay, como poco, que tomar en cuenta que estos son “concedidos” desde la parte humana. Uno se pregunta cómo es posible hablar de “igualitarismo” cuando no lo somos desde el momento en que esa igualdad parte de un lado racional que no expresa la parte animal. ¿Cómo es posible que se olvide el hecho de que unos anmales se comen a otros? Cuando determinadas categorizaciones, como derechos e igualdad, son trasladadas desde el lado humano al no humano es como preguntarse por cómo interpretarán las águilas el comer ratones. Algo propio de imbéciles.

En la cadena trófica, a la que el ser humano pertenece y transforma con su acción, igual que los demás animales, los omnivoros comen, además de vegetales, carne. El ser humano también desde tiempos inmemoriales.

No se trata, como pretenden los animalistas y los veganos, de que los seres humanos, al alimentarnos también de carne (les encanta enfatizar la muerte llamando cadáver a un pollo asado) seamos criminales, violentos o terroristas, términos con los que estos sujetos nos definen. Simplemente es un hecho que necesitamos la carne entre los demás componentes de la dieta. Son múltiples los casos de veganos fundamentalistas que recaen en ella seducidos por su olor, sabor o por los efectos sobre su salud de la ausencia de la misma en su dieta.

En cualquier caso, celebrar que un león se haya comido a tres cazadores furtivos, que no eran blancos europeos que van vivir la experiencia de un safari, sino gente pobre que sobrevive cazando para otros, como han hecho muchos animalistas y veganos, es propio de seres desnaturalizados, de enfermos mentales que deben ser tratados en clínicas, ya que su psicopatía les lleva a empatizar antes con animales no racionales que con seres humanos.

Introducir un sesgo moral ante la necesidad de alimentarse por omnívoros como el humano es beatería absurda y un cinismo propio de quienes no les importa tanto los “derechos” (una construcción humana) de los animales como su deseo de autoproyección ética superior frente a los demás.

Algo muy distinto es el provocar en el sacrificio de los animales un sufrimiento innecesario y que puede ser reducido, casi siempre, de un modo muy notable.

No, señores animalistas y veganos, no. No estoy hablando de algo paralelo a la pena de muerte de seres humanos, algo abyecto, por cuanto tiene de venganza. Me estoy refiriendo a algo tan básico como la necesidad de comer el león a la gacela, el gato al ratón (ah no, que el suyo está amaestrado, capado y es casero. Vaya con la libertad animal) o el pulpo a pequeños peces. Y no, no estoy trasladando una necesidad biológica, la de alimentarse, al darwinismo social, que sí que tiene connotaciones criminales porque dañar a otro ser humano para enriquecerse uno no es una necesidad sino la opción del carente de escrúpulos.

Que seamos seres con conciencia no es motivo para que cambiemos una dieta que tiene cientos de miles de años, que se ha mantenido, por algún motivo que la inteligencia de ustedes no alcanza a comprender, desde la etapa cazadora del ser humano a la de la agricultura y la ganadería, pasando por la recolectora, pero que no ha variado en su combinación de lo orgánico vegetal y lo orgánico animal.

Ustedes pretenden presentarse como seres de paz y armonía entre todas las especies animales, las vegetales, que engullen (buena parte de ustedes como sacrificio y con asco) y hasta las musarañas, piedras y aire que respiran. Les pongo dos ejemplos de este cuelgue del que que se alimentan:

que nos permitirán crear un mundo basado en la conexión en lugar de la dominación, en mundo en el que los seres humanos se relacionen con todas las criaturas del mundo —cada roca, cada gota de lluvia, todos nuestros hermanos cubiertos de plumas y de pieles”

Quiero una rendición de cuentas completa, quiero ir mucho más allá de los alimentos muertos que servimos a la mesa. (...) Quiero saber lo que le ha ocurrido a todas las especies —no solo a los individuos, sino a la especie en su conjunto—, lo que le ha pasado al salmón real, al bisonte, al gorrión sabanero pechileonado y al lobo. Y no me contento simplemente con saber el número de muertos y de desaparecidos. Quiero que vuelvan”.

Estas dos citas son parte de una entrevista a Lerri Keith, una exvegana que, a pesar de expresar la borrachera propia del amor sensible y universal que da el éxtasis líquido o flash, habla desde lo que ha vivido y conoce. El relato sobre su experiencia vegana durante 20 años no es demasiado compasivo . Tampoco en lo relativo a la salud.
En cualquier caso, por mucho que ustedes, “señores” , recurran a su propia jerga de neolengua con palabros del tipo
  • Antropocentismo
  • Biocentrismo
  • Carnismo
  • Crudivorismo
  • Especista
  • Explotación animal (hay un figura que dice que “los animales son parte de la clase obrera”, con lo que insulta a ésta, hace de izquierdista y no explica la plusvalía extraída a una vaca)
  • Frugivorismo
  • Neobienestarismo
  • Ovolactovegetarinismo
  • Sintiencia
es evidente que son una secta. Y de las peligrosas. 

