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26 de julio de 2023

ELECCIONES 23J, EL PP Y VOX A PASTAR,...DE MOMENTO

Por Marat

La noche del 23J el balcón de Génova 13 mostraba el patetismo de los rostros de sonrisa forzada de unos vencedores derrotados. El intento de expresar unos gestos de victoria por parte de un candidato derrotado en su victoria contrastaba con la cara de mármol de quien ya sólo estaba allí en cuerpo presente. Su mente volaba hacia los días previos a las urnas. La ráfaga infinita de mentiras del primer debate le había golpeado como un boomerang por las televisiones y radios del país. Su incomparecencia en el segundo a tres le había dejado sonado.

Los insultos a lo largo de toda la legislatura por parte de los chicos de la gasolina del PP y VOX, el indigno slogan jo oficial de campaña, y vaya slogan, “que te vote Txapote”, las difamaciones a cargo de los esbirros mediáticos de la derechuza, las amenazas de cárcel contra enemigos políticos y de ilegalización de partidos, la inquina contra las mujeres y los homosexuales, las demandas empresariales de jubilación a los 70-72 años y de endurecimiento para recibir las prestaciones y subsidios de desempleo, despertaron la respuesta de los sectores democrático-formales de la sociedad española que resistieron a la vuelta a la caverna

Resultado, como en el título de la novela de Graham Greene, “el perdedor gana”. Lo hace porque tiene muchos candidatos a ser socios. El escollo de Junts será salvable sin demasiados rotos. Y el ganador pierde porque sólo cuenta con los energúmenos de Abascal y un requeté de UPN.

Como a Consuelo Ordóñez, una señora a la que nada me une en la política, me importa poco quiénes han derrotado a la reacción, que ella llama la indignidad. Lo tiene claro Otegi, que ya ha ofrecido su apoyo a un gobierno alternativo a los facciosos “sin líneas rojas”, un mensaje que ha trasladado a Junts.

Al contrario que los revolucionarios de salón que encontraban más motivos para salvar su virginidad política o que ese grupúsculo que pidió el voto nulo o su escisión que cosechó 16.000 votos en todo el territorio del Estado, no confundo cuál es en el momento presente el enemigo principal y cuál el secundario. El enemigo principal son la reacción y el fascismo. El secundario el socioliberalismo y los progres. Esto lo comprendieron muy bien las miles de personas que la noche del 23J gritaron la vieja consigna de resistencia “No pasarán”.

Digo todo esto a toro pasado porque, si vamos a unas segundas elecciones hay que tener las cosas mínimamente claras. Lo contrario es tan estéril como la del comportamiento del niño de tres años que dice “que se fastidie mi mamá que yo me cago en los pantalones”.

No estaría de más que se pregunten de qué modo ha contribuido su postura a reforzar una posición de clase y a frenar las posibilidades de llegada al gobierno de la reacción y el fascismo.

Al día siguiente de la presentación del programa del futuro gobierno de coalición PSOE/Sumar es el momento de continuar denunciando cada una de las políticas antisociales que haga, de exigir la derogación del Código Penal, de rechazar su reforma laboral y de pensiones, de desenmascarar su falsa política de igualdad,...Algunos llevamos muchos años ejerciendo nuestra crítica a socioliberales y progres y lo seguiremos haciendo, porque sabemos que siempre traicionan a la clase trabajadora. pero sabemos también lo que toca en cada momento.

No quiero olvidarme de los 46.000 votos que han ido a parar a los rojipardos de Frente Obrero. Sólo los tiempos confusos que vivimos, la ignorancia y la incultura política más completa, junto con la publicidad que se les ha hecho desde medios de ultraderecha, incluido Jiménez Losantos. Quien crea que el Frente Obrero es una organización de clase sustentada desde una organización comunista, el Partido Marxista-Leninista (Reconstrucción Comunista), actúa con la misma lógica que quien cree que el NSDAP (los nazis) eran socialistas porque llevaban esta palabra en su nombre. Vayan a las fuentes, lean a Marx y Engels directamente, sin mediadores que los interpreten para tergiversarlos. Se dan de bofetadas el nacionalismo españolista, el racismo y la xenofobia, el rechazo a los derechos sexuales de este grupo y su führercito con el pensamiento de los padres del socialismo científico. La clave que explica esta involución está en el estalinismo más rancio como pasarela argumental hacia el rojipardismo.


