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19 de febrero de 2018

TÚ, QUE ERES DE CCOO O UGT, SI NO ERES JUBILADO, ERES CÓMPLICE DEL ATAQUE A LAS PENSIONES

La única batalla que se pierde es la que se abandona

Por Marat

Pongo por delante que los sindicatos de pensionistas y jubilados de CCOO y UGT están entre los primeros que han iniciado la lucha contra la eliminación de nuestras pensiones. Muchos de sus afilados y responsables de esas secciones están implicados en la defensa de aquello que nuestra clase conquistó un día porque les/nos va la vida en ello. Hacia esos veteranos toda mi simpatía.

Hasta aquí mi reconocimiento hacia los afiliados de esos “sindicatos”. No he visto en todos estos meses de acoso a las pensiones, de anuncios de que la crisis de las pensiones públicas se debía a la esquilmación del fondo de reserva de la Seguridad Social, argumento de progres y de liberales, cuando esa crisis nació del Pacto de Toledo (miren quiénes fueron sus firmantes), que decidió que dichas jubilaciones no dependerían de los Presupuestos Generales del Estado sino de las cotizaciones de cada trabajador, ni una sola medida de fuerza del conjunto de esos dos sindicatos contra este brutal ataque.

Les sugiero que comprueben ustedes las sucesivas crisis económicas que ha atravesado España desde 1973, el modo en que se ha desregulado el mercado de trabajo, cómo se han ido depauperando los contratos de trabajo, cómo han ido descendiendo los salarios y de qué manera se han ido imponiendo las horas de trabajo no pagadas ni cotizadas por los empresarios y saquen sus conclusiones sobre de qué manera afecta todo esto a la caja única de la Seguridad Social y a las pensiones. Creo que, si se molestan en entender esta cuestión, no tendrán grandes dificultades en entender qué es lo que le pasa ahora a las pensiones, por mucho que el Estado capitalista español tenga grandes dificultades en asegurar las pensiones de los que que en los próximos años, pertenecientes a la generación del “baby boom”, supongamos para el sistema público.

Repasemos los años de “resistencia” de los dos principales sindicatos de trabajadores españoles desde entonces. Preguntémonos qué hicieron para denunciar el cambio en la capitalización de las pensiones públicas contributivas hacia una cotización dependiente exclusivamente de los trabajadores. Veamos en qué acabaron sus huelgas contra el cambio de la legislación laboral desde Felipe González, hasta Rajoy, pasando por Aznar y las dos del mejor “Presidente de la democracia” y “referente progresista mundial”, Zapatero, en ambos casos según la opinión de Pablo Iglesias, ex Presidente que allanó el camino al brutal ataque que hemos vivido bajo Rajoy. Veremos lo que nos ha traído la democracia burguesa a la clase trabajadora, así como sus gobiernos ultralibrales y progres. Consideremos qué es lo que obtuvieron estos dos “sindicatos” para nuestra clase y qué es lo que lograron, gracias a sus luchas con sordina y frenos tras las Huelgas Generales, para el mantenimiento de sus estructuras y cúpulas de burócratas dirigentes y liberados sindicales.

Quizá los burócratas de CCOO y UGT prefieran los planes privados de pensiones porque con ellos pueden hacer negocios, como es el caso del perteneciente a la Administración General del Estado, que cogestionan con el BBVA. A pesar de ser ruinoso para quienes lo han suscrito a estos sindicatos les da beneficios. Y no es el único fondo de pensiones privados que gestionan

Si dejamos a un lado la combativa lucha de los pensionistas de CCO y UGT en defensa de una conquista que parece que no acabamos de creernos que nos van a arrebatar (el Presidente Rajoy va dándonos algunas pistas: el ahorro para las pensiones privadas y la posibilidad de rescatarlas para crear una confianza en que funcionan), ¿qué es lo que han hecho las direcciones sindicales para defenderlas, al margen de las estupideces a las que nos tienen acostumbrados los sucesivos bonzos de las las direcciones de una y otra central? ¿Qué movilizaciones, que no sean de pensionistas, han impulsado cuando son nuestras vidas futuras, nuestra vejez, la posibilidad de no tener que depender de la caridad, las que están en juego?

Y ahora me dirijo a ti, afiliado a CCOO y UGT, que tienes el carné de esos “sindicatos”, por si acaso, como si fuera la tarjeta de fidelización de Carrefour o de puntos de cualquier gasolinera, ¿qué has hecho para presionar a tu central, a tu sección sindical, a tu comité de empresa para que exija a los sindicatos mayoritarios una respuesta contundente contra el gobierno, los partidos parlamentarios que nos entretienen a los trabajadores con sus juegos de salón y las organizaciones empresariales? ¿Nada? Vale, ya tengo tu respuesta.

No me olvido de ti, delegado sindical, Presidente del Comité de Empresa, miembro del Comité de la Sección Sindical de dichas centrales: ¿Cuál ha sido tu esfuerzo para presionar a tus dirigentes locales, regionales o nacionales, a Unai Sordo o a José María Álvarez? ¿Has escrito muchas cartas, has promovido muchas reuniones de afiliados para exigir una defensa activa de tu sindicato por las pensiones, para que éste movilice a todos sus afiliados y a toda la clase trabajadora en defensa de unas pensiones que no afectan a los pensionistas de hoy sino a todos los trabajadores incluso antes de llegar a serlo? Tranquilos, salvo honrosas excepciones, sé las respuestas de casi todos vosotros.

A lo largo de mi trayectoria política he defendido luchas justas en beneficio de mi clase, las convocara quién las convocara, Agamenón o su porquero, sencillamente porque eran justas y necesarias. Por eso, les he puesto la convocatoria como imagen que acompaña a este texto. He preferido ésta a la que pulula por la red porque el llamado lenguaje inclusivo que ahora están imponiendo las de las antorchas y las horcas ni es el mío ni creo que pretenda defender a mi clase, a pesar de que haya quien crea que es así.

Si, a pesar de tu comportamiento pasivo, de tu fatalismo resignado, de tu desclasamiento cómplice, de tirar piedras sobre tu propio tejado con tu aceptación de la dictadura de clase que nos impone el capital y de la enésima traición de tu sindicato a tu clase, reaccionas y estás dispuesto a sumarte a la batalla, que es la tuya, porque a todos nos concierne y a tu vejez también, será el momento de ir cavando trincheras, de sacar toda la artillería contra nuestros enemigos de clase y de pelear todos juntos codo con codo. 

Pero no me llamo a engaño. Ciertos sindicatos “alternativos” y alguna marcha, a la que en algún momento he apoyado ya da por perdida, sin admitirlo, la batalla y ponen en primer lugar de su convocatoria de movilización determinada Marcha Básica, lo que no es sino un modo infecto de vender la Renta Básica que progres y liberales intentan colocarnos en lugar de las coberturas sociales que un día conquistó la clase trabajadora. Toma 400 y pico euros en lugar de subdisidio de desempleo pensiones, sanidad y educación públicas y calla. Pero todo eso vestido de “izquierda real”. Compren ustedes esa marcha si quieren. Yo no perderé mi tiempo en esa trampa de la Renta Básica de la que hace algún tiempo les hablé. Yo ya me hice en su momento la pregunta de porqué para estos izquierdistas, en el peor sentido que Lenin les dio, no han puesto como punto primero y principal la defensa de las pensiones y no me costó encontrar la respuesta.

Sobre huelgas de solo una parte de la clase trabajadora con reivindicaciones de coartada laboral pero objetivos de sustituir la lucha de clases por cuestiones bastante menos dignas les hablaré a partir del 9 de Marzo.