Entre vuestras grandes hazañas, la de que google haya eliminado el huevo del “emoji” de la ensalada para contentaros .Este logro para tarados, es una de las vías mediante las que acabáis mentalmente perjudicados.

Entre vuestras miles de estupideces la de considerar que los huevos “son la regla de las gallinas”. Oiga, y no es la opinión de un francotirador vegano sino de una eminencia dentro de su secta

Figuras: cuando acabe este artículo me voy a hacer una tortilla de cuatro (4) reglas de gallina con cebolla porque otra cosa es un pegote.

8.-LA NEOLEGUA PRETENDE DEBILITAR EL PENSAMIENTO E IMPONER UN TOTALITARISMO ELITISTA.
Cuando un movimiento social emplea intencionadamente un lenguaje rebuscado y complicado de entender, empleando conceptos que pueden ser expresados de un modo más comprensible y menos críptico, es evidente que, lejos de enriquecer el pensamiento, lo que pretende es debilitarlo.

El constante recurso a la formación de términos mediante contracción, mucho más que de derivación, entre estas corrientes de fabricantes de “neolengua” pretende crear una sensación de cientifismo. Hoy sabemos que la neutralidad ideológica que durante tanto tiempo se asoció al concepto “ciencia”, procedente de las llamadas “experimentales” (física, química,...) y que las llamadas “sociales” intentaron durante tanto tiempo emular, tomando de las primeras conceptos prestados, es una quimera o, mejor aún, una falacia porque el investigador es un sujeto en proceso que afecta a la propia investigación y a sus resultados y que, a su vez, es afectado por ésta.

Sin embargo, todo ese artefacto lingüistico que emplean estos movimientos posmodernos como el feminismo de cuarta generación, el LGTB+ o los animalista y vegano, no están construyendo categorías de pensamiento que, al ser accesibles conceptualmente a la inmensa mayoría de las personas, puedan ser debatidas y contrastadas. Buscan adictos e incondicionales sin sentido crítico.

¿Recuerdan aquella jerigonza de “1984”? “Crimental”, “doblepensar”, “plusbueno, “dobleplusbueno”, “caracrimen”, “nobueno”,...¿No ven ninguna similitud entre dichas “palabras” y otras como “machirulo”, “comumacho”, “mansplaning”, “transfobia”, “intersexual” u “ovolactovegetarianismo”, por poner solo algunos ejemplos?

Lejos de enriquecer el lenguaje, la “neolengua” es la negación de esa riqueza porque pretende crear un vocabulario sustitutivo de aquél que es asequible en el habla común de las personas y, puesto que pensamos con palabras, empobrecer el pensamiento.

Merece la pena, independientemente de la consideración ideológica que le demos a la obra y su propio autor, reproducir algunas frases de Syme, el colega de Winston Smith en el Ministerio de la Verdad de la novela 1984, en su conversación con el segundo.

La decimoprimera edición es la definitiva —dijo—. Le estamos dando al idioma su forma final, la forma que tendrá cuando nadie hable más que neolengua. Cuando terminemos nuestra labor, tendréis que empezar a aprenderlo de nuevo. Creerás, seguramente, que nuestro principal trabajo consiste en inventar nuevas palabras. Nada de eso. Lo que hacemos es destruir palabras, centenares de palabras cada día. Estamos podando el idioma para dejarlo en los huesos (…)

¿No ves que la finalidad de la neolengua es limitar el alcance del pensamiento, estrechar el radio de acción de la mente? Al final, acabaremos haciendo imposible todo crimen del pensamiento (...)

Hacia el 2050, quizá antes, habrá desaparecido todo conocimiento efectivo del viejo idioma. Toda la literatura del pasado habrá sido destruida. Chaucer, Shakespeare, Milton, Byron… sólo existirán en versiones neolingüísticas, no sólo transformados en algo muy diferente, sino convertidos en lo contrario de lo que eran.”

9.-LA GUERRA CIVIL ENTRE LAS TRIBUS INDIAS
En el mundo de lo que ya ni siquiera pertenece al reformismo, de lo que es más de lo mismo dentro del menú ideológico del liberalismo progre, pero con talante y algo de pomada, pronto aparece la crítica. Es la de quienes beben de la misma fuente.