Piensen por un momento en qué hubiera pasado si la pandemia y sus consecuencias económicas las hubieran afrontado un gobierno del PP y VOX ¿O es que ya no recuerdan que en la región de Madrid murieron unos 8.000 ancianos en sus camas ante la negativa de una Ayuso a atenderles, mientras culpaba de ese asesinato colectivo al entonces vicepresidente del Gobierno, cuando las competencias eran autonómicas? El mismo exvicepresidente que ahora hecha cuentas de los votos que les han faltado a sus socios, tan progres como ellos, respecto a 2019, cuando en las autonómicas y locales de Mayo Podemos se convirtió en un cadáver político, más por deméritos propios que por exclusiones de ajenos.

En cualquier caso, Feijóo está ya amortajado. Caerá tan rápido como Casado. Se lo dijeron sus hordas desde la calle cuando, al comparecer junto a miembros de la dirección nacional del PP y la mujer de rojo, gritaron “Ayuso, Ayuso”. Se lo ha dicho la marquesa consorte Aguirre y lo ha expresado el supuesto lapsus de García Margallo, al afirmar sólo dos días después de las elecciones que el candidato mejor actual del PP es Ayuso. Saben que ella es la líder natural tanto de su partido como de VOX.

18 de julio de 2023

EL 23J Y LOS SOCIÓPATAS QUE VOTARÁN A PSICÓPATAS

 

Por Marat

Descubrí a Francisco Ibáñez a principios de los años 70 del pasado siglo, casi cuando empezó a publicar a los únicos dos superhéroes que he querido en mi vida: el superagente mildisfraces cuatrojos Mortadelo y su sufrido jefe el dos pelos Filemón. Me traía mi padre cada una de sus aventuras al volver de sus viajes en camión. Dos encuentros que atesoro de cada ocasión como partes de mi niñez más querida.

Con los años fui disfrutando de su chifladura maravillosa, la de un niño grande que, mientras a mí se me iban gastando los créditos de la ilusión, él seguía acumulando, trastada tras tras trastada de mis mitos infantiles, el tesoro de un niño gamberro y sin maldad que soltaba en sus viñetas la crítica tierna a un mundo que no le gustaba. Hay lúcidas formas de locura que albergan toda la bondad posible del ser humano, a pesar de ser un “obrero” de la historieta, quizá por la sobreexplotación laboral a la que le sometió la Editorial Bruguera. Es el capitalismo, amigos.

Francisco Ibáñez murió el sábado 16 de julio de este año, el mismo año en el que ha muerto su mujer, una vida juntos.

Por desgracia, en el transcurrir de la breve vida de los seres humanos, hay muy pocas personas que nos puedan provocar tantos momentos de gozo y felicidad y tantos hijos de la gran puta que los destruyen.

Y ahora hablemos de política.

Los nombres de las cosas, como las de las categorías que designan a determinados individuos, no son arbitrarios. Tienen su porqué.

Los psicólogos refieren con denominaciones diferentes a los sociópatas y a los psicópatas. Son algunas de las formas con las que se refieren a seres aberrantes, a monstruos de lo peor de la condición humana.

El sociópata es básicamente un ser frustrado al que le ha ido mal en la vida. Alguien a quien hay que temer al acercarse, porque en su comportamiento se muestra, en ocasiones, impulsivo y se deja llevar por sus emociones. No siempre es así pero suele coincidir con la base sociológica de una reacción política fascista. Es lo que solemos conocer como el tonto potencialmente criminal de los cojones. Son los votantes de VOX y una parte importante de los del PP. Dedicación: borracho de barra de bar, dueño del mismo bar hijo de puta sobreexplotador.

