23 de abril de 2013

ASÍ FUNCIONA EL "FACTOR DE SOSTENIBILIDAD" DE LAS PENSIONES EN ALEMANIA

El excanciller alemán social-liberal, Gerhard Schroeder,
bajo cuyo mandato se introdujeron los minijobs y el
factor de sostenibilidad en el cálculo de los subsidios
públicos / DAS BLAUES SOFA
La herencia de las reformas alemanas de los 2000

La reforma de la edad de jubilación y de las pensiones, así como la introducción del "factor de sostenibilidad" alemán, han multiplicado el número de ciudadanos que no tiene derecho a una pensión contributiva.



Carmela Negrete. Berlín (Alemania). Diagonal
El factor de sostenibilidad de las pensiones se concibió en 2004 y entró en vigor en 2005. A raíz de los cambios introducidos, los trabajadores alemanes "han de cotizar un mínimo de 30 años con un ingreso medio de 330 euros de forma ininterrumpida. Quien cotice menos de la media o se vea obligado a recibir complementos del Estado tendrá que contar en el futuro con una jubilación no contributiva“, según la Federación Alemana de Sindicatos (DGB, del alemán Deutscher Gewerkschaftsbund).

A raíz de la introducción de los minijobs y del aumento del trabajo temporal, son cada vez más las personas que, a pesar de tener un empleo han de recibir ayudas estatales para completar su salario. Son los candidatos a recibir en el futuro una renta no contributiva por haber recibido menos del salario medio. Al no existir un salario mínimo en Alemania, y completarse los ingresos con dichas ayudas estatales, existe en la actualidad un dumping en los sueldos que reduce los mismos hasta tres euros la hora o incluso a un euro. Los famosos Ein-Euro-Job (trabajos de un euro la hora), son ofrecidos por las oficinas de empleo a los receptores de los subsidios. En algunos casos, cuando las personas se niegan a aceptar dichos empleos, se les retiran las ayudas.

A pesar de que en 2004 hubo manifestaciones masivas contra el gobierno de socialdemócratas y verdes a raíz de la introducción de los recortes de la Agenda 2010, en el caso de las jubilaciones el factor de sostenibilidad es algo contra lo que no hubo tanta resistencia. Las consecuencias del mismo se van viendo lentamente a medida que avanzan los años, ya que en dicho factor se contabilizan la población activa y la población jubilada, de forma que se produce un ajuste entre ambas. La tendencia es que la población jubilada va creciendo, por lo que cada año son más los jubilados que han de sobrevivir con una renta no contributiva.

Es por eso que el término "pobreza en la tercera edad" (altersarmut) cobra un nuevo sentido en la sociedad alemana en este momento, pues las previsiones son espeluznantes. Según un estudio de Walter Hanesch, profesor de la Universidad de Darmstadt, se espera que en la ciudad de Hesse en 2020 se haya duplicado el número de personas que reciben una jubilación no contributiva en comparación con 2008. En zonas del este como Turingia el número sería hasta seis veces superior. Esto se explica porque en la antigua república comunista había pleno empleo y tras la reunificación y el desmantelamiento industrial llevado a cabo, los estados del este son los más afectados por el paro.

Pero el elemento más sorprendente del mecanismo es que, incluso aunque haya crecimiento económico en general en el país, las jubilaciones pierden cada año poder adquisitivo real. La reforma de las pensiones en Alemania ha obligado al pago de impuestos que no solamente afectan a los ciudadanos alemanes. Ahora el estado alemán reclama los impuestos a cerca de 150.000 austríacos que trabajaron hace años en Alemania y reciben una pensión alemana. Alemania les exige los impuestos que les corresponden desde 2005 hasta ahora, y  reclama sumas que van de cinco a varios miles de euros por pensionista. Después de pascua el ministro de finanzas austríaco enviará una delegación a Alemania para tratar de negociar los casos más complicados. ¿Pasará esto también con los españoles que trabajaron en Alemania y reciben la pensión del estado alemán?

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