Bicicleteros que se ofenden con Carmena porque los carriles-bici no son lo bastante amplios o porque se los han construido en medio de las vías de transporte de transporte habituales. Progres que esperaban una mayor financiación de las asociaciones de vecinos (la idea de autoorganización no entra en sus mentes), participantes en unos proyectos “participativos” que se decepcionan de la democracia “participativa” dentro del capitalismo pero que creen que se puede cambiar “su” realidad utópica, no la de la clase trabajadora, dentro del mercado de marcas electorales, gente que dice ser muy “revolucionaria” pero que lo ha fiado todo al voto,...Mujeres que tienen, dentro de su identidad feminista una guerra con las transexuales porque consideran que no pueden participar de su lucha, dado que antes eran hombres. Trans que consideran que están siendo doblemente maltratadas, por la sociedad y por las mujeres que niegan la empatía humana suficiente para consideralas unas de las suyas. Feministas a favor del porno y la prostitución como Amarna Miller contra feministas que están en contra. Gais a favor de la paternidad mediante la compra de vientres de alquiler contra feministas que se oponen a ello. Veganos que tienen mucho que reprochar a los partidarios del bienestar animal e incluso, según los sectores, a los del neobienestar y a los ovololactovegetetarianos y a los vegetarianos en general. Mujeres trabajadoras que se niegan a ser siervas de mujeres burguesas porque no pertenecen a la misma clase, ni padecen las mismas situaciones, ni se sienten arropadas por un movimiento que ya no las emancipa ni como clase ni como personas (porque no se reconocen en El Coño Insumiso ni en Barbijaputa), porque no va con ellas.

Prisma de mil caras que no se encontrarán, cruce identidades en la que solo importa la diferencia y el desencuentro, guerra civil de todos contra todos, caos, solidaridades cada vez más excluyentes, soledad como destino final y frustración dentro de ella.

Menos mal que hay quien busca tender puentes, como ese ser de luz llamado Ruth Toledano que propone una transversalidad creadora:

Creo que el luto no es completo, que incluso es falaz, si no se refiere a todas las víctimas de la violencia de los sanfermines. La mujeres violadas y los toros asesinados”. (Merece la pena que lean todo su “artículo” para comprender de qué va cierto feminismo) Vamos que para este faro de la inteligencia universal e inclusiva, la mujer, y más concretamente la mujer violada, es...¡como un toro!, que diría Jesulín de Ubrique. Yo, si fuera mujer, me sentiría francamente ofendida. Incluso como “señoro comumacho" me siento insultado por tal comparación pero ¿qué sabré yo si soy un “machirulo”?

Esa es la consecuencia de haber abandonado lo que nos une a tantos, mujeres y hombres, heteros y gais/lesbianas, trans y feministas, veganos y omnívoros. La creciente atomización de una lucha que nos conduce a consumirnos a nosotros mismos.

Cuando el fascismo, el de verdad, no lo que la mayoría llamáis fascismo, llegue, cuando sintáis sobre vuestros rostros sus botas, quizá algunos empecéis a preguntarnos el porqué y el para qué de tanta “diversidad” promovido por “activistas” e “influencers” a sueldo de los que algunos hace tiempo denunciamos, a los que habéis estado aplaudiendo hasta con las orejas, que no nos enriquece sino que nos debilita, separa y enfrenta.

10.-CONCLUYENDO
El camino que habéis escogido quienes elegísteis los identitarismos o “lo nuevo” solo nos conduce a las microfracciones del todos contra todos. No veo en qué puede ganar cada corriente cuando dentro de ella cada vez hay más que divisiones. Podéis venderlo como diversidad pero, en realidad, es fraccionamiento, bronca y tendencia a la derrota por vuestra locura hacia la separación de la gran mayoría, la conformada por mujeres y hombres explotados por el capitalismo.

Habéis hecho ya la principal tarea: convertir todas las identidades en un conjunto de egos inútiles para la acción pero capaces de sembrar la división entre quienes sufren el poder del capital. Sois esparcedores de la estupidez humana. Pero vuestro tiempo se agota. Vuestra tarea está ya a punto de cumplirse. Pronto estaréis amortizados.

Cuando el capital deje de daros apoyo, veréis que hay un hoyo muy profundo entre los relatos que habéis reproducido de vuestr@s referentes y la realidad:

Esa distancia se concretará de varias maneras:
  • La de que vuestros mensajes tienen menos difusión. Si eres uno de esos “influencers” vigentes o en proceso, te quedarás con la brocha en el aire.
  • La escasez de recursos económicos hacia tu movimiento o secta en particular.
  • La sensación de estar transmitiendo un discurso sin destinatario y encerrado en el ego de vuestros emisores
  • El descubrimiento de que quien hablaba por “vosotres” no era más que una caterva de “niñates” que vendía el humo de su propio deseo de brillar.
Algo inventará el capital en sustitución del papelón que habéis ejercido como señuelos que poner delante de los ojos de los explotados y oprimidos. Pero deberá esforzarse en lograr una mentira mejor que vuestra prostitución

Entonces será el momento de mantener la memoria sobre vuestro papel pasado. Y de tener claro que, con vosotras/”vosotres” se puede hacer camino, pero teniéndoos de coche escoba y chupando rueda, que dicen en el ciclismo.

La única opción que no engaña es la que te pone ante tus ojos la condición de la clase a la que perteneces, sea tu identidad la que sea, y la que te lleva a decidir si eres complaciente con las justificaciones que te inventas o víctima consciente de un sistema de explotación

16 de enero de 2018

LA NECESARIA, Y DESEABLE, DESAPARICIÓN POLÍTICA DE LA IZQUIERDA (LOS PROGRES)

Por Marat

Hablo de desaparición porque muerta ya está. Solo que, como los zombies, no lo sabe.