El psicópata es más frío. No se deja llevar por sus emociones. Carece de empatía, sabe manipular su base sociólogica. Profesiones: político del PP/VOX, periodista de los medios de extrema derecha y del pluralismo maloliente, tertuliano, juez, dirigente sindical fascista de la policía, empresario de éxito, cutreinfluencer.

Que te vote Txapote”

Ésta es la quintaesencia, la síntesis intelectual, el vómito fascista, la incapacidad mental del hijo tarado de la antihistoria del, felizmente desaparecido, Ricardo de la Cierva, el festivo rebuzno de la chusma ignorante y malintencionada, la feliz idea de la reina del patrioterismo ultrafacha del terraceo madrileño, Ayuso, cuyas decisiones durante la pandemia asesinaron a más de 8.000 ancianos en sus residencias, el regüeldo de una derecha que con su basura quiere ocultar que va a aplicar lo que le demandan sus dueños del Círculo de Empresarios, la jubilación próxima a la muerte, a los 72 años, y el copago sanitario, que ahora desean sus socios de la sanidad privada según exige el mayor empresario de la misma, Juan Abarca, gran amigo del PP a través de sus negocios. Esto como entrada al menú de lo que está por venir 

En todos estos años de gobierno progre los trabajadores conscientes que rechazamos vuestros vómitos de odio fascista para ocultar vuestras próximas tropelías contra nuestra clase y los bálsamos progresistas que nos iban robando derechos, no hemos ignorado vuestra naturaleza fascista, la del PP y la de VOX.

Es un buen motivo para deciros a Feijóo, a Abascal que os voten vuestras putas madres, y que os acompañe en el viaje el saco de basura criminal del tarado de Desokupa, chulopiscinas y antiguo matón de discotecas poligoneras Daniel Esteve.

Los "freikorps" fueron la base del nazismo alemán tras la I G. M. Como entonces, la chusma de choque de VOX está compuesta por un lumpen desclasado y carente de futuro. O se les da respuesta desde una posición de clase o lo hará el fascismo de hoy como punta de lanza violenta de su proyecto.

Al fascismo no lo derrotaremos ni con carreras de tacones ni moviendo el culo en las carrozas, tampoco con pseudocomunismos dedicados a condenar a un imperialismo, mientras se blanquea al otro, tarea que sirve para justificar que se hace algún tipo de lucha, cuando en la empresa los compañeros de tan aguerridos militantes no les conocen precisamente por su combatividad en lo que afecta al mundo del trabajo. Es necesario tratar de recuperar a una clase trabajadora, de la que ya una parte se acuesta con su enemigo porque hemos dejado de ser parte de ella, abandonando la defensa cada día y en cada lugar concreto de sus necesidades inmediatas y más sentidas.

11 de noviembre de 2019

VOX, TERCER PARTIDO PARLAMENTARIO. AHORA SÍ QUE SOMOS EUROPEOS


Por Marat

Con algo más de 3.640.000 votos, un 15,1% del voto emitido y 52 diputados, VOX se ha convertido en la tercera fuerza del Parlamento español en estas elecciones del 10 de Noviembre de 2019.

La excepción española ha desaparecido. La normalización que los medios de comunicación habían venido realizando con la extrema derecha nacional, la polazarización entre los nacionalismos catalán y español, el coqueteo de las izquierdas con el nacionalismo español y en con el catalán (una vela al diablo y otra también), según supuestas conveniencias de cada una de las corrientes que la componen y la ausencia en esas izquierdas de eso que los progres llamaban hasta no hace mucho “relato” propio (y práctica), centrados en una perspectiva de clase, han dado sus frutos.

