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28 de marzo de 2020

CORONAVIRUS, CAE LA MÁSCARA DEL CAPITALISMO


Por Marat

1.-El derrumbe capitalista, el sálvese quien pueda y la pandemia como convidada de piedra
La reunión de los Ministros de Economía y Gobernadores de los Bancos Centrales de los países del G-20 –los 20 Estados que concentran el 85% del producto bruto mundial-, realizado telemáticamente el pasado 23 de Marzo, es hasta el momento la evidencia más clara de que no es tan importante para el sistema capitalista salvar a la humanidad de la pandemia con mayor impacto mundial ce la historia (en cuanto al número de países afectados y el porcentaje de población planetaria confinado en sus casas) como salvarse a sí mismo.

La incorporación de la India (1.300 millones de habitantes) a la lista de países (de un total de 195 reconocidos internacionalmente) que aplican el confinamiento de sus hogares y otros establecimientos) es alrededor del 40% de la población mundial (más de 3.000 de unos 7.800 millones de seres humanos que habitan el Planeta) los que se encuentran en tal situación.

Dicha reunión, preparatoria de la Cumbre de Presidentes del G-20, aparentemente convocada con el fin de hacer frente a la pandemia del coronavirus, ha puesto en realidad el énfasis en el impacto económico que traerá esta nueva “peste negra” del siglo XXI.

Dada la extensión de la epidemia y el tiempo transcurrido desde que el brote inicial apareció en la provincia china de Wuhan no puede decirse que el G-20 haya actuado precisamente con precipitación.


Por su parte el Ministro de Economía francés Bruno Le Marie expresó en un tuit el interés de la pasada reunión por el "impacto violento de la pandemia en la economía global, el necesario apoyo financiero para los países en desarrollo y los preparativos para una estrategia de salida común de la crisis".

No se avanzó en dicha reunión ninguna propuesta de actuación contra el coronavirus, ni siquiera orientación concreta ante la inminente celebración de la cumbre de presidentes y primeros ministros.

Cómo no podía ser de otro modo, porque al capitalismo le mueve solo el beneficio y le duele éste cuando es amenazado, sea por una revolución social, una de sus periódicas e inevitables crisis o un desastre que amenace su realización, la Cumbre del G-20  del jueves 26 de Marzo ha concluido en fracaso para las víctimas del coronavirus y para quienes cada día engrosan las brutales cifras de afectados y de muertos y en éxito en la toma de decisiones económicas, que ya veremos hasta dónde alcanza.

Para combatir el coronavirus la notificación final de la Cumbre alude a declaraciones tan pobres como "compartiremos información oportuna y transparente; intercambiaremos datos epidemiológicos y clínicos; compartiremos materiales necesarios para la investigación; y fortaleceremos los sistemas de salud a nivel mundial", sin concretar ninguna partida económica para lograr este objetivo.

Tampoco es que el comunicado final de la Cumbre del G-20 destaque por su concreción en relación con el COVID-19 y su afectación a los países subdesarrollados

Por el contrario, en el caso de las medidas aprobadas ha hablado mucho más claro: 5 billones, con B, de euros (4,5 billones de dólares) para estimular la economía mundial

Porque, en el fondo, al capital le importa lo que le importa

Y no duda, para ello, de revestirlo del camelo del “bien común” y el “interés general”
“La magnitud y el objetivo de esta respuesta reanimarán la economía global y pondrán una sólida base para proteger trabajos y recuperar el crecimiento”            
“Vamos a proteger la vida humana, restablecer la estabilidad económica global y sentar bases sólidas para un crecimiento sostenible, equilibrado e integrador"

Esta semana ha sido prolija en reuniones internacionales de tipo virtual.       

El pasado miércoles 25, un día antes de la cumbre del G-20 concluía la del G-7, formado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido, sin acuerdo de comunicado final, por lo que no se tomaron decisiones.

La insistencia de Mike Pompeo, secretario de Estado USA, en referirse a la pandemia como “virus chino” o “virus de Wuhan” llevó al resto de los miembros del grupo a no suscribir un comunicado final.

En paralelo a la Cumbre del G-20, el mismo jueves tenía lugar la reunión telemática de presidentes y primeros ministros de la UE buscando un plan anticrisis de reactivación de la economía europea, que está entrando en recesión por causa tanto de la enfermedad como de las medidas adoptadas para frenar el COVID-19.

Pero la pretensión de una “estrategia coordinada”, una vez que se superase la pandemia, para volver a arrancar la máquina económica, afectada del mayor parón desde la fundación de la UE, fracasó.

Para su puesta en marcha se demandaba desde los países del sur, capitaneados por España, Italia y Francia, una emisión de deuda con respaldo de la UE (“coronabonos”) y no simplemente de cada país como pretendían las naciones más ricas de la eurozona. Alemania, Austria y Holanda se opusieron frontalmente, sabedores de que los países más ricos de la UE tendrían que hacer un aporte económico mayor para la emisión de deuda pública.

Los 9 países, incluidos los 3 del sur citados, que apoyaron la petición de coronabonos son los más endeudados de la UE, por lo que la capacidad de respuesta derivada del coronavirus asentada en sus propios medios económicos es mucho más limitada que una actuación en  conjunto derivada de una respuesta mancomunada. España y Francia con un volumen de deuda alrededor del 100%, e Italia con un nivel superior, apenas poseen capacidad de maniobra financiera.

En este punto las tentaciones de culparse entre los países miembros de la UE se han hecho ya operativas. Mientras el Ministro de Finanzas holandés, Wopke Hoekstra, ya acusa a los PIGS de derrochadores, en un argumentario que recuerda los primeros años de la crisis capitalista del 2007 en Europa, los del sur acusan a los más ricos de insolidarios y abandonarles a su suerte.

Así pues, el aplazamiento de la próxima reunión a 2 semanas más tarde solo puede ser una repetición aún más frustrante de las expectativas de ese remedo de Plan Marshall porque Alemania fundamentalmente no está dispuesta a seguir tirando de la máquina de fabricar dinero.

Cualquier calificación moral que se exprese en binomios de solidaridad/insolidaridad entre los socios de la UE es absurdo e inútil. La lógica del capitalismo es el beneficio, no la solidaridad o el apoyo mutuo entre las naciones. Cuando el capitalismo entra en la UCI no hay Oda a la Alegría (himno dela UE) que valga sino My Way (A mi manera) para cada uno de los países que componen una UE en crisis que podría acabar siendo terminal.        