Aclararé porqué creo que es una necesidad perentoria la desaparición política de lo que tantos se empeñan en llamar la izquierda y que prefiero llamar progre-liberales, porque eso es lo que son en la práctica.

Son progre-liberales porque autodefiniéndose como izquierda (desde la radical de Syriza, hasta la transversal que ya no se reconoce en el concepto, o al menos no hasta hace dos años, como Podemos, pasando por el PSOE, que dice ser de centro-izquierda o por IU, que se autodenominaba hace tiempo como izquierda transformadora), allá donde han gobernado esas corrientes políticas lo han hecho traicionando sus programas (Syriza y el PSOE), aceptando la lógica de la austeridad del gasto, la privatización de la gestión de servicios municipales (el caso del Ayuntamiento de Córdoba no escapa a esta pauta) y la pérdida de soberanía de la institución en la aplicación del gasto (caso de Ahora Madrid en el Ayuntamiento de la capital de España). Conjugan una retórica progresista, o más o menos de izquierdas, con una gestión que no es transformadora en sentido progresivo sino en mayor o menor grado liberal o, en el mejor de los casos social-liberal (sometimiento a la lógica del capital conjugado con un clientelismo por cuotas o colectivos sociales, que no por clases).

Y aquí no vale el consabido “esos no son de izquierdas. La izquierda es otra cosa”.

Lo que aún se empeñan en llamar muchos izquierda es plural y conforma un mundo complejo en el que están desde progresistas, hasta quienes confunden República con izquierda, cuando el republicanismo es ideológicamente polimorfo, pasando por ideas de izquierda difusa, socialistas y socialdemócratas, algunas corrientes libertarias que se sitúan dentro de dicho espectro o quienes confunden ideología comunista e izquierda. No voy a volver sobre este último punto, ya que lo he explicado en artículos anteriores. En cualquier caso, ésta es una simplificación porque estamos ante una categoría no solo política sino también, y muy especialmente, sociológica, dentro de la cuál influyen aspectos de tipo cultural e incluso otros sujetos a las tradiciones políticas de cada país.

La tendencia a negar que sea izquierda lo que en la práctica es ésta bajo la aceptación tácita o expresa de las condiciones de juego del parlamentarismo burgués es algo tramposo porque elude la aceptación de la autocrítica sobre la práctica política y tiende siempre a descargar en el resto de las corrientes, salvo en la propia, la carga de la prueba.

La izquierda es lo que es, lo que quienes se definen tal creen ser y lo que la práctica política hace de ella y de ellos mismos. Aquí la normativa no vale. “Es en la práctica donde el hombre tiene que demostrar la verdad, es decir, la realidad y el poderío, la terrenalidad de su pensamiento. El litigio sobre la realidad o irrealidad de un pensamiento que se aísla de la práctica, es un problema puramente escolástico.” (Karl Marx. II Tesis sobre Feuerbach). Y en la práctica, la izquierda ha sido, en el mejor de los casos, honestamente socialdemócrata y, casi siempre, cómplice legitimadora del sistema capitalista. En el pasado con una posición monjilmente bienintencionada pero con una cierta perspectiva de clase. Hoy ya directamente negadora de la idea de clase, afirmadora de un ciudadanismo de derechos políticos y sociales demandados al Estado, como si éste fuese un aparato neutro dentro de una sociedad de dominación capitalista, a pesar de la ocultación, dividida en intereses opuestos. En cualquier caso, reivindicaciones hoy absolutamente desligadas de una perspectiva de clase en el marco del escenario de la producción capitalista en el que se produce la explotación, siempre asociada a las relaciones sociales de producción asalariadas.

Para la izquierda más consciente lo que los comunistas que, repito, no somos izquierda, llamamos explotación es salario digno -es decir, legitimación de la explotación nacida del plustrabajo, que se convierte en plusvalía-, justificando a sus ojos el trabajo asalariado, ligado siempre a la explotación. Lo que para los comunistas es sobreexplotación -horas trabajadas no pagadas ni declaradas por el patrón, incremento de la carga de trabajo y de la intensidad del ritmo de producción, etc.- es lo que ellos llaman simplemente explotación.

Para una parte de ese sector más consciente de la izquierda, lo opuesto a la desposesión de las conquistas sociales no es una sociedad socialista -quizá sí como liturgia nostálgica, no como proyecto real- sino la “democracia”, sin adjetivos (al menos en el pasado, cuando en su fuero interno su aspiración era el modelo nórdico la apellidaban democracia socialmente avanzada, pura socialdemocracia). Pero la democracia sin más connotaciones es lo que hay, democracia burguesa, mera representación de simulacro democrático en la esfera exclusivamente política. Y eso con limitaciones notables.