El giro a la derecha hoy es un giro hacia la extrema derecha, a un cuarto de hora, en términos de tiempo histórico, de ser abierta y declaradamente fascista. Su discurso xenófobo, nacionalista, identitarista y patriotero, autoritario y cargado de violencia verbal ya lo es.

No podía ser de otro modo. Las enormes fuerzas antidemocráticas desatadas a nivel mundial (Trump, Putin, Bolsonaro, Modi, Erdogan, Duterte) y europeo (Le Pen, Wilders, Orbán, Salvini, Kaczynski, Strache, Akesson Meuthen, Gauland, Halla-aho) han alcanzado un apoyo popular impensable para la gran mayoría hace solo 20 años. En términos históricos muy poco tiempo.

Han venido empujados, no ya por el simplista argumento de las fake-news y las grandes redes sociales (esos eran solo un medio y un síntoma) sino por un magma social de descontento y miedo a la gigantesca crisis civilizatoria, social y cultural que se está produciendo, impulsado por una ya muy larga (con distintas fases desde 1973) y creciente crisis capitalista (agotamiento de un modelo de acumulación), que está impactando de manera brutal en forma de creciente deslegitimación del sistema de democracia liberal mundial. Ese magma social se asienta no solo en las amenazadas clases medias sino en sectores crecientes de la clase trabajadora.

Cualquier análisis que se limite a explicar el ascenso vertiginoso de los nacionalismos e identitarismos a niveles nacional, europeo y mundial como una apuesta de las élites para dar respuesta a la crisis capitalista mundial será parcial e incompleto, al olvidar que cuando cala en sectores que van mucho más allá de las clases medias y altas es porque falta la explicación del porqué un número creciente de quienes son víctimas de la clase capitalista optan por apoyar a corrientes políticas que en el pasado les utilizaron como carne de cañón en sus crisis y en sus guerras.

Del mismo modo, atribuir a VOX el ser depositario del franquismo sería un enorme error. No estamos ante los fascistas casposos y ridículos, ni ante un grupo de viejos nostálgicos, VOX es la reproducción a escala nacional del prefascismo europeo y norteamericano. Mucho más sutil, más capaz de conectar con los temores y las necesidades de amplios sectores sociales de vomitar sus odios y frustraciones sociales sobre quienes no puedan defenderse: parados, perceptores de ayudas sociales, inmigrantes sin papeles,...  

En tiempos de cambios vertiginosos, de desajustes radicales entre una economía que colapsa repetidamente y unas instituciones políticas nacionales y supranacionales (UE) cuyas credibilidades comienzan a desmoronarse, en unos tiempos en los que la seguridad económica, política, ideológica y de valores es cosa del pasado, vuelven los fundamentalismos irracionalistas de la familia tradicional, el identitarismo étnico o sexual y la nación (siempre frente a otras naciones) como falsos cobijos que parecen ofrecer un manto protector a quienes creen que pueden perderlo todo y necesitan las certezas de lo que creen perenne.

Se atribuye al intelectual conservador Samuel Johnson la frase “El patriotismo es el último refugio de los canallas”. Yo añadiría que el nacionalismo es la bandera de quienes no encuentran nada a lo que agarrarse y el valor supremo de quienes no hayan cualidades y razones que den sentido en sí mismas a sus vidas.

Es así como opresor/explotador y víctima/trabajador o pequeño burgués que ve peligrar sus limitados privilegios disuelven la contradicción esencial en la idea de la nación.

Del mismo modo en el que los últimos tiempos de la República de Weimar fueron los del descoyuntamiento político, ideológico y cultural de un país, la crisis española, mucho más allá del “problema catalán” expresa el agotamiento de un tiempo de esperanzas, manifiesta con toda su crudeza el pesimismo hacia el futuro y parece buscar el castigo ante un “exceso” de libertad de pensamiento y vida cotidiana, que no política porque en lo público ya hacía tiempo que había comenzado la represión (Código Penal, peticiones de penas a 600 sindicalistas, Ley Mordaza) contra la disidencia más social que política.