De todas las reuniones celebradas en estos días, la de la UE expresa el mayor grado de fracaso no ya porque la cooperación europea en la lucha contra el coronavirus sea inexistente, que lo es, o porque no hay existido una actuación conjunta en las medidas de protección sanitaria de la población, que tampoco se ha producido, actuando cada país a su aire, o porque no haya habido una puesta en común de recursos sanitarios y una contratación centralizada de recursos y medios sanitarios que potenciase la eficacia en la respuesta a la propia pandemia, sino porque ha fulminado elementos centrales de la esencia de la propia UE
·         Si la crisis capitalista de 2007 puso en jaque el proyecto de hacer de la eurozona un tercer polo económico, capaz de diseñar y llevar a cabo estrategias comunes para hacer del área geográfica un mercado potente y con capacidad de competir tanto frente a China como frente a Estados Unidos, esta nueva fase de la crisis que ahora detona con el coronavirus, ha demostrado que la UE ni siquiera es capaz de dar respuesta en términos de financiación conjunta de la deuda que los países miembros están asumiendo para impedir la muerte de sus economías.
·         El espacio común europeo, nacido del Acuerdo de Schengen, ya no existe. Del total de socios, 12 países han vuelto a levantar fronteras al tránsito de mercancías y personas, más allá de que el control de personas entre países sea o no necesario en estos momentos. 
·         El cuestionamiento de la eficacia de la UE para resolver problemas compartidos de los países miembros se incrementará, al evidenciar que ni siquiera existen intereses comunes, con el aumento del euroescepticismo, el repliegue nacionalista dentro de cada país y el incremento de la fuerza de los partidos de ultraderecha.
·         La propuesta, finalmente retirada en las conclusiones de la reunión del pasado jueves de recurrir al MEDE (Mecanismo Europeo de Estabilidad), puesto en marcha para el rescate determinados países europeos en la anterior fase de la crisis capitalista, huele de nuevo a austeridad y recortes sociales, ya que se contempla como deuda de los países que pudieran acogerse a él.
·         La desconfianza y los reproches norte-sur, incrementarán las tensiones intercomunitarias, dificultando aún más llegar a acuerdos beneficiosos para el conjunto de las economías de los socios.
·         La sugerencia del Ministro de Finanzas holandés, Wopke Hoekstra, en el sentido de que la Comisión Europea debiera abrir una investigación a España e Italia para averiguar por qué carecen de margen de maniobra financiero para hacer frente a la crisis del coronavirus y sus consecuencias económicas es una acusación sin precedentes que rompe con la necesaria confianza entre los socios.

Se aprueben las inversiones económicas que se aprueben en las distintas instancias internacionales, y por supuesto nacionales, para mantener la economía y reactivarla cuando la pandemia lo permita, estarán centradas fundamentalmente en ayudar a las empresas y en mucha menor medida a los autónomos, las familias y la clase trabajadora, y esto solo con el objetivo de mantener el consumo para que la maquinaria del capitalismo siga funcionando

Pero esas ayudas para cubrir la deuda privada derivada de las necesidades de financiación de las empresas se transformarán en deuda pública que asumirán los Estados, sea por su papel de prestamistas, como fiduiciarios o como avalistas de las empresas. Y, como muchos de ustedes han experimentado en sus propias carnes, la deuda asumida por los Estados acabarán pagándola los trabajadores y las familias a través del mismo tipo de recetas que se aplicaron en el período anterior de la crisis capitalista (políticas de austeridad, recorte del gasto público, privatizaciones de los servicios públicos, abaratamiento de los despidos, rebajas salariales, impuestos,…)

La fase anterior (2007) de la larga crisis capitalista se resolvió de este modo. Nada, y la correlación de fuerzas en la lucha de clases no hace esperar algo mejor, permite una visión más optimista para el futuro inmediato y a medio plazo que se nos presenta.

En USA el presidente Trump ha ordenado la inyección de 2 billones de euros para mantener viva la economía del país.

De ellos, 500.000 millones, en préstamos garantizados y subvencionados, van dedicados a la ayuda a las grandes empresas y 367.000 millones de dólares para que los pequeños negocios sigan pagando los salarios mientras los trabajadores se ven obligados a quedarse en casa, lo que constituye una forma de apoyar la liquidez de las empresas.

Más allá de otras cifras que estén dedicadas de manera indirecta al mantenimiento económico del sistema y descontando que podamos creer que las ayudas a las familias tienen por objeto salvarlas de la pobreza que se les viene encima y no al sustento del consumo (1.200 dólares a cada ciudadano adulto que cobre menos de 75.000 dólares al año, además de otros 500 por hijo), lo cierto es que las medidas ya aprobadas parecen poco compasivas con la vida humana amenazada por la pandemia que ya se ha cobrado más de 27.000 muertes a nivel mundial.

2.-Los intereses del capitalismo son antagónicos con la lucha por la vida
En mi anterior artículo, al inicio de la pandemia en Europa, señalé que cuando se pusiera en peligro la economía capitalista veríamos con qué rapidez remitiría la alarma social por el coronavirus.

Esta afirmación quisiera matizarla, del mismo modo en que creo que debo revisar mi cuestionamiento del confinamiento como medio de poner coto a la extensión del virus.

Con el crecimiento casi geométrico de la pandemia en España y en otros lugares del mundo, la experiencia de llevar cerca de 2 semanas encerrado en mi propia casa y el sometimiento intensivo y permanente a la información sobre la enfermedad dudo en gran medida de lo corecto de mi crítica de entonces a la necesidad del confinamiento

Del mismo modo, cuestiono mi propia reflexión acerca de la relativización que entonces hice de la importancia de la amenaza del coronavirus, frente a otras enfermedades, ya que la diferencia, fundamental, con ellas es que es nueva y se carece de los remedios médicos probados y eficaces para combatirla, lo que hace que, aunque sea mortal solo en una minoría muy reducida de los casos, su extensión parezca universal e imparable y la posibilidad de morir se convierta en una especie de siniestra lotería.

Creo que la autocrítica es necesaria cuando se ha podido contribuir involuntariamente por irreflexión a que otros adoptasen el mismo punto de vista.

No obstante, mantengo que la reclusión de la población en sus hogares se está convirtiendo en un gran experimento social, en vivo y en directo, sobre el consentimiento y sometimiento de poblaciones enteras a nivel mundial y que esta cuestión puede traer en el futuro gravísimas consecuencias para las libertades y garantías ciudadanas, una vez comprobada la aceptación social.

Y ahora volvamos a la cuestión que entonces señalaba acerca de que si el coronavirus amenazaba gravemente al capitalismo y a la realización de su beneficio, se produciría una reacción que cuestionaría la alarma social generada.

En estos momentos se entrecruzan en el mismo tiempo crecientes medidas de aislamiento social en un número cada vez mayor de países con reacciones que afirman que la gravedad de un hundimiento económico de los países sería peor que la propia enfermedad.  

En el momento presente, no sabemos lo que dirá dentro de unos días, ya que la situación es tan cambiante como las veleidades del presidente Trump en general y en este ahora en particular, la máxima autoridad USA pretende relajar las restricciones al confinamiento y la movilidad de los ciudadanos antes del 12 de Abril, fecha del Domingo de Pascua, mientras los infectados controlados superan ya los 104.000 (el país con más número de afectados) y el número de muertos alcanza los 1.700.
“Perdemos miles de personas cada año por la gripe y nunca hemos cerrado el país. Perdemos mucha más gente en accidentes de automóvil y no los prohibimos. Podemos distanciarnos socialmente, podemos dejar de darnos la mano por un tiempo. Morirá gente. Pero perderemos más gente si sumimos al país en una recesión o una depresión enorme. Miles de suicidios, inestabilidad. No puedes cerrar Estados Unidos, el país más exitoso. La gente puede volver al trabajo y practicar el buen juicio” , ha dicho Donald Trump.