Para la menos consciente de lo que se llama la izquierda, y que en gran medida coincide con la práctica política de sus organizaciones, la perspectiva de clase es inexistente en sus postulados. La apelación a una política autónoma desde la clase trabajadora y para la clase trabajadora ha sido sustituida por la inclusiva ciudadanía o los términos pueblo o gente. Los dos primeros representan un concepto muy similar, que se triangula con la práctica totalidad de la nación, a partir de la Revolución Francesa. El discurso de la izquierda tiende a negar, dentro del todo ciudadano/gente/pueblo, la existencia de clases sociales con intereses antagónicos entre sí.

Pero si ambas izquierdas, la más cercana a las tradiciones de la socialdemocracia histórica, o con algunos rastros, casi del todo apagados, de conciencia de clase, y la ciudadanista, ya sin pudor interclasista e integradora en el sistema, son una evidencia de su papel en el marco de la democracia capitalista, su infección por la cultura política liberal post68 ha producido su plena degeneración. 

Entre buena parte de esos sectores menos conscientes y entre un sector creciente de los más concienciados sobre la clase, dentro de quienes se revindican de izquierda, ha calado de manera profunda, sin que atisbemos a adivinar en dónde acabará su descomposición en permanente metamorfosis, el relato posmoderno de las múltiples identidades que se fracturan en otras menores, chocando progresivamente unas con otras en antagonismos crecientemente acelerados. Dentro del feminismo, puede haber escaramuzas, más aparentes que reales entre el feminismo de la corriente hegemónica, la del “genero”, con el llamado “feminismo de clase”; la identidad etno-religiosa puede chocar con la feminista, la feminista con la transexual, como está empezando a suceder en determinados foros y ambientes, un sector de la homosexual masculina con “las locas”, determinados sectores del ciudadanismo con el nacionalismo crecientemente identititarista; entre los ecologistas, los decrecentistas frente a los partidarios de la economía sostenible; los veganos considerarán impuros a los vegetarianos, y así hasta la extenuación de un proceso hacia más identidades que personas que se identifican con ellas. Es el todos contra todos.


Esta izquierda, que ya se ha reconvertido literalmente en progre-liberal, desprecia a la clase trabajadora, de la que solo se acuerda para hacerle guiños elípticos en períodos electorales, mientras sus mediocres pseudointelctuales posmodernos la insultan y acusan de reaccionaria, al descubrir que no es como la habían fantaseado, sin asumir que son unos y otros quienes la han traicionado y no la representan.

El proceso acelerado de descomposición del cadáver de la izquierda, que da lugar a una ruptura metabólica en formas múltiples de degradación ideológica, se origina en la ruptura política respecto a la base social y material en la que se asienta. Al alejarse de la producción, la izquierda negó la lucha de clases, nacida de la realidad del trabajo asalariado que muestra la contradicción entre el carácter colectivo del trabajo y la apropiación individual del beneficio por el capital.

Frente al eje vertebrador de la clase como elemento que aglutina a la mayoría social de los asalariados, e incluso de otras formas contractuales derivadas de la desregulación laboral de la fase capitalista actual, como las del falso autónomo o el autónomo dependiente, lo que se ha producido es una involución ideológica, patrocinada y fomentada por la izquierda (a partir de aquí progres), que se fragmenta en miles de identidades, cada vez más individualizadas y contradictorias entre sí, sin que existan elementos trasversales, por mucho que se predican, que les aglutinen en una suerte de frente común. Es el paradigma de la individualización liberal.

Si estos argumentos no bastaran para explicar la muerte y desaparición de la izquierda, el asalto progre a la razón, la renuncia de la herencia de la Ilustración, al análisis materialista de la realidad social y a la ciencia amplian el escenario de su degradación. Es lo que podríamos bautizar con el nombre del progre Pachamama.

Se ha vuelto un reaccionario. Desconfía abiertamente del pensamiento y el progreso científicos. Se apunta a cualquier cursillo de algún charlatán disfrazado de chamán sobre crecimiento espiritual; le van los cuencos tibetanos; ha descubierto que en la pobreza de la India (siempre la de otros) hay “gran sabiduría” difundida por algún santón de nombre impronunciable, que hasta el año pasado trabajaba en un call-center; está dispuesto a difundir cualquier delirante conspiración de la mafia farmacéutica, siguiendo devotamente a la monja antivacunas; hace saludos al sol en “Cusco”, tras visitar las “Lineas de Nasca”, y busca ávidamente cualquier hierbajo por las tiendas de parafarmacia, aunque a veces lo encuentra en el chino del barrio, tipo la chia. Hace unos pocos años eran las bayas de goji; le encanta la filosofía new age; es un iniciado en el esoterismo y el ocultismo y cree firmemente que el cáncer hay que tratarlo con medicina homeopática. Se ha montado su propia religión mistérica “pret a porter”, a partir de un empacho de sándalo y setas alucinógenas, que le han dejado más pallá que pacá. Entre el reiki, la sofronización, la aromaterapia y las flores de bach pasa la mayor parte de su tiempo libre; algo muy pacífico y compatible con ser jefe de Recursos Humanos en una empresa en la que se abusa de los becarios y raramente se alcanza el tercer contrato temporal; desconfía radicalmente de la civilización y cree en el mito del buen salvaje; sí un día jugó a revolucionario en los fines de semana, porque durante los días laborales tampoco era cosa de ser un héroe y jugársela en el trabajo, actualmente tiene montado un huerto urbano por parcelas de jardineras en la terraza de su casa.

