22 de diciembre de 2021

EL METAVERSO O EL MITO DE LA CAVERNA DE PLATÓN

Por Marat

-Ahora, continué, imagínate nuestra naturaleza, por lo que se refiere a la ciencia, y a la ignorancia, mediante la siguiente escena. Imagina unos hombres en una habitación subterránea en forma de caverna con una gran abertura del lado de la luz. Se encuentran en ella desde su niñez, sujetos por cadenas que les inmovilizan las piernas y el cuello, de tal manera que no pueden ni cambiar de sitio ni volver la cabeza, y no ven más que lo que está delante de ellos. La luz les viene de un fuego encendido a una cierta distancia detrás de ellos sobre una eminencia del terreno. Entre ese fuego y los prisioneros, hay un camino elevado, a lo largo del cual debes imaginar un pequeño muro semejante a las barreras que los ilusionistas levantan entre ellos y los espectadores y por encima de las cuales muestran sus prodigios.

(...)

-Se parecen a nosotros, respondí. Y ante todo, ¿crees que en esta situación verán otra cosa de sí mismos y de los que están a su lado que unas sombras proyectadas por la luz del fuego sobre el fondo de la caverna que está frente a ellos.

(...)

-Y si hubiese un eco que devolviese los sonidos desde el fondo de la prisión, cada vez que hablase uno de los que pasan, ¿no creerían que oyen hablar a la sombra misma que pasa ante sus ojos?

(...)

-En resumen, ¿estos prisioneros no atribuirán realidad más que a estas sombras?

La alegoría o mito de la caverna de Platón alude a una percepción fantasmagórica o deformada de la realidad, a un mundo sensible en el que lo percibido por los sentidos se aleja de todo lo tangible y cierto que afecta a la vida humana.

Facebook, ahora es Meta. Su hijo bienamado es Metaverso.

En la fantasía de Metaverso usted puede elegir su propio avatar, mediante el cuál podrá relacionarse con otras personas que también utilizan un avatar para comunicarse; podrá desarrollar sus fantasías confesables o inconfesables, superar sus carencias, haciendo realidad sus sueños, viajar a lugares desconocidos o hacer negocios. Estos son sólo unos ejemplos muy elementales de la “libre expansión de su vida” que alcanzará con Metaverso.

La diferencia entre el momento en el que nos fundimos en un beso apasionado, olemos el cabello de nuestro hijo recién nacido o recibimos el abrazo del amigo cuando más lo necesitamos y el modo en el que serán recreadas esas “experiencias” pronto quedará difuminada. Muchos de los que ahora lo niegan entrarán a ese juego porque se presenta como un juego y jamás habrá habido nada tan adictivo.

Desde el marxismo este viejo/nuevo mito de la caverna será un nuevo modo de enajenación de las clases subalternas (vieja clase trabajadora, nuevo proletariado precario, autónomos en desaparición,..) respecto a la realidad de sus condiciones de vida. Un lugar, como en los locales de juego, en los que olvidar las miserias de sus vidas.

También el marxismo ayuda a entender algunas cuestiones sobre Metaverso que tienen que ver sobre cuestiones materiales.

Metaverso es otra forma más de eludir a los Estados y de evadir impuestos,  Metaverso es un manera de dejar de necesitar de depender del Estado que siempre estuvo al servicio del capital. Lo que Meta (Facebook) no les ha dicho es que cada deseo de consumo que vivan en un Metaverso inundado de publicidad no será ficticio porque ustedes deberán, desde su realidad real, comportarse como los ratones de Skiner y darle a la aprobación del gasto y serán mucho menos conscientes de este acto, imbuidos por una fantasía de placer sin consecuencias.

Por cierto, si Metaverso fracasara otros Dédalos harían posible esta nueva distopía de capitalismo.

Desde la relación que Marx definió entre el Estado burgués y la defensa de los intereses de su propia clase hemos vivido todo un proceso que viene desde Margaret Thatcher y Ronald Reagan hasta hoy. Comienza un tiempo en el que el capital ha roto su pacto con su tipo de Estado porque ya no lo necesita tanto como en el pasado.

Ahora las críticas relevantes están viniendo desde los medios del capital. Leánlos. Se entiende la guerra de intereses entre los que más pillarán del negocio de la neorrealidad y los que menos. De momento ,es una guerra  de posiciones .