Como poco es discutible su afirmación. No sabemos cuanta gente moriría si la crisis se acentuara por cerrar los sectores productivos no indispensables pero sí sabemos cuanta está muriendo y podemos imaginarnos que mucha más lo hará en adelante, dado que, aunque el coronavirus ha llegado a Estados Unidos más tardíamente, su progresión ha sido geométrica de manera muy rápida.

Por su parte, el vicegobernador de Texas Dan Patrick, de 70 años, ha declarado. “Nadie me ha preguntado si, como persona mayor, estaría dispuesto a arriesgar mi supervivencia para mantener los Estados Unidos que amamos para mis nietos y bisnietos. Si ese es el trato, yo lo acepto”. Ganaría mucho en credibilidad si su oferta fuera acompañada por los hechos.

No nos engañemos, Dan Patrick busca aligerar el coste de las jubilaciones a las empresas que sustentan el sistema de pensiones privadas. Hablamos del capital financiero, muy afectado en la crisis del 2007.

Tanto a él como a Trump hay que agradecerles el descaro y la sinceridad con la que se expresan porque no permiten albergar demasiadas dudas sobre cuál es el valor superior para el capitalismo cuando se trata de elegir entre el beneficio y la vida.

Los viejos son , en medio de esta crisis pandémica, la expresión más acabada de un capitalismo que, tras acabar de exprimir la última gota del esfuerzo humano del trabajo traducido en explotación y plusvalía, se transforman en generadores de beneficio para grandes corporaciones financieras que se enriquecen a costa de la vulnerabilidad humana y la dependencia en residencias en las que el abandono, la soledad, el miedo y la tristeza les cercan en una habitación en la que mueren a cada hora, alejados del mundo en el que habitan el resto de los humanos, como si fueran de otra especie diferente al resto. Un motivo más para reflexionar sobre el capitalismo que nos toma, nos exprime y nos regurgita en la última etapa de la vida. Cuando el coronavirus haya pasado no habrá cambiado, sin embargo, esa realidad que a la inmensa mayoría de la población de las sociedades del capitalismo tardío le espera.

En Brasil, el presidente fascista Bolsonaro calificó de “gripecita” o “resfriadito” el coronavirus, se opuso a las limitaciones de movimientos de la población y al confinamiento, como medio de frenar la virulencia inicial de la crisis pandémica, mientras animaba a continuar con la actividad económica porque, en sus propias palabras, "con la economía quebrada habrá una pérdida de vidas gigantesca"
En consecuencia la crudeza con la que remarcó su falta de empatía hacia el dolor ajeno no pudo expresarse de un modo más cruel: "¿Algunos van a morir? Van a morir. Lo lamento, lo lamento, esa es la vida, es la realidad"


Y para ello recurrió al razonamiento de otras eminencias como el Dr. Steven Woolf, director emérito del Centro de Sociedad y Salud de la Virginia Commonwealth University, del que destaca algunas reflexiones como ésta:
“Los salarios perdidos y los despidos laborales están dejando a muchos trabajadores sin seguro médico y obligando a muchas familias a renunciar a la atención médica y los medicamentos para pagar los alimentos, la vivienda y otras necesidades básicas. Las personas de color y los pobres, que han sufrido durante generaciones con tasas de mortalidad más altas, serán las más afectadas y probablemente las menos ayudadas. Son las amas de casa en los hoteles cerrados y las familias sin opciones cuando se cierra el transporte público. Los trabajadores de bajos ingresos que logran ahorrar el dinero para comprar comestibles y llegar a la tienda pueden encontrar estantes vacíos, dejados por los compradores de pánico con los recursos para el acaparamiento"

Los capitalistas y sus voceros siempre que pueden juegan al solitario (sin discutir con quienes cuestionan su sistema económico) y lo hacen con las cartas marcadas y con trampas para engañar al resto de la sociedad.

Esta preocupación filantrópica que manifiesta Steven Woolf escamotea la realidad de que no es el COVID-19, ni la paralización de la actividad económica los responsables de que un alto porcentaje de trabajadores norteamericanos carezcan de seguros médicos o deban elegir entre medicamentos y alimentos o que existan pobres sino el propio sistema capitalista y, entre ellos, de un modo particularmente desigual el de USA. Es evidente que la paralización de la actividad económica no afectaría por igual a una sociedad socialista que a otra regida por el objetivo de la rentabilidad y que solo medidas que buscasen el dinero donde lo hay, entre las grandes corporaciones y las grandes fortunas, podría disminuir mucho las consecuencias sociales del parón económico pero lo mismo que el gato no se pone a sí mismo el cascabel, el capital no se hace el harakiri.  

Bastaría con señalar la falacia de los argumentos “sanitarios” contrarios a paralizar la actividad productiva no imprescindible para la supervivencia social para desnudar lo que ocultan. El señor Thomas L. Friedman recurre como argumento de autoridad al Doctor David L. Katz, director fundador del Centro de Investigación de Prevención Yale-Griffin financiado por la Universidad de Yale y un experto en salud pública y medicina preventiva, para justificar un confinamiento de solo dos semanas y una vuelta al trabajo posterior a quienes no presentan síntomas:
“Use una estrategia de aislamiento de dos semanas”, respondió Katz. Dígales a todos que básicamente se queden en casa por dos semanas, en lugar de indefinidamente”
Y continúa: “Aquellos que tienen infección sintomática deben aislarse a sí mismos, con o sin pruebas, que es exactamente lo que hacemos con la gripe”, dijo Katz. “A aquellos que no lo hacen, si están en la población de bajo riesgo, se les debe permitir regresar al trabajo o la escuela, después del final de las dos semanas”

Se le “escapa” al señor Katz que la infección no sintomática contagia igual que la sintomática y que en un país que solo ha aplicado los test de coronavirus, como en la gran mayoría de los países, a una parte pequeña de la población, podría haber millones de personas moviéndose libremente como bombas ambulantes. Eso sin contar con que las reinfecciones, aunque escasas, existen.

Otro “bastión ético” del capitalismo práctico, el presidente de la CEOE, señor Garamendi, intenta lograr la cuadratura del círculo afirmando respetar el confinamiento total pero sin paralizar el país:

Sería bueno que el señor Garamendi aclare los conceptos porque da la sensación de que la idea de proteger a las personas no está en su agenda o, al menos no de protegerlas tanto que se ponga en peligro el beneficio empresarial, que parece siempre el meollo del asunto.

Es evidente que hay en marcha a nivel mundial un intento de convencernos –a los trabajadores, que somos los que arriesgamos nuestras vidas- de que existen unos niveles de riesgo vital asumibles –por los que menos ponen en peligro su existencia- con tal de que la maquinaria capitalista no gripe.