La última estupidez de estos progres Pachamama, versión pijos a lo Silicon Valley, el modelo de empresa “diáfana”, “colaborativa” y “humana”, es el “agua cruda”, un agua que no se trata ni analiza, y que se vende a 6 € el litro, con lo que podrían pillarse un bonito cólera de diseño. Gente guay de la Era de Acuario.



El progresismo practica el doble juego de epatar por la chorrada y la bufonada y sorprender, al incauto y desclasado, con una política directamente de derechas.

Entre las primeras señalaré las relativas a dos medidas tomadas recientemente:
  • Suiza prohíbe cocinar langostas vivas en agua hirviendo” . Se propone en su lugar que sean “aturdidas” por un golpe o bien electrocutadas en su cerebro. No parece que el electroshock sea una medida que respete los derechos humanos de la langosta, aunque sí cabe que pueda curarles alguna depresión severa. Por mi parte, soy más partidario del aturdimiento mediante un disco de Los Pekos.
  • Carmena paga 52.000 euros para un informe de impacto de género sobre el soterramiento de la M-30”. Dejando de lado que, como soy un machista heteropatriarcal, desconozco el término “impacto de género”, me pregunto cómo vincular dicho impacto “de género” y el soterramiento. Y no dudo que ha de haberlo porque, como ha dicho la mente clarividente de la concejal podemita Rita Maestre, "el soterramiento de M-30 tiene por supuesto impacto de género", aunque no ha concretado cuál. Me pregunto si buscará una relación entre hacer deporte en Madrid Río (con la peatonal y de recreo construida sobre parte de la M-30 soterrada) y ver cuál es el porcentaje de empoderamiento femenino que ello aporta o si, directamente, es una traslación de la metáfora sexual de la penetración representada por las escenas cinematográficas de trenes entrando en túneles que alguna mente aberrada puede ahora imaginar con los coches que circulan dentro de la M-30. En cualquier caso, puede que en realidad lo que esté mostrando son posibles corruptelas de financiar a amiguetes del 15-M, como parece sugerir la ampliación de la noticia. Esto ya lo han hecho con anterioridad en un Ayuntamiento tan grande como Alcalá de Henares, uno de los municipios de mayor población de la región de Madrid. De cualquier modo, y tras los recortes sociales que aceptaron de Montoro, tirar el dinero en tal gilipollez, cuando son tan evidentes las necesidades sociales que hay en Madrid en barrios populares y que no son atendidas por este equipo de progres, es del tamaño de la app para encontrar las bolsas de excrementos de perros en los barrios
Entre las segundas, las que no se diferencian significativamente de la política que aplicarían los representantes políticos del capital, cabe mencionar otras dos recientes:
  • La propuesta por Ahora Madrid, y apoyada por el PSOE, de Carlos Granados, uno de los fundadores de la Asociación Francisco de Vitoria, la más ultraconservadora de la judicatura, como director de la Oficina Municipal Antifraude de Madrid. Pero, como fue Fiscal General del Estado con Felipe González, está garantizado su progresismo.
  • Los líos entre IU y Podemos por la exigencia del primero de mayor visibilidad dentro de la coalición, una vez que el segundo pierde fuelle.  Añadamos cómo Carmena ha resuelto la crisis de Sánchez Mato, tras destituirle como concejal de Hacienda y darle el premio de consolación de la concejalía de un segundo distrito (Latina), además del que ya tenía (Vicálvaro). La suma demuestra que resuelven sus querellas internas en claves de intercambio de cromos, sillones y chalaneos que permitan a esta alianza de arribistas sin escrúpulos vivir del erario público, con las mismas malas artes de lo que ellos antes llamaban la “vieja política”. El debate político sobre proyectos no existe porque, además de no tenerlos, son intelectualmente mediocres.
A estas alturas debiera quedar claro que los progres son la quintacolumna contra la clase trabajadora y sus conquistas sociales, a los que han desdeñado mientras se ocupaban de salvar koalas, decidir qué cabalgata podría irritar más al carca del barrio que, en algunos casos, es un pobre desgraciado también explotado, en lugar de organizar a los trabajadores contra el capital, soltar alguna sandez en redes sociales y esperar que el parlamentarismo burgués cayera rendido a sus pies y les entregará al Ibex 35 (el capitalismo para ellos no es más que unas cuantas marcas grandes y no las relaciones patrón-trabajador) atado de pies y manos, como si fuera las murallas de Jericó.