Un sistema político que se iba haciendo cada vez menos liberal en las libertades y más ultraliberal en la economía política (la que afecta a las vidas de las personas) no podía menos que allanar el camino hacia un fascioliberalismo. Con la excepción de la Agrupación Nacional de Marine Le Pen, el resto de las extremas derechas europeas y mundiales son turboliberales y darwinistas en economía. Represión hacia el pobre porque se lo merece.

No es algo local. No forma parte de la idiosincrasia española. Quien quiera encontrar en el concepto España las justificaciones de una condena moral respecto a una identidad esencialmente reaccionaria se equivoca. Cualquiera que conozca algo de la historia de países como Alemania, Inglaterra o EEUU encontrará miles de ejemplos de condena. Cada nación tiene sus fantasmas fundacionales y posteriores.

Lo que en realidad vivimos aquí y en muchos lugares del mundo es el agotamiento político del sistema democrático de la burguesía sin apenas discusión sobre el sistema económico del capitalismo. En realidad uno y otro están ligados.

Pero el político está al alcance de la pedrada más cercana mientras la estructura del capitalismo está cada vez más mundializada y se va haciendo más difusa, excepto si se trata de la empresa en la que se trabaja, donde la disidencia tiene un duro coste personal, o los pocos nombres conocidos de grandes empresarios, también inalcanzables, pero cuyo cuestionamiento no supone en absoluto el del sistema. Baste ver cómo Podemos anuló cualquier atisbo de anticapitalismo limitando su crítica al IBEX, cuando hablamos de un sistema en su conjunto y en cada una de sus manifestaciones cotidianas en el mundo del trabajo.

Es en esa fisura entre institucionalidad política y poder real (el capitalismo y sus estructuras económicas globales) donde nace el neofascismo. Ya no se disfraza de anticapitalista porque no necesita enfrentarse a un movimiento comunista que ha muerto. Ahora es simplemente antidemocrático, antihumanista, antisocial.

La fase de concentración capitalista a nivel mundial ante la que nos encontramos requiere un poder crecientemente dictatorial, aunque mantendrá la carcasa democrática mientras le sea necesario. Ello es así porque el grado de sacrificio social que el capitalismo necesita ahora es tan grande que prevé múltiples explosiones sociales a nivel mundial. Están controladas en tanto que no existen una conciencia de clase colectiva entre los explotados como tampoco organizaciones de esa clase de carácter emancipatorio y socialista (comunista)

Disculpen que me importen un bledo cómo les haya ido al resto de las fuerzas políticas, la formación del gobierno, su signo y demás. Todas ellas forman parte del estado corporativo del capital y ninguna de ellas haría nada distinto en el gobierno ante las medidas que el capitalismo nacional e internacional les dictase. Al fin y al cabo, ¿alguna de las opciones de gobierno que se formen, que se formarán, estaría dispuesta a aplicar la ley de partidos para ilegalizar a un partido antidemocrático y propagador del odio, del mismo modo en el que ese partido estaba dispuesto a ilegalizar a otros? A algunos se les habrá pasado que VOX se proponía también prohibir a partidos comunistas.

PD: Sería bueno preguntarse en qué consistía el centrismo de los votantes de C´S, estimulado por el propio partido, cuyo batacazo mortal se ha traducido en el subidón brutal de VOX. 

29 de abril de 2019

28-A: DERROTA DEL BLOQUE DE LA TABERNA, EL PP SE DESPEÑA POR EL CAMINO DE LA UCD. LA HORA DE LOS MODERADOS, “MA NON TROPPO”

"Pelea en la taberna". Pintura de José Arrue

Por Marat

El cadáver aún caliente del PP se lo disputan las hienas de Ciudadanos y los buitres de Vox, mientras el muñeco de las sonrisas, Pablo Casado, yace inerte hecho un guiñapo. Se inicia la descomposición del PP, siguiendo la estela de la extinta UCD. La desbandada, que comenzó antes de las elecciones, se hizo chorro en la campaña, será torrente incontenible a partir de mañana en dirección hacia ambos depredadores.