Y por si alguno duda de lo que viene después de que el coronavirus haya sido controlado, el señor Garamendi nos lo aclara:
“No entendíamos la derogación de la reforma laboral y ahora todavía la entenderíamos menos. Si en fase de crecimiento era posible a negociar alguna cosa, ahora sería muy complicado. Los ERTEs de ahora es la reforma laboral flexibilizada. Como se toque la reforma laboral y se meta rigidez, conseguirán que los empresarios no puedan salir adelante”

Por cierto, ni el Gobierno Sánchez en su conjunto, ni en particular la señora Ministra de Trabajo, de Unidos Podemos,  Yolanda Díaz pretendían derogarla sino, a lo sumo, darle unos ligeros retoques para consolar a la hinchada progre.

Lo que sí es evidente es que, tras el coronavirus y las medidas económicas aprobadas por el gobierno Sánchez, se acabó cualquier ilusión de gobierno de progreso que pudieran tener los más incautos.

Las medidas económicas que el gobierno español ha probado son ayudas extraordinarias a las empresas y liberación de la presión de los contratos, que pagaremos con dinero público (ERTEs) y que se convertirán en recortes y ataques al gasto público como no hemos conocido ni siquiera en la etapa anterior de la crisis y, para que los trabadores pasen el temporal, pero sólo durante el período de confinamiento, evitar el corte de energía en los hogares, de desahucios por imago de hipotecas o la prórroga de la prestación por desempleo y los subsidios. Luego vendrán las curas de caballo que siempre se han aplicado a los mismos. 

Todos los presidentes y primeros ministros europeos han actuado de un modo muy similar: lentos, cautelosos, como si el coronoavirus fuera un asunto solo de China, luego de Italia, después de España, más tarde de Alemania y Francia, estableciendo restricciones paso a paso, cerrando espacios públicos mientras se dejaban otros, confinando seriamente a poblaciones a la vez que se permitían cientos de vulnerabilidades de las mismas,…

Hay muchas razones que pueden explicar la cautela de los pasos dados: Europa era culturalmente más abierta que China, los países europeos aprecian más la libertad individual que el sentimiento colectivo chino (no es socialismo, inexistente, sino conciencia nacional), si China aisló un territorio concreto por qué cerrar un país, no estábamos preparados para reaccionar ante el coronavirus, viniendo de una experiencia asumida de la gripe,…

Pero hay una razón mucho más de peso. El temor de los gobiernos a paralizar la actividad económica de un país antes de que el descontrol de las cifras de muertos e infectados les obligase a ello porque, sea cuál sea el signo político del gobierno de cada país bajo un sistema económico capitalista, ninguno actúa en primer lugar para proteger la vida, ninguno defiende eso de lo que tanto alardea, la falacia del “bien común” que, bajo el capitalismo es solo el modo de justificar el interés particular bajo la apariencia de un” interés general”.

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG: Puede que también le interese: 
"Coronavirus, intereses de Estado y conspiratontos": https://marat-asaltarloscielos.blogspot.com/2020/04/coronavirus-intereses-de-estado-y.html?showComment=1586006097352#c9013905096031787297

14 de julio de 2015

GRECIA Y ESPAÑA, LA TRAMPA DE LAS “IZQUIERDAS” REFORMISTAS

Por Marat

1.-Se consuma la traición al “NO” en el referéndum griego

DUX: “Cree el mundo, y yo con él, que quieres apurar tu crueldad hasta las heces, y luego cuando la sentencia se pronuncie, hacer alarde de piedad y mansedumbre, todavía más odiosa que tu crueldad primera. Cree la gente que en vez de pedir el cumplimiento del contrato que te concede una libra de carne de este, desdichado mercader, desistirás de tu demanda, te moverás a lástima, le perdonarás la mitad de la deuda, considerando las grandes pérdidas que ha tenido en poco tiempo, y que bastarían a arruinar al más opulento mercader monarca, y a conmover entrañas de bronce y corazones de pedernal, aunque fuesen de turcos o tártaros selváticos, ajenos de toda delicadeza y buen comedimiento. Todos esperamos de ti una cortés respuesta”

SYLOCK: “Vuestra alteza sabe mi intención, y he jurado por el sábado lograr cumplida venganza. Si me la negáis, ¡vergüenza eterna para las leyes y libertades venecianas! Me diréis que, ¿por qué estimo más una libra de carne de este hombre que tres mil ducados? Porque así se me antoja.”

PORCIA: “Un momento no más. El contrato te otorga una libra de su carne, pero ni una gota de su sangre. Toma la carne, que es lo que te pertenece”
(“El mercader de Venecia”. WIlliam Shakespeare)

Grecia y el Eurogrupo han llegado a un acuerdo para comenzar a negociar el tercer rescate al primero. Dicho rescate podría superar los 84.000 millones de euros. Para que se lleve a cabo, el BCE debe facilitar ayuda de emergencia a los bancos griegos para que estos no se hundan, provocando la salida de Grecia del euro.

A cambio, el gobierno de Syriza, que ya ha traspasado todas las líneas rojas de su programa habidas y por haber, se compromete a aprobar antes de este miércoles 15 de Julio la reforma del IVA, que castigará de manera especial a las clases trabajadoras en su ya exigua capacidad adquisitiva, aumentar la edad de jubilación, acabar con las ayudas a las pensiones más bajas y a realizar la transposición de la directiva de rescates bancarios. Esto para ir abriendo boca.

Junto a ello, otros dos paquetes de medidas cada cuál más draconiano.

En el primero de ellos, Grecia debe comprometerse con un calendario de medidas que compensen el "fuerte deterioro económico y fiscal del país durante el último año". Dentro de dichas medidas se incluyen la reforma completa de las pensiones, la de los mercados de productos, la privatización de las eléctricas, la reforma laboral y la del sector financiero.

En el segundo paquete se exige ampliar el programa de privatizaciones (puerto de El Pireo, los aeropuertos del país, autopistas, empresas de aguas, correos, empresas gasistas, red ferroviaria,...) ; una reforma de la administración pública, una "normalización” de la supervisión que la troika realiza en Atenas y el compromiso de consultar con las instituciones cualquier borrador legislativo relevante para el programa antes de someterlo a consulta pública o enviarlo al parlamento. Ello significa la más absoluta pérdida de la soberanía económica y política griegas.

Para más recochineo el FMI, auténtico sepulturero de economías y soberanías nacionales, estará presente como controlador de dicho rescate.

Pero si esto no fuera bastante, Grecia deberá poner sobre la mesa como aval un fondo de activos para su privatización por valor de 50.000 millones de euros. A cambio de este monto de privatizaciones, Alemania, que es la que manda, ha aceptado que se preste a los helenos 35.000 millones de euros.

Por supuesto, todo ello sin quita alguna.

Ojalá, puestos a entregar al sacrificio a la clase trabajadora y a los sectores populares griegos el referéndum del gobierno de Syriza hubiera quedado en una libra de carne pero ni una gota de su sangre, ¿verdad? Pero, como tantas veces, en las que el poder del capital echa un pulso a los campeones de la “antiausteridad”, los desheredados de fortuna de sus países acaban perdiendo algo más que “una libra de carne”.

Quizá la respuesta a lo anterior tenga que ver con el grado de madurez de los pueblos y los explotados dentro de ellos, que en situaciones de graves crisis económicas y sociales tienden a elegir las opciones -quien piense que hablo en términos meramente electorales es porque tiene una urna, vacía, por cabeza- que admiten brutalidad pero esperan que ella se produzca sin exceso de saña.