El progre de hoy es el que ha actuado de escudero de un independentismo burgués catalán que, envuelto en su bandera, ha intentado dividir a la clase trabajadora. El progre de hoy, amparado en la ilusión de crear una crisis institucional en el sistema político de la burguesía española, ha recibido el golpe de lleno sobre su propia mollera y de sus organizaciones, tanto en Cataluña como en España. En estos momentos, anda dando vueltas intentando ver cómo se quita la patata de encima. Desde España, pasando la responsabilidad de cabalgar las contradicciones de período aquél del derecho a decidir tan criticado desde dentro y desde los aledaños del partido morado a sus socios de En Común, Podemos ha decidido hacer un mutis por el foro.

Del mismo modo, muchas de esas organizaciones autodenominadas “comunistas” consideraron una obligación “revolucionaria” sustituir la lucha entre capital y trabajo por la lucha entre burguesías centrales y periféricas, esperando convertir un choque de trenes entre conceptos de democracia burguesa enfrentados en una oportunidad para una desestabilización del orden burgués y han acabado por comprobar que ni tocaron un pelo del poder económico y social del capital ni hicieron otra cosa que reforzar su hegemonía política.

A estas alturas que nos autoreivindiquemos quienes avisamos de las consecuencias que tendría el juego de estos sucursalistas del enfrentamiento interburgués carece de sentido. Aquellos que quisieron conocerlo pudieron hacerlo. Como cuando el 15-M o Podemos eran invictus, progres y falsos “commies” y mantenían su dictadura del “proGretariado” contra quienes sosteníamos la eterna bandera comunista de ni guerra entre pueblos ni paz entre clases, en esta ocasión también era duro dar la cara y recibir los insultos de la troupe . Éramos, según esos grandes pensadores de la revolución del nunca jamás, nazbols, careciendo de todo conocimiento teórico y real acerca de lo que significaba tal palabra, e “izquierda tricornio”. Uno de esos partidarios de la tiranía de lo que entonces era “políticamente correcto” dentro de la fauna “izquierdista”, en el sentido que Lenin le dio al término, ha terminado por admitir dónde ha acabado su ensoñación, sin autocrítica alguna, por supuesto.



Aún así, ha sido mucho más valiente, dado que no representa a nadie (es decir a miles de seguidores twitter: nadie y nada en el mundo real) que la fauna progre que se dice de izquierdas y que incluso, en algunos casos, secuestra el término comunista.

No obstante, algún día habrá que analizar cómo la preeminencia del discurso emocional de las patrias ha conducido a que dentro de nuestra clase, y de sectores que se dicen comunistas, penetre la idea irracional, primitiva y nacionalista contra nuestra clase. A día de hoy creo que, como mínimo, hay que combatir contra dos: ésta y ésta. De la segunda diré que entiendo que en la lucha contra el fascismo era necesario desplegar toda energía humana capaz de aplastarlo pero también que emplearla dejó sus consecuencias posteriores y que traicionar la idea comunista de la lucha de clases entonces sigue significando algo hoy.

De la mezcla de una y otra vías, nace una corriente nacionalista, aquí falangista, allí defensora de Pedro El Grande, que hoy se encuentra con una idea de gloria representada en un caso por Blas de Lezo y en el otro por Yuri Gagarin. Pero a las realidades de ambos países, lo que les ha marcado en los siglos que hoy explican su devenir, tuvieron más que ver con los maestros de la República española y con los editores de la revista Iskra, con la primera CNT y con los bolcheviques, a pesar de todas las diferencias ideológicas entre ellos, que con visiones exaltadas de una idea de pueblo que no era otra cosa que la idealización de las élites económicas y políticas que las viejas y nuevas clases usaron en su momento en su provecho.

Quienes hoy aún seguís reivindicándooos de izquierda, progres sin posibilidad de ser otra cosa, porque decís que podéis cambiar algo que merezca la pena (un día discutimos qué merece la pena), asumís que el cambio es que la Iglesia Católica pague el IBI pero nunca la paga cuando gobiernan los vuestros (salen en procesión), defendéis el derecho a la palabra y os parece que irrumpe cuando os ofende. En realidad, no tenéis nada que ofrecer a los trabajadores desde vuestros gobiernos de la nada. Nada que la clase trabajadora recibiera como homenaje o regalo vuestro. Nada que agradeceros y que no hubiera que lograr sin amenaza de huelga o con ella. Como en el caso de cualquier gobierno burgués.

Lo que hoy queda de vuestro paso por los parlamentos, los ayuntamientos y alguna consejería autonómica, es un vacío superior al que dejó Felipe González, padre de los tahúres y engañabobos desclasados. Votar bajo el régimen burgués es casi siempre error. Venís de la estupidez de un Presidente idiota y oportunista, que solo actuaba con encuestas por delante, llamado Zapatero. Sois la consecuencia ideológica del “algo tiene que haber mejor que Aznar”. Pero Aznar solo era un sádico acomplejado. La opción estúpida de un capital que pasaba al ataque sin la sutileza que hoy nos prestan los Macron y los Rivera que ahora tocan. Finalmente, podemitas y progres de IU sois tan inútiles a la idea de “progreso” que ya ha diseñado la burguesía que os habéis quemado sin jugárosla políticamente. Al menos Tsipras tuvo el valor de atreverse a ser un traidor a los trabajadores. Vuestro asalto a los cielos solo es el de la rana que se queda en el charco sin intentar siquiera el brinco que simula acercarse a un gobierno que os atemoriza. Ese gobierno es sucio, es el que vende a los explotados pero, al menos, significa dar la cara. Os habéis rendido al capital antes que os insinuara siquiera la idea de compraros.

