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26 de abril de 2012

EL MÁXIMO RESPONSABLE DE REPSOL EN YPF VENDIÓ TODAS SUS ACCIONES ANTES DE LA EXPROPIACIÓN

NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG:

Dedicado a los patriotas de hojalata que, desde el Estado y los medios auxiliares (covachuelas mediáticas) de los que éste dispone, mueven un nacionalismo cutre en defensa de los intereses de una multinacional que deja la mayoría de sus beneficios fuera del país, con lo que demuestran la naturaleza de clase -burguesa, por supuesto- del Estado bajo el capitalismo.


INGRESÓ MÁS DE 200.000 EUROS CUANDO EL GOBIERNO EMPEZÓ LA PRESIÓN A LA PETROLERA
Agustín Marco. Cotizalia
Antonio Gomis, director general de Repsol en Argentina, vendió todas sus acciones de la petrolera española antes de que el Gobierno de la República decidiese expropiar YPF. El alto directivo se desprendió de 9.424 acciones de Repsol en noviembre de 2011, justo en el mes en que el representante del Ejecutivo de Cristina Fernández de Kirchner se opuso en el consejo de administración al pago del dividendo.

Gomis, un veterano directivo de Repsol, ejercía en Buenos Aires de mano derecha de Antonio Brufau, el presidente de la multinacional. Hasta el nombramiento de los Eskenazi como gestores de YPF a principios de 2008, Gomis era el número uno de la española en Argentina. Tras la toma de control de los exsocios de Repsol, el ejecutivo fue nombrado adjunto al vicepresidente ejecutivo para que Brufau tuviera un control directo de las decisiones de los Eskenazi.

Según fuentes financieras, Gomis comunicó la venta de sus 9.424 acciones de Repsol el 11 de noviembre de 2011, apenas nueve días después de la celebración del consejo de administración de YPF en el que se debatió la política de dividendos. La compañía aprobó repartir 7,15 pesos argentinos por cada título. Sin embargo, Roberto Baratta, consejero en nombre del Gobierno, se opuso a ese pago al considerar que Repsol y los Exkenazi están descapitalizando la empresa.

En esa reunión, Baratta expuso la preocupación del Gobierno por el reparto del 90% de los beneficios de YPF mientras el déficit energético aumentaba hasta los 9.500 millones de dólares. Fruto de esa presión, YPF decidió retrasar hasta marzo la aprobación de la política de retribución a los accionistas, que finalmente modificó. Repsol nunca entendió esa postura porque al mismo tiempo, según la española, Baratta aprobaba la gestión de la filial.

Gomis se desprendió de sus títulos a un precio de 22,07 euros, por lo que ingresó 207.987 euros. Estas acciones valen ahora 132.000 euros tras el desplome del 40% que ha sufrido Repsol en los mercados de capitales después de conocerse las intenciones, cumplidas, del Gobierno de Kirchner de quedarse con la propiedad de YPF:

Fuentes de Repsol han confirmado totalmente esta información, la cual han justificado por una decisión de su directivo por motivos personales. En concreto, porque necesitaba liquidez para hacer frente a unos gastos inmobiliarios. Además añaden que la venta de los títulos se hizo dentro de los plazos legales que los ejecutivos disponen para operar con valores de la compañía, como suelen ser días anteriores o posteriores a la publicación de resultados.

Más operaciones
El director general de YPF se había mostrado muy activo con las repsoles. A finales de mayo de 2011 compró 6.585 acciones de la petrolera a 23,54 euros. El día 10 de ese mismo mes se había hecho con otras 2.000 a un precio de 17,17 euros. En total, 8.585 títulos de Repsol en apenas seis meses, más de los que había adquirido en los tres años anteriores (5.800), según los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Gomis es un veterano director de Repsol. Miembro del comité de dirección y del comité de operaciones, empezó a trabajar en la petrolera en 1974. En 1986, todavía con la compañía bajo la gestión del Estado, fue nombrado director de relaciones internacionales e institucionales, cargo que ocupó hasta 1997. Ya con la empresa totalmente privatizada, en 2000 fue designado director corporativo de relaciones externas hasta que en 2007 asciende a director general.

BRUFAU RECIBE POR EMAIL EL CARIÑO "ESPONTÁNEO" DE SUS EMPLEADOS
Redacción. El Confidencial.
Son días de caras largas en los cuarteles generales de Repsol, en el extremo norte del madrileño Paseo de la Castellana. La petrolera española ha asistido a la pérdida de su mayoría en la petrolera YPF a golpe de decreto ley, sin posibilidad siquiera de negociar con la jefa. Durante meses, la presidenta Cristina Fernández Kirchner prefirió despachar con artistas como Sean Penn y Roger Waters antes que verse las caras con Antonio Brufau.

Tras la estocada recibida, la plantilla de Repsol ha cerrado filas. Toca lamer las heridas y hacer terapia de grupo. Por este motivo, y “como consecuencia de los acontecimientos ocurridos en Argentina, se han recibido por parte de los empleados muestras de apoyo y solidaridad al presidente y Comité de Dirección, que han agradecido sinceramente”, parte de la dirección ha decidido formalizar una especie de protocolo para que la plantilla anime a su jefe.
Según la nota distribuida internamente a todos los directores y mandos intermedios, “aquellos que queráis transmitir también vuestro apoyo, podéis dirigiros al buzón de Antonio Brufau con el mensaje que deseéis o bien enviando el siguiente texto”. Aunque la intención inicial podía buscar una reacción mayoritaria y conjunta, que restituyera la moral de los repsoles, el formalismo del texto sugerido (español/inglés) ha restado frescura y sinceridad a la propuesta.

"Quisiéramos expresar libre y responsablemente nuestra solidaridad y apoyo total a nuestro Presidente y al Comité de Dirección, por la situación de expropiación de YPF que ha ocurrido injustificadamente en nuestra empresa, indicando que estamos orgullosos de tener como Presidente a D. Antonio Brufau, y reconocemos todos los esfuerzos y sacrificios que en estos momentos está empleando por el bien de nuestra Compañía, en negociar y solucionar una salida justa y sensata".

Mientras las muestras de apoyo internas surgen de manera espontánea o sugerida, los compromisos públicos del Gobierno han ido remitiendo en intensidad, aunque al menos no han sido contradictorios. En sólo unos días, el discurso oficial ha pasado de las medidas contundentes, "las que no se anuncian, se adoptan", a la reclamación más comedida, por la que se aspira a lograr una justa compensación. La diferencia entre belicismo y diplomacia.