Cuando la elección se sitúa en lo que el viejo chiste español resume como susto o muerte, casi siempre es la segunda opción la que se impone, sobre todo si se aceptó el susto como mal menor.

¿Alguien recuerda cuando Syriza decía NO a la OTAN? ¿Cuándo decía aquello de NO al pago de la deuda? Venga, cuéntanoslo, Eric Toussaint, tú, que decías, como algunos seguimos diciendo, para escarnio de vuestras permanentes y crecientes rebajas reformistas, NO AL PAGO DE LA DEUDA.

¿Alguien recuerda cuando, antes de las elecciones municipales griegas, Alexis Tsipras se reunió con los principales embajadores de países de la UE para decirles que Grecia sería un fiel cumplidor de sus compromisos con sus aliados?

¿Alguien tiene el gusto de recordar cuando Syriza y Tsipras pasaron de aquellas promesas a la aceptación, no de quitas sobre la deuda, sino a la petición de reestructuración de la misma, que ya no es quita, sino ruego de ampliación de plazos.

Desde el principio, las negociaciones del Gobierno griego con sus “socios” europeos, el FMI y el BCE no ha sido otra cosa que una impostura desde los dos lados, un juego de representaciones, llamado por el cesado por Tsipras, que no dimitido Varoufakis, “postureo”. Habría que preguntarse porqué Tsipras, justo antes de referéndum en el que ocultaron lo que le iban a hacer a la clase trabajadora de ese país, le relegó en su papel de negociador con la UE. La claudicación de los “radicales” de Syriza estaba cantada desde hace muchos meses, cosa que la degenerada “izquierda reformista” española y europea se negaba a admitir porque se hubiera quedado sin nave capitana. ¡Menuda nave!

Posteriormente el “Minister no more” en el twitter de Varoufakis lo dice todo. Ha sido el propio Tsipras quién invitó ha al marxista “errático” a darse el piro porque no era del gusto de sus socios.

En cualquier caso, a Varofakis lo hará bueno Euclides Tsakalotos. Éste es un economista ya “centrado” que invirtió en el pasado una parte de su capital en cosillas como JP Morgan y Black Rock.

No voy a explicar que se puede ser de "izquierda" y traicionar a tu clase. Hasta los mentalmente menos habilitados irán viendo hasta qué punto venden a la clase trabajadora los “empoderadores” y “salvaciudadanos” al capital al que sirven con cada vez menos disimulo.

Y ahora de lo que se trata es de retratarse, de dar la cara y de que todos sepamos hasta que punto es coherente el discurso del no pero sí, del don “dieguismo”, del un paso adelante y dos atrás, de la claudicación envuelta en falsa dignidad para, finalmente, quedar al descubierto las contradicciones más indecentes del oportunismo reformista en su viaje a ninguna parte.

En tiempos de caos, tener conciencia de ser clase trabajadora, de izquierdas, partidarios de decir no al abuso de la Unión Europea del capital y de los demonios que nos acechan, supone aceptar la posibilidad de que Europa esté muriendo, rechazar no sólo su moneda sino a la propia UE y atreverse a pensar y a trabajar por escenarios realmente distintos al devastador paisaje que hoy se impone a nuestros ojos.

En diversas ocasiones he afirmado que Tsipras y Syriza traicionarían a la clase trabajadora griega
No les gustaron esas previsiones ni a los podemitas ni a la izquierda socialdemócrata llamada IU-PCE ¿Cómo iba a gustarles, si estos vendedores de burras viejas, basan su programa en intentar hacernos creer que en política querer es poder, intentando que no veamos más allá de la cortedad de sus mentiras que ocultan la real naturaleza sistémica en la que esconden sus discursos “antiausteridad”? Para ellos, “otro capitalismo es posible” porque, en realidad, no aspiran a otra cosa que a ser suecos o daneses. Lo de la revolución islandesa a lo 15M ya no les sirve porque hicieron el ridículo más espantoso defendiendo aquel fiasco que devolvió, tras un breve paréntesis, a la derecha al gobierno. Hoy con volver a la época precrisis, sus ciudadanos se dan por más que satisfechos, como los partidos “progres” españoles y sus votantes.

La realidad ha sobrepasado, una vez más, mis análisis más pesimistas sobre lo que habría de traernos la llamada “Coalición de la “Izquierda Radical” Griega”.

No voy a detallar punto por punto el conjunto de medidas de la Troika (sigue existiendo, señores, porque aunque le cambien el nombre, sus tres componentes operan con la misma fiereza que ayer) aceptadas por Alexis Tsipras y su gobierno. Para eso tienen ustedes los periódicos.

Pero quédense con esto: Grecia, tras el acuerdo con el Eurogrupo, sólo ha logrado un balón de oxígeno por dos meses y con la eventualidad de que puede ser expulsado del euro, algo que no decidirán los griegos ni Syriza sino sus enemigos de la UE, lo que debilita aún más la claudicante y genuflexa posición de Tsipras y del gobierno heleno.

Sería de agradecer que algún "syrizo" nos explique para qué sirve que los que algunos llaman "los nuestros" -los míos no- sodomicen con entusiasmo digno de la derecha oficial más darwiniana a la clase trabajadora y entreguen el país al capital internacional y cuál es la diferencia de que lo haya hecho Nueva Democracia, el PASOK o Syriza, salvo en que los dos primeros nunca se atrevieron a tanto.

Yo sí que veo una "utilidad" en que estas curas de caballo, que matan al equino, las aplique la socialdemocracia y no la derecha o los social-liberales; una utilidad, por supuesto, para el capital: desmoraliza, derrota y desmoviliza a la clase trabajadora como ningún otro partido, a cambio de nada. 

Dice IU que lo que le ha ocurrido al gobierno de Syriza ha sido un "chantaje" insoportable y añade Podemos -estos son ya de traca- que las presiones contra Syriza son para impedir que en las próximas elecciones lleguen ellos al gobierno. ¿Son los dirigentes de ambos partidos españoles idiotas o son idiotas? ¿Acaso ignoraban los de IU que la naturaleza del capitalismo y de sus instituciones es la de que nadie se salga de su campo de juego? ¿No tendrían que revisar qué tipo de política hay que hacer para no plegarse a esos chantajes? En cuanto a los de Podemos, ¿son tan bobos como para no entender que la cuestión no tiene que ver con los partidos concretos que aceptan el juego institucional sino con el hecho de que quienes controlan las instituciones europeas, así como el FMI, intentan impedir una dinámica de derrumbe de la UE y que se abra paso el NO al pago de la deuda, dos cosas que las veletas, convertidas en ventilador veraniego, de Syriza y de Podemos no se plantean ya? 