Hablar de refundación del PP es ilusorio espejismo. Casado, el títere del derrotado sin comparecer electoralmente, Aznar, ha sido pulverizado y quienes fueron defenestrados por aquel ya están más fuera que dentro, muchos de ellos ocupados en los viejos asuntos mercantiles de la derecha clásica. Una hipotética renovación no parece que pueda venir de jóvenes o no tan jóvenes cuadros políticos porque los bandazos desde el aznarismo de campanario y rapiña fueron sustituidos primero por el sablista pragmático de Rajoy luego por una vuelta a las esencias de la dehesa de un Casado empeñado en disputarle a Abascal el espacio de la extrema derecha eterna de dios y cierra España. Tanto bandazo ha terminado por emborrachar a la parroquia, una parte de la cual ha salido en espantada hacia el nuevo PP que hoy representa Ciudadanos y hacia el original de ese viaje a las esencias ultras que es Vox. No les queda credibilidad para más maniobras, ni se vislumbra en el horizonte la existencia de un equipo capaz de renovar la dirección de un buque a la deriva que hace aguas por sus dos costados.

Sin embargo, la mejora electoral de los de Rivera y la irrupción con fuerza de los requetés de Abascal en el circo estatal parlamentario, no debe nublar el hecho de que Ciudadanos, en su intento acariciado con la punta de los dedos pero no rematado de sorpasso al PP, ha limitado por el centro su posibilidad de expansión, al escorarse hacia una derecha patriótica, ruda y esencialista y desbaratar su performance, siempre mal ejecutada, de moderación y de que el “éxito” esperado de la extrema derecha estaba claramente inflado desde las tabernas físicas y las virtuales de las redes, así como desde la Brunete mediática y la interesada colaboración de la progresía que, al grito de que viene el lobo, utilizó la amenaza ultra, que antes estaba pastoreada dentro del redil del PP, logrando captar el momento anímico de buena parte de la ciudadanía, asustada ante una deriva, más inducida que espontánea, confrontacional entre patriotismos de aldea que pudieran acabar con el ideal moderado de convivencia.

Sabe Sánchez y su equipo de asesores que España, educada en el conservador axioma de que en el centro está la virtud, es ese país que tras 40 años de miedo y sumisión a la dictadura se despertó un día “demócrata” y mesurada en sus posiciones políticas, no queriendo dejar memoria ni de su pasado “falangista” ni de la resistencia antifranquista de un socialdemocratizado y claudicante eurocomunismo. Eso explica tanto el inicial éxito de un partido creado desde el poder político por los posibilistas del franquismo que fue la UCD como de un resucitado, a pachas entre Berlín y Washington, con la colaboración de un sector de los fontaneros del Estado postfranquista, PSOE. Y Sánchez y los suyos se han aprestado a representar el papel que en si día encarnó Felipe González como gran modernizador centrista y “centrado” ante una España ovejuna y obediente a la que ni mil políticas de desposesión de los derechos sociales harían cambiar su resignado amén al virgencita que me quede como estoy.

Patético ha sido el espectáculo en estos años de un Podemos y compañía que pasaron de citar, sin nombrarle porque les avergüenza, a Marx en su alusión al asalto a los cielos de la carta del revolucionario alemán a Kugelmann en referencia a la Comuna de París y de “romper el candado constitucional” a blandir como catecismo del Padre Ripalda un ejemplar Constitución como garante de derechos sociales. Años antes el telepredicador Anguita exhibía el mismo texto al estilo del catecismo del padre Astete, clamando porque se cumpliesen los derechos al trabajo, la vivienda, la sanidad, las pensiones o la educación y mintiendo a sabiendas de que dichos derechos son meramente enunciativos, papel mojado en suma en un código cuyo modelo económico consagra el capitalismo y cuyo añadido por Zapatero artículo 135 elevaba a categoría superema el concepto de estabilidad presupuestaria y la preeminencia del pago de la deuda pública frente a cualquier otro gasto del Estado en los presupuestos generales; artículo que no será derogado por el futuro gobierno de centro progresista que formará el PSOE, con el apoyo de Podemos y otros socios de conveniencia.