Estamos ante el más formidable ataque a las pensiones de todo el período de estabilidad democrática de la burguesía, Unos 600 hombres y mujeres serán la cifra de muertos en accidentes laborales cuando se contabilicen los datos de diciembre de 2017, sin que a casi nadie le importe, porque ni tienen sindicatos que merezcan el nombre ni lobbys mediáticos que se escandalicen por sus muertes y, por supuesto, culpar al capitalismo es más duro profesionalmente que culpar a asesinos individuales. Puedes perder el puesto de trabajo si lo haces. No es moderno. Del mismo modo que no lo es que sepamos que 8 de cada 10 alemanes temen ser pobres por no poder pagar el alto precio del alquiler de sus viviendas. No faltará el idiota que crea que lo mejor es comprarla, aunque quizá no pueda pagarla y acabe perdiendo el derecho a techo. Mientras tanto vemos en España como el gas o la electricidad se comen las subidas miserables de las pensiones o de los salarios mínimos interprofesionales o cómo cada vez más empresas invitan a sus trabajadoras a congelar sus óvulos e incluso ofrecen ayudas para retrasar su maternidad.

No dejan de ser datos cogidos al azar entre los cientos que podrían ser presentados pero que a los progres e izquierdas organizadas parece importarles nada, si no es con el fin de lograr unos una interpelación parlamentaria o una entrada, los extraparlamentarios, en alguna web aún más desnortada ideológicamente que ellos.

Es hora de enterrar los cadáveres. A la clase trabajadora no le le han sido de utilidad ninguno de ellos, ni los progres, ni los que supuestamente están a la izquierda de tal izquierda.

La respuesta de la clase trabajadora no vendrá de quienes la usan para medrar como forma de empleo ni de quienes creen que la respuesta frente al momento político que le afecta sea seguir organizando procesiones, como tampoco antifascismos que degeneran en violencia de tribu urbana y que carecen de vínculo alguno con la clase, allí donde se produce la explotación y hay que pelear en la empresa cada día.

Organizar a la clase trabajadora no lo harán ni de Podemos o sus próximos ex socios, IU, ni los que sacralizaban la mani/concentración cuanto mas marginal mejor. La naftalina y la pose no hacen clase. 

Organizar a la clase trabajadora es otra cosa. Es ser con ella. Escucharla antes de tener la osadía de soltarle la soflama rancia. Ser parte de ella: vivir su propia historia en carne propia. No ser un liberado profesional con sueldo generoso. Entender su propio lenguaje para no decirle tonterías que no entiende ni tiene porqué entender porque es jerga fosilizada. Tampoco idealizarla porque no es cierto que la clase nunca se equivoque. Lo hace y mucho. Pero para que sus miembros más conscientes puedan estar siempre pegados a ella es clave que sepan traducirse mutuamente. Es el militante más comprometido el que debe ser capaz de extraer de la clase la explicación de lo que ésta pudiera llegar a entender por, su liberación. Es ahí donde debe producirse el diálogo entre clase y comunistas como parte de la misma. 

Hoy no existe la vanguardia comunista. Si existiera, el militante que os habla no habría necesitado 8 páginas para aclararse a sí mismo y compartir con otros militantes y con una parte de los sectores conscientes de su clase su búsqueda de conclusiones que algunos trabajadores, incluso escasamente conscientes, obtienen de forma más directa.

La labor de un comunista es captar, como savia del árbol, la esencia de la realidad, pero también la percepción de cada trabajador sobre lo que es para él el trabajo, cómo lo vive, qué deposita en él y sobre cómo se evade de esa realidad, de las miserias, de las cotidianeidades, de las pequeñas y grandes esperanzas de nuestra clase y, pegados a ella, darle vida a su proyección humana más allá de lo inmediato para entender, con ella, qué significa, de verdad, la emancipación del ser humano del reino de la necesidad, nacido de la realidad de la explotación, que el trabajador no “siente” como tal.

A partir de ahí, existe todo un mundo de compromisos diarios, en el curro, en el centro de salud como “pacientes” (nos llaman usuarios, con mentalidad privatizadora), en la escuela/instituto/universidad (donde toque como padres, donde sea como alumnos, siempre que podamos juntos en ambas cosas), en el barrio, cuando peleamos por una cancha deportiva para nuestros hijos o por un parque para andar nosotros, en el centro de tercera edad, porque no hemos muerto y estamos muy vivos y con ganas de decir que las cosas no son así, en...Y tratando de organizar a nuestra clase porque lo que importa no es la victoria inmediata, ni la que pudieran cedernos, sino que los trabajadores sepamos que, si tomamos el poder en los centros de trabajo y en los barrios, el universo es nuestro