La gran paradoja de nuestra “socialdemocracia europea realmente existente” -la ex comunista, aunque pueda conservar el nombre, y esa mutación reaccionaria “empoderadora de la gente”- es que son incapaces de asumir varias de sus contradicciones políticas:
  • La aceptación de las reglas de juego capitalistas y de sus instituciones burguesas impiden cualquier intento de resistencia a las políticas capitalistas -lo de “neoliberales” es sólo el término vergonzante que utilizan dichas “izquierdas” para no cuestionar su amado sistema económico- Sólo es posible luchar contra una política de recortes, privatizaciones y fin de los derechos de la clase trabajadora abandonando el sueño de regreso al Estado del Bienestar y violando las reglas de la legalidad burguesa.
  • La dinámica que han abierto quienes dirigen con mano de hierro la UE plantea como destino final e inevitable el fin de esta misma y de su moneda única para los países del Eurogrupo. Rechazar la permanencia en el euro y en la Unión Europea es una exigencia política para cualquier opción que realmente pretenda ser hoy de izquierdas y defender a la clase trabajadora. Ello exige pensar y poner en pie una alternativa de solidaridad europea entre las clases trabajadoras europeas que se articule sobre una nueva Internacional y sus organizaciones. De no hacerse desde la izquierda, que deberá romper con toda la morralla reformista excomunista, en unos casos, e involucionista y prefascista en otros, la respuesta vendrá desde los euroescépticos de la extrema derecha europea y tendrá una orientación y una evolución política bien distintas.
  • Pretender recuperar los derechos arrebatados a la clase trabajadora y, al menos, restañar en parte los daños sociales causados por las políticas anticrisis sin abrir una vía de destrucción del capitalismo es inútil y cínico o ingenuo. El capitalismo hace mucho tiempo que cerró el campo a las opciones reformistas, al menos en sus países centrales. Que en España sea aún difícil de aceptar este hecho tiene que ver con que su raquítico Estado del Bienestar estaba aún creándose cuando ya se iniciaba su desmonte en Europa a partir de los años 80 del pasado siglo. Si los PPSS europeos abandonaron con Blair y Mitterrand la socialdemocracia y pasaron a ser social-liberales no es sólo por su traición sino porque ya no había terreno para el avance de las ideas reformistas dentro de sociedades que caminaban hacia estructuras económicas cada vez más “liberadas” de la capacidad de intervención y control públicos. Lo comprendió bien Margaret Thatcher cuando, tras perder las elecciones en 1997, dijo aquello de “No importa, ya hemos ganado. La oposición es como nosotros”. En esencia, la misma basura capitalista. El capitalismo reabsorbe y anula todo lo que sabe que puede integrar, mediante el pacto social, cuando lo necesita, tolerándolo cuando lo percibe inofensivo. Lo único que no puede asimilar es lo que ha nacido para destruirlo, cuya estrategia está destinada a tal fin y cuyas bases sociales se constituyen en sus futuros sepultureros. Podrá prohibirlo, reprimirlo o tratar de descalificarlo pero siempre lo temerá porque sabe que con ese enemigo no hay transacción posible.

2.-Y ahora hablemos de Podemos 1 y de Podemos 2 (Ahora en Común)
Con todo, Syriza, a pesar de su traición, de su inconsistencia ideológica, de su aventurerismo oportunista y de su falta de escrúpulos ante la entrega de los derechos de los trabajadores griegos al capital internacional, es infinitamente más decente y presentable que sus homólogos españoles.

Syriza, tiene, a pesar de su miseria moral, sectores de izquierda que no tienen parangón en IU ni en Podemos, mucho más reformistas aún, cuadros políticos, militantes formados, economistas notables como Costas Lapavitsas, intelectuales. Y a pesar de ello, su conjunto como coalición de falsos izquierdistas deja la traición como su primer testamento político. Ese legado es el de la frustración, la aceptación de la humillación al pueblo griego y un sentimiento de derrota y de anomia del que los helenos tardarán más de una generación en recuperarse. Y en esos sentimientos de abatimiento lo de menos será que en el referéndum del engaño se haya votado sí, no o se haya ejercido la abstención porque se han aceptado unas condiciones mucho más brutales que las últimas que se presentaron por parte del gobierno de Syriza antes de convocar éste dicho plebiscito. Éste fue convocado con el fin de convertir a los griegos en cómplices de una infame mentira.

En estos momentos, Tsipras se plantea seriamente la posibilidad de dimitir. Más de la mitad del Comité Central de Syriza se opone a los acuerdos de su gobierno con la UE. ¿Se imaginan que eso pasase en Podemos o en IU, si en una delirante hipótesis llegaran a gobernar (lo suyo es ser gregarios-muletas del PSOE)? Dejen de alucinar. Esa posibilidad es la misma que la de encontrar a un PPePPero honrado. Lo de sus homólogos españoles no son principios sino desesperadas ganas de pillar cacho, cueste lo que cueste y a cualquier precio. 

El caso de IU y de Podemos es infinitamente más indigno.

Sin duda, la diferencia entre el caso griego y el español tiene que ver con las distintas tradiciones de lucha de cada país, el mayor grado de depauperación social de las clases populares en Grecia, la relación dialéctica entre clase trabajadora y sus organizaciones, el distinto tamaño de la reaccionaria clase media en cada país y la existencia en Grecia, al contrario que en España, de una izquierda realmente comunista, combativa y con alta capacidad de movilización social y sindical, que obligaron a Syriza a aparentar una radicalidad de la que en el fondo ha demostrado que carece.

La 15Memez fue en España el primer ensayo de ingeniería social -tras las “revoluciones árabes” que provocaron la ola de fascismo islámico y el engaño para dummies pequeño-burgueses de la inexistente revolución islandesa-, asentada sobre la base de las clases medias que querían conservar sus privilegios y destinada a crear una disidencia controlada que llevase la protesta social hacia una dirección prosistema. Y se logró, al contrario que en la Plaza de Syntagma dónde la franquicia de Erasmus prefascistas de Democracia Real Ya tuvieron que salir por piernas ante el “recibimiento” que los comunistas del KKE, grupos radicales de izquierda y libertarios les hicieron.

Pero ese éxito de la 15Memez no nació de la nada. Había sido abonado por decenas de años de social-liberalismo adocenante del PSOE, atlantismo, aburguesamiento de la sociedad, en la que el consumismo y la entrada en el “Mercado Común” habían jugado su papel, las renuncias ideológicas de la izquierda reformista (el PSOE es, como mucho, derecha progresista por lo que no entra en la categoría de izquierda), el pactismo social-sindical y el cretinismo parlamentario de un PCE-IU cada vez más gregario de la estela social-liberal, habían creado el caldo de cultivo necesario para la involución ideológica, interclasista, burguesa y ciudadanista, que luego habrían comprado con entusiasmo el PCE-IU en su “ilusión” por ensanchar su base electoral, única palanca “transformadora” a la que confiaban sus sueños de mayoría.

A ello habrían de sumarse con una importancia no menor el movimientismo antiglobalización, flower-power y new age de un oenegismo que había pactado con los poderes del gran capital los límites ideológicos de su protesta y que incluso había sido financiado por él, como sucedió en el Foro Social Mundial de Porto Alegre, subvencionado por las grandes corporaciones mundiales.