La fuerte caída electoral de Podemos y socios, compensada por su más que probable papel clave en el apoyo a la formación del segundo gobierno Sánchez, salva a Iglesias de su defenestración política, hace de él tabla de salvación y lastre a su vez de un partido sin cohesión y con crisis permanente. En cualquier caso, habrá ajustes de cuentas menores, probablemente con Echenique, el Richelieu disminuido, como cabeza turco. 

De cualquier manera, con casi 5 años de retraso se cumple el pronóstico que hice de Podemos como depositario guardían temporal de los votos del PSOE que más temprano que tarde volverían a éste

Les espera un largo purgatorio, apoyando a un gobierno que, tras los aguinaldos por segmentos sociales de los Consejos de Ministros de los viernes pasados, no será un paréntesis de estabilidad social sino el nuevo brazo ejecutor de recortes sociales, más reformas laborales y de pensiones, mayores privatizaciones de servicios, en cuanto a las grandes corporaciones empresariales, el FMI y el capital europeo de Bruselas se lo dicten en esta nueva fase de la crisis capitalista mundial que ya asoma en el horizonte. Pero el cinismo de los electores, que hacen como que creen que el voto encumbra gobiernos con poder real y autónomo del auténtico poder, el del capital, lo aguanta todo. Y la falacia del voto como acto soberano con efecto real sobre la política también. Como no hay dos sin tres, tras las políticas reaccionarias de Felipe González, las reformas laborales y de pensiones de Zapatero, Sánchez continuará por la misma senda porque hoy es el caballo de refresco del capitalismo, que necesita cierta estabilidad política, ante el hundimiento del PP y la fragmentación de la derecha, mientras ésta analiza cómo se recompone y bajo que siglas lo hará predominantemente.

Mientras tanto, la no necesidad de Sánchez de recurrir al apoyo parlamentario de los independentistas de Puigdemont favorecerá la desinflamación de las tensiones en Cataluña y de ésta con el resto del Estado español.

Está por ver si la entrada en escena de la extrema derecha se consolida o o si, por el contrario, es un breve paréntesis que se limite a cubrir el tiempo de costuras en la recomposición de la derecha. Mi hipótesis es que ha venido para quedarse. El triunfo de los pragmáticos de ERC y la pérdida de papel en el sostenimiento del gobierno PSOE del independentismo unilateral le quitará una de las patas de su triunfo actual. Pero no le faltarán medios económicos, tiempo y cuadros afluyentes de diversas procedencias para fortalecerse. Cuando vuelvan mal dadas en la economía, la rabia social que ya no canaliza Podemos y que no puede organizar ni dar dirección política una opción de clase porque ya no hay comunistas, si tienen la habilidad para abandonar la línea liberal de la extrema derecha austriaca o brasileña que hoy les inspira, y optan por la social de Marine Le Pen, ahí sí que estaremos ante un auténtico problema porque, entonces lo que hoy es ultraderecha puede pasar a ser fascismo organizado y escuadrista realmente peligroso. Al fin y al cabo, extendiéndose la mancha parda por toda Europa nada puede vacunarnos contra ella, a menos que seamos tan cínicos y estúpidos como para creer que al fascismo lo derrotan las papeletas electorales y no una organización de la clase, consciente y con proyecto, lo que hoy no existe ni parece que vaya a asomar por el horizonte en muchos años.

Vendrán tiempos peores y nos harán más necios.