6 de diciembre de 2021

EL DISCRETO ENCANTO DE YOLANDA DÍAZ

Por Marat

La vicepresidenta del gobierno y ministra de trabajo -disculpen las minúsculas. Escribo dios sin mayúsculas – Yolanda Díaz es una mujer discreta. No porque no se haga notar sino porque sabe hacerlo sin estridencias, aunque habrá que ver si en el futuro sus necesidades de levantar «su» proyecto político le permiten mantener ese perfil amable. Ya ha pisado algún charco en relación con el asunto de las primeras semanas de gestión del Covid por parte del gobierno. Es difícil no acabar pegando codazos al abrirse paso.

A mí Yolanda Díaz me cae personalmente bien. No suele entenderse que alguien te resulte amable si políticamente ves a esa persona como vendedora de peines para calvos. En tiempos de fomento del odio que convoca a tropas para enfrentarlas a muerte no hay concesiones humanas al enemigo. Mal camino ese.

Me gusta el estilo de Yolanda Díaz porque, si de lo que se trata es de vender los parches políticos de una mala imitación de la vieja socialdemocracia, lo hace sin el estridente histrionismo al que nos tenía acostumbrados Pablo Iglesias -si lo que vas a vender es una falacia de igualdad social, mejor hacerlo sin exagerar y sin que se note tanto la distancia entre lo que vendes y lo que das - y aún no ha vivido experiencias que la contaminen con el espíritu vengativo de Íñigo Errejón, el gran Tartufo de la política progre.

Esta mujer sabe caminar entre Escila y Caribdis, entre el extremo centro y sus compinches de la derecha a la que la extrema derecha mediática se niega a llamar fascista y el social-liberalismo del PSOE sin pisar más callos de los necesarios ¿A quién podría caerle mal?

Desde luego no a esos lugares en los que se presenta a las mujeres protagonistas al nivel en el que antes se hacía en medios como Lecturas y otro tipo de prensa femenina. Pongamos un ejemplo para entendernos: la publicación Yo dona, de El Mundo:

Lo que he descubierto es que sí se puede cambiar la vida de la gente desde el Gobierno. Con la gestión que hemos hecho de la crisis hemos podido salvar al país.

Vayamos de lo general a lo particular:

En primer lugar somos millones los que estamos sin salvar sino buscándonos la vida por nuestra cuenta porque ni con el Ingreso Mínimo Vital, que no es de su negociado pero sí del gobierno al que reivindica, ni con otro tipo de subsidios estamos cubiertos. Esto no viene de ahora pero el Informe España de 2021 de la Cátedra José María Martín Patiño da algunas pistas. Por cierto, José María Martín Patiño no era un facha, tampoco un comunista. Sólo era de izquierdas, de esas izquierdas que no eran capaces de ser comunistas y que acaban por poner en evidencia a las izquierdas. En mi opinión con la inconsecuencia de no ser comunistas, aunque demostraron que estaban muy a la izquierda de lo que hoy es ser de izquierdas.

Hace muchos años escuché a algunos dirigentes sindicales hablar de gestión, un lenguaje de empresa pero no de sindicato, del mismo modo en el que creo que hablar de la gente y no de clases sociales, que nos lleva a las subalternas, a las explotadas y sobreexplotadas, es un modo de eludir conflictos. Se trata de ser una estrellita en el cielo rutilante de la política.

Es maja Yolanda Díaz, cómo no verlo, lo ven hasta los empresarios, según confiesa en la misma entrevista de Yo Dona. Me da miedo, porque soy un ser humano muy pequeñito y no tengo partido. Puedo estar en la mesa del diálogo social, discutiendo sin dormir y cediendo como cede todo el mundo. Eso me apasiona, pero relativizo bastante el resto de las cosas. Un día me dijo un empresario, y no voy a decir quién: «Queremos más ministros como usted porque es la que menos política hace del Consejo de Ministros, y esa es la mejor manera de hacer política». Me quedé impactada, pero te indica un poco lo que quiere la gente. ¿Qué gente y de qué clase social son?

Yolanda Díaz es una mujer con un encanto especial entre las mujeres. En cuanto toque usted una mujer del sindicalismo hegemónico, de la progresía social, del feminismo operante e influyente, de lo que no sea la extrema derecha, meterse con Yolanda Díaz es como decirle a tu novia que eres un facha machista y que vas a mear fuera de la taza.

Y sí, se lo voy a reconocer porque ni soy un fascista ni un imbécil estalinista de los que ignora que su ministerio ha hecho que los inspectores de trabajo hayan obligado a que haya más trabajadores precarios convertidos en indefinidos. Es lo que toca en esta ventana de oportunidad de la UE llamada recuperación.

Veamos la película de hasta dónde nos lleva todo esto.