La cooptación y compra de líderes oenegeros reformistas y políticos por parte de grandes fundaciones globalistas sería determinante en la creación de una nueva “cultura política" que lograse imponer una hegemonía ideológica absolutamente sistémica. Surgieron así conceptos morralla del tipo empoderamiento, inclusividad, ciudadanía, “democracia” (sin adjetivos, como si no los tuviera y como si la democracia burguesa no fuera sino un subproducto-excrecencia del capitalismo), “bien común” y demás quincalla ideológica. Toda esta basura conceptual lograría una rápida expansión a través de los mecanismos de aculturación de la izquierda y de su pensamiento que son las redes sociales, auténticas fábricas de descerebrados que comparten contenidos sin leerlos ni entenderlos, los foros “de debate” donde el más cretino e insultador profesional agrede a cualquier idea que atente contra la pereza de su escaso raciocinio y los blogs conspiranoicos para amantes de lo bizarro.

Así pues, Podemos es hijo legítimo de la 15Memez y del reformismo socialdemócrata del PCE-IU, con el acompañamiento del trotskismo light de los autodenominados “anticapitalistas”; basta ver de dónde vienen muchos de sus dirigentes.

Como antes el el prefascista Movimiento 5 Estrellas en Italia, la mutación-detritus por descomposición ideológica de la izquierda que representa Podemos, es el siguiente paso de los experimentos de ingeniería que antes (15M y franquicias europeas) fueron sociales y ahora son políticos.

A Podemos no le ha faltado ni el despliegue mediático, tal y como le sucedió al sobredimensionado 15M, ni el apoyo solapado de grandes corporaciones empresariales y financieras, que son los dueños de los medios de comunicación, que también se lo dieron en su día a la 15Memez, a través de sus personajes más conocidos, y previsiblemente de sectores vinculados a las alcantarillas del Estado que han percibido la necesidad de un aggiornamento de la vieja y estropeada institucionalidad de partidos de la transición con el fin de abordar un nuevo viraje gatopardiano para que todo siga exactamente igual y el cabreo social se agote en las urnas. No busquen ustedes más recorrido ideológico y estratégico en esta formación mutante porque no la hay. Otra cosa son las intenciones no expresas públicamente que existan entre los que mueven los títeres.

En el proceso de endiosamiento del führercito con coleta y de oligarquización de su secta-movimiento nacional-partido a su medida, de la que hablé hace casi un año, cuando el proceso degenerativo y autoritario de Podemos apenas se iniciaba, Podemos está experimentando ya fuertes sacudidas de contestación interna a una dirección absolutamente vertical y antidemocrática.

La elaboración de una lista plancha única a nivel nacional para cubrir los candidatos al Congreso y al Senado en las elecciones generales junto con el requerimiento de un 10% (37.000 personas) del total de los inscritos en Podemos -no se creen ellos que son 370.000 ni hartos de vino-, en unas listas que no se actualizan desde hace muchos meses, para poder hacer propuestas programáticas es un golpe de Estado interno en toda regla y una demostración de que los círculos de podemos pintan menos que la Tomasa en los títeres.

Sólo un tonto y/o un cínico redomado pueden decir que es posible plantear listas alternativas en la elección de candidatos con alguna virtualidad de éxito frente a la lista única a nivel nacional, cuando la comodidad de elegir los que van en la lista cerrada empaquetada, propuesta por el mesías podemita, y de votar a los que salen en las teles y en otros medios se impondrá por comodidad y “sentido práctico” y es muy difícil que salgan otros alternativos, por mucho que se coordine la oposición interna al ucase del duce. Eso sin contar la trayectoria de los innumerables pucherazos en anteriores elecciones internas podemitas a través de su ciberdemocracia 2.0. 

Este “coup de force” oligárquico ha generado la revuelta de más de 1.000 cargos de Podemos en las instituciones y en el partido, que desafían ya abiertamente la voluntad totalitaria del caudillito.

¿Qué decir de la pose egipcia de los podemitas silbando de lado y su mesías desaparecido, tras la traición de Tsipras al pueblo griego y su aceptación del trágala de los poderes capitalistas europeos? ¿Dónde se han metido a la hora de decir aquello de "ánimo Alexis, arriba Siriza"? Su temor a ser contaminados electoralmente de modo negativo puede mucho más que su menguante coherencia. De hecho, Nacho Álvarez, responsable de economía de Podemos acaba de declarar que España ya no necesita ni siquiera reestructuración de la deuda. Íñigo Errejón, en una alarde de indecente ataque de realismo de derechas (ultra) declaró en su día que si Podemos llegase al gobierno no perdonarían la parte española de la deuda griega. Otro merkeliano. Toma solidaridad internacional. 

Por fin, Pablo Iglesias ha abierto hoy jueves 16 de Julio, ante la presión mediática, la boca en relación con la genuflexión de Tsipras y Syriza: "Los principios de Alexis están muy claros, pero el mundo y la política tienen que ver con correlaciones de fuerzas". "Lo que ha hecho el Gobierno griego es, tristemente, lo único que podía hacer". A lo mejor, Pablito, no es sólo cosa de correlación de fuerzas sino de aceptación de jugar en campo ajeno y con reglas que no son las tuyas. Y estos son los empoderados empoderadores...

Aunque lo he abordado en múltiples ocasiones, merece la pena detenerse de nuevo en el glosario conceptual o campo semántico del mundo podemita porque nos ayudará a entender el tercer paso de descomposición de la izquierda que recientemente ha alcanzado a darse un nuevo nombre.

Ciudadanos”, “ilusión”, “cambio”, “procesos participativos”, “desde abajo”, “gente”, “sentido común”, “decencia”, “transparencia”, “inclusivo”, “personas”.

Les reto a que me digan dónde he encontrado este conjunto de términos. ¿En artículos escritos por dirigentes de Podemos, en la web de este partido, en declaraciones públicas de sus dirigentes? Podría ser pero NO, lo he encontrado aquí (manifiesto de Ahora en Común).

Pero si hasta el nombre “Ahora (Madrid) en Común” (Barcelona/Zaragoza) remite de un modo impresentablemente oportunista al mundo podemita.

¿Echan ustedes algunas palabras en falta? Yo sí. Por ejemplo las siguientes: “izquierda”, “clase trabajadora”, “lucha de clases”, “capitalismo”, “revolución social”

Pero el ínclito Alberto Garzón dice que él no ha firmado ese manifiesto para no entorpecer su acogida entre “la gente” y que la iniciativa no ha partido de IU. Es cierto que la apoyan miembros de Podemos, de Equo y 15Memos, además de la aventurera Beatriz Talegón, entre otros. Pero también su hermano, Eduardo Garzón, el enchufado como asistente del eurodiputado Javier Couso y su jefe, el mencionado Couso.

También es cierto que el propio Alberto Garzón saludaba tal iniciativa en redes sociales a los 5 minutos de aparecer mencionada por primera vez en eldiario.es. Con posterioridad ha señalado que hay gran confluencia de puntos de vista entre Ahora en Común y la Unidad Popular que defiende IU.

Hasta el ya en extremo vergonzante y claudicante Cayo Lara, que apoyó con su voto la expulsión de los 5.000 afiliados a IUCM, dice verlo “con buenos ojos”. Que santa Lucía cuide de su vista y le limpie sus interesadas legañas.

Incluso el gran defensor de las esencias comunistas del PCE y secretario general del PCPV, Javier Parra, ha saludado en su facebook el éxito de la primera convocatoria de Ahora en Común en Zaragoza.


Por cierto, el tufillo 15Memo, podemita y ciudadanista del cónclave que puede apreciarse en la imagen tira para atrás.

La entrega ideológica es prácticamente total, salvo algunos mohicanos sueltos del PCE/IU que claman por ciertas esencias de ambas organizaciones -que sería bueno expliquen cuándo se dieron en estos 29 años de existencia de IU. No me tiren de la lengua que replico-, mientras continúan sin abandonar la nave, internamente saboteada, en un acto de dontancredismo sólo comprensible, a estas alturas ya no respetable, desde una actitud de nostálgicos y de afectos a un amor no correspondido.

Llamativamente desde ciertos ámbitos de IU surge el “discurso”, para justificar el engendro de Podemos 2, llamado Ahora en Común -en realidad es un consignazo- de que eso sitúa a Podemos a la defensiva, de que pone en su tejado la cuestión de la unidad popular, de que ahora le toca a Podemos retratarse, de que puede reequilibrar la correlación de fuerzas.

A estos lumbreras no se les ocurre que, cuando te sitúas en el marco referencial (ideológico y de lenguaje) de los podemitas (“No pienses en un elefante”. George Lakoff) ya te has entregado, vendido y derrotado a ti mismo.

Para la zafiedad política media de la dirección y bases de IU su problema no es político-idelógico-estratégico sino del tacticismo ramplón e hiperreformista de lograr o no representación parlamentaria, algo que el caudillito coletero les ha recordado con lo de los 500.000 votos. Lástima que se le haya “olvidado” que sólo quiere ganar las elecciones para colocarse profesionalmente él y los de su secta-neocasta.

En cualquier caso, en IU no hay capacidad de resistencia, ni de afrontar el reto de una travesía del desierto extraparlamentaria, ni desde hace muchos años de lucha contra la penetración ideológica de un reformismo cada vez más involutivo en su organización.

Baste como muestra un botón. El pasado 9 de Julio en el Canal 24 horas de TVE, el periodista Fernando Jáuregui preguntaba al alcalde de Zamora, Francisco Guarido, de IU, si estaba de acuerdo con unas declaraciones de Alberto Garzón en las que éste afirmaba que ideológicamente Podemos e IU eran distintas porque mientras el primero estaba a su derecha, al autodefinirse como socialdemócrata, IU era la izquierda revolucionaria. Quién aún esté dispuesto al autoengaño cómplice sobre quién es, de verdad, Alberto Garzón sepa que acaba de regalarle a Rajoy un libro de Keynes. Como mucho reformista sigue empeñado en creer que las políticas que desde la izquierda deben practicarse son las keynesianas o neokeynesianas, le aclaro quién era, de verdad, John Maynard Keynes. Y ahora, pueden seguir ustedes adorando la peana de su santo social-liberal, Alberto Garzón.

Continúo con la cuestión en la que antes estábamos. Guarido respondió sintiéndose molesto por la pregunta y afirmando que la expresión de Jáuregui de “izquierda revolucionaria" era peyorativa y que IU era la "izquierda tranformadora" ¿Qué coño significa eso de “izquierda transformadora”, cuando el PP y el PSOE se consideran a sí mismos partidos transformadores? A esta “gente” ya no le vale ni lo de “izquierda real”, que nunca ha sido otra cosa que venir a decir que el PSOE es falsa izquierda y que IU lo es “de verdad”. La pregunta es cuánto tiene de izquierda, qué es lo que pretende transformar, porqué vías y en qué dirección. Y ahí muchos de IU se darían la mano con algunos de UPyD.

Lo he admitido en más de una ocasión y lo vuelvo a repetir. En su momento no me importó buscar la complicidad de algunos sectores de IU para abofetear con su brazo a Podemos, lo mismo que a ellos no les ha importado utilizarme a mí.

Los tiempos han cambiado. Hoy prácticamente toda IU es podemita y a los poquísimos que no lo son -la inmensa mayoría o apoya la “unidad popular” con esa involución de derecha porque, al fin y a la postre, no están lejos ambos partidos, y casi todo el resto calla y otorga- no les hacen gracia mis críticas. Tampoco a mí ver que tragan con la permanencia en IU con el mismo grado de contradicción de quienes se llaman socialistas y continúan en el PSOE. Fuera puede que haga frío pero al menos se vive mucho más dignamente, sobre todo cuando es obvio que esa guerra está perdida.

Mientras tanto, llama la atención la locura paranoica de un napoleoncito que, como Garzón en su día, invita a los críticos con su hoja de ruta a irse de Podemos y es jaleado por el lameculos de Pablo Echenique, el otrora crítico y ex afiliado a Ciudadanos, que trata de apuntalar su poder regional.

Es un indicativo de que corren malos tiempos para los podemitas, aunque la irritación que recorre a sus bases tiene mucho que ver con las formas y casi nada con los contenidos ideológicos y programáticos involucionistas de dicha partido, lo que dice mucho de quienes habitan los círculos o cibermilitan en la red.

Las últimas derivas de las intervenciones de los cómicos habituales -Iglesias, Errejón el irradiador y wallet Monedero- expresan bien a las claras que la patología mental ha penetrado profundamente entre los jerarcas de Podemos hasta el punto de que su discurso cantinflesco-delirante-amenazante debiera preocupar tanto a sus bases como a los mecenas de esta secta. El miedo a pinchar les hace desbarrar más de lo habitual, que se daba ya en un grado superlativo.

En cualquier caso, quiero dejar claro que ya apenas distingo entre dirigentes de IU/PCE y de Podemos, lo mismo que entre sus bases. Siempre habrá en uno o en otro lugar algunos seres humanos valiosos, pero eso acaba siendo independiente de a qué partido se pertenece y es algo mucho más personal.

Como alguien que de política cree entender algo, afirmo que lo dominante en una y otra organizaciones son los mediocres, los trepas, los cheerleaders de la marca y el lidercito de turno, los seres con apenas formación política, fácilmente manipulables, las personas carentes de sentido autocrítico, y los vulgares socialdemócratas, cuando no meros "progres" transformadores de la nada.

No derramaré una sola lágrima por IU cuando desaparezca, algo sobre lo que ya he hablado hace poco más de un mes. Se lo ha ganado a pulso. Lo que espero es que, con ella, se lleve a su descastado y desagradecido hijo Podemos.

Quizá entonces pueda nacer otra cosa a la que quepa llamar izquierda revolucionaria, sin rubor alguno al proclamarlo.

Pero los mimbres de lo que haya de nacer estoy convencido de que no vendrán de tales lugares.

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG: “Los syrizos descargan su frustración en su “enemigo comunista”: http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2015/07/los-syrizos-descargan-su-frustracion-en.html
"Propuesta: "juguemos a la revolución en verano""http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2015/08/propuesta-juguemos-la-revolucion-en.html